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Yo con Tania, mi hijo con la madre, un descontrol
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Tiempo de lectura: 11 minutos

"La pija de Mark nuevamente estaba parada y sentándose en el sillín, fue metiéndosela a Tania, que bufaba de placer y empezó a acelerar nuevamente. Los saltos de la lancha hacían innecesario que se muevan y en cada golpe de la lancha contra el agua la pija le entraba totalmente a Tania. No tardaron mucho en acabar los dos… y nuevamente él bajo la velocidad."

Padre e hijo están sentados en la oficina del primero, ambos de traje, tomando un whisky y terminando la semana de trabajo. Mark, de 36 años, mide casi dos metros de altura, un físico impresionante, mantenido a base de un trabajo diario en el gimnasio, socio mayoritario de uno de los holdings más importantes de EEUU, divorciado hace muchos años, sin pareja estable, sonríe viendo unas fotos publicadas en un portal. Fredy, su socio minoritario, de 18 años, casi una copia idéntica de su padre, no para de reírse y cargarlo.

– No podes ser tan tarado por favor… como vas a ponerte esa ropa ridícula para ir a un evento de caridad. Dijo Fredy.

– Fredy, no me jodas, no tenía ganas de ir, solo fui porque vos me pediste que te acompañe.

– Papá, jean, camisa floreada, corbata negra, zapatillas y un chaleco negro. ¿En que pensabas cuanto te lo ponías?

– Escuchaba Zeppelin… Escalera al cielo.

– Ah, y tuviste un viaje…

– Total… ¿Qué vas a hacer el fin de semana?

– Tengo ganas de ir a la casa de Fort Lauderdale a andar en la lancha, salir a cenar, nada muy loco, y volver el lunes a la mañana.

– ¿Solo?

– Totalmente solo. ¿Vos?

– No tengo nada pensado… ¿Te jode si vamos juntos?

– Viejo, no jodas, para nada…

– ¿Viajamos directo?

– Buena idea… aviso a los pilotos. Termino de ver unas cosas y salimos.

– Perfecto.

Con 18 años, Fredy era considerado un genio. Su coeficiente intelectual era uno de los más altos y desde los catorce años trabajaba con su padre. A los quince se recibió de Economista y su padre lo puso como socio del Holding. Pero no era para nada un nerd, al contrario, le encantaba la noche, las fiestas, las mujeres y disfrutar la fortuna.

Cuando llegaron a la casa en Fort Lauderdale, se cambiaron y fueron a cenar a uno de los mejores restaurants, en un Rolls Royce Dawn, convertible, rojo, propiedad de Mark.

– ¿Que paso con tu novia? Preguntó Fredy.

– Lo de siempre, quiso cambiarme, que la ropa, que no fume habanos…

– Boluda…

– ¿Viste esas dos mujeres que están a la derecha?

– ¿La de camisa salmón?

– Sí.

– Lindas mujeres… me gustan… ¿Qué pasa?

– Que la morocha que esta con ella, te está mirando con muchas ganas…

– Interesante mujer… ¿Qué vas a hacer?

– Ya vengo… Dijo Mark, que se levantó y se acercó a las mujeres.

– Hola, buenas noches. Perdonen.

– ¿Sí, buenas noches?

– Mi amigo es algo tímido, y me comentaba que le gustaría invitarte a tomar algo al lugar que elijas. Le dijo a la morocha.

– Ah… lo que pasa es que estamos juntas, y no quiero dejarla sola…

– ¿Cuál es el problema? Podemos salir los cuatro, si ella está de acuerdo.

– ¿Qué decís Ann?

– Lo que vos digas…

– Bueno… ¿Cómo quieren hacer?

– ¿Les parece si cuando terminan de cenar nos encontramos afuera?

– Perfecto.

– Ah, mi nombre es Mark.

– Un gusto Mark, soy Stefi.

– Nos vemos en un rato entonces. Dijo Mark y volvió a la mesa.

– Sos un animal, en medio del restaurant te vas a levantarlas… Incorregible.

– La morocha encantada de salir con “mi amigo”. Cuando salen nos encontramos afuera.

– No lo puedo creer…

– Te dije que te miraba, le gustas…

Terminaron de cenar, pidieron café y pagaron para cuando ellas salgan no demorarse. Ellas salieron y se encontraron afuera.

– Stefi, Ann, él es Fredy.

– Un gusto Fredy… Dijo la morocha dándole la mano y mirándolo a los ojos.

– El gusto es mío. Perdonen a Mark, es un poco expeditivo en su forma de ser.

– Eso hablábamos con Ann… Osado…

– Bastante. ¿Dónde quieren ir?

– ¿Old Coast?

– Perfecto, vamos al auto.

Fueron al Rolls y ya cuando subieron, se sentaron las parejas armadas. Hicieron tres cuadras y llegaron. Se sentaron todos en una mesa.

– Me encanta este lugar, tiene muy buen clima. Dijo Fredy.

– Sí, por eso les dije de venir.

– No soy muy bueno con los rostros, pero tu cara me resulta familiar. Dijo Mark.

– Puede ser, he hecho algunas campañas publicitarias. Dijo Stefi.

– ¿Algunas? Te aseguro que pensé que eras solo muy parecida… Stefi Grant, modelo internacional, cara de varias marcas, cientos de campañas, una trayectoria impresionante. Dijo Fredy.

– Gracias por lo que dices… Dijo ella.

– No sabía que estabas tan al tanto de las modelos… Dijo Mark sonriendo con picardía.

– Mark, me gustan las mujeres bellas, y las muy bellas, me fascinan. Además, ella es la cara de nuestra empresa de seguros…

– ¿Son los dueños de Loyalty?

– Exacto. Dijo Mark.

– Que casualidad…

– Pensé que vivías en NY. Dijo Fredy.

– Vivo en NY, las dos en realidad. Vinimos a pasar unos días.

– Falta que sepas la fecha de cumpleaños, el número de celular… Dijo riendo Mark.

– El número lo tengo como contacto, y la fecha de cumpleaños… 15 de Febrero. Dijo Fredy mirándola a los ojos.

– No me jodas… ¿Es cierto Stefi?

– Muy cierto… Me sorprendes Fredy…

– Te cuento, este tipo tiene una computadora cuántica en la cabeza, y es capaz de recordar cosas solo por verlas y no olvidarse nunca… Y si algo le interesa… Dijo Mark.

– Entiendo. Dijo ella sonriendo.

– Mark, por eso no me gusta salir con vos, te metes en conversaciones ajenas… Stefi, allá hay una mesa libre, ¿Vamos?

– Dale Fredy, vamos.

Se fueron a la otra mesa y Mark se quedó con Ann.

– ¿También sos modelo?

– No… no es lo mío para nada.

– Bien podrías serlo… sos hermosa.

– Gracias… lo mío es la medicina, soy médica.

Las dos parejas siguieron charlando y dos horas después, partieron los cuatro y las dejaron a ellas en un edificio de Aventura.

– ¿Cómo te fue?

– Aburrida total, casi me duermo… No paraba de hablar de su trabajo, es médica patóloga…

– Me imagino la charla. Te cuento que quedé con Stefi en salir mañana en la Cigarette. Dijo Fredy.

– Bueno… me abro…

– Eh… necesito que te sacrifiques…

– Fredy… no me jodas…

– Va a venir con una amiga…

– Lo que me faltaba, niñero… ¿Cuántos años tiene Stefi?

– Treinta y seis…

– Nooo… Lo que un padre tiene que hacer por su hijo… Dijo Mark.

– Ojo que no le dije mi edad…

– Puede ser tu madre desgraciado…

– O tu mujer…

– Ni se te ocurra meterme en quilombos… estoy bien…

A la mañana siguiente cargaron una conservadora con cerveza y gaseosas y pasaron a buscarlas en la camioneta Rolls de Fredy. Él le aviso a Stefi que la esperaban y cuando apareció a Mark casi le da un infarto.

– Pendejo, dijiste que venía con una amiga, es una copia de ella…

– Eso me dijo…

– Hola Fredy. Dijo Stefi dándole un beso rápido.

– Hola Mark… Ella es Tania, mi amiguita.

– Tania… tu amiguita… Ah… Wow…

– Hola Tania, tranquila, solo le dura dos o tres horas.

– Hola chicos, un gusto.

– Tonto, reacciona y ábrele la puerta a Tania.

– Sí claro. Perdón…

– Me dijo Stefi que son socios de una empresa para la que trabaja. Dijo Tania.

– Sí… una aseguradora… Dijo Mark.

– Está reaccionando, bien. Dijo Tania y se rio.

– Tania, supongo que sos modelo como ella. Dijo Fredy.

– No… estoy estudiando para médica patóloga.

– No… dijo Mark.

Las dos se largaron a reír con todo…

– No, tranquilo Mark, es modelo, está empezando. Solo que Ann nos contó la charla que tuvo anoche con vos.

– Desgraciadas…

– Supongo que no pasaste una gran noche. Dijo Stefi.

– Tumores, quistes, fetos… por favor…

– Llegamos. Yo bajo las cosas, vos encárgate de la lancha Fredy.

– Dale.

– Mark, lo que dijiste anoche de Fredy, que tiene una computadora cuántica en la cabeza, ¿Fue broma?

– Para nada, es un genio, un coeficiente intelectual de los más altos de la actualidad. Es un genio.

– Pues no se nota para nada… Es tan “normal”.

– En muchas cosas es “normal”, en otras…

– Listo, ya la están bajando. Vamos…

Fueron al muelle y Tania dijo:

– ¿Esa es tu lancha Fredy?

– Sí, ¿no te gusta?

– Me encanta… Cigarette 515, más de tres mil caballos de fuerza…

– Bien, una mujer que conoce de lanchas… Dijo Fredy.

– ¿Vos no tenes lancha Mark? Pregunto Tania.

– Un Pershing 9x.

– Bote de viejo, como él… Dijo Fredy.

– No sea malo Fredy… ¿Cuántos años tenes Mark?

– Treinta y seis.

– Fredy, empezamos mal… tengo treinta y seis años… ¿Soy vieja? Dijo Stefi.

– Pero un cuerpo de 26-28, y una mente de 27. Dijo él y le dio un beso.

– Arréglala…

– Subamos. Dijo Fredy sonriendo.

– ¿Dónde quieren ir? Preguntó Mark.

– ¿En esto…? Los Cayos… Dijo Tania.

– Mmm… Por la cara de Fredy, tenía otros planes…

– Bimini… podemos dormir ahí, y volver mañana… Dijo mirando a los ojos a Stefi.

– Ojo Stefi, que Fredy es tan rápido como esta lancha. Dijo Tania.

– Vos conoces de lanchas… ¿Los Cayos y vemos…? Dijo ella y le dio un beso.

– Los Cayos entonces…

Fredy se puso al timón de la lancha y Mark a su lado. Ellas sentadas atrás. Salieron a mar abierto y la aceleró con todo. Había unas olas muy suaves y la lancha las saltaba a toda velocidad. Estaban llegando, bajo la velocidad y Stefi dijo:

– Fredy, sos un loco, veníamos volando… Demente…

– Me encanta disfrutar al máximo Stefi, y la única forma con esta lancha es esa… acelerar a fondo.

– ¿En todo sos así?

– No Stefi, el vino, el champagne y las mujeres me gusta degustarlas bien… sentir toda su intensidad en mi boca.

– Sos un hijo de puta… Dijo Stefi riendo.

– Un degenerado diría yo. Dijo Mark.

– ¿Vos como sos Mark? Preguntó Tania.

– Creo que a la inversa de Fredy, me gusta lento al principio y poner toda la fuerza al final, pero igual que él disfrutar al máximo, sea vino, champagne, autos o mujeres.

– Otro hijo de puta… Dijo Tania.

– ¿Vos? Pregunto Mark.

– Me adapto, aunque si me das a elegir…

– ¿Qué?

– ¿Vamos a almorzar? Pregunto Tania cambiando el tema.

– Sí, dijo Fredy riendo.

Amarraron y antes de ir a almorzar, fueron a caminar. Fredy, abrazando a Stefi, Mark y Tania, sueltos pero intercambiando miradas tremendas.

En un negocio de mallas, Stefi le dijo a Fredy si la acompañaba a ver unas mallas. Mark y Tania se quedaron afuera.

– Duro. Dijo Tania.

– Así será entonces… Dijo Mark y le dio un tremendo beso, y sin que nadie lo viera le metió una mano en la entrepierna y movió los dedos.

– Cerdo, estamos en la calle…

– Fredy, ya venimos, vamos a ver algo. Dijo Mark desde la puerta del local.

– Bueno… Dijo Fredy.

Mark le tomo la mano a Tania y fueron a la lancha, bajaron y cerró.

– ¿Acá?

– Acá. Dijo Mark y la volvió a besar con todo.

Ella lo abrazó y sintió como él le corría la malla y le metía dos dedos en la concha, que ya estaba empapada.

– Así me gustan las mujeres, muy calientes… Chupame… Dijo Mark y ella se puso de rodillas a chuparle la pija.

La excitación de Tania era tremenda, se metía por completo la pija de Mark en la boca, provocándose arcadas. Ella tomó las manos de él y las puso sobre su propia cabeza. Mark entendió el motivo y tomándola con firmeza le cogió la boca. Ella bajo sus manos y se metió dos dedos en la concha.

Un par de minutos y Mark la hizo poner en cuatro en el suelo y sin mediar palabra le metió la pija en el culo mientras le daba chirlos en el culo. Tania mordía su mano para no gritar de placer en cada embestida. De pronto sintió como él apoyaba un dedo en su orto y lo empujaba. Ella quiso tomarlo con su mano y sacarlo pero Mark la tomo de los cabellos, tiro para atrás la cabeza y lo terminó de enterrar…

– Tranquila, solo para jugar por ahora…

– Desgraciado…

La cogió un rato e hizo que ella se ponga de rodillas a su lado y le metió dos dedos en el culo…

– Chupa y movete, haceme acabar en tu boca…

– Cerdo…

Ella se empezó a mover y a chupar como loca, mientras el tomándola de los cabellos le apretaba las tetas con la otra mano…

– Sos una cerda… ¿La queres en el culo?

– Por supuesto…

– Móntame entonces…

– Maldito…

Mark le apretó un pezón y ella como pudo contuvo el grito y se enterró la pija de una en el culo, saltando como loca. Él se incorporó un poco y le empezó a morder los pechos con todo, ella otra vez con la mano en la boca trataba de no gritar de placer…

Fueron minutos y minutos de montarlo hasta que el acabó en su culo lo que le provocó un tremendo orgasmo. Le chupo la pija para limpiarla, tomo agua para limpiar su boca, se besaron y ella se levantó.

– No hay baño desgraciado…

– Nop…

Como pudo, se limpió sus propios jugos y el esperma de Mark de las piernas se volvió a poner la malla y la remera.

– Lista… Dijo y salieron al cockpit de al 515.

– Tremenda pendeja sos…

– Gracias… vos nada mal para un veterano. Dijo ella y le dio un beso.

Fueron al bar donde siempre iban con Fredy y los encontraron a él y a Stefi sentados tomando cerveza.

– Hola… Dijo Tania sonriendo y sentándose junto a Mark.

– Parece que caminaron bastante, tenes cara de cansada. Dijo Stefi sonriendo…

– No te das idea… Un placer tremendo caminar con Mark…

– Sos una cerda…

– Muy… Dijo Tania y todos se rieron.

Almorzaron y volvieron a la lancha.

– Mark, ¿Timoneas vos?

– Bueno…

– Vení que te muestro abajo, por si queres recostarte. Le dijo Fredy a Stefi que sonrió y se mordió los labios. Bajaron y él cerro la puerta.

– Vamos a ir despacio… Quiero disfrutar. Dijo Mark.

Salieron a mar abierto y se escuchaban los gemidos de Stefi.

– Pendeja, chupame la pija.

– ¿Ahora?

– Ahora…

Ella como pudo se puso entre sus piernas, le bajo la malla y se puso a chuparle la pija. Mark fue acelerando hasta poner la lancha a toda velocidad. Tania chupaba como loca y se metió dos dedos en la concha. Cuando Mark acabó, le lleno la boca de esperma y ella trago todo, y se dio un orgasmo con los dedos.

Mark bajo un poco la velocidad, y la hizo poner entre él y el volante. Le empezó a besar el cuello y ella a gemir. Hizo que ella tome el volante, y corriéndole la malla, le metió dos dedos en el culo.

– Me encanta el culo que tenes pendeja…

– Me doy cuenta… y a mí tus dedos y tu pija en el culo, me vuelven muy puta…

La pija de Mark nuevamente estaba parada y sentándose en el sillín, fue metiéndosela a Tania, que bufaba de placer y empezó a acelerar nuevamente. Los saltos de la lancha hacían innecesario que se muevan y en cada golpe de la lancha contra el agua la pija le entraba totalmente a Tania. No tardaron mucho en acabar los dos… y nuevamente él bajo la velocidad.

Se estaban acomodando las mallas cuando Stefi y Fredy fueron con ellos.

– Sos un hijo de puta, no podíamos venir tranquilos, no. El tipo tiene que venir a fondo. Dijo Fredy.

– Ups… me olvidé… estaba pensando en otra cosa…

– Desgraciado, es la primera vez que dos tipos me hacen mierda… pero uno ni se acercó… Dijo Stefi riendo.

Ellas se sentaron y nuevamente Mark acelero a fondo. Cuando entraron a por el canal, Fredy preguntó:

– ¿La seguimos en casa?

– No tenemos ropa… Dijo Tania.

– No la vamos a necesitar me parece. Dijo Stefi.

– Vamos entonces. Dijo Tania.

– Escuchaste Mark.

Fueron a la casa y amarraron adelante del Pershing de Mark.

– Son las 16… En una hora estamos en Bahamas. Dijo Mark.

– ¿Está preparado?

– Fredy…

– Pregunta tonta, no me digas nada. ¿Qué les parece chicas?

– Bahamas entonces…

Llevaron la conservadora y zarparon luego de dar aviso a las autoridades.

– Tremendo yate, me encanta. Dijo Stefi.

– Es otra cosa, de los yates de este tamaño, es el más deportivo. Dijo Mark.

– Y tiene todas las comodidades… baño sobre todo. Dijo Tania.

– Entre ellas… Dijo riendo Fredy.

– ¿Podemos darnos una ducha mientras navegamos? Por supuesto. Vengan que les muestro, Fredy, hazte cargo. Dijo Mark.

– Entendido Capitán.

Las acompaño a los camarotes y volvió con Fredy.

– No te das lo tremenda que es la pendeja, te juro que me encantó.

– Y Stefi… una bestia total… ¿Bimini o…?

– Nuestra isla mejor. Tenemos para cenar.

– Te das cuenta que es la combinación ideal, mi lancha tu yate.

– No lo discuto…

– ¿Vamos a Bimini? Pregunto Stefi cuando regresaron.

– No, con Mark tenemos un lugar mejor, más privado…

– Entiendo… Dijo Tania sonriendo.

– Traigo cerveza.

Un rato después anclaban en una pequeña isla, y se sentaban a charlar del trabajo de Stefi, hasta que Fredy preguntó:

– ¿Alguna vez estuvieron juntas?

– Ahora estamos juntas. Dijo Stefi.

– Chistosa…

– No nunca… es más, es la primera vez que estamos tan cerca con dos hombres las dos.

– Ah…

– ¿Por qué lo preguntas?

– Porque me encantaría verlas en un 69 mientras Mark y yo las cogemos.

– Sos un tremendo hijo de puta…Dijo Tania.

– No dijiste que no. Dijo Mark.

– Nunca estuvimos juntas… y yo particularmente, nunca con una mujer. Dijo Stefi.

– Tania no dice nada, obviamente que ha estado. Dijo Fredy.

– Un par de veces… tampoco he estado con dos hombres… ¿Vos Stefi?

– Tampoco…

– Interesante Mark, muy interesante…

Mark tomo a Tania de la cabeza y le dio un tremendo beso y le dijo al preguntó:

– ¿La hacemos mierda?

– Hijo de puta, ¿Qué hago?

– Si se deja, chupale las tetas… o la concha, lo que más te guste…

– Bueno…

Tania estaba sentada al lado de Stefi y se dio vuelta. Sin mediar palabra, le lenvantó la remera y le empezó a chupar los pechos sobre la malla, mientras llevaba una mano a la entrepierna de ella y la empezó a acariciar. Stefi sorprendida, o dijo nada y lo miro a Fredy mordiéndose los labios.

Tania le saco la bikini y de inmediato se puso a chuparle la concha. Stefi a gemir y a apretarse los pechos. Fredy se acercó y le puso su pija en los labios, a lo que Stefi reaccionó poniéndose a chupar con todo. Mark lo imitó del otro lado y tomó la mano de ella para que agarre su pija, Stefi lo miro sin dejar de chupar y lo masturbaba, para luego chuparlo a Mark.

– Tremenda mamadora… Dijo Mark.

– De lo mejor. Dijo Fredy…

– Cerdos… Dijo Stefi…

Un par de minutos y Mark se puso detrás de Tania, le bajo la malla y le apoyo la pija en el culo para empezar a meterla. Dos chirlos y Tania le chupaba como loca la concha a Stefi y le metía dedos a lo loco.

– Creo que están a las dos a punto. Dijo Fredy.

Las hizo hacer un 69, con Stefi abajo, empezando a chupar a Tania, mientras veía como Mark le hacía el culo. Cuando sintió que Fredy metía la pija en su concha y los labios de Tania en el clítoris se volvió loca y chupaba con todo. Le hicieron tener un orgasmo y Fredy se acostó.

– Móntame. Le dijo.

Para sorpresa de Fredy, fue Tania la que lo montó metiéndose su pija en la concha y lo miró a Mark sonriendo.

– Me encanta esta pendeja… Dijo Mark.

Se puso detrás de Tania, y le fue metiendo la pija en el culo.

– Hijos de puta, me están partiendo. No paren desgraciados…

Le dieron duro por un par de minutos hasta que Tania tuvo un tremendo orgasmo y se levantó. Stefi, que mientras miraba se masturbaba no dudo en montar a Fredy, y Mark se puso detrás de ella.

– Por favor, despacio, es mi primera vez en todo esto…

– Tranquila. Dijo Mark.

Apoyo la pija en el orto de ella luego de poner un poco de saliva y la enterró de una. El grito de placer de Stefi fue tremendo, no de dolor… Y se empezó a mover para cogerlos ella a ellos. Tania la miro y se tiró de cabeza a chuparle los pechos.

Stefi se movía sin parar, gozando como loca, hasta que Mark le dio un chirlo en el culo y la sostuvo, bombeando varias veces hasta acabar bien adentro. Ella gritó y tuvo un orgasmo bestial, Mark se corrió y ahora Stefi desenfrenada, saltaba sobre la pija de Fredy, hasta hacerlo acabar y tener otro orgasmo. Se levantó y se acostó en el suelo a su lado. Tania le levanto las piernas y chupaba todo lo que salía de la concha de Stefi y luego la pija de Fredy, como había hecho con la de Mark.

– Definitivamente, el mejor sexo de mi vida. Dijo Stefi

– Lo mismo digo, bestiales y hermosos. Dijo Tania y las dos fueron al baño.

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