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Y la cena terminó en trío
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Es curioso cómo pueden empezar las fantasías. Alguien te cuenta sus historias, sus fantasías, todo lo que se puede hacer y que a veces desconocemos, nuevos juguetes, nuevos sitios, todo es válido. Cuando dos personas se unen y están de acuerdo en ello, lo que puede pasar es brutal. Pero a veces nos falta imaginación o algo de motivación para poder llevar a cabo muchas de esas prácticas. Aunque en las manos correctas… Se pueden hacer muchas fantasías.

En mi caso fue un sueño. Quien me iba a decir que ese sueño, me hiciera desear con tanta ansia probar algo nuevo. Un sueño que en cierto modo me dejó con ganas de más.

Lo conté tal cual pasó y dejé de escribir cuando me desperté corriéndome con todas mis fuerzas. Me hubiera encantado saber cómo hubiera terminado esa noche si no me llego a despertar.

¿Me hubiera ido sola a casa?

¿Me hubiera acompañado el chico con el que quedé?

¿Nos hubiera acompañado el camarero que nos atendió tan amablemente y del cual pienso que estaba fuera escuchando como follaba con mi acompañante en el baño?

Sinceramente, en el estado en el que estaba hubiera deseado mucho más. Así que os voy a contar como me hubiera gustado que terminara esa noche. Si queréis saber de qué hablo, tendréis que leer mi relato “Mi sueño más erótico” porque es el motivo de esta continuación.

Mi sueño me llevó hasta el baño de un restaurante. Es relativamente grande. Cuando paso por la primera puerta, a la izquierda hay 4 lavabos encastrados sobre una encimera y un gran espejo sobre ellos. Frente a la puerta hay 4 puertas para los aseos. Son puertas con un pequeño espacio abierto en la parte baja y las paredes de unión no llegan hasta el techo. El aseo en el que estoy no es pequeño. Podemos estar perfectamente dos… o tres personas.

En mi momento más álgido del sueño, me encuentro dentro, con un hombre que me está volviendo literalmente loca de placer. Moreno, ojos verdes, 1´90 más o menos, barba muy recortada y mirada muy intensa.

Fuera hay un camarero, moreno, pelo corto, ojos azules, espalda ancha y un trasero redondo que me parece impresionante. Mide más o menos lo mismo que mi acompañante. Es muy amable, pero tiene el típico aire de canalla y cabrón.

Dentro del aseo estamos recuperándonos del impresionante orgasmo. Mi vestido esta enrollado en mi cintura. Busco los tirantes y poco a poco voy acomodando el vestido a mi cuerpo. Busco un poco de papel y me limpio como puedo la corrida que resbala por mis muslos. Mi acompañante se ajusta el pantalón, en el cual se marca aun su polla. Me sonríe y nos damos un pico. Bajo el vestido y deslizo las manos por los laterales para estirarlo.

Escuchamos un ruido fuera y nos damos cuenta de que la puerta no está completamente cerrada. Al abrir la puerta, encontramos al camarero apoyado en la encimera corriéndose en el lavabo. Su cuerpo se tensa y gruñe con fuerza. Miro al espejo y me encuentro con su mirada. Tiene la mano izquierda cerrada en un puño, pegada a su cara y creo que tiene algo en ella. Su mirada es puro vicio. Abre la mano y de ella cuelga la bala que antes termino por el suelo. Creo que estaba aspirando su olor mientras se pajeaba.

-¿Buscabais esto? –Dice con la respiración acelerada

Su polla es enorme aun habiéndose corrido. Tira la bala al lavabo y se lava con un poco de agua antes de meterla en el pantalón. Mi acompañante y yo nos miramos.

Se gira y mientras se ajusta el pantalón, nos mira a los dos pasando de uno a otro.

-Sois unos cabrones, no veáis la cenita que me habéis dado. Con que estaba en el baño ¿eh? -Dice mientras mira a mi acompañante.

Le miro con la boca entreabierta. Sonrío.

-¿Y que querías que te dijera Carlos, que estaba debajo de la mesa?

-¿Sois pareja? –Pregunta Carlos

-no, no somos pareja. –le digo

Veo como se gira, abre el grifo del lavabo y lava la bala con un poco de jabón. Me mira por el espejo mientras se muerde el labio inferior.

Me excita como lo hace, con esa mirada de vicio.

Se gira y se acerca a mí. Camina sin pararse, lo que hace que me mueva hacia atrás y termino pegada a la pared. Apoya su mano a un lado de mi cara y me mira fijamente. Siento su mano levantar el vestido por entre mis piernas. Coloca su rodilla entre ellas para que no las cierre y sigue subiendo hasta mi coño. Aparta el tanga y siento como desliza la bala por entre mis labios hinchados y calientes de follar. Jadeo. La lleva a la entrada y empuja hundiéndola en mi coño. Gimo mordiéndome el labio sin quitarle los ojos de encima.

-¿Me dejaras que sea yo quien la active ahora? –me mira en plan cabrón.

Se acerca a mi boca y desliza la lengua mordiendo después mi labio inferior.

Al lado de nuestras caras aparece la mano de mi acompañante con el mando. Lo miramos y Carlos coge el mando.

-Gracias Jorge

-¿vamos a mi casa? –nos pregunta Jorge

Ambos me miran esperando mi respuesta.

-Me parece bien. Soy Paola –digo mirando a Carlos

-Yo me llamo Carlos. –dice él

-Pues hechas las presentaciones, si os parece bien, sigamos la noche.

Le da una palmada en la espalda y sonríe.

Carlos se separa de mí y yo paso la mano por mi vestido colocándolo en su sitio.

-¿Os conocéis? –les pregunto

Salimos del baño y camino al lado de Jorge.

-Conozco a Carlos desde la universidad. El abrió este negocio con un socio y vengo a verlo siempre que puedo. Por eso nuestra mesa estaba separada del resto. Le pedí un poco de intimidad para estar contigo.

Detrás de mí escucho a Carlos despedirse hasta mañana de uno de sus compañeros

-¿y sueles hacer esto muy a menudo?

-Si quieres que te diga la verdad, es la primera vez que termino follando en ese baño.

Se para en la puerta del restaurante y me mira.

-Eres terrible. Nunca hubiera imaginado lo que has hecho ahí dentro. Fue una sorpresa la bala y que me dieras el mando.

-¿este? –dice Carlos al acercarse y mostrándome el mando

Me mira con cara de vicio

-¡ni se te ocurra! ¿No piensas darme un descanso? Aun me tiemblan las piernas.

-me portare bien… pero por poco tiempo

-Paola, no imagine que te fuera a caer tan bien Carlos.

Sonrió.

Salimos del restaurante y vamos caminando a casa de Jorge. Vive en la calle paralela a la que estamos.

-Jorge, nunca me has hablado de ella ¿Dónde os conocisteis? –Pregunta Carlos

-Pues yo estaba en un viaje de trabajo. Nuestras habitaciones estaban una al lado de otra. Se pasó toda la noche follando con su acompañante y no me dejo dormir. Al día siguiente coincidimos en el desayuno. Aproveche un momento que estaba sola, me presente y le di mi número de teléfono. Le dije que después de la noche que me había dado, me debía un café y que esperaba que me llamara. Su cara era un poema cuando le dije todo del tirón y me fui.

Sonríe recordando el momento

-al final me llamo. Debí de hacerla sentir culpable y nos tomamos ese café.

-jajajaja es que jamás se me había acercado alguien y me había dicho lo que tú me dijiste. Menuda cara de vicio, era para verla. No supe que decir. Si me puse en contacto contigo, es porque coincidí un día contigo en recepción y escuche como alguien te pregunta de dónde eras y le dijiste de Madrid. Por eso me anime a enviarte mensaje cuando llegue aquí.

-¿y desde cuando os conocéis? –Pregunta Carlos

-unos 6 meses. –responde Jorge

Caminar al lado de estos dos hombres y con la bala dentro, no me ayuda a relajarme. Siento como el flujo sigue mojando mi tanga.

Llegamos al bloque y entramos en el edificio. Justo cuando nos acercamos al ascensor, la puerta se abre y baja una señora que saluda a Jorge.

Entramos y quedo en medio de los dos. Carlos pega su cuerpo a la pared del ascensor y su mirada se torna lasciva. Nos miramos en el espejo y de pronto la bala comienza a vibrar dentro de mí. Mi boca se entreabre y me encojo al sentirla mordiendo mi labio inferior. Se escucha un pequeño zumbido y Jorge sonríe.

Carlos se acerca a mi cuello, siento su respiración y me susurra:

-No sabes lo cabrón que me pones.

Desliza la mano por mi vientre pegándome a él. Siento una fuerte erección bajo su pantalón que empuja contra mi culo. Mis pezones se endurecen empujando la tela del vestido y la piel se eriza con fuerza. Sube otra velocidad y empujo mi culo contra Carlos estremeciéndome.

-No debí darle el mando. –dice Jorge mientras me mira y sonríe deslizando su mano por mi mejilla.

La puerta del ascensor se abre y un chico joven nos mira. Los chicos le saludan y salimos. Siento mi coño mojado. La respiración se acelera y mi pecho se hincha con más fuerza.

Jorge desliza la mano por mi culo y saca la llave de su bolsillo para abrir la puerta.

Carlos sube otra velocidad más. Siento un escalofrió y aprieto mis piernas al jadear.

-Joder!!! ¿Quieres que me corra en la entrada? –digo mirando a Carlos

Muerdo mi labio con fuerza. Jorge abre la puerta y le seguimos. Al entrar Carlos me agarra, me empuja contra la pared, cierra la puerta casi de un portazo y hace que Jorge se gire.

Sube mi vestido hasta la cintura y agarrando mis manos las pone sobre mi cabeza. Las sujeta con una mano y me mira fijamente con deseo. Mi pecho se hincha con fuerza y jadeo sin parar. Baja su mano y la desliza entre mis muslos hasta llegar al tanga. Es un tanga de hilo y encaje. Pega un tirón y se queda con él en la mano. Lo lleva a su cara y lo huele. Aspira con fuerza. Lo mete en su bolsillo y desliza sus dedos por mi coño.

-¡¡¡Estás empapada joder!!!

Giro la cabeza y veo a Jorge mirándonos. Está abriendo su camisa.

-Abre las piernas. –me dice Carlos

La bala vibra sin parar. Abro mis piernas y siento como su mano se estampa en mi coño azotándolo. Da un par de azotes y deslizando sus dedos por mi raja llega al clítoris. Protesto al azotarlo y gimo con fuerza. Comienza a moverla rápido y cuando me tenso y gruño, pega un tirón de la bala y esta rueda por el suelo. Siento como si saliera pis de mi interior y me azota de nuevo. Gimo con fuerza. Vuelve a mi clítoris y mueve sus dedos todo lo rápido que puede mientras hunde su lengua en mi boca y me besa con pasión. Veo como para su mano, abre su pantalón y deja de besarme. Mi coño se contrae sin correrse. Cojo aire a bocanadas. Suelta mis manos y dándome la vuelta azota mi culo. Siento como pica.

-auuu -digo protestando

Me agarra por las caderas poniendo mi culo en pompa y desliza el glande entre mis labios hasta dejarla en la entrada y de una embestida se clava dentro de mí hasta el fondo. Grito al sentir como se aferra a mis caderas apretando contra su polla y yo intento ponerme de puntillas sin conseguirlo.

-¡¡¡Joder me vas a partir por la mitad!!! Le digo con la cabeza pegada a la pared y mirando a Jorge.

Empuja y embestí con fuerza a buen ritmo desde el comienzo. No puedo dejar de gritar.

Estallo mientras me corro en su polla y abro la boca gritando descontroladamente.

-¡Joder me corro!

Cojo aire a bocanadas. El me mira en plan cabrón. Su respiración esta disparada y gruñe.

-Ahhhh! Joder me pones como un puto animal –Grita Carlos

Mi cuerpo tiembla y me retuerce de placer mientras me llena el coño de leche. Empuja con fuerza. Su polla se hincha y palpita soltando los últimos chorros. Gruñe y grita pegado a mi cara. Lleva la mano a mi coño y lo acaricia, está lleno de flujos y fluidos. La sube llevándola a su boca y desliza la lengua. No puedo dejar de mirar con que desesperación lo hace.

Sin dejar de mirarnos, Jorge se ha desnudado dejando toda la ropa en el suelo. Su polla apunta al techo y desliza la mano por ella. Carlos me besa. Sus manos deslizan mis tirantes hasta los codos y estruja mis tetas en sus manos. Pellizca y estira los pezones mientras protesto en su boca. Mi respiración esta disparada y las piernas me tiemblan. Saca su polla y su corrida se desliza por mis muslos. La siento abundante.

Me agarra de la mano y tira de mí.

-Jorge vamos a la ducha. –Le dice

Carlos me lleva hasta el baño y al entrar veo el pedazo de ducha. Es enorme. Tiene una mampara en el suelo de un metro y medio por lo menos. No tiene puerta, solo el hueco de entrada y es ancha por dentro. Se nota que está hecha a medida y para follar. Demasiada ducha solo para ducharse.

-Joder yo quiero una igual, que pasada de ducha. – digo en voz alta con la respiración aun disparada.

La ducha queda en la pared de la izquierda y el lavabo está a la derecha. Esta sobre un mueble de obra y encima hay un espejo enorme. Para no perderse detalle desde la ducha.

-Joder como me pones Pao. Me duele la polla de lo dura que esta. No me baja. – Dice Carlos

Jorge se ríe. Se pone detrás de mí y desliza el vestido hacia abajo. Cae a mis pies. Siento su polla rozar mi culo, está muy dura.

-Me alegra ver que os lleváis tan bien. –Dice Jorge

Carlos se desnuda en segundos.

Jorge desliza las manos por mis caderas, sube por mis costados hacia mis pechos y los agarra con fuerza. Ayudándome con los pies, me quito las sandalias.

-Pao me vuelve loco que seas tan guarra – me susurra Jorge

Recorro a Carlos con la mirada. Su polla sigue dura y tiene las venas tan marcadas que se pueden hasta contar.

-Vamos a la ducha Paola. –Me dice Jorge

Me muevo y entro en la ducha. Al ser una ducha grande, no estamos para nada incomodos y nos podemos mover bien. Lleva un panel en forma de L, la parte de la pared está llena de chorros y sobre nosotros hay un rectángulo que casi nos cubre a los 3. Carlos abre el grifo y sobre nosotros cae agua templada que recorre nuestros cuerpos. Yo deslizo las manos por mi cara apartando el pelo que cae sobre ella. Cae en forma de lluvia suave que no molesta nada y es muy agradable la sensación.

Necesitamos una ducha y quitarnos la sudada que llevamos.

Acercamos las manos al dispensador de jabón y nos enjabonamos. Deslizo la mano por mi coño para limpiar todos los fluidos que puedo. Deslizo los dedos entre mis labios, froto la parte interior de mis muslos, hundo los dedos un poco intentando limpiar todo lo que puedo. Jadeo sin darme cuenta y al abrir los ojos, me los encuentro mirándome polla en mano.

Sonrió al ver sus caras

-¿ocurre algo? –Les digo

Los dos se miran y resoplan.

Me pongo de rodillas. El agua se desliza por sus cuerpos barriendo la espuma hacia abajo. Agarro sus pollas deslizando las manos arriba y abajo. Las pajeo mientras se mueven para dejar sus pollas una al lado de otra. Carlos cierra la ducha.

Les miro y saco la lengua. Acerco la boca a la polla de Jorge y comienzo en sus huevos. Los recorro y estiro la piel con mis labios. Mis manos se mueven, una empujando la polla de Jorge contra su vientre y la de Carlos pajeándola. Ambas están muy duras, descapulladas y con las venas marcadas.

-ufff -Jorge resopla deslizando su mano por mi cabeza

Empujo la polla de Carlos contra su vientre y deslizo la lengua por sus huevos. Los recorro, estirando la piel con mis labios. Paso de uno a otro. Agarro su polla y deslizo la lengua por el tronco como si fuera un helado. Subo hasta el frenillo, lo rozo, la deslizo por el glande lo recorro y voy a la de Jorge.

-ahhhh joder! –gruñe Carlos

Agarro la polla de Jorge. Deslizo la lengua hacia arriba, recorro el tronco, juego un poco en el frenillo y cuando grita, la hundo en mi boca. La mamo con vicio. Succiono al sacarla, suelto al meterla. Mi lengua se mueve y la siente por un lado y por otro. Cuando estoy a punto de sacarla, deslizo la lengua por el glande y la meto de nuevo. Sigo mamándosela un poco más hasta que gruñe de placer.

-Joder como la chupa –dice Jorge

Le miro y me relamo. Veo como muerde su labio. Saco la lengua y subo por su tronco hasta el frenillo, juego en él y cuando se tensa la meto en mi boca hasta donde puedo.

Gruñe al sentir como la hundo. Como llena mi boca. Succiono y suelto. Entra y sale. Mi lengua sigue jugando rozándola como puede. Al sacarla casi por completo recorro el glande con los labios, con los diente y la meto de nuevo.

-ahhh joder! -Protesta Carlos

Jorge me mira y sonrió. Vuelvo a relamerme y con ambas pollas en las manos voy de una a otra rozando el glande. Las tengo tan cerca que voy de un frenillo a otro. Sus pollas se tensan en mis manos, gimen y deslizo la lengua por el glande. Araño sus glandes como mis dientes y Jorge me agarra del pelo.

-Paola está muy sensible, me estas matando.

Sonrío maliciosamente y la meto en mi boca. Succiono con fuerza y grita al sentir como hago el vacío. Suelto al meterla y sigo un par de veces más. Paso a la de Carlos y hago lo mismo. Gruñe sin poder evitarlo. Mis manos no quedan quietas. Sigo pajeando y chupando. Miro sus caras.

Meto de nuevo la polla de Jorge en mi boca y la chupo con ansia. Siente el deseo y mis ganas en la forma de chupársela. Subo el ritmo, la presión de mis labios, la succión y giro la mano en su polla cuando sube y baja por ella hasta la base. Su respiración esta disparada, su polla se hincha y sigo sin parar. Su mano agarra mi pelo y su cadera se mueve instintivamente. No me folla la boca, deja que yo siga haciéndolo.

-que zorra, me voy a correr solo de verte chupársela –dice Carlos.

Jorge se retuerce, gime y gruñe.

Sin darle descanso sigo follándolo con mi boca, hasta que empieza a gritar, saca su polla y se corre en mi mejilla. Su respiración esta disparada, su polla palpita en su mano y deslizando los dedos deja salir las últimas gotas de su corrida. Me mira a los ojos y posa el glande en mis labios. Abro la boca y la chupo muy despacio. Coge aire con fuerza. La corrida de Jorge se desliza hacia mi barbilla y gotea sobre mi pecho. Deslizo la mano por mi mejilla y restriego su corrida por mis tetas.

Miro a Carlos. Su respiración esta acelerada y muerde su labio.

Abro la boca y gime. Meto su polla dentro sin miramientos. Comienzo a chuparla con ansia. Entra y sale, succiono y suelto. Subo el ritmo mientras se retuerce. Sabe que no voy a parar. Por un momento agarra mi cabeza y mueve su cabeza fallándome, pero sin hundirla en mi garganta. Abro la boca para coger aire al tirar de mi cabeza hacia atrás y me mira.

-menuda boquita joder!

Le miro con la boca abierta y la mete de nuevo. Sigo chupándosela. Me deja hacer y succiono con fuerza. Mi mano gira en su polla.

Carlos grita en cada succión. Siento como se tensa, como se retuerce y no paro. Intensifico la mamada, hasta que gruñe con fuerza. Me agarra de la cabeza y siento como la hunde corriéndose en mi garganta. Me aguanta unos segundos más y me suelta. Cojo aire como puedo mientras su corrida se desliza hacia mi estómago. Le miro mientras sus últimos chorros caen en mis tetas. Desliza sus dedos por mis labios y me besa.

Jorge tiende su mano para ayudarme a levantarme y me besa también.

Ponen un poco de jabón en sus manos y limpian sus corridas de mi cara y mis tetas.

Durante un rato nos duchamos los tres.

Sin duda alguna, la noche no acaba aquí y terminamos follando como putos animales los tres.

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