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Tiempo de lectura: 13 minutos

Para los que no hayan leído mi relato “Los divorciados” Soy Andy.

Mido 5”7 ni tan alto para Estados Unidos. Piel dorada por este intenso sol de Miami y la playa que me fascina literalmente. Ojos color miel claro y mandíbula sobre lo cuadrada, labios gruesos sin parecer exagerados. Llevo cerca de un año y medio rapado y con aretes en ambas orejas. Mi pecho ya va recuperando esa dureza que tuvo en aquella juventud de juergas y natación que tanto me gustaba. Y mis músculos volviendo a su forma original de papi sexy o como le llaman ahora el Dad Bod (Cuerpo de papá). Por fin he logrado tener los tatuajes que tanto me han gustado. Varios de ellos en mis brazos, uno en la pierna, tobillo izquierdo, antebrazo derecho y mi ancha espalda. En fin luzco como realmente debía haber sido desde un principio si yo no hubiera aguantado tantos años de clausura social. No tengo abdomen duro, no me gusta, lo veo muy falso y además me gusta demasiado la comida. Voy al Gym para hacer pesas, pecho y espalda que siempre me ha gustado. Soy velludo, bastante diría yo. Así que para definir mis músculos me rebajo con maquina eléctrica sin llegar a rasurarme con cuchilla. Estoy mejor dotado que muchos por ahí, tengo un miembro más allá de lo normal para los estándares del país donde vivo. Son ocho pulgadas y media, gorda y bonita diría yo, con prepucio bien abierto que cubre solo la mitad de la cabeza. Huevos recogidos pero bastante grandecitos.

Mi primer año de divorcio viví con mi primo Allan que es 5 años menor que yo y el miembro de la familia que más odia mi ex, que luego entendí por razones obvias es el único que me trataba de hacer entrar en razones y abrirme los ojos durante mi fallido matrimonio por ende no gustaba de él . Artista, músico, pintor, bohemio y muy pero muy abierto y tolerante a todas las costumbres y culturas. Al final de ese mismo año comencé a tener identidad propia y vestirme a mi gusto etc. Tenía mis dos primeros tatuajes y era de las primeras veces que me rapaba la cabeza, dejándome mi vello facial solo alrededor de la boca estilo candado como dicen por ahí.

La casa que compartíamos era pequeña pero cómoda, Allan la había heredado de sus abuelos paternos. Aun no se asentaba del todo del todo, tiene un hijo con Brenda un amor de persona y una de las mujeres más bellas que he conocido. El marquesito como le llama mi ex había estudiado en Europa y por ende sus costumbres son más diferentes, avanzadas y muy distintas a los obsoletos cánones de una sociedad arcaica que rigen en nuestra familia materna que se asienta en Miami. Solo es fiestero, bebedor y fumador pero la familia religiosa de dónde venimos proyecta una imagen que se debe tener ante una sociedad que juzga y siempre lo han tenido como la oveja negra de la familia. Así que cuando mi primo conoció a Brenda, todo el mundo pensaba que por fin se iba a establecer pero se separaron y volvió a su vida de mujeriego y tomador.

-Andy te he dicho que me dejes agua caliente, que esta casa es muy vieja. Ya cuando se pueda tenemos otra con dos baños, ahora déjame el espejo que yo me tengo que afeitar también.

-Allan ¿y tu piensas que yo voy a vivir toda la vida contigo papo?

-Esta es la man cave de los primos me decía con su voz de fumador. No me dejes solo que tengo miedo.

Me abrazó por la espalda y pude sentir el roce de su miembro flácido rozándome una nalga.

¡Quita maricón que me estas pegando la pinga en el culo!

-¡Hay ya se te olvido cuando te mudaste para acá con quien te dormías llorando abrazado!

-No si lo digo porque con el tiempo que llevo sin nada hasta me provoca jugar a los sables contigo.

Comencé a reír y a amenazarlo con mi pinga en la mano, que aunque no tan grande como la suya tiene las dimensiones que ya les dije.

-Echa eso para allá que yo soy alérgico a todas las cosas con forma alargada y cilíndrica. Me dijo riendo mientras me daba una nalgada y me decía: Dale termina que hoy no vengo a dormir.

Allan es de la parte española blanca de la familia, de ojos tan azules como los zafiros de mis orejas. Solo se pone camisas o camisetas de esos tonos a propósito para resaltar el color. Melena estilo surfista rubia corto delante y en capas detrás y piel tostada de andar siempre que puede en Haulover beach. Una de las pocas playas nudistas que aun existen en Miami. Como es de esperar exhibicionista por naturaleza y porque ella le dotó de unos magníficos genes de belleza natural, envidiables músculos y un metabolismo único, no engorda con nada ni después de los 35 .Una hermosa pinga que le es muy difícil acomodarse en cualquier prenda, calzoncillo o traje de baño debido a su largo tamaño, cubierta con un gracioso y tambien dorado prepucio bastante cerrado, no se afeita el cuerpo aunque no es tan velludo como yo, su condición de blanco rubio le hace tener vello solo en ciertas zonas. Su pubis se lo rebajaba constantemente para que luzca como él mismo dice bonito natural y listo para taladrar cualquier hueco.

-Ya terminé el lavamanos es todo tuyo.

-Ya era hora, apenas me queda tiempo para que esta cara bella quede como nalguita de bebé.

-Eres un estúpido narcisista Allan lo único que te falta es que te hagas un autorretrato y procedas como Dorian Gray…

-Je ¿y tu crees que no lo he pensado? ¿Tú no conoces algún brujo por ahí? Dijo eso mirándose en el espejo y poniendo espuma de afeitar en su cara.

-Si la familia te oye te deshereda…

-Total Andy para lo que da la familia. Además tú sabes que mi herencia viene de la familia de papi gracias a ellos tengo mis estudios en Europa y tenemos techo.

Mira como terminaste tú por hacerle caso a esa sarta de farsantes hipócritas. Gracias al primo diferente como me llaman todos eres hombre nuevo. Por cierto vas a la fiesta mañana ¿verdad?, yo te anoté van a ir jevitas buenas a ver si te empatas porque no te he visto en acción hace rato ya. Te voy a tener que venir a buscar a eso de las doce y ven a mi carro que te compré ropa porque mi primo tiene que lucir con clase.

-¿Qué, estas como esa loca ahora? Resulta que tu tambien me quieres vestir tambien a tu antojo. Ya yo no soy monigote de nadie.

-Hay tu siempre estas protestando que malagradecido eres. Agradece que tu primito tiene buen empleo y se codea con gente buena y con plata. En cuanto venga la mujer perfecta ¡te vas a quedar en la calle y sin llavín!

Se puso una crema humectante luego de haber terminado con su cuchilla para decirme: Mira esto es lo que te hace falta ven ponte un poquito para que te quites unos añitos, a mí me preguntan si tengo 28. Es mas te regalo esta para que veas que bien vas a lucir.

-Huy Allan si es que te digo lo único que te falta es meterte una pinga, si no lo has hecho ya.

Soltó una hermosa carcajada y abrió el maletero del carro desde la sala de la casa. Salió descalzo y con una toalla enredada en la cintura, regresó con varias bolsas. Me extendió una diciéndome esto es tuyo. Es tu talla y el reloj tambien es tuyo, no te vayas a poner esa antigüedad que te compro tu ex por favor.

-Pero es todo blanco.

-Por eso te compré todo nuevo. Yo se que tu no tienes nada para ponerte mañana en esos tonos y es un White Party. Es para una causa benéfica. Así que ponte guapo que van a ir varias amigas. La única que no está disponible es Mónica así que si oyes ese nombre ni te acerques. Eh, eh… guapo ya soy y tú sabes que estoy más bueno que tú, yo no tengo la culpa que me hayan tenido preso tantos años sino el que estuviera invitándote a esa fiesta fuera yo.

Al día siguiente llegó Allan con cara de no haber dormido en toda la noche. Eran cerca de las 11 y algo de la mañana.

Coñooo primo ¡la cogiste en grande!

-¿Me haces un cafecito papo? No tengo fuerzas ni para levantar la cafetera.

-¿Eh no te hicieron café?

-Nah si la dejé tan cansada que me fui y ni se enteró, le di hasta por el culo, literalmente. Me dijo que va a llegar más tarde a la fiesta.

Llegamos a una casa bien lujosa en la zona de Golden Beach. Mi atuendo consistía en zapatos de mocasín y pantalón de lino, camisa tambien de lino por fuera de mangas largas dobladas hasta el codo para lucir parte de mis tatuajes y una camiseta tambien blanca por debajo de la camisa para dar más elegancia a mi look. Mi primo decidió ir de camiseta de mangas cortas como la mía y blazer para variar más estilo Miami Vice.Luego de los saludos de rigor y las miradas furtivas de varias chicas, y chicos tambien. Nos asentamos en una esquina del salón más grande con la tal Mónica, de pelo rubio y curvas sexy. Ellos hablaban de cosas de cultura y arte de los cuales yo sabía un poco solamente, apenas asentía con la cabeza para no meter la pata o solamente callaba mientras ellos conversaban. La Champagne muy buena comenzaba a hacer efecto. Allan se apartó por un momento de Mónica y me dijo al oído: Primo esta fiesta es bien importante, por favor te suplico que lo que veas aquí te lo reserves y lo que me veas haciendo hoy, por favor no me juzgues.

-Allan yo se que tu fumas marihuana, yo no soy tu papá así que relájate.

-No es eso solamente, confío en tu discreción.

Acto seguido volvió al lado de Mónica y ella se puso algo en la lengua y lo besó efusivamente. Breves minutos después llegaba un sujeto como de unos 45 años piel trigueña y pelo negro, barba bien arreglada parecía modelo de revista de modas, pantalones súper apretados, camiseta blanca casi transparente que marcaba pectorales y abdomen de Adonis , blazer beige unisex. Besó a Natalia en la boca y luego a mi primo, se unió a ellos y salieron abrazados los tres.

Luego de mi shock emocional necesitaba algo mas fuerte y me acerqué al bar. Me pedí un whiskey a las rocas y me dispuse a caminar un rato cuando este imbécil que venía sin mirar chocó conmigo y me derramó su trago encima de una de las mangas de mi recién comprada camisa, el jugo de arándano del trago la manchó de rosado. Lo que cayó al piso apenas salpicó en mis pantalones porque mis reflejos me hicieron dar un salto y esquivar lo que hubiese sido un fatal accidente para mi atuendo. Lo miré con cara confusa, él miró con cara de asustado y me dijo muy correctamente:

-Perdón no fue mi intención no venía mirando. Ven que yo resuelvo eso ahora mismo.

-No, tranquilo yo me las arreglo solo. Me dedicó una sonrisa con sus dientes parejos perfectos y sus carnosos labios, portaba chaqueta blanca de lino estilo europeo, se la quitó y dejo ver una fina enguatada blanca de mangas largas que marcaba pectorales bien definidos. Me extendió la chaqueta y sonrió de nuevo esta vez como planeando algo.

-Por favor no te molestes ya te pedí disculpas, fue un accidente. Por lo menos toma mi chaqueta para que ocultes la horrible mancha que te he causado. Me la volvió a extender mientras yo la rechazaba con desconfianza.

-No seas tan rencoroso la otra opción es ir al segundo piso y yo le quito la mancha, en mi casa lo haría mi empleada y yo te ofrecería ropa mía, aquí lo tengo que hacer yo mismo.

Me sentí tan mal que decidí perdonarlo total estaba en una fiesta y más negatividad arruinaría todo cualquiera tiene uno de esos accidentes.

-No es nada de veras dejémoslo así. Ven vamos al bar para que te pidas otro de esos y por favor no me lo vuelvas a tirar encima dije riendo. Él continuó riendo conmigo y nos fuimos al bar.

-Me llamo Hasim mucho gusto.

-Andy, me llamo Andy.

Al acercarse sentí el aroma de su colonia muy masculina.

-Deberías de veras irte conmigo al segundo piso para ayudarte con eso, luego que se seque es más difícil.

Accedí a tanta insistencia, tomamos el ascensor y llegamos por un pasillo largo a un lugar más apartado de la enorme residencia donde nos encontrábamos. Lo seguí y me llevó directo a la lavandería de la casa.

-Quítate la camisa.

Lo miré con desconfianza.

-Que te quites la camisa o pretendes que le quite la mancha con ella puesta. Aquí no va a venir ningún invitado, es la lavandería.

El tipo no me quitaba los ojos de encima ni un segundo mientras yo me quitaba la camisa. Era un hombre varonil, como ya he relatado tenía pectorales bien marcados aparentemente bien peludo, la camiseta de algodón bastante fina dejaba ver un pecho acolchonado, buen cuerpo de ejercicios, cara como del medio oriente, nariz sobre lo pronunciada más bien grande y piel oscura sin ser mulato. Ojos almendrados color miel claro, labios pronunciados, cejas tupidas, barba corta bien arreglada. Era ancho pero no gordo tendría cerca de 36 años. Fui mirando un poco mas hacia abajo y pude observar que tenía muslos proporcionalmente fuertes y anchos y se suponía que tuviera buen culo tambien. Observé su bulto de reojo mientras me quitaba mi camisa y pude notar algo prominente tambien acorde a su talla y peso.

-Hasim es que me da pena que lo hagas tu si la camisa es mía.

-Y yo fui quien te la arruinó.

En ese momento entre la media borrachera y la vergüenza traté de forcejear un poco con él tomando la camisa de sus manos escondiéndola detrás de mi espalda. Hasim respondió de la misma manera bloqueándome con su cuerpo hasta quedar totalmente pegado a mí. Hubo un momento de tensión mientras recordaba mi furtivo encuentro unos días antes con mi amigo guatemalteco (Mi historia “Los Divorciados”). Pegó su cara y rozó sus labios ligeramente casi contra los míos tratando de buscar detrás, cuando reaccioné tenía mis muñecas apretadas y el peso de su cuerpo me inmovilizaba. Experimenté una sensación agradable que no había sentido antes y mi respiración se comenzó a agitar. De momento apareció un tipo al parecer tambien de por allá por esos lares sin camisa y con el cinturón desabrochado, andaba descalzo. Su pecho era de pelos negros encaracolados que bajaban hasta una cómica barriguita tambien peluda sin abdominales pero sin grasa, facciones varoniles y árabes tambien.

-Perdón Hasim no quería interrumpir.

-No has interrumpido nada Nadir, aquí le he tenido que rogar a mi amigo Andy que me deje quitarle la mancha a la camisa que le arruiné pero nada más.

-Ah bueno estoy en la habitación al final del pasillo, vengo a buscar champagne de la reserva de esta nevera, estoy con Emily y Tarik, ya sabes que ese chico está loquito por ti.

Hasim se puso bien nervioso al oír esto y solo respondió varias cosas en la lengua natal de ambos, se puso rojo y bajó la cabeza. Perdón habibi respondió el tal Nadir tomó su botella y se marchó.

-Eh… ¿dónde estábamos? Ah en que me des la camisa.

Todavía sin soltarme las muñecas y pegado a mí sentí el peso de su cuerpo y todos aquellos puntiagudos pelos que rozaban mi piel, aquello se sentía delicioso. Desprendía un calor agradable en conjunto con aquella colonia sensual e intoxicante que ya yo había percibido desde el primer minuto que fuimos al bar y que por algún motivo ya me estaba causando sensaciones raras y una erección no común en mí. Ya or fin cedió al notar que yo dejaba ir mi camisa en sus manos.

-¿Quién era ese, y quien es Tarik? (Pregunté yo mientras me sobaba las muñecas)

-No te preocupes que Nadir no nos va a molestar más. ¿Te hice daño?

Yo me puse nervioso y comencé a temblar como una hoja, no es nada contesté. Él se dio cuenta y solo se viró hacia el lavamanos enorme y agarró varios productos. Pude observar un par de hermosas nalgas apretadas en su pantalón blanco redondas y musculosas.

-Ya está, solo espérame aquí Andy que ya regreso.

Metió la camisa en la secadora más pequeña y salió de la habitación.

Regresó con una botella de whiskey super caro y dos vasos con hielo. Luego de servirme se dio un trago largo.

Yo comencé a reír comentando -Oye Hasim ¿De dónde te robaste la botella?

-Soborné de nuevo al mismo chico de la barra que esconde el jugo de arándano para mi me dijo entre carcajadas. Por cierto ¿por qué te pusiste tan nervioso cuando me acerqué a ti? Yo solo quería tu camisa.

-¿Yo? no son ideas tuyas.

Me miró con sonrisa en los labios y ganas de comerme vivo, se volvió a acercar lentamente a m; Me acarició las muñecas y comenzó a pasar sus manos por mis brazos hasta llegar a mi pecho, me levantó la camiseta hasta mi cara y me la sacó de un tirón. Sus manos grandes se sentían deliciosas al tacto tocando mi pecho y mi barriga, descansando sutilmente en la hebilla de mi cinturón. Uñas arregladas muy masculinamente, volví a sentir su delicioso olor a colonia cara. Comencé de nuevo a temblar, en mi mente no era posible que me volviera a estar sucediendo lo mismo. Otro hombre me trataba de seducir y mi reacción era de placer y excitación.

-Andy estas temblando de nuevo pero no me has rechazado.

-Honestamente estoy medio borracho y confundido… y es la segunda vez que me pasa esto.

Me abrazó fuerte contra el lavamanos y rozó sus labios levemente con los míos. Volví a sentir su peso, respiré su aroma ahora bien cerca de su musculoso cuello. Me puso la mano en la entrepierna y notó que se me estaba poniendo dura, apretó varias veces y soltó. Yo no sabía que hacer, estaba tan confundido que no atinaba a nada. Vi como tomaba un sorbo de whiskey, yo intente hacer lo mismo entonces acercó rápidamente su boca a la mía y compartió su trago en un sensual beso que me dejó sin palabras. Volvió a agarrarme mi bulto que no bajaba en lo absoluto, al contrario parecía que se quería salir del pantalón. Bajó la cremallera de éste y buscó palpar mas de cerca mientras yo me regocijaba con tales caricias. Me besó nuevamente esta vez con mas confianza y con lengua, yo respondí al beso esta vez. Por fin me zafó el cinturón y dejó que el resto de mi ropa corriera piernas abajo.

-Oye que nos pueden ver.

-shhh ya te dije que este es el cuarto de lavados, excepto el estúpido de Nadir que ya sabe que no se puede acercar más por aquí, estamos solos. Acto seguido se quitó la camiseta y se zafó los pantalones estos no cayeron porque estaban muy apretados, pero se veía el elástico de unos calzoncillos blancos que bellamente contrastaban con una pelambrera encaracolada, hermosa y negra que cubría, abdomen pecho y axilas.

-¿Andy estas bien? Si quieres paramos.

-Hasim perdóname me siento muy a gusto pero… es que no sé qué hacer con un hombre. Soy nuevo en esto, y te juro que es mi segunda vez.

Él muy cortésmente me acarició la cara y me besó suavemente haciendo énfasis en mi labio inferior. Continuó por mi cuello mientras susurraba: Esta bien habibi deja que yo me encargo y continuó besando mi pecho y haciéndome sentir sensaciones únicas. Siguió hasta mis pezones que literalmente nunca habían sentido unos labios, al oírme gemir los chupó con delicadeza mientras no dejaba de masturbarme con un placer indescriptible. Siguió besando y lamiendo mi abdomen hasta llegar a mi pinga, la agarró con una mano y tocó mi glande delicadamente con la punta de su lengua; Puso mis huevos en la palma de su mano y se metió mi cabeza de una vez en la boca. Yo estaba literalmente en la gloria y no salía de mi asombro. Estaba tan atónito (y medio borracho) que notaba lo que pasaba, me gustaba pero no sabía cómo habíamos llegado ahí. Continuó chupando mi cabeza por un buen rato hasta que comenzó poco a poco a meterse el tronco tambien en su boca. Se incorporó para comenzar a besarme esta vez de forma más efusiva y apasionada. Ahora su vello rozaba deliciosamente mi cuerpo desnudo. Por fin haló sus pantalones hacia abajo, yo le ayudé con sus calzoncillos. Su hermosa pinga gorda y venosa limpia de piel en su glande era definitivamente mas grande que la mía y sus testículos tan oscuros como la piel de su impresionante miembro. Su roce se sentía mas delicioso aun y su pinga ya en mi mano se me antojaba divina.

Tomó mis manos y las colocó en sus nalgas, tambien velludas y muy prominentes. Estas sensaciones, nuevas para mí en compañía del whiskey que no cesaba de fluir me excitaban mucho. Ahora lo besaba yo, metía mi lengua en su boca y mordía ligeramente sus labios, mientras mutuamente nos masturbábamos deliciosamente. Volvió a bajar hasta mi miembro nuevamente, esta vez con mas furia que la anterior, se tragó todo aquello de un tirón hasta que comencé a sentir su garganta masajeando mi glande. En mi vida había sentido sensaciones de esa índole. Mi cerebro estaba al explotar de placer, delirio y sobre todo maldiciendo el tiempo perdido por no haber probado antes una boca masculina que mamara tan sabroso. Si el propósito de esta fiesta era una causa benéfica este hombre ya se había ganado el mayor reconocimiento de todo el evento al menos conmigo. Mi excitación era tanta que luego de incorporarse lo abracé fuertemente, mientras lo besaba con pasión y deseo, comencé casi incontrolablemente a lamer sus labios, su cara, su cuello a respirar su aroma de hombre perfumado, fornido maduro. Por primera vez tuve el placer de chuparle sus pezones apenas visibles por la pelambre de su pecho y todo su cuerpo. No sé de dónde saqué el valor para bajar hacia su peludo sexo y comenzar a lamer suavemente la puntita de su miembro como con miedo pero con deseo.

-No tienes que hacerlo, yo te puedo dar todo el placer que tú quieras hoy, contigo no necesito que me retribuyas nada.

Volví a su cara y sin decir una palabra me volví a comer esos labios deliciosos.

-Andy podemos terminar como tu quieras y en donde tu quieras. Esta casa tiene varios cuartos de invitados y esta no es mi primera fiesta benéfica aquí.

Lo viré de espaldas y comencé a acariciar sus peludas nalgas, para mi sorpresa no me molestaba en lo absoluto que tuviera tanto pelo, al contrario para mi era un complemento a su masculinidad y su aspecto varonil que como dicen por ahí: El hombre es como el oso mientras mas peludo mas hermoso.

Viró su cuello hacia mi mientras pegaba toda su espalda contra mi pecho y me ofrecía su lengua, con una mano abría sus nalgas y con la otra me masturbaba intensamente. Comencé a rozar su raja peluda mientras él se agarraba del lavamanos y me pasaba un condón y un paquete plástico de lubricante en miniatura. Yo entendí rápido lo que debía hacer y ni corto ni perezoso lo comencé a penetrar despacio, luego sentí que empujó de golpe y se ensartó él mismo hasta los huevos mientras soltaba un gemido como de alivio seguido por unos leves alaridos de placer mientras movía su cintura como un experto. Tantas sensaciones juntas eran divinas y deliciosas así que lo tomé por la cintura y comencé con el clásico mete y saca solamente hasta un poco menos de la punta y volvía a meter con fuerza, su culo bien abierto recibía todo aquello que yo le daba sin queja alguna, solo placer. Se sentía delicioso y muy caliente, él estaba en la gloria y yo con tantas experiencias nuevas, no tardé más de diez minutos en decirle: Si no paras ahora mismo de moverte, me vas a hacer venirme. Movió su cintura en círculos varias veces apretó duro con su esfínter mientras temblaba, me di cuenta que se estaba viniendo y yo tampoco pude más. Pegó una vez mas su espalda a mi pecho, su cuerpo con el mío aun con mi pinga palpitando en su interior, recostó ligeramente su cabeza en mi hombro mientras yo lentamente sacaba mi miembro que ya comenzaba a ponerse medio flácido y me dio las gracias.

Voy a una de las habitaciones a darme una ducha puedes venir conmigo me dijo acomodándose la ropa.

Ya la culpa y la vergüenza comenzaban a hacer efecto nuevamente; Mejor me voy le dije, mi primo me debe andar buscando. Hizo un rictus en su rostro de no saber de quién yo hablaba.

-Allan es mi primo.

-Oh es que no se parecen en nada, tu pareces más familia mía que suya.

Sonreímos por el comentario.

Abrió la secadora y me ofreció mi camisa. Me volvió a besar y me dejó arreglándome para bajar nuevamente a la fiesta.

Espero que esta historia tambien les haya gustado. Y no olvides valorar y/o comentar.

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Siempre tuyo ThWarlock.

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