Había pasado un tiempo desde que comencé a trabajar y a conocer mi país gracias a la consultora. Me había podido comprar un departamento. Las cosas iban bien. Seguí satisfaciéndome con sesiones de selfbondage, todo muy rico y tranquilo.
Un día recibí la llamada de una amiga de la universidad. Quería saber si podía recibir a su hermano en la capital ya que primero había estudiado gastronomía en el sur, pero luego de eso como en el mundo laboral no le había ido como esperaba había postulado a la universidad con éxito y necesita a algunos meses para buscar una pensión, también conocer Santiago. Le dije que no había problema y que se quedara lo que necesite.
Efectivamente, no hubo problema ya que él contaba con ahorros como para movilizarse sin problemas y comprar cosas. Sólo le tenía que dar indicaciones y lograba llegar.
Un día me preguntó si podíamos hablar de algo, yo le dije que sí, que somos gente adulta así que me contará con confianza. Me dijo que llevaba unos meses saliendo con una compañera de universidad, pero que no había pasado a mayores aún ya que a sus 24 años era virgen. No sabía cómo.
Le dije que en realidad era algo que se daba naturalmente y simplemente el cuerpo le iba a decir como tenía que actuar. Me dijo no comprender así que de a poco sin que tomara atención comencé a rozar mi pie primer en su pierna y luego su pene. En una mezcla entre sorpresa y enojo me pregunto que estaba haciendo, le dije que probando mi punto ya que sentí su erección.
Me dijo que no era gay ni tenía interés pero que de todas maneras le llamó profundamente la atención lo sucedido.
Días después simplemente me anime. Le dije que iba a dejar copia de las llaves en la conserjería y que cuando llegue suba, que no me espere.
Así lo hizo y lo estaba esperando con una sorpresa. Yo podría haber quedado como imbécil o pasarla muy bien así que me arriesgue.
Cuando abrió la puerta y entró escuche que exclamó "Wow" y quedó mirando unos momentos hasta que le hice una seña con la cabeza para que se acerque.
Como estos años me hice practicante del selfbondage eso hice. Me maquille, me puse mi lencería, ligas, portaligas y corset. Me puse un ballgag y luego me ate las muñecas a los tobillos. Así lo estaba esperando, con el culo apuntando directo hacia donde yo sabía iba a entrar.
Me preguntó qué hacía ahora, le volví a hacer una seña con la cabeza y le masculle algunas coas hasta que entendió me tenía que quitar la mordaza. Le pregunté entonces que qué le decía su cuerpo y que pensaba, me dijo que quedó paralizado de la impresión ya que sabía era yo, sabía era hombre pero tuvo una erección muy grande y le habían dado ganas de morderme el culo.
Le dije que la mesa ya estaba preparada y que iba a ser su decisión que hacer al respecto. Me respondió que si, que era algo con lo que había fantaseando pero nunca pensó estas serían las circunstancias. Le dije que fuera a su ritmo, despacio y que se tomara todo el tiempo del mundo. Que haga como se le vaya ocurriendo. Eso sí antes le pedí se pusiera un preservativo y luego antes de la mordaza me vendara.
Así mismo lo hizo. Yo extrañaba mucho esa se sensación. Me lamio y mordió más nalgas, luego me bajo el colaless y me comenzó a comer el ano. Después acarició mis bolas y me pregunto si podía penetrar, masculle que si. Así que lo hizo, tímidamente pero ya luego hasta adentro, completa, se quedó así unos segundos y luego comenzó a taladrar.
Hablaba fuerte diciendo que era increíble y que nunca pensó si primera vez iba a ser así. Siguió cambiando los ritmos, lento y luego rápido.
De la nada paró, se puso frente a mi y me quito la mordaza, me dijo que si se la podía chupar y le dije que si, pero que tenía que tener claro en donde quería acabar. Me dijo que en mi culo obviamente, entonces le dije me avise cuando iba a acabar para parar y que acabe luego en mi culo.
Se la mamé salvajemente, me causó mucha gracia como se estremecía. Me dijo que iba a acá así que pare. Me puso la mordaza rápido y luego acabó en mi culo.
Terminamos y no me desató, me dejó así. Dijo que era para recordar esa escena salida de una de sus fantasías. También me recalcó que no era gay.
Me quito la mordaza y le dije que todo bien, que si quiere practicar más me diga. Así lo acordamos para una próxima ocasión.