Pasaron varios años después de la separación, cada uno hizo su vida a su manera, yo en el mismo lugar y ella en otro país. Un motivo en común nos llevó a encontrarnos en la misma casa, en la misma habitación, pero en distintas camas donde dormían nuestras hijas…
La tarde anterior a mi llegada encontré la sorpresa de verla en casa de su madre después de mucho tiempo, pasaron varias horas después de tratar de ignorarla y fingir que no me importaba, pero de la nada la abracé, sentí el olor tan particular de su piel, ese olor que provocaba mi lado pervertido, toda mi química… Que ganas que apretar sus nalgas con mis manos y besar su boca, tuve que contenerme, pero mi paquete duro me delató… A lo que le dije “te reconoció” en medio de una risa maliciosa, a lo que no la vi indiferente.
Pasé el resto de la tarde planeando como llegarle, me moría por chupar su lengua y sus tetas que son una delicia y sobre todo cuando sus grandes pezones se ponen duros, moría por sentir su piel sobre la mía mientras jugueteaba con mis dedos en su entrepierna (solía hacerla mojar y ponerla tan débil y excitada que me suplicaba la penetrara, y una vez lo hacía perdía todos los sentidos diciendo palabrotas y lastimando mi piel con sus uñas pidiendo le diera más duro). Quería sentirla, quería follármela y lamer todos sus fluidos hasta que me pida de nuevo le meta mi verga.
Llegó la noche, decidimos unir las camas para así compartir una noche de tele con las nenas. Así que decidí dormir al lado de la orilla de su cama, donde bajó las cobijas inició mi lujuria, empecé a tocar su cuerpo, su piel y bajando lentamente sobre sus entre piernas empecé a apretarlas dándole en mensaje que la deseaba, por un momento se notó incomoda, pero después se acomodó de espaldas dejando descubierto su trasero para darme facilidad de juguetear con él…
Había llegado a la gloria, mi dedos tocaban sus labios mientras se iban mojando y ella se disponía más para facilitar mi trabajo, que humedad tan rica, daría lo que fuera por poder bajar y chuparle su clítoris. No podía por lo que las nenas estaban ahí viendo tv… Pero ella se acercó pidiendo la penetrara y tomando mi mano la llevó directo a sus tetas para que las apretara, se giraba para mirarme como queriéndome besar y su mirada me pedía más placer.
Sentía mi verga adentro húmeda y caliente hasta que ya no pude más de tanta excitación como solo ella lo puede provocar y deje correr toda mi leche dentro… Después de eso me dijo que no se podía volver a repetir…
Pero a la mañana siguiente decidí saciar mis ganas de chuparle sus labios en su entrepierna, así que aproveché que las nenas dormían y me lancé directo a su trasero poniendo a un lado su pijama y ropa interior e introduciendo mi lengua en culo, y la sentí despertar excitada.
Dándose la vuelta me dejó ver su vagina mojada y rosada, se me volvía agua la boca y me lancé a pasar mi lengua una y otra vez mientras introducía un dedo en su culo. Hasta que me retiró a la fuerza por la sensibilidad de haberse corrido en mi boca.
Fue el mejor despertar que pudo haber tenido, se quedó mirándome a lo que le besé su boca y le dije “buenos días”.
Me levanté y me marché…