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Viviendo con el hermano de mi cuñado
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Vengo de una familia grande. Mis padres se casaron jóvenes y se dedicaron a tener hijos. En total somos 10, y nada más pararon porque mi mamá se enfermó. Me llamo Wendy, tengo 24 y soy la mujer más chica, tengo cuatro hermanos menores, tres hermanas mayores, un hermano mayor y un hermano gemelo.

Mi hermano mayor ya está grande, vive en México y le perdimos la pista hace unos años. Mis papás también son mayores. En la misma casa vivíamos: mis papás, una de mis hermanas, dos de mis hermanos menores que aún son adolescentes y yo. Y hace unos dos meses salí de pleito con mis papás por un problema de dinero en el que me metió un ex novio, entonces me tuve que venir a vivir unos días a casa de mi hermana Clara (45 años). Clara vive con su esposo Leo (42 años) y el hermano de Leo, Chris (50 años).

Durante estos dos meses, donde vivimos, ha hecho mucho calor. Lo bueno es que a mi hermana y a su marido les ha ido bien, por lo que tienen una casa con alberca. Mientras ellos trabajan, ese es mi territorio. Trabajo en casa, si me entienden, entonces no tengo que salir si no quiero. Me la he vivido en traje de baño o ropa interior las últimas cinco semanas, y Chris me lo agradece jaja. Me falta describirme rápido, soy de estatura baja, piel blanca, cabello rubio largo y, no quiero presumir, pero tengo bien cuidado el cuerpo. Tetas medianas, paraditas. Y me enorgullece tener nalga de gimnasio, gracias a años y años de jugar voleibol. Mi cuerpo gusta y se nota.

Ahora con lo bueno. Hace dos semanas, mientras tomaba el sol y creía estar sola, me dí cuenta que alguien me veía desde una ventana. Sin hacer obvio (gracias a los lentes obscuros) que había pescado a alguien viéndome, me acomode para ver mejor y descubrir que era Chris, y que no solo me veía, si no que se estaba tocando. Si, me había puesto mi bikini más pequeño, creí que iba a estar sola y llevaba días sin lavar ropa. La parte de arriba apenas y me tapaba las tetas y el calzón era básicamente hilo dental.

En un segundo decidí darle más material. Despacio y según sin darme cuenta, me levanté, dándole la espalda y me quité el top. Me di la vuelta mientras me acariciaba las tetas y buscaba el bote de bloqueador. Me aplique una buena cantidad de loción en el pecho, directamente enfrente de Chris. Me concentre en dar buen show. Tengo que admitir, me estaba excitando durísimo toda la escena, pero antes de que llegara a más, levanté la mirada y vi que mi público se había ido. Esa noche fue la primera que me masturbe pensando en él.

Así nos agarró una rutina casi diaria. Yo me salía, cada vez más puta, a la alberca a mediodía. Él se asomaba por la ventana de la oficina de su hermano, se manoseaba viéndome y se iba. En la noche, me masturbaba pensando en él. Hasta hace tres noches.

Estaba harta de la tensión. Había llegado al punto que era difícil no notar su erección cada que me veía en la casa. Y yo vivía mojada. Así qué, haces tres noches que mi hermana y su marido salieron a una cita y nos avisaron que no iban a regresar a dormir, decidí que era mi momento. A la hora de cenar, cuando sabía que Chris estaba a punto de regresar a casa, me puse mi bikini más viejo, por lo tanto, el bikini que se transparenta y deja ver claro mis pezones y mi culo.

Me metí a la alberca y di vueltas y vueltas hasta que escuché su coche en la cochera, salí de la alberca justo a tiempo en el que él pasaba junto a ella y se sorprendió de verme ahí, mojada, con los pezones claramente visibles. Lo saludé y sonreí al darme cuenta que sus ojos estaban pegados en mi pecho. Entramos a la casa, yo caminando delante de él y podía sentir su mirada en mi culo, agradecí a la tela que se me metía un poco.

Me recargué en el fregadero, para buscarle un vaso y servirle agua cuando sentí como se rozaba contra mí con la misma escusa, el vaso. Fue obvio que se empezaba a formar una erección y que quería que me diera cuenta. Se nos acabó la actuación y yo ya estaba caliente.

Me di la vuelta y le agarré la verga sobre el pantalón, le sonreí y lo besé. Me respondió de inmediato el beso y sus manos volaron a mi culo. Me tenía agarrada con caja de cartón. Poco a poco nos fuimos empujando a uno de los sofás, para este momento ya le había quitado el cinturón, su pantalón ya se estaba cayendo y su camisa estaba siendo desabotonada.

Él me había sacado una teta del bikini, y el roce de su ropa había hecho que ese pezón estuviera parado y sensible. Ya en el sillón, se lo llevo a la boca y sacó mi primer gemido. Me senté en sus piernas mientras lo dejaba que me besara el cuello, los brazos, el pecho. Se metió mis dos pezones a la boca, mordía y jalaba con los dientes, los pellizcaba mientras me besaba y cuello. Mientras sentía como su erección me rozaba la vagina. Nuestra ropa seguía estorbando, pero estaba tan extasiada con el juego de mis pezones que no me importó.

Sentí como un primer orgasmo me invadía. Nunca me había venido solo con que me jugarán las tetas. Y me volví loca. Termine de quitarle la ropa y me sorprendió del tamaño de la verga que tenía delante. Me urgía tenerla dentro. Solo me hice el calzón de lado y me senté. Despacio, deje que la sensación de ser llenada me dominara. Cuando me llené por completo, me dejé llevar.

Cabalgué esa verga como si fuera mi último día, cada que salía y de un sentón me la volvía a meter me provocaba un gemido, era muy grande y me dolía, pero ese dolorcito, junto a sus besos y sus manos en mis pezones me tenían perrísima. Me vine otra vez entre sentones y bajé la velocidad.

Eso a Chris no le gustó. De un jalón nos dio la vuelta, de modo que ahora él estaba sobre mi, ambos acostados en el piso. Me abrió las piernas y, mientras jugaba con mi clítoris, metió su verga hasta adentro. Me estaba enloqueciendo. Con tanto placer yo ya no estaba consciente de lo que hacía.

Me dio media vuelta, con una nalgada me pidió que levantara el culo "cómo ya sabía hacerlo". Con esto me dejó saber que: veía mi OF; y me la iba a meter por el culo quisiera o no. Me gusta sentirme dominada, esa idea me hizo recuperarme un poco, otra vez me dieron ganas de jugar. Me puse en cuatro, con la cara pegada al piso. Quería las manos libres para masturbarme mientras me cogía por el culo. Le encantó la idea.

Estaba tan mojada que usamos un poco de eso y su pre eyaculación para lubricarme. Me la metió despacio, mientras yo me hacía para atrás, mientras me acariciaba el clítoris. Terminó de entrar y me vine otra vez, tanto que nos empapé. Me dijo que nunca había sentido un squirt y, creo que de la novedad, se vino, durísimo y mucho tiempo. Me llenó el culo de leche y aún salía cuando me la sacó. Me embarró un poco en la espalda y yo me chupaba los dedos con los que me había masturbando, empapados de mi líquido y del poco semen que ya me escurría por el culo.

Nos vestimos mientras platicábamos. No creíamos lo que acababa de pasar, pero en vez de dejar que la vergüenza o la culpa nos ganen… Está noche mi hermana y su marido vuelven a salir y claro que vamos a repetir.

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