Estábamos en la oficina, pase por los cubículos donde atendía Virginia y disimuladamente me acerque por detrás, me acerque y me incline sobre su silla y le dije: Recuerdas la mañana del regreso?
-Me desperté apenas cubierto por una sabana, podía sentirse la luz filtrándose por la ventana, mire a mi lado y ahí seguía Virginia, dormida con el cuerpo tumbado boca arriba, su rostro ladeado a su derecha, un brazo sobre el vientre y otro acomodado por sobre la cabeza, sus pechos como dos budines, con sus pezones coronando, aunque inclinados hacia los costados del cuerpo, mire alrededor y vi mi bóxer al pie de la cama, la blusa y falda al otro lado de la habitación… ella seguía dormida, me levante tratando de hacer el mínimo ruido.
Tome la ropa otra vez y la puse debajo de la cama, igual con sus zapatos; me acomode nuevamente a su lado, acaricie su pubis con mis dedos, deslizándolos por toda la línea de la entrepierna, ella aun no despertaba, pase por su vientre, subí a sus pechos, me quede apreciando lo circular y tono más oscuro de la areola, el pezón estaba suave, comencé a lamérselo, ella se movió un poco, ya se ponía durito, igualmente su coño ya se humedecía, cuando se despertó, lo hizo casi como resorte, abrió los ojos y se incorporó sobre la cama, se sentó sobre sus piernas y se tapó el pecho con las manos.
Virginia: y mi ropa???
Yo: tranquila, la dejaste por ahí… ya te quieres ir?
Virginia: ya terminamos, ya no más…
Yo: acaso no te gusto lo que te hice?
Se le entornaron los ojos y quiso disimular una sonrisa, no dijo nada, pero se sonrojo…
Yo: quieres algo de tomar? Tengo unos jugos y unas galletas… imagino que te dio hambre…
Virginia: dame…
En la habitación tenía un minibar disponible, le traje un jugo y unas galletas, se lo abrí y ella tomo muy ávida, igual con las galletas, lo curioso es que no hizo ademan de cubrirse nuevamente, me dejo ver sus pechos redondos, esta vez muy claramente vi lo redondo de las areolas y su pezón…
Virginia: qué? Deja de mirarme así…
Me recosté al lado, me había puesto el bóxer, así que no estaba totalmente desnudo, la miraba a ella, su pelo negro revuelto, sus pechos redondos, nos miramos un rato y se tapó, estire la mano, para quitar la sabana, al principio o me dejo, pero un rato después ya no se opuso a que se la quitara, nos quedamos viendo y me di cuenta que ella estaba recordando todo lo de anoche, porque su boca, sus labios carnosos tomaban ese brillo que me encantaba.
Yo: tenemos tiempo, es temprano
Virginia: tiempo para qué?
Yo: ven…
Ella estaba recostada ahora viendo hacia mí, se cubría únicamente el pubis, estire la mano para pasarla por su cintura, cuando se inclinó más sobre mi cuerpo, acaricie sus pechos, su sonrisa parecía salirle del rostro, sus grandes ojos mirándome siempre de forma curiosa. Acune un pecho en mi boca, ella cerro los ojos cuando le di mordidas al pezón. Deslice mi mano por su cadera y fui dejando descubierta su entrepierna, fui metiéndole los dedos en su rajita, ya sentía como se calentaba.
Virginia: que quieres hacer?
Yo: yo te daré atención y tú me la darás a mi… recuerdas la primera noche? Ahora me tienes que dar algo igual…
Virginia: pero cómo? Quieres un 69?
Yo: ahhh! Si conoces el término…
Yo: ven, te va a gustar…
Nos acomodamos más en la cama, ella con las piernas recogidas, recostada sobre su hombro, ofreciéndome una vista de sus caderas, ella comenzó a explorar mis partes, sentí sus dedos recorrer mis pelotas con curiosidad, yo fui haciendo lo mismo, recorriendo las curvas de su trasero, se lo fui acariciando con suavidad, estaba nuevamente caliente y fui explorando entre las piernas y ya segregaba jugos, acomode su pierna para tener un mejor acceso de ese trasero, ella me miro con su sonrisa de deleite, le saque la lengua como relamiéndome la boca y se sonrojó sus labios rojos tomaron brillo. Me acerque a su cara y le di un largo beso, se sentía bien, tenía una boca deliciosa, unos labios carnosos y una lengua que se acoplo rápidamente a los juegos con la mía, nos separamos un rato y con expresión de sorpresa dijo que nunca había besado así a alguien, le dije que igual se hacía para darle placer a otro, así como le di a ella la noche anterior, con eso su cara se puso aún más roja y sus ojos brillaban de forma lujuriosa.
Ella se inclinó sobre mi cintura y fue tanteando con las manos, agarre sus caderas y la hice que se acomodara, le roce el coño y humedecí dos dedos y se los pase por dentro, ella empezó a explorar mis bolas y a masajearme la verga, se sentían sus dedos deslizándose, aun sin agarrarla en serio, creo que ocupaba una motivación, así que dirigí mi boca a su coño, aparte la pierna para hacerme espacio y le di una mordida por encima, soltó un pequeño grito y trato de cerrar las piernas, pero la retuve.
Virginia: que haces?
Yo: lo mismo me vas a hacer a mí, tu boca me tiene que contentar… le saque la lengua de manera lasciva y los ojos le brillaron.
Virginia: quieres que haga lo mismo? Quieres que ponga mi boca en tu cosa?
Yo: así es, te va a gustar…
Su boca toco la punta de mi verga y tras un rato sentí sus labios envolviéndola, ella se acomodó sobre mi vientre y su cabeza comenzó a rondar alrededor de mi entrepierna, sentí sus manos arañándome las piernas y sus dedos pasar a jugar con mis pelotas, en tanto fui explorando sus nalgas.
Mire entre sus nalgas y comencé a masajear su sexo, un dedo, dos dedos… ella empezó a engullirse mi verga, cuando al fui calentando y se humedecía mucho, no creí que lo hiciera con tan buena técnica, pero la verdad que su boca estaba dándome una gran placer, sentía como se escurría su saliva y mis líquidos por el tallo, sentía como espuma que se formaba sobre mi vello con su movimiento de manos y boca, hizo que tensara las piernas y una ola de placer me recorrió el cuerpo, por mi parte hice juegos en la entrada de su sexo, estaba muy húmeda y aproveche a masajearle la entrepierna, a tantear sus agujeros, en mi punto de vista sus nalgas eran una provocación divina, tenía dos lunares muy juntos en la línea entre sus nalgas, abajo de la pelvis, empapé la mano en sus jugos y comencé a frotarle en ese espacio, ella apretó la boca sobre mi verga al sentir el movimiento de mis dedos, miraba a sus nalgas en el ir y venir, le di nalgadas y era un deleite ver como se formaban ondas por la piel, era como mover el agua, una ola de placer pasando de sus nalgas al resto del cuerpo.
Sus lengüeteos me estaban por hacerme explotar, sentí que no me aguantaba más y solté un chorro que ella recibió en su cara, dejo de chupar en el momento exacto y lo recibió en el rostro, al mismo tiempo sentí como un chorro de sus jugos escurría entre sus piernas cayendo sobre mi pecho, ella se levantó, se giró hacia mí, su boca cubierta de semen, respiraba agitada, mirándome con la cara embadurnada y su expresión de sorpresa y gusto, aún tenía la verga dura y ella la agarro con la mano y siguió sacándome leche, me la chupo hasta limpiarme totalmente, se sentó sobre mi vientre y siguió chupándome hasta quedar limpio, yo acariciaba sus nalgas y me deleitaba en la vista, ella giró hacia mí, tenía la cara empapada, aun así vino hacia mí y nos dimos un intenso besuqueo.
Nos recostamos un rato después de terminar. Tomo sus cosas, le devolví todo, me quede en la cama un rato, mientras ella entro al baño a lavarse la cara, se terminó de vestir y se fue rápido. Tuvimos el tiempo del desayuno y después del último taller del día, comenzamos el regreso a la ciudad, íbamos todos en el mismo transporte, pero nos sentamos separados.
Así que al voltearme a ver, tenía un lápiz en la boca, me dedico una de sus miradas intensas y se llevó el lápiz a la boca… luego cruzo la pierna. Aunque esta vez ya no se sonrojó.