Era una tarde cálida y húmeda. Acababa de terminar de cargar combustible en mi auto, y después de entrar a la casa, fui al fregadero de la cocina para tomar un refrescante vaso de agua. Al ser un día cálido, me había vestido cómodamente con una camisa blanca y pantalones cortos, y tenía ganas de relajarme frente al televisor para ver el mercado de acciones.
Me había ido bastante bien, teniendo en cuenta que tenía un hijo de dieciocho años que tuve que criar solo después de que la puta de mi ex esposa se escapó con un joven pasante de su oficina hace cuatro años. Miré mi reflejo en la ventana de la cocina y sonreí. A los 52 años, tenía cabello rubio algo canoso y había perdido el buen aspecto cincelado que atraía a la mayoría de las mujeres solo me quedaba un rostro agradable a la vista sumado a una gorda y gran barriga que quizá sea la razón por la que mi esposa se marchó con el joven, no había encontrado a nadie desde que mi ex se fue de mi vida, era una persona muy exigente me han dicho, las potenciales parejas que pude haber tenido solo deseaban mi dinero y status. No me enorgullecía de mi cuerpo y ya que trabajaba en un buen puesto en una empresa encargada de gestionar fondos de inversión pasaba mucho tiempo sentado en una PC, lo que no me ayudaba a ponerme en forma. La paga era muy buena permitiendo que mi hijo y yo vivamos cómodamente.
Después de beber un vaso lleno de agua, miré por la ventana y vi a mi encantador hijo Tomas (Tomy) llegar a casa después de conducir su auto con sus amigos. Se había bajado de su brillante auto nuevo, uno que compré para su decimoctavo cumpleaños.
No es la primera vez que me encontré mirando a mi hijo. Se había desarrollado muy bien a lo largo de los años, la camisa que llevaba realmente ayudó a acentuar su muy delgado cuerpo en desarrollo, tenía cabello rubio largo hasta los hombros lo que lo hacía ver muy femenino además de tener una voz muy aguda comparable con la de una chica.
Tenía un chaleco que le cubría los delgados brazos. También lucía un pantalón corto el cual dejaba ver sus sedosas piernas depiladas que brillaban bajo el brillante sol de la tarde.
Tomy saltó por la puerta, lleno de energía, como siempre.
"¡Hola papá!" el me sonrió como siempre. Su sonrisa iluminó su rostro en forma de corazón, haciendo que mi corazón se derritiera.
"Hola cariño, ¿cómo está mi campeón?" Respondí mientras dejaba mi vaso vacío y me acercaba a mi encantador hijo.
"Genial papá, estuve muy ocupado hoy perdona" sonrió dulcemente mientras se deslizaba hacia donde estaba.
Se acercó a mí y sentí su cálido abrazo. Alzando su rostro, poso sus labios sobre los míos mientras compartíamos un beso. Solo que este beso no era lo que llamarías un beso padre / hijo. Fue un beso de amante, lleno de pasión y lujuria. Sí, amaba a mi hijo y él había hecho un trabajo maravilloso reemplazando a su madre en mi cama, y también había sido idea suya. Fue gracias a él que pude seguir con mi vida después de que mi ex esposa nos abandonó a los dos.
"Papi, ¿me extrañaste esta mañana?" él sonrió cuando nos detuvimos para recuperar el aliento.
"Sí, cariño, pero estás aquí ahora, así que todo está bien". Respondí mientras miraba sus cálidos ojos azules.
Lo toque alrededor de su espalda y lo ayudé a quitarse el chaleco para poder ver sus delgados brazos, que colgó de mi cuello mientras reanudamos nuestros besos calientes.
Sin romper nuestro beso lleno de pasión y arrojó sus zapatillas detrás de él. Acaricie su melena rubia que había heredado de mi familia. Lo siguiente que supe fue que saltó a mis brazos y me rodeó la cintura con sus largas piernas.
El rompió nuestro beso y me miró a los ojos, "Quiero follar papi".
Sostuve a mi hijo cerca de mí, acaricié sus piernas blancas como marfil debajo de su pantalón corto y acaricié su trasero cubierto por un bóxer mientras continuaba sosteniéndolo en mis brazos.
"Mmm, tu trasero se siente maravillosa". Gemí en su boca caliente.
"Mmm, te quiero mucho papi". Gimió en respuesta entre besos.
"Te amo… Tu cuerpo es tan jodidamente hermoso".
Nos quedamos boquiabiertos, mirándonos mientras lo llevaba a la sala de estar hasta que finalmente tropecé y caí de espaldas sobre el sofá. El se sentó cómodamente en mi regazo con sus delgados brazos sobre mis hombros mientras acariciaba su trasero continuamos besándonos.
Acariciando su firme trasero, le quite el bóxer y lo tiré al piso, luego le dije que buscase la falda de su madre que tanto me gustaba verle vestir. Quedando el con la falda puesta. Siempre amé a las chicas con faldas y el joven cuerpo de mi hijo era muy femenino, más femenino que la mayoría de las mujeres.
"Me encanta follarte en tu faldita". Le dije mientras besaba el cuello de mi hijo.
"Ohhh, ¿soy mejor que mami, papi?" Me pregunto en broma.
"Joder, sí, eres lo mejor que me ha pasado. Eres mi pequeño, precioso y mimado".
"Nunca te dejaré como esa perra hizo papá, no cuando me amas tanto". Jadeó cuando corrí mis manos hacia arriba, acariciando sus brazos y su blanca espalda.
"Fóllame papi", Rogó mi hijo.
Manoseé sus pezones a través del suave material de su apretada camisa, su cuerpo se sentía tan atractivo, provocando un gemido de pasión por parte de mi ardiente hijo/amante.
Rompiendo nuestro beso en breve, Tomy me miró a los ojos. Sus ojos azules con los míos formaron una conexión apasionada entre nuestras almas.
"Quiero verte sin ropa papi…"
Levanté los brazos para que el pudiera desabrochar y quitarme la camisa, dejándose ver mi cuerpo fuera de forma.
Sus manos se arrastraron gentilmente por mi gran barriga y desabrocharon hábilmente mis pantalones cortos, mostrando mi polla dura a la intemperie.
Mi hijo arrulló malvadamente mientras pasaba los dedos por la longitud de mi vara endurecida. "Una polla tan hermosa y grande, papi, ¿me vas a follar con esto?"
"Sí cariño, te voy a follar con ella" jadeé ante su toque, sus dedos se sintieron increíbles en mi pene en erección. Sus pequeñas manos acariciaban mi pene hinchado y mis bolas apretadas.
Tomy sonrió con picardía y frotó su cuerpo caliente sobre mi polla hinchada y luego metió mi pene en su ano lentamente. Su cabello rubio caía sobre sus hombros, enmarcando su brillante rostro sudoroso por el amor.
"¡Oh, DIOS! ¡JODER! ¡Te sientes tan bien en mi, papá, quiero que me la metas más adentro!" Me encantó el sonido de mi zorrita siendo follada. Nuestras partes privadas encajan perfectamente en la pasión de un amante. Lo único que lo mejoró fue que fui yo, su padre, quien le estaba dando tanto placer y no un idiota de su edad.
"Joder, tu interior se siente tan bien en mi polla". Le dije mientras sostenía sus caderas femeninas y el subía y bajaba por mi polla.
"¡Sí, sí! ¡Mételo papi!" gritó en voz alta y aguda mientras continuaba embistiendo mi polla rígida en su cálido ano adolescente.
"Eres tan jodidamente sexy", jadeé y bese a mi hermoso hijo, todavía sosteniendo sus caderas mientras lo follaba con mi polla.
"Es hora de quitarte eso", dije en su oído, mientras pensaba en sus pezones que todavía estaban ocultas por esa apretada camisa.
"Solo sigue follándome", le suplicó su hijo mientras se balanceaba de un lado a otro en su regazo. Tomy levantó los brazos y con
Las manos recogieron su sedoso cabello rubio.
Mientras sus brazos estaban en el aire, le quité la camisa para tener un mejor acceso a sus pezones. Froté sus pezones mientras el rebotaba sobre mi polla.
"Oh, cariño, tus 'tetas' están muy duras", murmuré de alabanza.
"Mmmm, me encanta esto ¡Chúpalos papi!"
"Dios, si siente tan bien que te amo, cariño". Exclamé sosteniendo su pene con mi mano izquierda masturbándolo mientras mi mano derecha acariciaba su culo apretado y el continuaba montando mi polla.
"¡Mierda!… ¡PAPÁ!… ¡OH DIOS, PAPÁ!… ¡mierda, voy a venirme!" gritó mi niño en voz alta cuando se acercaba su corrida.
"Sí, cariño, salta sobre mi polla. Vamos, la putita de papá". Yo rogué.
"¡PAPI, ME VENGO! OH MIERDA", gritó mi hijo cachondo con su voz más aguda con descarada pasión mientras masturbaba su polla, empapando mi barriga y el sofá con su cálido semen.
"Sí, eso es, cariño, vamos muévete sobre la polla de papá. Lo siento pero… Oh, Dios, voy a correrme en ti". Le advertí cuando sentí mi propia corrida cerca de liberarse.
"¡Sí papá! ¡Vente en mi, sigue follándome!" jadeé a mi hijo mientras bombeaba mi polla por última vez en su ano apretado.
"¡Aquí viene… Joder! ¡Eres mi pequeño y hermoso hijo, tómalo todo! ¡Justo en tu culo!" Grité alegremente mientras descargaba mi esperma caliente en el culo de mi hijo de dieciocho años.
Bajando de nuestros orgasmos mutuos, Tomy y yo nos abrazamos en el sofá y él se inclinó y me dio un beso como muestra de satisfacción. Estábamos obviamente enamorados y lujuriosos con los cuerpos del otro.
"Te amo mucho cariño", le aseguré mientras acunaba su rostro brillante.
"Yo también te amo papi, quisiera ser chica", río mientras descansaba su cabeza sobre mi hombro.
"Me gustas por quien eres cariño" Dije abrazando su cuerpo.