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Vincent, mi obsesión adolescente (partes 1 y 2)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Los domingos, hay algo en los domingos que me hace muy feliz desde los últimos cuatro años… Bueno, más bien alguien me hace muy feliz los domingos, Vincent.

Vincent es el jardinero que contrató mi padre, es de confianza casi como de la familia. Me conoce desde mis 15 años y ya tengo 19, quiere decir que fue testigo de gran parte de mi "transformación" a mujer. Se que me desea casi tanto como yo lo deseo, pero no ha tenido la valentía de darme una señal, así sea la más mínima… Solo me queda quedarme en mi cuarto y verlo regar las flores y llenarse esas gruesas manos de tierra, Dios como quisiera que esos dedos me tocaran y estuvieran dentro de mi, creo que solo sus dedos ya me satisfarían demasiado pero yo sueño es con su verga

Hace poco fui a provocarlo, me vestí con una blusita de tirantes sin brasier para que se marcarán mis pezones y un leggings sin tanguita para que también se me marcarán los labios de mi conchita. Quería que me viera toda y se imaginara como es debajo de la ropa, que sintiera lo que yo siento cada vez que lo veo… De solo pensar en eso me mojo tan fácil, en fin, fui a provocarlo y cogí la manguera de agua para jugar con él, cual niña traviesa

– Beca, sabes que no es un juego limpio si coges la manguera – Me dijo Vincent con una sonrisa pícara

– Ups, lo siento… Me encantan las mangueras gruesas últimamente – Vi como sus ojos se abrían y se llenaban de deseo

Mientras me miraba aproveche para activar la manguera y rociarle agua en su paquete, se le marco de una manera que siempre al recordarlo se me eriza la piel y mi conchita empieza a palpitar, al parecer no traía bóxer ya que se le marcó la silueta perfecta de una verga larga, gruesa, venosa… Dios, necesito a ese hombre entre mis piernas.

Bueno, así fue como descubrí y me pude hacer una idea del tamaño de mi verga soñada, y es que no solo es porque sea grande y gruesa… Es porque es de Vincent, lo deseo desde siempre, tantas noches en mi habitación tocándome la conchita imaginado que es él quien me toca, metiéndome mis dedos imaginando qué son los suyos. No voy a mentir, no soy virgen pero he estado con algunos hombres y siempre intento imaginarme qué es Vincent el que me está metiendo la verga, pero ninguno logra llenarme lo suficiente, necesito que me duela, que sienta que no va a caber, necesito sentir esas venas en mis paredes… Lo necesito a él y hoy tiene que pasar algo, no puedo aguantar más

Eran las 9 am, tenía una pijama con una blusita de tirantes y un short cortico, obviamente esto sin ropa interior. Baje a la cocina y me prepare un café, Vincent estaba en el patio siendo sexy con solo existir, me miró y se acercó a mi

– Buenos días solecito – Dijo dándome un pellizco en mi mejilla y arrugando la nariz

Siempre hemos tenido una relación cercana, pero sé que hay tensión sexual aunque nunca lo haya admitido

– Dime por favor que aceptaras mi invitación de ver una película hoy – Le dije mirándolo con ojitos de perrito y haciendo pucheros

– Beca sabes que tus padres no están y no quiero que piensen mal de mi

– Pero… ¿Que van a pensar? Eres mi amigo y solo veremos una película – Lo mire con una sonrisa pícara

– No sé, sería extraño… Nunca nos hemos quedado solos

– Vincent, tu eres mi amigo, como el hermano mayor que nunca tuve. Por fis, quiero estar contigo

– El hermano mayor que te lleva 10 años y es el jardinero de tu casa

– Oye, no te estoy pidiendo matrimonio. Solo quédate a ver una peli conmigo

– Ehh… Está bien, pero me iré temprano

No podía creerlo, por fin después de tanto tiempo está cediendo, lo mire con una sonrisa de oreja a oreja y le acaricie su musculoso brazo.

– No te vas a arrepentir… – Caminé lo más sensual posible hasta las escaleras y sentí su mirada en mis nalgas

Ahora si, este hombre será mío…

Parte 2:

Llegue a mi habitación y no podía creerlo… Me dijo que si, estaré a solas con él y "veremos" una película. Necesito arreglarme, quiero oler rico y que mi piel sea perfecta, rápidamente fui a la ducha y me dispuse con mi rutina de cuidado tipo Cassie de Euphoria. Estaba como poseída, no quería ni un solo vello y que toda mi piel estuviese exfoliada, mi conchita quedó tan suave que al pasar mis dedos por ella me dieron ganas de darle cariñitos… Ya que, igual tendré también ganas con Vincent, una tocadita no me hará mal.

Me senté en el suelo de la ducha y abrí mis piernas, estaba tan caliente por lo que iba a pasar que fue muy fácil mojarme. Separé mis labios con mis dedos y con mi mano derecha empecé a dar circulitos en mi clítoris, sentía el vapor de la ducha y el agua caliente cayendo… Me estaba imaginando a Vincent tocándome la conchita mojada y mirándome con esos ojos de deseo, decidí introducir un dedo, luego dos y terminé con tres mientras seguía con los círculos en mi clítoris. Sentía como mi respiración iba aumentando y como mi piel se erizaba, aumenté el ritmo y mi clítoris empezó a palpitar… Sabía que ya vendría faltaba poco, pero decidí parar, quiero tener todas mis ganas acumuladas para Vincent, necesito que sea su lengua y su verga los que me hagan venir.

Me puse de pie en la ducha y decidí respirar para calmar esas ganas de venirme tan tremendas, sabía que valdría la pena resistirme

Salí de la ducha, me puse crema hidratante en todo el cuerpo y fui a buscar la mejor lencería que tuviera. Encontré una color rosa de encaje, es una tanguita diminuta que cubre lo estrictamente necesario y un brasier también de encaje algo transparente que hace ver mis pezones. Luego de ponerme esta lencería decidí ponerme un vestido, necesito que sea muy fácil quitarme todo.

Ya eran las 6 pm, el día empezaba a oscurecer y Vincent había terminado sus labores en el patio. Me puse perfume, me miré en el espejo y me veía muy sexy con mi vestido de tirantes color negro que me llegaba hasta la mitad del muslo. Bajé las escaleras y él estaba lavándose las manos en la cocina.

– Bueno… – Se le notaba nervioso – ¿Que película veremos? – Me pregunta mientras me mira las piernas y el pequeño escote del vestido

– Pues… Hay una película de culto que he querido ver hace bastante y sé que te gustan de esas – Me miró curioso – Se llama El cartero siempre llama dos veces – Vincent levanta las cejas y noto que conoce la película

– Sabes que es una película algo… subida de tono ¿No?

– Vincent, no soy una niña… sé muy bien del tema – Noto algo de celos en su mirada y una posición de enojo

– ¿Ah si? Entonces, ya has estado con alguien… – Me pregunta mientras mira hacia abajo algo nervioso

– Pues… si, hay muchas cosas que no sabes de mi y tampoco sabes lo que puedo hacer – Le digo mientras me acerco y vuelvo a acariciarlo pero esta vez en el pecho, Vincent se queda helado mirándome y noto como su respiración aumenta

– Ok, ehmm… Iré a darme una ducha y ya vuelvo, no tardo – Vincent sale casi que corriendo al baño del segundo piso mientras voy a la sala con una sonrisa victoriosa, solo espero que no se vaya a masturbar porque necesito esa verga lo más gorda posible.

Preparo todo para la película, prendo unas cuantas velas para dar ambiente y organizo los muebles para que estemos lo más cómodos posible. Estaba nerviosa, no lo voy a negar pero tenía mas calentura que nervios, incluso mi tanguita ya la empezaba a sentir mojada solo por lo tenso de la situación.

Vincent llegó unos 5 minutos después, tenía ropa de cambio en casa ya que la guardaba en el cuarto de huéspedes. Yo estaba ya recostada en el mueble, las palomitas estaban en la mesa y lo miré invitándolo a sentarse, se sentó a mi lado pero se le notaba lo tenso que estaba, como cuando tu novio va a conocer a tus padres y se sienta con las muñecas juntas y super recto, así mismo estaba él. Puse play a la película y empezamos a ver.

Pasaron unos minutos y se estaba poniendo tensa, el me miraba de reojo y yo a él pero ninguno apartaba la mirada.

– Oye, ¿por qué estas tan tenso? Es solo una escena de sexo – Le pregunté acercándome a su brazo

– Ehh… no, no es nada. Está interesante la película – Dijo casi gagueando

Me di cuenta que él no iba a dar el primer paso, así que tuve que hacerlo yo. Me acerqué mas y le di un beso en el hombro.

– Mira, no te voy a mentir más ni voy a fingir. Me gustas, desde siempre – Dije mirándolo a los ojos

Vincent abrió sus ojos y me miró de vuelta

– Beca, ¿tu crees que tu a mi no? Que es fácil para mí verte en esas pijamas por la casa y no poder hacer nada… Con esa ropa tan chiquita y tan provocadora…

Lo miré, sonreí y pensé… Ya es mío.

Me acerque y le besé la comisura del labio, de repente se volteó y con sus enormes brazos me atrajo hacia él, me besó fuerte y apasionado como si llevara mucho tiempo queriendo hacerlo, no podía creer lo que estaba pasando, por fin era mío. Me levanté del sofá y me senté encima de él rodeándolo con mis piernas, sentía sus rugosas manos acariciando mis piernas y subiendo cada vez mas hasta llegar a mis nalgas.

– Traes tanguita… No sabes cuanto me prende eso, necesito verla de cerca

Me levantó y me recostó en el mueble para luego subirme el vestido, cuando vio mi tanguita noté como se le hizo agua la boca. Empezó a olfatearme, sentía su nariz en toda mi vulva y yo no podía más de la calentura, veía como su nariz quedaba húmeda de lo mojada que yo estaba, no podía ni controlar mi respiración.

– Dios Beca, esta es la conchita mas deliciosa que he olido, necesito saborearla ya…

– Vincent… Chupamela por favor, está palpitando y necesita de tu atención – Noté como lo prendieron esas palabras, me quitó la tanga con fuerza, creo que la rompió, acercó su nariz a mi conchita mojada y yo en serio sentía que me iba a morir, tenía el corazón a mil y no podía dejar de mirar esa escena tan deliciosa.

De repente sacó su lengua y empezó a contornear mi vulva, me estaba matando de placer y de ansiedad. Hasta que por fin, pasó su lengua ancha por toda mi vulva como si estuviese saboreando un helado en medio del desierto, mi gemido fue gutural y solo pude coger su cabello y apretarlo. Vincent me miró y con la punta empezó a lamer mi clítoris que ya estaba rojo, hinchado y palpitando, todo esto mientras me miraba, empezó a lamer más intenso e introdujo tres dedos de golpe en mi conchita, estaba tan empapada que entraron sin problema. Empezó a estimular mi punto G mientras me lamía el clítoris, a este punto yo ya estaba con los ojos en blanco y temblando

– Vincent, no pares, por diosss no pares. Me hago pisss – Le dije con mi voz entrecortada y casi llorando, en ese momento sentí que aumentó el ritmo y solo recuerdo que sacó los dedos y me vine de una manera que jamás me había venido, fue casi sobrenatural. Sentía como mi squirt me mojaba los muslos y me desprendía de mi cuerpo, simplemente el mejor orgasmo que he tenido en mi puta vida. Quedé temblando y al abrir los ojos lo ví sonriendo en mordiéndose el labio

– Ya estas lista para mi… – Me dijo mientras se quitaba el jogger que tenía puesto junto con el bóxer, vi su verga, super parada, larga, gruesa, venosa… Sentí que había visto un angel, simplemente la verga mas deliciosa que había visto. Vincent me abrió las piernas y empezó a frotar su verga en mi conchita, ahí fue donde noté el tamaño de esa cosa, mi conchita se veía diminuta y virginal, créanme que sentí un poco de miedo de que no me fuera a caber. Con lo mojadita que estaba Vincent logró introducir la cabeza, era demasiado gruesa y solo pude mirarlo a los ojos con el ceño fruncido y mordiéndome los labios, al parecer esto lo prendió demasiado

– Me encanta que me mires así, ¿la bebé quiere verga? – Me preguntó mordiéndose el labio y mirándome como un lobo mira a su presa

– Metemela por favor, necesito sentirla adentro – Vincent se descontroló con esa petición, me la metió lentamente y yo solo pude voltear los ojos, sentía como mi conchita se abría descomunalmente como si fuese a parir, era una mezcla de dolor y placer indescriptible. Empecé a frotarme mi clítoris el cual estaba aún sensible e hinchado y Vincent empezó a aumentar el ritmo, veía como sus músculos se contraían y sudaba, miraba hacia el techo como si estuviese en un transe.

– Beca, estas demasiado apretadita, por dios no aguantaré mucho – Me decía gimiendo

– Quiero que me llenes, quiero ver como te vienes en mi conchita – Le dije mirándolo y apretando sus brazos

– Beca, ahhh, me vengo – Me dijo apretando mis muslos y gimiendo fuerte, ver esto fue lo más erótico que he visto en mi vida, no podía creerlo. Sentí esa verga llenarme tan delicioso y palpitar dentro de mi… Se sintió un silencio en toda la habitación, ya ni estaba escuchando la película ni sabía nada, me sentía renovada y en shock de lo que había acabado de pasar. Vincen se recostó en el mueble, lleno de sudor y respirando fuerte pero con una enorme sonrisa en su rostro. Yo me quedé mirando la pared y me mordí los labios de pensar en lo que había acabado de pasar… Nos miramos y sonreímos al mismo tiempo mientras nos acariciábamos los brazos.

Continuará…

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