Hacía más o menos 1 mes que Ana y Alonso habían tenido un encuentro ellos solos. Yo estuve de acuerdo porque yo estaba hospitalizado de una cirugía electiva. En otro relato contaremos lo que pasó aquella vez. En esta ocasión contaremos la única vez que Alonso fue a nuestra casa. Hace tiempo Ana tenía la fantasía de que llegara yo a nuestra casa o a alguno de los hoteles de nuestros viajes para que la encontrara cogiendo y me integrara yo en ese momento para hacer trío.
A mi me agradaba mucho la idea y había pensado en ponerla en acción en la primera oportunidad. Como yo había estado en recuperación de mi cirugía no habíamos salido mucho. Aquel día era viernes y había sido mi primera semana de regreso al trabajo. A eso de las 4 o 5 de la tarde aún me quedaban unas 2 a 3 horas por delante para terminar mis pendientes cuando entró mensaje al chat que Ana y yo manteníamos con Alonso, saludando primero y luego preguntando si teníamos planes para ese fin de semana. Inmediatamente, antes de contestarle le escribí a Ana para preguntarle si ella quería. Ella aceptó de inmediato. Le propuse invitarlo a la casa para que llegara desde las 7:30 y yo llegar a las 8 con la clara intención de encontrarlos ya en plena acción. Ana no lo dudó por un momento y se hizo el plan. Alonso aceptó y quedamos que él llegara a las 7:30 pero deliberadamente no le dijimos que yo llegaría hasta más tarde.
Ana había estado en las últimas semanas intensificando su entrenamiento en el gym porque andaba pensando en competir en alguna categoría de fisicoculturismo y yo sabía que se sentía muy sexy y le excitaba mostrar su cuerpo cuando andaba en forma así que le pedí:
-Yo te concedo tu fantasía pero tú concédeme una a mí.
-Vale -dijo Ana.- ¿Cuál?
-Quiero que salgas a quitar el candado de para que cuando llegue pueda entrar hasta la puerta y yo saber que cuando le abras la puerta estarás completamente desnuda.
Ana rio bastante pero al final aceptó de buena gana.
-Cuando calcule que Alonso va a llegar ya no te escribiré ni marcaré. Para ponerle algo de incertidumbre tanto para ti como para mí amor. Yo no sabré si ya estás cogiendo y tú no sabrás en qué momento llegaré.
-Me parece perfecto y excitante.
Yo anduve el resto de la tarde obviamente con excitación por la expectativa sin embargo, cuando llegué a las 8 pm, me estaba estacionando cuando entró mensaje de Alonso. Se había tenido que desviar para ayudar a un amigo en un contratiempo y apenas venía en camino. Pequeña desilusión pero nada que no pudiera repararse. Cuando entré encontré a Ana en ropa interior. Un conjunto de bikini coordinado de estampado de flores rojas sobre fondo blanco de Victoria Secrets que me encanta la forma en que contrasta contra el color de piel de Ana.
-Me dejé esto para quitármelo rápido antes de abrirle pero pues ya ni modo.
La verdad nos reímos un poco de la fantasía frustrada pero igual iba a haber sexo y con eso era suficiente.
Resultó que lo de quitar el candado no hubiera funcionado porque cuando Alonso llegó no le encontró el modo al mecanismo de la reja de la calle y tuve que salir a abrirle para que pasara.
Cuando entramos a la casa me encantó que Ana salió de la recámara a recibirlo aún en bikini. Era obvio que no iba a perder tiempo. Su actitud era de mucha seguridad. Evidentemente la ex citaba recibir al invitado en ropa interior y que le viera casi desnuda. Apenas hubo algunas salutaciones y Ana señaló una silla de la sala que no tiene descansabrazos:
-Siéntate hombre, no te quedes ahí de pie.
Alonso se veía un poco nervioso tal vez por ser la primera vez que estaba en la casa. Ana sin perder tiempo se sentó a horcajadas de frente a Alonso abriendo sus piernas para poder apoyar sus pies en el piso. Yo me senté a mirarlos pensando que Ana se lo iba a fajar como preámbulo pero en vez de eso, puso sus brazos sobre los hombros de Alonso y le preguntó:
-Cuéntame, ¿cómo te ha ido?
Al mismo tiempo comenzó a mover sus caderas para frotar su sexo contra la cremallera de Alonso que aún tenía su pantalón puesto. Él la tomó por las caderas para acompañar su movimiento y le dijo:
-Bien traviesa, o ¿te refieres a la última vez que nos vimos?
Ana ya jadeando sin inhibiciones le respondió:
-Mejor di que la última vez que cogimos…
Alonso tampoco estaba perdiendo el tiempo y empezó a besar la piel que le quedaba accesible del pecho de Ana. Sin dejar de jadear se bajó los tirantes del sostén para que pudiera bajar sus besos. Seguía moviendo sus caderas y frotando su pubis contra el cierre del pantalón de Alonso. Él con su cara fue empujando la prenda hacia abajo hasta que pudo chuparle los pezones. Ana le correspondió jalando primero la cara de Alonso contra su pecho para luego empezar a abrirle el cierre de los jeans. El miembro enorme de Alonso no tardó en quedar al aire haciendo ya gala de una perfecta erección. Pasaron solo unos segundos para que sin mediar palabra Ana le ayudara a hacer a un lado el calzón del bikini para penetrarla ahí mismo en esa posición. Después me confesó que se había masturbado varias veces por la tarde y estaba muy lubricada.
En lo que ocurrió lo que les cuento yo ya me había desnudado para masturbarme mirando toda aquella acción.
Ana se movió un rato en disfrute del pene de Alonso hasta que tuvo una buena, evidente venida y de pronto volteó hacia mí, haciendo contacto visual y sonriéndome sin dejar de jadear y moverse ensartada en aquella verga.
De pronto se levantó y se dirigió hacia mí. Quedándose de pie, se inclinó para comenzar a darme una mamada.
Entretanto Alonso se desnudó rápidamente y se acercó por detrás Ana y apenas bajándole un poco la pantaleta, la penetró suavemente pero sin más aviso que tomarla de las caderas. Ana soltó un intenso gemido pero se dejó querer. Personalmente me encanta en esa posición ser quien recibe el oral, mientras miro como la toman de su trasero y se la cogen y la hacen gemir.
Acto seguido Ana me dio la espalda para sentarse sobre mi verga y empezar a hacer un oral a Alonso, que se había quedado de pie frente a ella. Ana hacía movimientos circulares sobre mi pene mientras Alonso le controlaba la cabeza tomándola con las dos manos mientras ella se llenaba su boca de lo poco que le cabía el enorme pene de él. Estuvimos así un poco y luego volvimos a alternar con Ana de pie e inclinada para hacerme el oral a mí y Alonso cogiéndosela desde atrás.
Después de varias alternancias de aquellas, Ana se sentó de frente a mí ensartándose solita en mi pene con sus piernas abiertas. Estaba mojadísima y yo sentía escurrir líquido desde su vagina. Alonso se acercó y apoyando su vientre contra la espalda de Ana comenzó a masajear sus pechos lo que fue correspondido con tremendos gemidos de ella que no tardó en venirse.
Estuvimos un rato Alonso y yo acariciando a Ana mientras se recuperaba del orgasmo. Pasados unos minutos Ana se levantó y tomando a Alonso de la mano le dijo: "ven, cógeme acá" al tiempo que lo jalaba hacia el otro sofá. Se acostó boca arriba y abrió ampliamente sus piernas para recibir a Alonso que casi de inmediato la penetró y empezó a moverse. Yo me quedé desde el sillón masturbándome mientras los miraba coger.
Alonso tiene un problema bueno. Le cuesta mucho trabajo venirse. Generalmente tarda y eso obra en beneficio de Ana que no tiene llenadera para los orgasmos. Se quedaron ahí. Alonso moviéndose y dando empujones entre las piernas gruesas color olivo de Ana. Yo veía como flexionaba los dedos de sus cuidados pies cada vez que Alonso empujaba dentro de ella. Ana acariciaba con sus plantas las pantorrillas de Alonso que a ratos se elevaba un poco para empujar con más fuerza. A veces dejaba caer su peso sobre Ana para usar sus manos en amasarle su trasero. Esa acción siempre desencadenaba un aumento en los gemidos de ambos. Llegó un momento en que sólo tenía cerrados sus ojos y se dejaba mover por los empujones de Alonso. En ese tenor Ana se vino 3 veces y de pronto Alonso bajó el ritmo y le preguntó:
-¿Ya se vino lo suficiente señora? ¿Ya me puedo venir yo?
Ana sólo extendió el índice de la mano con la que no tomaba el trasero de Alonso y alcanzó a mascullar:
-Uno más y ya…
Alonso se rio y reasumió su faena esta vez con movimientos más amplios y energéticos. Ana levantó sus piernas al aire. Fue delicioso ver como doblaba los dedos de sus pies en respuesta a los espasmos de placer. De pronto, comenzó a gemir con más fuerza, más rápido y comenzó a venirse ostensiblemente fuerte. Todo su cuerpo se endureció y se extendió en espasmos al tiempo que dejaba escapar un grito intenso de placer. Casi al mismo tiempo Alonso emitió un quejido por venirse dando una serie de empujones intensos entre las piernas de Ana. La escena fue tan deliciosa que terminé yo también por eyacular casi sin tocarme, sólo por ver la intensidad de sus orgasmos.
Alonso se quedó un momento encima de Ana para luego incorporarse y sentarse en un extremo del sofá. Ana se quedó acostada subiendo sus piernas sobre las de Alonso que se dispuso a acariciarla despacio.
-Sentí que soltaste agua calentita y fue lo que me hizo venirme. Nunca me había tocado un squirt es persona.
Ana sólo sonrió. En efecto, en el hundimiento creado por su trasero había un verdadero charco de líquido cristalino. Prueba de la fuerza de ese último orgasmo.
La verga de Alonso es particularmente enorme y siempre que Ana coge con él, no me deja tocarla en varios días de lo adolorida que queda. Bueno… No me deja penetrarla, porque orales…