back to top
InicioConfesionesVictoria, mi compañera de trabajo

Victoria, mi compañera de trabajo
V

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.

Victoria, trabaja conmigo en una empresa distribuidora de golosinas. La verdad es que es una excelente secretaria y compañera. Es una mujer muy eficaz en sus tareas y además siempre está dispuesta a ayudarnos a todos, una vez que ella termina su trabajo. Nosotros conversamos bastante, ya que mi escritorio, en la empresa, está cercano al suyo. Bromeamos bastante y creo que tenemos muy buena onda, por lo menos, mis días se hacen más entretenidos con sus comentarios bien ocurrentes y muchas veces en doble sentido y pícaros.

Viqui, es una mujer de 35 años, divorciada, es morocha de cabello enrulado, estatura mediana y de buenas curvas. La parte que más me gusta describir de ella es su hermosa cola, bien parada y dos tetas que vuelven loco a cualquier hombre, creo que su talla es 100. Lo que quiero contar es algo que sucedió hace aproximadamente un mes atrás. Viqui, me había contado que había alguien del edificio, más precisamente del piso de abajo, de otra oficina comercial que le gustaba. Se solían cruzar con esta persona en el ascensor muchas veces, en la planta baja del edificio, al llegar o al salir del mismo. Es decir que los encuentros eran frecuentes. Aprovechaban para intercambiar alguna palabra. Hasta donde sé, ya se habían pasado sus números de celular. Recuerdo bien que era viernes y yo llegué de las diligencias pasadas las 15:00 h. a la oficina y todos nuestros compañeros estaban reunidos con el gerente en la sala de reuniones. Esta vez decidí no entrar la reunión, ya que dada la hora seguramente faltaría poco para finalizar. Como era costumbre ella no participaba de estas reuniones ya que estaba al teléfono y disponible por si alguien debía ser atendido.

Ni bien llegué, me acerqué a Viqui y le dije que estaba muy lindo para salir esa noche, que si no fuera por ese con el cual se mensajeaba, yo la invitaría a salir. A lo que sonrió y no me dijo nada. De verdad que esa mujer me provocaba muchas ganas. Me di cuenta que ella, entre risas estaba teniendo un chat muy entretenido. Fue en ese momento, mientras nuestros compañeros seguían en reunión que Viqui comenzó a enviar fotos de ella muy hot al grupo de whatsapp del equipo de trabajo. Fueron 3 fotos al mismo tiempo que entraron en el grupo. Cuando las vi, me quedé inmóvil.

Ya no debería imaginarla desnuda sino que frente a mi tenía a ese pedazo mujer, una de las fotos la mostraba en 4, la otra exhibiendo sus hermosas tetas y la última, con la tanga corrida tocando sus labios. Al escuchar voces en la sala de reunión reaccioné y caí en la cuenta que seguramente la reunión estaba finalizando y que lo más posible era que ella no supiera lo que había ocurrido, solo atine a decirle rápidamente que viera lo que había enviado al grupo. Nunca vi a una persona tan sonrojada y llena de vergüenza, pero estaba a tiempo de que nadie más viera lo que yo pude observar. Inmediatamente eliminó las imágenes del grupo.

Desde ese momento la sentí muy distante. Pero al retirarnos de la oficina, esperó a que yo saliera y me agradeció el haberle avisado y se disculpó diciéndome que eran para su nuevo amigo, cosa que yo ya sabía. Yo le dije que no se sintiera mal por lo que había pasado pero que no podía dejar pasar el decirle que era una hembra fenomenal.

Esa noche salí con amigos, tomé varias cervezas y, al volver busque las fotos de mi compañera de trabajo, las cuales rápidamente esa tarde había descargado en mi móvil y, me excité tanto que debí calmar mis ganas de Viqui con una hermosa paja que la disfruté tanto como a esas fotos que se grabaron en mi memoria.

El sábado por la noche, mientras estaba duchándome para salir nuevamente de copas con amigos me sorprendió un llamado a mi móvil. Era Viqui, me decía que no podía dejar de sentirse mal por lo que sucedió el día anterior y que no sabía cómo agradecerme. A lo que contesté que yo solo había hecho algo por ayudarla por todo lo que ella había hecho tantas veces por mí. Y si la dejaba más tranquila hablarlo personalmente, la invitaba a tomar una cerveza, obvio que si ella no tenía planes. Me dijo que si tenía planes pero que eran cancelables, que necesitaba verme.

A las 22 h pasé por su departamento a buscarla como acordamos y nos fuimos al centro de la ciudad, a un pub que suelo frecuentar. Comimos una pizza y tomamos un par de cervezas. Ella estaba más hermosa que nunca, con jeans elastizados y una remerita que se pegaba a su cuerpo, marcando a la perfección su silueta. No sé si era que me gustaba tanto esa mujer, que estuviera vestida como fuera me volvería loco de igual forma. Las cervezas nos desinhibieron y tocamos el tema, y no quise dejar dudas que las fotos me habían impactado y que no podía dejar de admirarlas.

Ella tomó una de mis manos y me dijo vamos a casa. Caminamos, estábamos a 10 cuadras. Subimos a su departamento, ni bien entramos puso llave en su puerta y me besó sorprendiéndome, nuestras lenguas se juntaron rápidamente y comenzamos a sacarnos la ropa. La dejé solo con su tanga y comencé a besar su cuello, rápidamente fui bajando, besé y mordí sus redondas tetas a lo que ella gemía tan lindo que me puso a mil. Mi pija estaba que explotaba. Y sus manos la buscaban, ella la sacó de mi bóxer y empezó a sacudírmela con fuerza. Yo no aguantaba más y quería saborear su concha. Empecé con sus labios suavemente y luego seguí con su clítoris, ella estaba tan húmeda y rica que no me podía mover de allí. Ella pedía mi verga, la quería chupar.

Me acosté en su cama boca arriba y la incorporé sobre mí de tal forma de poder hacer un 69. Ella se desesperaba con mis movimientos de lengua y se tragaba mi pija. Que hermoso espectáculo tenerla así de esa manera. Le dije que la quería coger toda la noche, empezá ya me dijo, quiero tener eso adentro mío. Le metí la cabeza y entró toda en un momento, estaba muy mojada. Con cada embestida mía ella me acompañaba en el vaivén. Ella estaba desesperada y comenzó a temblar mientras se corría, me apretó muy fuerte contra sí y clavaba sus uñas en mi espalda, Yo ya no daba más, sus movimientos me mataban y ella diciéndome que quería tragarse toda mi leche me puso a mil. Saque mi pija y ella comenzó a pajearme y terminó metiéndosela en la boca, jugaba con su lengua y estallé en un grito de placer y la llené de leche. Ella la quiso tomarla toda.

Que hermoso polvo con esta mujer!!! Ese fue el primero de tres esa noche.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.