En el primer trimestre de mi embarazo, un vecino de no más de 18 años empezó a espiarme cuando salía por las mañanas o regresaba del trabajo, cuando le comenté a mi esposo llegamos a la conclusión que seguramente me había visto o escuchado alguna vez cuando llevé a algún invitado a la casa, poco a poco fue siendo más atrevido en acercarse a mí y un día regresando del trabajo me saludó y me dijo que le estaba ayudando a su mamá a vender cosméticos para dama de catálogo; que si quería me dejaba uno, y sonriendo le dije que sí, me lo dejó y se quedó ahí estático esperando a que me bajara del auto, al hacerlo, a propósito le dejé verme entre las piernas bajándome lentamente del auto, sonriendo le dije: ‘si quieres de una vez escojo algo para encargarlo’, dijo que si de inmediato y entramos a la casa, lo senté en la sala y le dije que regresaba en un momento, fui a la recámara y me desnude, me puse solamente una bata cortita y me deje mis zapatillas, al llegar de nuevo a su lado, note que tenía una erección ya, y al sentarme de nuevo junto a él. Lo deje admirarme las piernas un momento, me acerqué a él y le dejé mostrarme el catálogo mientras ponía mi mano distraídamente sobre su pierna y poco a poco la subí hasta llegar a su verga y apretándola acerqué mi cara a la suya y suavemente le dije:
-sé que te gusto y me da mucho gusto que sea así, le ha dicho a alguien más?
-no, nadie sabe de mi fijación por ti,..
Me puse de pie frente a él y le dije:
-he notado que me espías cuando llego, especialmente cuando regreso acompañada…
-Quieres saber que hago con mis amigos cuando los traigo a casa?
Parada muy cerca de él, se notaba su nerviosismo de adolescente.
-pues, pues… Sí, la verdad me da mucha curiosidad porque los veo salir muy contentos igual que tú cuando los despides…
-ahhh, pues es que me dejan su lechita bien adentro de mi… Mi esposo me deja tener muchos amigos íntimos -apretando su pene sobre el pantalón le dije- mis amigos me desean a pesar de que estoy casada, y a los que traigo aquí a la casa son los de mayor confianza, has visto a un amigo que viene muy seguido, alto, moreno claro, de cabello ondulado?, es mi macho!, soy su hembra y hago lo que me pide… sexualmente y en la vida cotidiana, es mi pasión ese hombre; pero hablemos más de nosotros ahorita… -Dije avanzando un poco más hacia el abriendo mi bata me ofrecí a sus manos jóvenes e inexpertas, la vista tan cercana de mi cuerpo desnudo lo excito de inmediato y rápidamente me acerqué a bajarle los pantalones y sacarle la verga de su calzón, estaba erecto, muy erecto, lo deje acariciarme todo y me senté de nuevo junto a él tomando su pene entre mis manos- quieres darme tu lechita también?
Empecé a masturbarlo mientras nos besábamos con pasión, podía sentir su cuerpo temblando de excitación, nuestras lenguas se trenzaban con lujuria mientras sus manos recorrían mi cuerpo, apretaban mis pezones con desesperación mientras mi mano se entretenía con su pene erecto, sentí la necesidad de mamarlo y baje mi rostro lentamente pasando mi lengua por su pecho y acercándome a su verga preciosa…
Bese su falo por un momento y empecé a mamarlo con lujuria, siempre estar con un joven es algo especial porque son muy intensos, y este no era la excepción, empezó a empujar su verga en mi boca con intensidad y comenzó a gemir, pensé iba a venirse en ese momento pero haciendo un esfuerzo me separo de su verga y se agachó para recargarme en el sillón y me abrió las piernas acomodándose entre ellas y empezando a mamarme la raja…
Era buenísimo! su lengua rápidamente encontró el camino para darme un orgasmo intenso y gimiendo como los me vine tremendo, ahora deseaba ser penetrada…
Me acomode en el sillón abriéndole mis piernas en señal de invitación y él se apresuró a meterme su pene, apenas empezaba a moverme para darle mayor placer y sentí su venida abundante de chico virgen, se quedó frío viéndome buscando una excusa, tranquilo le dije moviéndome levemente para que sintiera, eso pasa al principio, ‘quieres practicarlo más conmigo para que mejores?’, le dije sonriéndole agradecida de recibir su semen virgen, su cara era de felicidad. ‘De verdad?’, me dijo viendo mi raja que empezaba a derramarse de su semen.
-Sí, de verdad, me caes muy bien y si quieres te enseño todo lo que tienes que aprender…
Lentamente nos pusimos de por y volvimos a vestirnos.
Salió de mi casa con la misma cara que los amigos míos que él había visto antes…