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Valentina: Highway to hell
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Era más o menos las 10:15 pm y estaba llegando del trabajo a mi habitación que arrendaba en un inquilinato más o menos decente al norte de la ciudad. Y en la puerta de la habitación estaba mi vecina de la habitación Nº 12 que intranquila visiblemente esperaba mi razón de que si iba poder prestar una suma de dinero para pagar lo que debía de arriendo de su habitación (4 meses) y algo más para alimentar a sus tres hijos, y no es que tuviera mucho en realidad era igual de necesitado que ella, solo que yo tenía trabajo y no tenía hijos ni responsabilidad y con mi salario mínimo me defendía.

Pero en esta oportunidad con el fin de ayudar a Valentina le había prometido que iba sacar un préstamo con la empresa para solventarme pagar mis deudas y prestarle a ella alguito, pero en la empresa me habían negado el préstamo eso hizo súbitamente que Valentina al contarle entrara a su habitación y pasado unos minutos nuevamente me buscara en mi habitación para recomendarme sus hijos en mi cuarto diciéndome:

-¡Andrés ya vengo! Me los cuidas, tengo que remediar esto.

No me dio tiempo de negarme más que me asombro que se había arreglado como si fuera a salir a pedir trabajo tenía la misma blusa morada con la que llegó al inquilinato y la primera vez que la vimos, esa blusa típica de mujer de calentana de provincia, de manga sisa que dejaba ver sus bonitos brazos y hombros pero también su voluptuoso busto que tanto nos gustaba y no pasaba desapercibido, ella lo sabía y en muchas oportunidades me manifestó su incomodidad por el acoso de las miradas de los tipos del inquilinato por lo que no había vuelto usar su ropa de tierra templada y más bien estaba siempre tapadita, pero hoy visiblemente valentonada me pedía ese favor de cuidar sus hijos.

Le alcancé a preguntar para donde iba a esa hora. Ella me respondió:

-Andrés a tratar de solucionar

Me dejó inquieto y pasaron los minutos y los tres chicos a media noche se durmieron y nada que llegaba su madre Valentina por lo que salí de la habitación a ver si la encontraba, me dirigía hacia el primer piso que quedaba la habitación del casero el número Nº 1: y me encontré con otro vecino del inquilinato Heráclito quien salía de su cuarto y me decía:

Heráclito: ¡Uhy! vecino el del al lado no me deja dormir comenzó a comerse una hembra y como es el casero el sí puede meter hembras y uno no puede chistar.

De inmediato se me ocurrió lo peor, pero una parte de mi lo negó y tal vez que la verdad no escuchaba nada, por lo que decidí devolverme a mi habitación

Pero el vecino me llamó entusiasta:

Heráclito: Pillé, pille mire como la está haciendo ronronear a la gatica…

Y si di unos pasos a la puerta del casero y se escuchaba quejidos de una mujer, pero no solo eso también el golpe de choque entre cuerpos como chancletazos seguidos que hacía imaginar a las claras que se estaban follando a alguien y quería pensar que no era Valentina. Luego llegó otro vecino de la habitación No. 3 el costeño Jacinto quien también escuchó los quejidos y muy a su estilo índico:

Jacinto: ¡Añoñi! ¡Esa hembrita ya está encoñaa!! ¡Gime con ritmo!

No pronuncie palabra y me devolví a la habitación airado, tal vez creyendo que Valentina no podía prestarse para ello, siendo toda una dama.

Al llegar al cuarto mi idea era dormir, pero mi cabeza no dejaba de imaginarme la situación habían pasado a lo sumo 5 minutos recostado y decidí bajar nuevamente, solo que ya no estaba solo Jacinto y Heráclito sino otros tres más vecinos de habitación que entusiastas me veían llegar por el corredor diciéndome:

-¡Vecino, vecino la hembra está gimiendo otra vez!

¡Y Si! se escuchaban gemidos “Aaaah! Mmm! Ooh! Aieuaah!” provenientes de la habitación y de pronto la voz ruda del casero diciendo:

Casero: ¡Vamos perra! ¡Dame más!! ¡Muévete, muéveme!! ¡Eso ponte en cuatro! y levanta ese culo que ya vamos a acabar.

Y escuché lo que no quería escuchar:

Casero: ¡Quieta Valentina ¡Aquí vamos perra! ¡Mis restos lindura! ¡Aaaah aieuach!

Un fuerte quejido de satisfacción del casero don Gerardo así se llamaba un hijueputa desde que lo conocí quien decía ser el dueño del inquilinato al igual lo administraba, fuera de eso gota a gota prestamista quien abusaba de todo el mundo. De aparecía grotesca, de tés marrón, ruda, un tipo grande corpulento por no decir gordo porque lo que tenía de hijueputa lo tenía de barriga.

Ese hombre había conseguido poseer a mi Valentina o más bien nuestra Valentina porque la sorpresa de todos fue evidente, creo que nadie pensó que fuera la misma Valentina de la habitación Nº 12 pero que confirmamos cuando habré la puerta don Gerardo y entra abierta la puerta vemos en un rincón al fondo de su habitación acurrucada medio cubierta con una sábana a Valentina llorando y nos dice:

Don Gerardo: ¡Malparidos que hacen aquí partida de chismosos, los veo yéndose ya! Además, ya me comí la delicia de Valentina, no hay nada que ver.

De inmediato sin reparos nos fuimos retirando cada uno para nuestros aposentos y al llegar a mi habitación el primer mensaje llegó por el grupo de WhatsApp del inquilinato que decía:

Grupo WhatsApp: Parceros: ¡Se culearon a Valentina! Y fue don Gerardo quien la puso a gemir. Mandó audio…

Y en efecto abro el audio compartido por el grupo de WhatsApp y se escuchaban los gemidos de Valentina nuevamente. Eso indicaba que todos los del inquilinato que en su mayoría eran hombres unos 24 más dos o tres mujeres que era de la mala vida o sea putas que solo venían a dormir de día un rato se habían enterado de lo sucedido por lo que se dispararon los mensajes del grupo:

Grupo WhatsApp: ¡Uhy que rico!

-“Ya era hora de darle huevos”.

-“Debió recorrer todo ese cuerpo de Valentina con sus manos y lengua el muy hijueputa”

-“Seguro la follo sin condón, por eso esos fantásticos gemidos jajaja”.

-“Se portó mal Valentina y lleve”

-A los chicos malos hay que azotarlos”.

-Lástima ese cuerpito merecía mejor trato, que tal esas pechugas se le veían, o esas caderotas.

-Oh su carita de niña buena, dulce

-Pues se comieron ese manjar dulce compañeros jajaja

Los comentarios no paraban y así ves yo no estaba sin saber que hacer o decir pensaba que en cualquier momento Valentina llegaría a buscar a sus trillizos y yo no sabría cómo actuar, pero pasaron los minutos y nada que llegaba Valentina casi una hora después y tampoco los mensajes dejaban de burlarse y morbosear con la situación en el grupo, y al alrededor de las 2:30 am llegó un mensaje interno por WhatsApp de don Gerardo que decía en un tono burlón:

Don Gerardo: Para todos esos malparidos chismosos los invito a celebrar al patio de ropas a las 3:00 am que la linda Valentina a pagado parte de sus deudas y consiguió trabajo como empleada del servicio de aseo del inquilinato para así pagar lo que se debe y darle de comer a sus mocosos chinos.

Eran de no creer lo que estaba pasando, pero igual media hora después hacia las 3:00am el ruido del inquilinato y una música que a su vez retumba todo el inquilinato despertaba los hijos de Valentina “Los trillizos” y me tocó calmarlos y decirles que iba buscar a su mamá pero que estuvieran juiciosos, sin embargo, los dejé encerrados y bajo al caminar por uno de los corredores a ritmo ACDC Highway to Hell me encontraba un ansioso cucho, inquilino de la pieza 16 que me decía:

Euclides: Vecino va ver un espectáculo en el patio. ¡Apúrese!

Y si siguió deprisa el hombre en dirección al patio por mi parte aproveché para ir al baño porque no estaba para fiestas quería encontrar a Valentina, no jugarle entregarle sus hijos e irme a dormir. ¡Pero entre la algarabía escuché unos gritos que no se hacían desconocidos, eran gritos de Valentina y la curiosidad, un impulso o un presentimiento no sé qué!

Hizo que fuera al patio que al llegar estaba lleno de vecinos de las otras habitaciones que jubilo gritaban agravios, morbosidades y groserías, que buscaban animar aún más el ambiente frente a la ventana de la habitación de don Gerardo que daba al patio y era lo suficientemente grande para ser una vitrina comercial, una vitrina de 3 m x 2 m dónde dejaba ver claramente a otro lado del vidrio expuesta a Valentina que estaba en esa ventana grande desnuda y sometida por don Gerardo otra vez.

Quien estaba en el borde de su cama y encima de sus piernas tenía a Valentina, que con firmeza se agarraba de la cintura follando a Valentina a ritmo de la música ACDC “Highway to hell” ella llorando solo trataba de cubrir sus pechos pero la verdad le estaba quedando muy difícil cubrir su desnudez, sus manos escasamente podía cubrir parte de sus pechos y sus partes íntimas y la brusquedad de don Gerardo lo hacía aún más difícil, un tipo acostumbrado al trabajó en el campo que manipuló bultos y como tal estaba tratando a Valentina como un bulto de papa encima de sus piernas moviéndola, zarandeándola a placer, era evidente que él ya tenía su miembro dentro de Valentina y que estaba gozándola nuevamente.

Por supuesto todos los hombres estaban alborotados mirando a través de la ventana y la mayoría grabando con sus celulares mientras injuriaban morbosamente a Valentina quien solo lloraba y miraba al suelo o la pared de esa habitación, mientras era totalmente humillada en público, expuesta como una mercancía de plaza de mercado.

Al otro lado de la ventana mientras tanto se escuchaba decir agravios y palabras injuriosas que solo ardían el ambiente y humillaban aún más a Valentina como:

“Vamos don Gerardo castíguela”

“Hágala Gemir”

“Atorníllela bien duro”

“Vamos Valentina colabore”

“Llénela esa perra” etc.

Para entonces dándole gusto a la audiencia manipuló a Valentina y tomándole a la fuerza de los brazos que hasta el momento cubrían sus pechos e intimidad, se levantaron ambos del borde de la cama, revelando y confirmando no solo que Valentina estaba literal bien insertada en la verga de don Gerardo, sino que sus pechos voluminosos eran sumamente generosos y comestibles.

Y esta escena alboroto más la audiencia que golpeaba la ventana como queriendo saborear los atributos de Valentina lo cual hizo que Valentina por primera vez aterrada miraba con sus ojos llorosos a la ventana tal vez buscando algo de ayuda no sé, pero pude ver cómo nuestras miradas se cruzaban. ¡Por supuesto yo estaba paralizado ver a Valentina mi amiga en esa escena perturbadora solo incliné mi cabeza y solo la levanté cuando escuché nuevamente los quejidos de Valentina, la estaba rematando!

Y observó que don Gerardo la suelta de los abrazos y agarrándola fuerte de sus pechos culminaba su follada pública. Luego solo la soltó dejándola caer al suelo y riendo sudoroso por el desgaste, el verdugo de don Gerardo cierra la cortina de su habitación.

No hice nada por ayudarla porque ella misma decidió su destino, además estaban todos, dos docenas de tipos o compañeros del inquilinato que estaban disfrutando el espectáculo y que le tenían ganas desde que llegó a este inquilinato pidiendo posada, que se convertiría en la casa del infierno para Valentina.

Ese momento recordé cómo la conocí a esa mujer tan bonita de un 1.72 m, esbelta, de tez blanca, cabello castaño largo, cara bonita, dulce al hablar y curvilínea de su cuerpo que no me pasó desapercibido con su blusa morada escotada que dejaba ver unos grandes pechos y su jeen contorneaban muy bien su cintura y sus caderas igualmente prominentes.

Era un martes casi las seis de la tarde saliendo de mi habitación la número 11 y ella llegaba a su habitación asignada la Nº 12 sería mi nueva vecina con su tres hijos y poco de trasteo que ayude a descargar por lo que la vi tan atareada, por supuesto mi ayuda ese día hizo que me ganará su confianza poco a poco fue entonces con los días ella tal vez en su necesidad de desahogarse me contó que era Manizaleña de 31 años, que estaba casada y que trabajaba en la televisión regional hasta hace muy poco como presentadora hasta tuvo que huir porque su esposo se vio involucrado con gente muy peligrosa que los amenazaron de muerte y los obligó a separarse para evitar que los encontrarán.

Y ella terminó sola aquí en este inquilinato tratando de sobrevivir sola por sus hijos y con la ilusión de volverse a encontrar con su familia y esposo que alcanzaron a irse al exterior, pero ella y sus trillizos por el robo de sus papeles no pudieron viajar. Y el acercarse a solicitarlos es peligroso porque ella sabe que si la ubican les da la posibilidad a esas personas que la buscan que chantajean a su esposo para que vuelva y lo maten y los maten.

En resumen, era una desplazada más en este país, y como a muchos la vida empezó a golpearnos pasaban los días y no podía encontrar un trabajo discreto, estable y bien pago, lo que ocasionó que las deudas y necesidades empezarán apremiar y por supuesto los que sacan partido de la necesidad del otro para su beneficio. Para entonces Valentina había cometido el error de aceptarle plata prestada lo cual le pasaría factura tarde o temprano y así fue.

Hoy llegando a mi habitación estaba pasmado con lo sucedido en el patio con Valentina aun siendo casi las 5 am en el fondo del inquilinato se escuchaba comentarios de júbilo del espectáculo vivido.

Yo esperaba que llegara Valentina pero no sabía cómo actuar, tampoco sabía qué hacer con los chicos que al abrir mi habitación estaban nerviosos, llorando asustados por la algarabía que se había escuchado, traté de calmarlos, fue difícil pero el cansancio de no dormir los dejó dormidos a la media hora pero era evidente que quería ver a sus mamá que no llegaba por lo que decidí salir a buscarla y en ese momento veo ella estaba en viniendo por el corredor del primer piso corriendo envuelta en una simple sábana, desnuda aun llorando y detrás unos compañeros de otra habitaciones acosándola y burlándose de ella. Por lo que intervine:

-¡Bueno ya! ¡Basta déjenla tranquila!!

Y me puse en medio entre Valentina y los tipos en las escaleras para darle tiempo a ella para que llegara a su habitación. Luego de increpar un poco con los tipos fui a la habitación de Valentina para tratar de hablar con ella, por supuesto tardó en abrirme, pero como que recordó sus hijos y me abrió de inmediato ya tenía puesto una sudadera y me preguntó alterada aun:

Valentina: ¿Mis hijos?

Y yo le respondí:

-Están bien Valentina, tranquila están dormidos. ¿Y vos?

-Valentina: ¡No quiero hablar solo ayúdame a pasar mis hijos a mi habitación si!

Y así lo hice le ayude a pasar sus hijos y ella se encerró con ellos de ahí en adelanté no supe más pasaban los días sin verlos, sin embargo todos los días le dejaba comida en la puerta supongo que necesitaban tiempo e irónicamente a los tres días de los hechos me prestaron algo de dinero en la empresa donde trabajaba, no la suma que había pedido pero si la suficiente para pagarle a don Gerardo algo de mi deuda y de las deudas de Valentina pero ya había sido tarde el mismo don Gerardo me lo recordó:

Don Gerardo: ¡Uhy Andrés que bien recibir esta plática, plata es plata, pero en el caso de su amiguita Valentina, creo que está haciendo una mala inversión! ¿Además, ya me cobré en especie una parte y no me fue tan mal, cierto?… Una hembra muy sabrosa ella, saca lo mejor de uno. Le recibo su plata porque su amiguita debe bastante y quién sabe si su cuerpo aguante para tanto. Jajaja

Por supuesto me contuve y no le respondí a golpes como debía pues igual había escuchado que don Gerardo era muy peligroso capaz de lo que sea, líder de un grupo de criminales de todo tipo que encubría muy bien baja la fachada del inquilinato.

Pasaban los días y Valentina no se dejaba ver hasta que un día subió don Gerardo hasta la habitación de Valentina y enérgico golpeando duro en la puerta exigía que aclarar cuentas y por supuesto se vio obligada abrir y yo que estaba en la habitación del al lado escuché la conversación:

Don Gerardo: ¡A ver mamita! Va aceptar el trabajo o va poner a sufrir sus hijitos. Con el trabajo que le ofrezco va tener con que darles estudio a sus hijos y van estar seguros.

Valentina: ¡Con mis hijos no se meta, desgraciado!

Y escuché la puerta cerrar al salir inmediatamente me di cuenta que don Gerardo se retiraba con una sonrisa en la cara tal vez gustoso de atormentar a Valentina y me dice:

Don Gerardo: Aconsejé a su amiguita para que le vaya mejor.

Pasaron dos días más sin saber de Valentina hasta que me golpearon en mi puerta era ella, solo que estaba diferente definitivamente visiblemente angustiada y me dice:

Valentina: Necesito que me ayudes nuevamente cuidado de mis hijos, tengo que salir.

Yo: ¿Claro te los cuido, pero a dónde vas?

Valentina: Tengo que aceptar el trabajo que ofrece don Gerardo

Yo: ¿Que trabajo?

Valentina: No te preocupes Andrés, solo es limpiar y oficios varios

Yo: Cuídate entonces ese tipo no es de fiar

Valentina: Lo se

Y se fue Valentina a su trabajo por supuesto yo cuidaba de sus hijos a raticos y efecto la observa limpiando de vez en cuando Pero cada día que pasaba veía más y más tristeza en su rostro. Escasamente cruzábamos un saludo cuando le ayudaba a cuidar sus hijos en mis tiempos libres, ella había dejado de contarme sus cosas, pero igual yo estaba con mucho trabajo y llegaba a veces solo a descansar.

Un día que tuve que ir al baño como a las 2:30 am observo que hay ruidos en la habitación continúa la Nº 6 la de Mario un tipo 46 años como yo que se dedicaba a ser portero de seguridad en un edificio y los ruidos eran de sexo, por supuesto no era mi problema, pero la puerta estaba entre abierta y me gano la curiosidad y nuevamente sorprendido me doy cuenta que era Valentina que estaba follando arriba del tipo cabalgando. Por lo que me indigné y abrí la puerta y alzando la voz exclamé:

Yo: ¡VALENTINA! ¿Qué está pasando aquí?

Ella por supuesto quedó paralizada y mientras me miraba avergonzada, Mario se levantó alterado para sacarme de la habitación y mientras lo hacía me dijo:

Mario: ¡A ver marica! Respete este es mi cuarto deje trabajar a Valentina si quiere… pídale para más tarde.

¡Y me saco! sus palabras me dejaron perplejo no podía asimilarlo por lo que esperé a encarar a Valentina cuando llegara a su habitación, y cuando la vi le digo en tono de reclamo y bravo:

Yo: ¿Valentina ya acabaste de trabajar?

Valentina con los ojos llorosos me dice:

Valentina: Lo hago lo hago por mis hijos por sobrevivir, yo ya no valgo nada aquella noche que me humillaron en público, me hicieron ver qué si para que me dejen en paz a mí y a mis hijos es teniendo sexo pues lo haré y si no lo entiendes no me importa y si ya no quieres ser mi amigo está bien, solo quiero que mis hijos estén bien.

Y me cerró la puerta Valentina, claro eso me dolió, pero seguí brindándole mi amistad, aunque cada día era más difícil porque descaradamente era testigo como cada día la buscaban más para follarla los distintos inquilinos del inquilinato. Ella ya lo veía normal tan es así que un día estaba lavando ropa en el patio conmigo y llegó Esteban un emigrante venezolano y sacándole un billete de $100.000 le indico que si iban a la habitación y dejando de lavar casi que de inmediato ella se fue a la habitación de Esteban al rato empezó los quejidos y los gemidos que hasta mi ya se me hacían familiares, pero me afectaban, pues había que reconocer que Valentina se comportaba como una prostituta.

Así fui testigo en varias oportunidades Valentina se prestaba para tener sexo con el mejor postor, pero a las pocas semanas las cosas fueron cambiando más, pues ya los inquilinos hacían lo que querían con ella como:

Un día llegué y observo Valentina contrariada había tenido sexo con el de la habitación 8 Pero este no le pagó.

Otro día me enteré por otros compañeros que se la follaron entre dos en la habitación Nº 10.

Pero cuando fue más claro que las cosas se estaban saliendo de control fue un día que ella se estaba bañándose y el hijo de don Gerardo llamado Pipe un pelao adolescente aprovechando que tenía las llaves del baño se le metió al baño a Valentina dónde la atacó sexualmente, nos enteramos por los gritos de ella, pero nadie hizo nada porque don Gerardo en la puerta del baño cubría la follada de su hijo. Qué igual fue una vil violación a Valentina, ella entonces nuevamente entre risas subió a su habitación.

Otro día paso algo parecido llegó Heráclito borracho y al ver a Valentina lavando ropa en el patio la atacó, pero esta vez fue peor porque eso motivo a varios a violar masivamente a Valentina más porque don Gerardo no estaba. Por supuesto la obligaron hacer cuánto vejamen se le ocurría al grupo por ejemplo cuando llegué al patio llamado por la algarabía encontré a Valentina acostaba boca arriba sobre un lavadero y el de la habitación Nº 3 Jacinto la penetraba enérgico vaginalmente y por otro lado al mismo tiempo John de la habitación Nº 20 la penetraba oralmente.

En ese momento Valentina me miró y estiró su mano como queriendo pedir ayuda pues no podía ni moverse, ni gritar por tener la verga de John en su boca y hasta en la garganta.

Y yo me llene de ira, de frustración y de ver cómo todo el mundo se comían y se comían a Valentina a placer fallándola de tiempo atrás sin consentimiento y con consentimiento era un juguete sexual que todos habían jugado menos yo por lo que como un toro de lidia enfurecido le quite a esos hombres de encima y poseído por una bestia embestí a Valentina le cogí sus tetas llenas en primera instancia que chupaba como ternero hambriento y a su vez estimulaba mi penetración y corneaba una y otra vez a Valentina y pronto solo fue llenarla de mí, de mi esperma! ¡Era mía por fin era mía! ¡Pronto su cuerpo reaccionó y se privó!

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