Recién regreso de vacaciones del trabajo. Fueron planeadas por mucho tiempo, pero no se habían dado por los problemas sanitarios que todos conocemos. Mi sitio preferido como todos saben, son las playas. Y ésta es otra ocasión que fui a una de ellas, localizada en una linda Isla Caribeña, cuyos habitantes son muy agradables y excelentes anfitriones.
Durante algún tiempo había ya contactado con un chico… bueno no tan chico, que me resultaba muy agradable en nuestras conversaciones virtuales. En realidad fueron aproximadamente dos meses antes de ir y encontrarnos. Habíamos acordado reunirnos el día de mi llegada en el aeropuerto. Al vernos, conectamos de inmediato. No era muy alto, cuerpo bastante proporcionado, mirada profunda y muy penetrante y otras cualidades adicionales. Nos abrazamos y besamos como amigos antes de dirigirnos al transfer contratado para llevarnos al resort, mismo que era increíblemente grande y lujoso. La reserva la había hecho yo, por lo que rápidamente nos condujeron a la habitación. Amplia, moderna, bien decorada y con piscina al salir de ella donde había dos camastrones dentro de la piscina y en un deck, dos sillas cómodas y una mesa. Cama King size, bar en la habitación y jaccussi. Qué más se podía pedir?
Desempacamos nuestras maletas y conversamos por un rato para conocernos un poco más ya personalmente. Poco tiempo después, tomamos una cerveza del frigorífico para seguir charlando hasta que le dije que necesitaba tomar una ducha. En realidad había salido de mi apartamento desde las 3 de la madrugada por el horario de vuelos que tenía. Realmente me sentía cansada y la necesitaba. Sin ropa como estaba dentro de la ducha, abre la puerta de la misma Joel, así se llama, totalmente desnudo y me acompaña dentro. Fue entonces que el verdadero sentido de mi vacación empezaba. Si bien su verga no era descomunalmente grande como tienen fama ellos, si lo era de un buen tamaño y bastante gruesa. Al suceder aquello, ambos nos miramos fijamente y nos acercamos uno al otro hasta encontrarnos muy pegados. Besos y caricias no se hicieron esperar. Mi conchita iba perfectamente depilada y mis pezones inmediatamente se endurecieron, invitando así a ser chupados y besados. Su mano encontró mi entrepierna muy fácil y rápidamente mientras su boca se deleitaba con las tetas. Por mi parte, empecé a masajear su verga, descubriendo y tapando su oscura cabeza. Sin más, me arrodillé y la empecé a chupar y lamer. La profundidad de mi boca no permitía meterla completa por lo que opté por lamerla a lo largo, chuparla hasta donde mi boca lo permitía y mis manos y dedos acariciaban delicadamente sus pelotas.
Al estar su verga muy dura y grande, cerró la llave del agua de la ducha, nos secamos un poco con una toalla y nos acostamos en la cama dejando abajo toallas para no humedecer la cubierta de la misma. Al estar yo acostada boca arriba, lo primero que buscó fue mi conchita, la que acarició, besó y chupó hasta que alcancé mi primer orgasmo en su boca. Sucedido esto, puso su verga en mi boca para que la chupara de nuevo. Así lo hice y me deleité nuevamente jugando con aquel instrumento, hasta que decidió penetrarme lento y cuidadoso. Aquello que sentía era tan maravilloso, que me obligaba a tener movimientos bruscos y gemidos muy profundos demostrando el placer que estaba recibiendo. Joel por su parte, tenía su mirada perdida y sus gemidos también eran profundos. Nos dimos vuelta quedando yo sobre él sentada en su verga. Lo empecé a cabalgar fuerte y duramente. Yo ya había alcanzado dos o tres orgasmos, hasta que en medio de un bufido, terminó dentro de mi. Le busqué su rostro para besarlo en la boca muy profundamente, y permanecimos así algunos minutos hasta que sentí cómo su verga ya achicada, salía de mis interiores.
Hasta aquí la primera parte de éstas vacaciones increíbles. Fueron siete días en los que llegué hasta a invitar a Joel a que venga a mi País para estar de nuevo con él. Veremos qué pasa.
Hasta la siguiente… la parte 2.