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Vacaciones con mis machos (3)
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Tiempo de lectura: 8 minutos

-Amores míos! No se cansaron de darme?!  -pregunté con cierta felicidad y sorpresa al ver que se habían recuperado tan fácil.

-Mi vida! Quiero ver si puedo dejarte embarazada -mi novio.

-Claro que sí! Aunque la verdad tu papá ya te lleva la delantera -le contesté acariciando los muslos de ambos machos- no pierdas tiempo, cógeme!

Me acosté y abrí las piernas. Tomé el lubricante con mis dedos lo comencé a aplicar dentro y fuera de mi vagina. Mi novio se masturbaba frente a mi, viéndome con una sonrisa de enfermo que me puso muy caliente. Solo estaba esperando que quitará la mano y poder empujar su lubricada verga hasta el fondo de mis entrañas.

Separé mis labios vaginales con mis dedos en señal de invitación.

– méteme tu enorme pito mi amor.

Puso su mano en mi vientre y con la otra dirigió su pene a mi vagina. Yo estaba excitada al ver semejante miembro acercándose hacia mi y sabiendo bien la calidad de semental que lo tenía.

Como una especie de tortura fue metiéndola muy lentamente. Yo solo podía verlo fijamente con mi boca abierta mientras él hundía su verga en mi caliente vagina, estaba sollozando de gusto mientras iba sintiendo toda esa carne entrando en mi. Él sólo tenía la mirada fija en nuestros sexos, le encantaba ver como metía su pene en mi. Para mi lo mejor era saber que él disfrutaba de mi cuerpo, que lo ponía muy grande y cachondo.

Acostado en esa misma cama mi suegro se masturbaba viendo como su hijo me daba verga y eso incrementó la lujuria. Se masturbaba con más cólera viendo a su nueva mujer abierta de piernas gimiendo mientras su hijo se la mete.

Yo ya tenía leche de sobra en la vagina, por lo que la penetración tenía una lubricación extra.

-Te gusta mi amor?! Ah! Te gusta meter tu verga? Mmm -pregunté con voz de putita.

-Sii! Estás muy caliente! -dijo mi novio muy excitado.

.Te quema la verga?! Eh?! Si no te gusta sácamela porque tu papá la trae bien tiesa -dije- y él si aguanta.

Me querían puta pues me iba a poner muy puta. Estaba cogiendo con padre e hijo, ya me habían dado una doble penetrada y todos estábamos de acuerdo con disfrutar del sexo duro sin importar las normas o la moral, todo eso quedó fuera de esa casa, adentro sólo había lujuria, depravación, dos vergas bien paradas y una vagina caliente escurriendo.

-Ahh! Ahh! Qué puta eres mi vida -dijo Armand notablemente excitado.

-Ponme de perra, lléname en esa posición!

Entonces él se salió de mi. Su verga estaba brillante y mojada, mezcla del semen de Octavio, y la lubricación de los dos.

Me acerque a él y lo masturbe poniendo mi frente sobre la suya, mirando intensamente sus ojos.

No importaba lo que pase hoy siempre te voy a amar- le dije con intención de hacerlo sentir bien y que me dejara ser.

Yo también te amo, ponte!- Armando

Me acomodé viendo hacía la cabecera de la cama, sentí cómo mi novio tomó mi cintura, mientras volteé a ver a mi suegro. Le sonreí con normalidad, pero pronto mi cara se descompuso cuando me la dejaron ir. Mi novio sin tanta espera empezó a darme lento y duro. En la habitación se podía escuchar cómo impactaban nuestros sexos, plaf plaf plaf, acompañados de gemidos. Yo me sentí la reina puta, mientras era cogida por el hijo con el papá esperando su turno. Ese hecho me ponía muy enferma y en la habitación el ambiente era de pura depravación total. Cualquier cosa que me hubieran pedido la hubiera intentado.

-Ay amor! Qué rico coges! La tienes bien larga! Ay! Ay! Ay! Duro! Dame más! -gritaba mientras volteaba a ver a mi suegro.

Mi novio seguía agarrando ritmo, sujetando con fuerza mi cadera gimiendo como animal. Pero eso éramos nosotros, animales en celo. Nadie en su juicio se cogería a su novia junto con su papá y habría que ser muy ninfómana para acceder a tal actividad sexual. Aunque debo confesar que esté hecho no sólo me ponía muy caliente a mi, ellos estaban cómo perros ante tal cogida.

-Te gusta cómo te parte mi hijo, amor? -Preguntó mi suegro mientras se masturba ante tal función; el tallo mucho más grueso que su glande y su mano escurriendo líquido pre seminal me hicieron daño en la mente.

-Suegro! Octavio! Tú hijo es casi tan bueno metiéndola cómo su papá! Ahhhh! Deberías estar orgulloso! Algún día será como tú! Ah! Ah! Ah! –confesé.

-Qué perra! Ahhh! Qué culote! Toma por puta! -gritaba Armando mientras jalaba mi cabello, metiendo con fuerza su largo miembro.

La forma obscena en la que jalaba mi cabello me hizo arquear la espalda, lo que hacía sentir que su hinchado glande entraba hasta mi útero. Me estaba volviendo loca, empecé a gritar mientras era salvajemente usada, en mi vientre empecé a acumular mi orgasmo, el aire me faltaba por la forma en la que gritaba.

-Ah! Aaaah! Yaaa! Ah! Ah! Termina! Lléname! Aaaah! Hasta adentro!! La quiero toda!!! -gritaba ya totalmente descompuesta y empezando a sentir mi orgasmo.

-Toma! Toda! Ohhh! Toda! Ahhh! Me vengo!! Aaaah! -grito mi novio al momento que su verga creció aún más, mientras escupía chorros de semen directo en mi útero.

Eso empujó mi orgasmo a otro nivel. Los dos gritábamos mientras nos veníamos viendo hacía el techo. Estoy segura que llegue a poner los ojos en blanco porque no podía enfocar bien la mirada. Aunque preferiría el sexo con mi suegro la potencia viril de mi novio era extrema.

Nos quedamos fundidos en esa postura unos segundos, hasta que me fui de bruces contra el colchón y solo quedé con mi culo en el aire. Mi novio permanecía dentro de mi, con su palpitante y deslechado miembro, respirando rápido debido a su masculino esfuerzo.

-Felicidades a los dos! Cogen riquísimo, pero ya quiero meterte mi macana Fany -dijo Octavio. Yo había olvidado que estaba ahí, me había olvidado de todo.

Mi novio extrajo su miembro de mis entrañas, seguramente escurriendo fluidos y se tiró sobre la cama. Yo me termine de acostar y pasaron unos minutos más hasta que nos fuimos reponiendo de tal recordatorio de quién es mi macho.

-Ya me toca -dijo mi suegro, acercando su veterana herramienta a mi boca.

Yo se lo mamé suavemente, chupando solo el glande, que estaba morado de tanta intensidad en su erección, después bajaba a sus bolas; las lamía con cuidado, en agradecimiento porque de ahí había salido mi viril novio y probablemente nuestro hijo. Fue cuando me giró y mientras el permanecía hincado a mi me puso de lado me la dejo ir.

-Octavio! Ay! Ay! Espérate tantito! Estoy muy sensible! Déjame descansar! Ahhh! -le pedía sin éxito, mis piernas juntas hacían que sintiera más grueso su pene, era una cosota que no podía soportar.

-Esto querías, no?! Qué te hiciéramos mamá! Aguántate Fany! -me decía mientras sujetaba mi cadera y me daba más duro.

-Suegro! Por favor! Sácamela! -le pedí casi mordiendo mis dientes.

Entonces mi suegro salió de mí y me dio una buena nalgada que se escuchó en toda la habitación.

-Está bien amor, ahorita te la vuelvo a meter –Octavio.

-No voy a aguantar, me están dando muy cabrón! Yo sé que yo fui la que propuso esto, pero no voy a poder con los dos -dije apenada- les propongo algo, vayan por una prostituta y nos cogen a las dos.

Mi suegro y Armando accedieron de inmediato. Era una oportunidad difícil de desaprovechar.

-Entonces ahorita venimos, vamos a traerla -dijo mi novio vistiéndose.

-Armando, quiero que tu papá se quedé -dije mirándolo a los ojos para que entendiera que sólo puede haber un macho alfa y ese sería su papá. Era el momento de saber verdaderamente si mi novio tenía alguna tendencia a ser cornudo.

-Te quieres quedar a solas con él? -Preguntó Armando.

-Si, deseo quedarme a solas con tu papá -le dije con cierta provocación en la mirada- si no te molesta, claro.

Entonces sucedió algo.

-En lo que vas me la voy a coger hasta dejarla embarazada -dijo Octavio y eso me puso la piel de gallina- yo sé lo que le gusta y dónde echárselos.

-Si amor, tú papá y yo necesitamos estar a solas para poder hacer ciertas cosas –rematé.

La cara de mi novio estaba sería, pero se veía sonrojado. No podía esconder el hecho de que escuchar esas cosas y saber que su novia prefería coger con su papá lo había excitado

Entonces se levantó y sólo dijo:

-Voy a tardar un rato, pásenla bien y no ensucien mucho -esto último lo mencionó quizá para relajar el ambiente.

Se levantó y salió. Poco después escuchamos el carro.

-Ahora si te voy a llenar de leche -dijo mi suegro mientras estábamos acostados.

Se acercó a mí y me abrazo, nos comenzamos a besar con pasión mientras nos tocábamos sin pudor alguno, y es que después de todo lo que habíamos hecho ya no había lugar para el pudor.

-Quiero que me cumplas una perversión -dijo mientras me dedeaba.

-Ya sabes que haré lo que te guste -le contesté con entrega.

-La verdad nunca tuve una hija, y a veces eso me deja fantasear con cogerme a una joven que sea mi propia hija sin sentir remordimiento –Octavio.

-Quieres cogerme papito? -le pregunté divertida mientras sobaba sus testículos- eso no está bien, soy tu hija papá!

-Hija! Traigo la verga muy parada, desde hace tiempo no he logrado eyacular -siguió el juego.

-Hay papá! Puedes conseguirte una novia, estás muy guapo y por lo que veo la tienes bien gorda -le decía mirándonos a los ojos- o en último caso puedes ir con una prostituta.

-Cómo sabes que la tengo bien gruesa? Has visto muchas? Eh?! Hija responde.

-Papá pues claro! Cuándo tengo sexo con mis amigos puedo hacerme una idea -le decía- no todos los hombres tienen la verga igual y por experiencia sé que entre más grandota más se goza.

-Ay hija, eso es andar de puta. No está bien, además a mi que soy tu papá no me ayudas pero con tus amigos andas coge y coge –Octavio.

-Ay perdón! Pero no es lo mismo, tú eres mi papá y yo tu hija. No está bien -le decía mientras continuaba sobando sus bolas a pesar de la excitación del momento.

-Hija, soy también un hombre! Tengo derecho a sentir placer y necesito descargar, me duelen los huevos. Entiéndeme.

-Ay papá, no sé!

-Ayúdame a descansar! Podría ir con una prostituta pero me podría pasar una enfermedad -decía- te gustaría que me diera algo?

-No papá! No quiero que nada te pasé! -le dije ardiendo en deseos de fornicar- si quieres te la mamo. Con eso no me voy a sentir mal y tu te descargas.

-Está bien hija! Ya chupámela! -dijo Octavio poniéndose de pie sobre la cama. Su verga ya tenía escurriendo líquido preseminal del orificio de la uretra.

-Nunca vayas a contar nada papi, yo hago esto porque te amo -dije eso llevando su verga bien tiesa a mi campanilla.

-Ahhh! Así hija! Comete toda la verga! -dijo excitado.

-Papá, qué rica te sabe! Seguramente mi mamá se la pasaba mamándotela! -baje y empecé a chupar sus testículos- los siento muy pesados, seguramente los tienes repletos de semen.

-Con esta verga embarace a tu mamá –Octavio.

-Pues seguramente lo gozó, ahora yo regreso a esta verga que me dio vida hecha mujer -empecé a masturbar su tronco y chuparla con desesperación- soy tu mujer papá! Te amo mucho.

Octavio tomó mi cabello en sus manos y empezó a cogerme por la boca, a veces en un acto con rudeza me la metía hasta las amígdalas, sólo sus huevos quedaban afuera descansado sobre mi barbilla. Sólo se escuchaba la cogida oral aj! Aj! Puaj!! Aj! Aj!

A veces me daban arcadas pero lo dejaba hacer.

-Te gusta?! Eh?! Así la tienen tus amigos?! O prefieres la verga de tu papá? La de un verdadero hombre! -decía sin darme tregua para contestar.

Me estuvo dando así por algunos minutos. Mi baba caía de manera escandalosa por la comisura de mis labios bañando toda mi barbilla, escurriendo hacia mis senos y vientre.

La sacó dando unos pasos hacia atrás, con su verga escurriendo literalmente.

-Hija! Déjame coger contigo! -Octavio- no aguanto más, necesito sentir bien una mujer.

Entonces yo lo vi fijamente y con decisión contesté:

-Nunca digas nada papá! Por fa!

-Jamás mi amor –contestó.

-Cómo quieres que me ponga? -Pregunté- Cómo te quieres coger a tu hija?

-Ponte de perrito.

Me gire y dejé mis nalgas a su disposición, para que hiciera lo que quisiera. Sentí como se colocó atrás de mi, yo volteé a verlo y sentí cómo metió su glande mirándonos a los ojos.

-Papá, te amo! Toma mi cuerpo -le dije mordiendo mi labio.

El sólo tomó mis caderas y me la metió de un golpe seco y contundente.

-Aaaah! -lo único que hice fue gritar y levantar mi rostro.

-Ay hija! Qué caliente estás! -Octavio- se ve que coges bastante. Dijo eso mientras nos quedamos quietos unos momentos.

-La que no es puta no disfruta, papá. Uy! Que rico! -dije- mira cómo me tienes, obvio esto no es normal. Ah!

-Eres una mujer y yo un hombre, cogernos es normal.

-Ayy! La tienes bien gruesa! Ah! Me vas a partir! -le decía estimulando su calentura.

-Es que estas acostumbrada a coger con puro niño pendejo.

-No papá! Mmm! Una vez cogimos el papá de mi novio junto con un amigo suyo y ninguno la tenía como tú! Ah! Ah! -le dije en referencia al trío que habíamos hecho con su amigo.

-Qué perra resultaste ohh! Cuántos te han cogido?! -grito Octavio- antes que todavía no sales embarazada.

-Ahhh! Papi! Con todos uso condón! Ayy! Sólo con mi novio no! Ah ah ah! Él siempre se viene en otras partes! Ay! Ay! Ay! No te preocupes por cuántos han sido! Mmm! Tú sólo dame! Deslechate! -decía excitada con el diálogo.

-Te voy a preñar, hija! Para que dejes de andar de fácil! -Octavio- vas a tener un medio hermano.

Yo de verdad estaba disfrutando como perra, estaba otra vez cerca del orgasmo. En esos momentos mi juicio se nubla y sólo soy una mujer increíblemente depravada en busca de placer. Yo me aferraba a las sábanas revueltas mientras gemía y gritaba. Mi cabello pegado a mi piel debido al sudor y mis ojos a punto de cerrar. Su miembro viril expandía en todos los ángulos mis paredes vaginales, pero resbalaba bien gracias al semen y la lubricación natural. Después de 10 minutos más de fornicarme empezó a desbaratarse y acercarse a su orgasmo.

-Papá! Nuestro hijo va a estar bien dotado?! Ay! Ah! Cómo tú?! -pregunté extasiada.

-Si! La va a tener igual! Ahh! Ahh!

-Y también me va a coger?! Mmm! Aaah! Papá! Papá! Dame más duro! Hazme daño! Ah! Ah!

Entonces Octavio empezó a darme a un ritmo frenético y yo me volví loca gritando, mientras todo mi cuerpo se sacudía al ritmo de las estocadas.

-Te vamos a dar entre los dos! Entre tú hijo y yo te vamos a dar verga! Ahh!

-Papá! Hazlo conmigo! Ahhh! Vente adentro! Preñame! Ah! Ah! Ah! Hazme un hijo y cójanme! Ay! Ahhh! -gritaba como loca- me vengo! Ahhh! Ahhh! Vente adentro!

-Hija! Hija!! Ahhh! Me vengo! Ahhh! Hazme papá!

Así fue como cumplí una fantasía más de mi suegro y esto aún no termina. Besos.

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