Hola queridos y queridas, hoy quiero contaros otra de mis experiencias sexuales y "fetiches" que tengo, no es tener sexo en lugares públicos como un ropero, un baño público o un callejón (aunque siempre me ha dado morbo). Sino que me encanta tener sexo en el campo, a la intemperie y si es de noche mejor. Pero hubo una vez que fue especial y no por el hecho de que mi pareja de aquel momento me haya follado bien, sino que eran días de lluvias por lo que el ambiente tenía ese aroma a tierra mojada que a todos nos gusta, ese fue el toque especial, os lo cuento:
Nosotros íbamos a un descampado que se llegaba siguiendo un camino para luego desviarnos cuando estábamos cerca de dicho lugar, íbamos ahí para ver las estrellas y también para tener sexo a la intemperie. El día de antes había llovido y había un clima húmedo en el ambiente, (cabe destacar que era primavera) el olor a tierra mojada inundaba el ambiente, la luz de la Luna nos permitía ver por donde íbamos y pisábamos y además se podía escuchar el agua correr por un riachuelo que había cerca que se llenaba solo en épocas de lluvia, era el ambiente perfecto, casi idílico.
Al llegar vimos el cielo, algunas estrellas se podían ver pero también veíamos cómo unas nubes se acercaban poco a poco.
-Quizás no debimos venir, va a llover seguro. -Dijo mi pareja.
-No creo, hagámoslo rápido.
Al decirlo empecé a quitarme las prendas: comencé por la sudadera y la camiseta que llevaba por debajo dejando mis pechos al aire, también me deshice de las deportivas y los pinky dejando que las plantas de mis pies tocasen el césped húmedo y frío. Mi novio ya tenía casi todo quitado menos los boxers, se acercó a mí y me empezó a bajar los leggins más el tanga que llevaba por debajo, acercó su cabeza a mi coño, empezando a lamerla. Sentí como su lengua jugueteaba entre mis labios y buscaba mi clítoris a la vez que me apretaba el culo con sus manos, yo agarraba su cabeza para empujarla suavemente a mi vagina más unos movimientos pélvicos que hacían del oral algo más placentero y orgásmico.
Tras ello él se levantó, le quité el bóxer dejando al descubierto su pene erecto, lo agarré con las dos manos masajeándolo mientras me metí sus dos huevos en la boca, estaban depilados por lo que su tacto era muy suave y en cierta parte me resultaba hasta placentero tenerlos en mi boca. Después de comerme sus huevos fui a devorar su polla ya más dura que antes, dentro de mi boca acaricié con mi lengua su glande, estaba muy caliente y deliciosa, mientras le hacía una mamada me acariciaba el coño con una de mis manos para excitarme.
Después de un intenso oral y unos besos, me tumbé boca abajo en el césped: el tacto de mi piel con el suelo era muy agradable, estaba todo mojado y sentía como mi cuerpo se estaba mojando, los pechos apretados contra el suelo y mi cara sobre la vegetación. Esa agradable sensación se sumó con la penetración que tanto ansiaba, me la metía lento y sin esfuerzo ya que mi vagina estaba húmeda por lo excitada que estaba y por la mamada que le había hecho.
Me empezó a follar lento pero poco a poco fue subiendo el ritmo. A más rapidez más fuerte me empujaba contra el suelo por sus embestidas contra mi vagina, yo me agarraba al césped mientras gemía y jadeaba ansiadamente, me puso una de sus manos sobre mi cabeza empujándola contra el suelo mojado, todo mi cuerpo estuvo deslizándose de adelante a atrás en son de las penetraciones que recibía hasta que llegué a mi preciado orgasmo acompañado de un squirt.
Tumbé boca arriba a mi pareja y procedí sentarme encima de él, le besé, agarré su polla mojada por mi squirt y me lo metí lentamente por el coño, una vez dentro del todo comencé a cabalgar violentamente empujando mi cuerpo contra el suyo, dejando que mis tetas botasen y sintiendo su grueso pene dentro de mi. Gritaba sin parar ya que sabía que nadie nos oiría. Me dejé llevar por mis ansias y por fin alcancé mi segundo orgasmo, inmediatamente después de alcanzarlo me saqué su pene y dejé que saliese el squirt mojando de nuevo su pene y parte de su vientre.
Nos besamos de nuevo y tras ello, sin decirnos nada, me tumbé boca arriba y con las piernas abiertas, pero esta vez en vez de metérmela por la vagina me la metió por el culo, poco a poco iba entrando su pene a la vez que se fue abriendo mi ano, yo me mantuve relajada hasta que tuvo todo su miembro dentro de mi culo. A partir de ahí empezaron de nuevo las embestidas las cuales eran dolorosas y satisfactorias, al igual que la última vez mi destrozado cuerpo volvió a deslizarse por la mojadez del suelo, haciendo que mis tetas se moviesen por la inercia de los empujones. Gemía, jadeaba, gritaba. Mientras miraba al cielo lo poco que podía ya que mis cuencas se movían inconscientemente hacia arriba por el placer que estaba recibiendo. Noté como unas gotitas golpeaban mi cuerpo, estaba empezando a chispear, sin embargo no le dimos importancia y quisimos terminar lo que habíamos empezado.
Después de muchas embestidas fuertes contra mi ser, mi novio la sacó y me acercó su polla a mi cara, lo masturbé y no tardó en correrse en mi boca. Por fin había recibido mi premio, lamí su pene y estuve un rato jugando con el semen en mi boca ya que es algo que me gusta hacer al acabar. Yo seguía tumbada por el cansancio pero mi novio se empezó a poner la ropa rápidamente. Empecé a sentir que las pocas gotas que antes caían suavemente estaban aumentando de intensidad, eso me hizo espabilar, busqué mi ropa tirada y opté por irnos rápido de ahí sin ponerme nada encima.
-Vámonos ya al coche, me cambiaré ahí, si nos quedamos más nos va a pillar la lluvia de verdad. -Dije con la ropa entre mis brazos.
-Como quieras, venga.
Pusimos la linterna del móvil, y empezamos a correr, lo único que llevaba puesto eran las zapatillas para poder caminar, al llegar al inicio del camino donde empezaba la ruta, entramos al coche y ya tranquila me puse mi ropa. Dando por culminada esta aventura.
Como dije al inicio, este sexo fue especial para mí por el ambiente en el que lo hice, en plena naturaleza y bajo una tenue lluvia, ojalá pueda volver a repetirse.
Espero que os haya gustado el relato, que tengáis un buen día o una caliente noche, besosss.