En una ocasión me encontraba de vacaciones, donde suelo hacerlo desde que tengo uso de razón con mi familia. Se trata de un complejo más residencial que turístico y que después de mucho tiempo alojándome en el mismo sitio, pues al final he coincidido con mucha gente en este tiempo, entre los que tengo un par de amigos y amigas con los que pasar mis días de vacaciones en la playa.
El caso es que al volver un día de la playa, por la tarde, me crucé con una vieja amiga en la entrada del complejo, que nos conocemos desde muy pequeños y que compartimos un grupo durante muchos años, pero por cosas de la edad y las responsabilidades académicas o profesionales de unos y de otros, el grupo fue desapareciendo, al no venir ya mucho la gente y demás. Al cruzarnos, nos saludamos con mucho afecto y entusiasmo, algo normal después de todo el tiempo que había pasado sin vernos y tuvimos una breve charla así sobre cuánto tiempo iba a estar cada uno en los apartamentos y que estábamos haciendo con nuestras vidas.
Al tener ella prisa y yo estaba empapado aún de la playa, nos despedimos con el típico a ver si hacemos algo un día de estos.
Pasados un par de días, metido en Instagram un rato veo que subió una storie estando en la piscina que hay en el complejo y por aburrimiento, me dio por responderle con alguna gracieta típica mía a la que ella se río un rato y me preguntó qué estaba haciendo. Mi respuesta fue que estaba en el apartamento sin nada que hacer y ella me dijo pues vente a la piscina y seguimos hablando un rato, que estaba con la familia. En seguida me preparé y fui a la piscina y, aunque estaba su familia ahí, no pensaba nada raro ni de posibilidad de algo más, sino como una pura amistad de toda la vida y su familia la conozco de siempre y me han tratado genial siempre que nos hemos visto.
A modo de resumen, una vez en la piscina me metí al agua ya que se encontraba ella ahí y nos saludamos con dos besos y saludé a su familia, estuvimos un buen rato de risas y contando viejas anécdotas entre nosotros y la familia hasta que ellos ya se marcharon para descansar un poco y nos quedamos los dos ahí junto con el resto de las personas que había. En ese momento, ya la conversación fue a modo continuación de lo que habíamos hablado la otra vez y preguntándonos si teníamos pareja y tal. Ella me dijo que llevaba un tiempo soltera y tranquila que no le ponía mucha atención a su vida amorosa, si surgía algo lo disfrutaba y nada más, contestándole que yo me encontraba igual después de un par de años.
Al terminar de estar en la piscina, se me ocurrió decirle que, si se le apetecía ir a tomar algo por la noche de chill y tranqui a uno de los varios locales que hay por la zona y con música en directo, tipo terraza y demás, aceptando mi propuesta. Acordamos vernos después de cenar cada uno en su apartamento sobre las 10 de la noche.
Después de haber cenado y de prepararme, con un vaquero corto por el calor que hacía y una camisa así de manga corta veraniega de color blanco, salí de mi apartamento y le mandé un mensaje preguntando si ya estaba arreglada, pidiéndome 5 minutos más para terminar de arreglarse.
Una vez salió, me dejó asombrado la verdad. Aunque no la había descrito antes, mi amiga medie 1,65 cm, con un cuerpo bastante espectacular al tener unos pechos bastante generosos y un culo marcado, ella es además así normal, de piel blanca y de pelo negro. A todo esto, debo decir que iba con un top a juego con mi camisa y sin sujetador, y una minifalda de color naranja bastante ajustado, por lo que ambos hacían resaltar sus pechos y su culo junto con unas sandalias con tacón de estas típicas que suelen usar las mujeres en verano.
Al ver mi asombro se río y me dijo te gusta cómo voy verdad, lanzándole yo un piropo. Una vez ya juntos estuvimos caminando hasta un centro comercial que hay cerca de nuestros apartamentos y de la playa. Al llegar, fuimos directos a un local que hay conozco de estar con otros amigos ahí y pedimos un par de mojitos con sabores. Ella si no me equivoco era como de sandía mientras que el mío era de fresa y ahí estuvimos un par de horas en las que hablamos de todo, nos estuvimos riendo y haciendo bromas ahí sentados en nuestra mesa, uno al lado del otro.
En una de estas, varias mesas ya estaban animados y se encontraban bailando o bien cerca de sus mesas o en los pasillos, sonó una canción que le gustaba mucho y me dijo vamos un bailecito a lo que me levante con ella cogiéndola de la mano y ayudándola a levantarse conmigo. Empezamos a bailar uno frente al otro a veces agarrándonos de una mano hasta que en un momento hice que diera una vuelta y acercándonos cada vez un poco más cerca. Nuevamente, volvía a hacer que diera una vuelta sobre sí misma, sin embargo, no la llegó a dar por completo, sino que se quedó dándome la espalda y yo empujándola hacia mí, bailando pegados mi pecho contra su espalda y mi cintura contra su culo y abrazados así.
La música paró por un momento, pero ya la cosa entre nosotros había cambiado, nos volvimos a sentar en el sofá que había en nuestra mesa y le dije que, si quería tomar algo más y me contestó que sí, pero que una cerveza esta vez. Le pedimos al camarero un cubo de cervezas, en las que venían 5 y estuvimos de charla más tiempo, pero ya dándonos abrazos y caricias uno al otro, hasta que ella se me quedó mirando y yo a ella y con mi mano le retoqué un poco su pelo y le di un leve jalón hacia mí, instante en el que empezamos a besarnos de manera apasionada y un largo tiempo mientras jugábamos con nuestras manos.
Después de ese beso, hubo muchos más y caricias, nos estuvimos bebiendo todo el cubo hasta que pedimos otro más. Ya para ese momento, vimos que el billar estaba libre y decidimos echar una partida, vacilándome ella diciendo que era muy buena y yo modo que lo dudaba, hasta que dijo nos apostamos algo y yo dije que sí, pero tenía que ser al mejor de 3 partidas.
En la primera partida gané yo, sin estar muy reñida la partida, por lo que le dije que estaba a tiempo de retirarse, eso la picó un poco más que me dijo que me iba a enterar lo que era bueno ahora. Colocamos las bolas y comenzamos la segunda partida, esta fue un poco más larga que la anterior y al final la terminó ganando ella y me dijo ahora qué mientras me daba un beso. Mientras preparaba todo para la última partida, me soltó que me fuera preparando que iba a ganar ella la apuesta cosa que le dije que era imposible.
En esta partida, el pique y la tensión iba aumentando por momentos, ya a punto de terminar la partida, para distraerla empecé a darle golpecitos en su culo y ella riéndose y diciendo que travieso eres, no me esperaba eso de ti a lo que me reí y le dije que no sabía nada. Finalmente, por un error suyo, gané la partida ya que metió sin querer la bola 8 después de que le diera una de sus bolas. Me acerqué a ella y cogiéndola por la cintura y con una mirada picarona, le dije bueno y cuál es mi premio por ganar. En ese momento ella dirigió su mano derecha a mi entrepierna y después de darle un agarrón con fuerza me dijo guiñando un ojo que lo quisiera.
Le dije que eso me deja muchas opciones, pero que lo tenía muy claro y ella aún con su mano me preguntó que entonces que era lo que quiero como premio y le dije que a ella, a lo que nos besamos apasionadamente. Ella me dijo que lástima tener nuestros apartamentos ocupados a lo que le dije que podíamos ir a uno de los baños del centro comercial, que a esas horas nadie nos molestaría.
De lo cachondo que estábamos me dijo que no era mala opción, por lo que nos dimos otro beso y la mano fuimos a pagar nuestra cuenta, para después salir dirección de los baños que estaban un poco apartados. Una vez frente a los baños, miramos a ambos lados del pasillo del centro comercial y entramos en el baño de minusválidos, para tener más intimidad.
En cuento entramos al baño, cerramos por dentro y empezamos a besarnos como locos y desesperados, teniéndola a ella contra la pared. Nuestras manos recorrían el cuerpo del otro, explorándonos sin parar hasta que ella se quita y con sus manos empieza a desvestirme de cintura para abajo poco a poco y de manera sensual hasta dejarme con la polla, bastante dura, al aire libre. Ella se empieza a relamer los labios y diciéndome aquí empieza tu premio, comenzando con una paja mientras se pone de rodilla frente a mí. Ya estando de rodillas en el suelo comenzó a comerme la polla de una manera épica que se notaba que estaba hambrienta de polla.
Estuvo un buen rato así mientras la acariciaba por la cabeza y en una de esas la agarro y empiezo a follarle la boca sin parar.
Apenas podía respirar, pero se notaba que le gustaba mucho por las expresiones de su cara y sus ojos llenos de deseo. Cuando se la sacaba de la boca y podía respirar, en seguida volvía a metérsela en la boca, provocando unas cuantas arcadas. Como ya estaba a punto de correrme y la noche no había hecho nada más que empezar, se la saqué por última vez y la levante, dándonos un beso bastante guarro con la mezcla de mis fluidos y de sus babas, jugando con ellas en nuestras bocas. Mientras, yo le subí su minifalda y comencé a tocar por encima del tanga blanco que llevaba, haciéndole a un lado su tanga para comenzar a jugar con mis dedos en su vagina, que estaba bastante mojada.
En una de esas ocasiones, la cogí y la levante por completo quedando abrazados con sus pies alrededor de mi cintura, llevándola junto a la encimera que había en el baño para el lavamanos. Ahí, me desprendí por completo del pantalón y de mi ropa interior y situándome entre sus piernas mientras la besaba y con mis manos le iba sobando por encima de su ropa, quitándole el top por completo y así poder jugar con sus pechos y pezones, lamiéndolos y mordiendo levemente con mi boca.
Después continué dándole besos hasta su cintura, donde también le quité el tanga dejándome vía libre para su rico coñito rasurado. Ahí, con ella bien abierta de piernas me puse a comerle el coño como un desesperado. Me demoré mucho tiempo entre lamidas, succionando su clítoris y jugando con mis dedos, donde primero le fui introduciendo uno y después dos, para follarle su coño con mis dedos mientras con mi lengua jugaba sobre su clítoris. Ella no paraba de jadear y de gemir como una perra en celo, agarrándome la cabeza y apretándome contra su vagina.
En una que me despegué, me levanté y para estar más cómodo me fui desprendiendo de mi ropa, quedando completamente desnuda, mientras que ella seguía con su minifalda por encima de la cintura. Nos estuvimos besando un rato más, hasta que volví a bajar a comerle una última vez su coño, pero a mitad de camino me dio por volver a meterle mis dedos en su vagina y con mi lengua comerle el ano un poco.
Ella se sobresaltó un poco por la sorpresa, pero en seguida le empezó a gustar y diciéndome que no parara, que le estaba poniendo muy cachonda. No paraba de decirme que rico. Tras un rato así, le dije tengo ganas de follarte ya tu coño a lo que me contestó “a qué estás esperando cabrón”. Me hizo gracia y así como estaba ella en esa posición, me coloqué entre sus piernas y con mi mano comencé a frotar mi polla dura contra su coño, a la par que iba emitiendo leves gemidos y se mordía el labio. Ella no paraba de mirarme mientras hacía eso, como esperando al momento que se la meta por completo y eso hice cuando menos se lo esperó, se la metí de una entera a lo que ella gritó fuerte de placer y soltando un “por fin hijo de puta”.
Las primeras embestidas que le di fueron con calma y profundas, dejándola a ella sentir mi polla en su interior, mientras nos dábamos un par de besos guarros. Poco a poco, fui aumentando la velocidad de mis embestidas, mientras ella apretaba fuertemente con sus piernas por mi cintura y yo la agarraba del cuello, teniendo ella su cabeza apoyada al espejo que tenía detrás.
Estuvimos en esa posición un rato, en la que ella no paraba de gemir y pedir más todo el rato y diciendo que rica polla tenía, que estaba hambrienta de una y menos mal que me encontró. Yo la empezaba a tratar como una putilla desesperada y en celo que no paraba de jadear que se estaba tocando también con su mano en el clítoris buscando desesperadamente el orgasmo, hasta que sentí como se corrí y estallaba en placer.
Notaba que me faltaba poco para correrme, paré y se la saqué para decirle que se pusiera de pie y me diera la vuelta. Enseguida entendió la postura, apoyó sus manos al lavamanos y a la encimera dejando su culo y coño expuesto, por lo que le solté un azote en su culo, cogiéndola de la cintura y clavándosela de nuevo a un ritmo frenético. Sin pensarlo y por ver su reacción, le puse un par de dedos en su boca para que los chupara así me los dejara lubricados.
Puse mi dedo corazón en la entrada de su ano, a lo que la pude ver por el espejo que con su mirada me estaba dando su validación y lo fui introduciendo poco a poco, una vez dentro esperé que se adaptara que se notaba bastante cerrado y estrecho y posteriormente introduje otro dedo y le iba follando su ano mientras que con mi polla seguí follándole su rico coño.
Ya no me podía contener más estaba a punto de correrme y así hice saberlo, a lo que ella me dijo, “córrete dentro de mí”. Dicho y hecho, no tardé mucho más en estallar yo y de inundarle su coño de mi semen mientras suspiraba de placer. Así, me quedé hasta que mi polla perdió su fuerza y se la saqué, ella se volvió a sentar en la encimera y agarrándome del cuello no paraba de besarme. Cuando nos despegamos, vimos que mi leche empezaba a salirse de su coño, a lo que sin pensárselo, recogió lo que pudo con su mano y se lo llevó a su boca, tragándoselo por completo a lo que le dije “que putita eres y golosa” y ella me dijo que sí de manera muy picarona.
Nos volvimos a besar un rato más y ahí estábamos empapados de sudor, ella se comenzó a vestir a lo que yo le dije que “sí, vístete, pero sin el tanga” para que saliera con su minifalda puesta, pero sin ropa interior. Se estuvo aseando un poco, al igual que yo, pero teníamos mucho calor, por lo que le propuse ir a darnos un baño a la playa, me dijo “pero si no tenemos bañador” por lo que le contesté “pues nos bañamos desnudos, total a esta hora no hay nadie”.
Se lo pensó un poco, pero me dijo que sí que total una aventura más y una anécdota más que otra. Rápidamente, me terminé de vestir y ella de coger sus cosas y de guardar su tanga en el bolso, tal como le había ordenado y salimos del baño de la mano, dirección a la playa a darnos un bañito antes de volver a nuestros apartamentos.