Una breve descripción mía: Soy alto, mido 1.89 m, de contextura delgada, piel trigueña, cabello negro un poco largo, lentes y sonrisa bonita (Según me han dicho algunas mujeres).
Angie es de buena estatura, alrededor de 1.70 m, piel blanca, de contextura delgada también, con senos no muy grandes, pero con unas caderas grandes y un culo redondo y firme
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Un mensaje de Angie? Me vi sorprendido, no era habitual que ella me escribiera a estas horas, siempre solía hacerlo a las 4 pm cuando normalmente nos ponemos de acuerdo para estudiar, apenas eran las 2:50 pm, además era martes y habíamos quedado de reunirnos el miércoles para estudiar.
– Puedes venir hoy a mi casa?
– hoy? No se supone que era mañana?
– Mañana estaré ocupada, así que debe ser hoy
– ok está bien, voy en un par de horas, cuando termine de hacer algunas cosas.
– No, necesito que vengas rápido
– oye, lo que estoy haciendo es importante, en cuanto termine voy para allá
– Dime si vas a venir ya o si mejor ni vengas, nunca más
– está bien, estoy allá en 20 minutos
He de reconocer que ese tono de enojo y exigencia me enfadaba. Angie era una mujer con buen carácter que no temía exigir lo que sentía era suyo, pero a pesar de eso nunca irrespetaba a nadie, ni era impulsiva. Ella sabía perfectamente que me gustaba y nunca se había intentado aprovechar de eso, acaso iba a comenzar a hacerlo ahora?
Llegué a su casa 30 minutos después, al golpear a la puerta me abrió su padre y me saludó afectuosamente, le expliqué que venía a estudiar y enseguida me contó que iba a salir con su esposa a una reunión familiar
– Angie te busca Ian – grito el papá- volveremos ya en la noche, a eso de las 8, muchacho cualquier problema que pueda haber mi hija tiene mi número de teléfono.
– por supuesto señor, que le vaya muy bien en su reunión
En ese momento Angie apareció en la sala, llevaba puesta una camiseta negra con estampados de grupos de rock y un short muy ajustado y pequeño que usaba para jugar voleibol, tuve que contenerme para evitar quedarme mirando como se marcaba su entrepierna y como ese par de piernas blancas como la nieve caminaban rítmicamente hacia nosotros
– Ian vino a ayudarme a estudiar, mi prima está en su cuarto, que te vaya muy bien papi
– gracias mi amor, hasta luego
Cuando sus padres se marcharon, Angie enseguida me dijo:
– Acompáñame a la tienda a comprar algo de comer
Durante todo el tiempo que nos tomó ir y volver a la tienda no pude evitar fijarme que en la cara de Angie había una sonrisa poco usual, aunque mi atención no estaba fijada en su sonrisa, trataba de caminar un poco lento para poder verle el culo, que día a día iba mejorando, gracias a la naturaleza y al ejercicio, cada vez más grande y más firme.
Al regresar de la tienda nos sentamos en el sofá de la sala lado a lado a comer lo que habíamos comprado.
– Gracias por venir
– De nada, era eso o tener que aguantar tu rabia un par de semanas, prefiero cualquier cosa a eso
– oye, lo dices como si fuera una odiosa enojona
– lo eres – enseguida me miró con una mirada de odio fingido – está bien no lo eres, no completamente
– eres un tonto – dijo mientras ponía una cara de rabia muy infantil.
– Lo sé, y por eso me necesitas
– no te lo creas mucho
Instintivamente pase una mano alrededor de su cuello, quedando a pocos centímetros de tocarle uno de sus senos, por suerte a ella no pareció importarle y seguimos así un par de minutos hasta que ella dijo:
– Ya vengo, voy a mí cuarto un segundo
Al regresar de su cuarto yo seguía ahí sentado, le dije:
– Comenzamos a estudiar ya?
– ah verdad que tenemos que estudiar, hoy no tengo ganas de estudiar
– pero para eso fue que me hiciste venir corriendo a tu casa
Me miró seriamente mientras ponía otra de sus caras de rabia de niña pequeña y mimada.
– okay está bien, no estudiaremos. Que quieres hacer? Jugamos videojuegos?
– No, mi cuarto está hecho un asco y además estoy muy cansada, estuve jugando voleibol toda la mañana
– Si, puedo notarlo – dije lanzado una mirada muy poco disimulada a su short súper apretado – y que tal te fue hoy, ya comenzó el torneo ese que me comentaste?
– No aún no, la otra semana empieza
– Me dices que día juegas y voy a verte
– Dónde no vayas a verme no vuelves a entrar a esta casa. Mira lo que me está enseñando una amiga allá en las prácticas de voleibol.
De repente se da la vuelta, camina un poco hacia la pared, pone una sobre ella, la veo dudar por unos segundos, yo no entendía que iba a hacer, en un rápido movimiento mete toda la camiseta que le sobraba desde su cintura dentro del short.
Sin volverse a mirarme comienza a caminar hacia atrás y luego se agacha un poco, en ese momento yo comencé a tener la mejor vista de su culo que había tenido nunca, y mi verga que hasta ese momento, en una muestra de autocontrol única, se había mantenido tranquila comenzó a despertarse.
Ella se agachó hasta poner las manos en el suelo, luego en un rápido movimiento se levantó, retrocedió unos pasos y se abalanzó hacia adelante poniendo las manos dónde las había puesto hace unos segundos.
Yo seguía mirando medio atontado, probablemente por qué la sangre de mi cerebro se había ido en un segundo directo a mi pene. Luego del impulso, ella termino con las manos en el suelo y los pies recostados en la pared y ligeramente abiertos.
Comenzó a alejarse de la pared con las manos en el suelo y sus pies en la pared comenzaron lentamente a descender. Por fin entendí lo que quería hacer, usando la pared como apoyo quería arquearse boca arriba
– Ven, levántate y ayúdame
Le faltaba poco ya tener los pies en el suelo, logrando así arquearse
– como?
– agárrame la cintura, no me vayas a dejar caer
Al levantarme hice un rápido intento por acomodar mi verga, que ya había crecido lo suficiente como para formar un bulto ya difícil de disimular. Corrí rápidamente a su lado y me agache, puse mi mano izquierda en la parte alta de su espalda y pase mi brazo derecho alrededor de su cintura sin malas intenciones.
Pero las malas intenciones llegaron a mi mente enseguida, moví un poco mi abrazo hacia quedando justo al borde dónde su espalda daba paso a esa nalgas que llevaban provocándome toda la tarde. Yo estaba decidido a continuar mis disimulados avances hacia su culo cuando de pronto escucho un grito y veo su brazo izquierdo doblarse de forma extraña y en un instante ella caía.
Todo el peso de la caída en la parte superior de su cuerpo lo absorbieron mi mano izquierda y su espalda, por suerte no se golpeó la cabeza.
Rápidamente moví mi mano izquierda hasta la base de su cuello y le levanté la cabeza.
– estás bien?
– sii – dijo y me miró fijamente – tu mano esta… – note un leve rubor en su rostro.
En ese momento volví a notar que mi mano derecha ya no estaba al borde, ahora estaba casi en el centro de su culo.
– lo siento – no alcance a terminar de decirlo, sentí ese impulso que sientes cuando puedes hacer algo que deseas y es ahora o nunca. Me acerque a su rostro y la besé.
Fue un beso temeroso, con duda, no sé cuánto tiempo pasó hasta que noté que ella también estaba entregada al beso. Al principio solo nuestros labios participaban, poco a poco nuestras lenguas se fueron uniendo a la danza de nuestros labios, tímidamente se tocaban como intentado conocerse, sentí su mano recorrer mi espalda hasta llegar a mi cuello, una ola de placer que me recorría todo el cuerpo.
Nuestras lenguas ya habían dejado todo rastro de timidez, se movían como dos seres con una sola voluntad y un solo deseo, explorar, sentirse y complacerse mutuamente.
Nuestro besos eran cada vez más apasionados y yo me acercaba cada vez más a ella, podía sentir sus tetas en mi pecho, sentí su mano posarse en mi rostro y a ella morderme en labio de una forma que me causo una excitación irresistible, estaba preparado para volver hacer que nuestras labios se encontraran pero sentí su mano ponerme resistencia.
La mire a los ojos intentando encontrar el motivo de la interrupción
– mi cuarto, vamos allá aquí pueden vernos
Nos comenzamos a levantar, mi mano derecha que estuvo todo este tiempo debajo de su culo, tuve que sacarla de ahí, no sin antes darme el gusto de agarrar todo lo que pude.
Caminamos hacia su cuarto tomados de la mano, sentía mi pene querer explotar, parecía que en cualquier momento rompería mi pantalón y saldría en buscar de placer.
Nada más cerrar la puerta de su cuarto, nuestros labios reanudaron su danza, esta vez nuestros labios deseaban llegar más lejos, comencé a besar lentamente su cuello, recorriendo de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Podía sentir su manos en mi espalda, sus uñas dibujando líneas de placer.
– Me encantas -le susurré al oído.
Sus ojos llenos de placer fueron mi respuesta, su mano se acercó a mi rostro, me tocó los labios y comenzó a descender hasta llegar a sus senos, empezó a tocar y jugar con sus pezones en busca de placer, era un espectáculo maravilloso.
Mis labios comenzaron a besar sus senos, recorría cada centímetro con mi lengua, me deleitaba primero besando su pezón para después con mi lengua chupar rápidamente.
Mis besos siguieron explorando cada rincón de su cuerpo, la ayude a despojarse de sus shorts, dejando al descubierto una vagina hermosa, blanca con labios tímidamente rosados.
Besé lentamente sus piernas, podía sentir su excitación creciendo anticipando el primer toque de mis labios a su vagina. Coloqué un dedo a la entrada moviéndolo lentamente y con una ligera presión mientras mi lengua comenzaba a darle placer a su clítoris.
Pronto la humedad y el deseo de su vagina fue suficiente y recibió completamente mi dedo en su interior, podía oír sus gemidos y su respiración cada vez más acelerada, olas de placer la estremecían haciéndole dar pequeños gritos de placer.
Un segundo dedo comenzó a introducirse, sus espasmos de placer fueron incontrolable y una humedad incontenible inundó su vagina.
– siiii ah siii, sigue
Mi lengua seguía dándole placer a un ritmo acelerado mientras los dedos entraban y salían haciendo pequeños movimientos circulares.
– aaahh siii, oh sii, mierda sii siigue
La oleada de placer fue disipándose lentamente, su respiración se fue tranquilizando y su piel fue recuperando su tono blanco habitual.
– lo disfrutaste eh?
– Tonto
– yo lo disfruté, y mucho
Comenzó a besarme apasionadamente, me mordió los labios y paso a besarme el cuello, sentía su deseo por devolver el placer recibido.
– tírate boca arriba
Sentí sus labios nuevamente en mi cuello y mi pecho, luego comenzó a descender directo a su objetivo. Tímidamente comenzó a besar y a dar lamidas a mi verga, poco a poco fue tomando confianza, sentí su lengua subir y bajar acelerando el ritmo y después hacer movimientos circulares centrándose en la cabeza de mi pene, lo que me hizo arrojar un extraño gruñido de puro placer.
La mire y en sus ojos pude ver esa mirada de autoconfianza con la sonrisa de niña mala que tanto me excitaba.
– ven aquí zorrita
Comenzamos a besarnos nuevamente, me gire quedando encima de ella
– te deseo, me traes loco mi zorrita
– yo también la quiero dámela
Me levanté de la cama y ella instintivamente eligió la posición en que quería ser penetrada, se puso a 4 patas como una perrita dejando ese redondo y carnoso culo bien expuesto, no me pude resistir, me agache a besar y chupar todo.
Mi verga en la entrada de su vagina comenzó a entrar fácilmente por lo mojada que estaba.
– aaahhh siii, así papi
Yo seguía empujando, ya estaba por entrar toda y su vagina me apretaba más y más.
– siii, que rica estas
Comencé las embestidas acelerando lentamente, podía ver cómo su culo se iba poniendo rojo con cada embestida, ella trataba de contener sus gritos con la almohada.
– Siii mami… me encanta tu culo
– sigue aahh sigue, que rico
Estaba cegado de placer, el sonido del choque de mi cadera contra las carnes de su culo me volvían loco del morbo. Su vagina seguía apretándome, comencé a apretarle las tetas y a besar su espalda.
– Siii, mami… ohh voy a… a terminar
– Es… espera
Se volteó quedando boca arriba.
– Sii sigue, dámelo ohhh que placer
La volví a penetrar, quedamos cara a cara, podía ver sus ojos perdidos en placer, su boca completamente abierta gimiendo incansablemente.
Una oleada de placer indescriptible recorrió todo mi cuerpo, mi cuerpo se tensó y después solo pude sentir mi verga estremecerse y empezar a disparar cada descarga, yo rugía de placer perdido en el placer del orgasmo.
Cuando las descargas terminaron seguía extasiado de placer, deje mi verga dentro de su vagina y comencé a sentir que regresaba a su tamaño normal, poco a poco la fui sacando y pude ver cómo el semen escurría de su vagina.
Me acosté a su lado y la mire a los ojos.
– Me encantas
– Tonto
Nos besamos, esta vez no con lujuria, esta vez fue con amor.
– Mi prima está en el cuarto de al lado
Por la excitación habíamos olvidado completamente eso
– Bueno, no nos acusara con tus padres verdad?
– No, ella no es así
– Que alegría – De verdad me alegraba, sus padres eran muy buenos y me tenían bastante confianza, tanto como para dejarme a solas en su casa con su hija.
– Además
– Además que?
– Ella… esta acompañada
– En serio?
– Si, su novio
– Bueno, deben estar haciendo lo mismo que nosotros, que lo disfruten
Pude ver la sonrisa más linda que le había visto, una sonrisa de satisfacción y felicidad.