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Una situación inesperada
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Continuamos la historia como parte del relato anterior "regalito de navidad", o un apéndice del mismo.

El día de descubrir los regalos. María, una de las compañeras, comienza a repartir los regalos. Pinky toma el suyo, lo abre y descubre una hermosa tanga rosa.

—epaaa! Pero qué lindo regalito del amigo invisible!!! Mmmm. Dice María!

María era su compañera y una de las compinches de Pinky.

Después de ver el regalo con una mirada cómplice cruza la vista con Pinky, y mordisquea los labios. Ella le pregunta, quien crees que es tu amigo invisible?

Hasta finalmente descubren que es Fernando.

María y Pinky eran muy amigas. Más allá de ser compañeras de trabajo compartían muchos momentos por fuera de ámbito de laboral. Cumpleaños, alguna salida social, entre otras ocasiones.

Ella sabía, todo lo que desencadenó el regalo del amigo invisible entre Pinky y Fernando.

También sabía que para no tener problemas en el trabajo ellos se encontraban en la clandestinidad para que nadie sospechara.

Un día, compartiendo un rato con Pinky en un bar, le pregunto cómo iba eso con Fernando.

Ella le empezó a comentar que muy bien! Que tenían relaciones tremendas.

—pero coméntame más detalles!! Dice María.

Ella era muy morbosa y se imaginaba cosas que le despertaban los ratones de la imaginación.

—ay! Nooo, me da vergüenza! Dice Pinky.

—pero dale!! Cómo es? Tiene buen tamaño? Lo hace muy bien? Pregunta María.

—bueno sii!! Está muy bien dotado y me encanta! Aparte me satisface de sobremanera y a mí también me encanta hacerlo. Dice Pinky…

—otro día venís a casa más tranquila y me cuentas bien… Me encanta saber hasta el mínimo detalle, me calienta. Dice María.

Así transcurrió el tiempo.

Un día estando en el trabajo, María pasa por una oficina que casi no tiene uso, con la puerta ligeramente entornada, escucha unos cuchicheos y jadeos. Lentamente se acerca a la oficina y en penumbras, ve como Fernando estaba besándola a Pinky muy apasionadamente. Las manos del muchacho acariciaban el cuerpo de Pinky de forma muy sensual.

Observa como comienza a amasar los pechos por encima de la remera. De a poco le sube la prenda y deja al descubierto las hermosas tetas. El muchacho las comienza a saborear, pasa su lengua por la punta de los pezones que estaban firmes como una almendra.

María no podía dejar de ver ese espectáculo. Su calentura comienza a subir mientras miraba, observa a Pinky con los ojos cerrados y la boca entre abierta respirando profusamente.

María estaba viendo a su amiga cómo comenzaba a jadear y esa situación la estaba poniendo cada vez más caliente. Por primera vez ve los pechos de su amiga cómo eran succionados por el joven.

Myaría no aguanta la calentura y comienza a frotar una de sus manos por sus pechos, y con la otra la mete por debajo del vestido rosando su pubis.

Fernando baja lentamente su cara hacia la cintura de Pinky y con las manos desabrocha el pantalón sacándole la prenda. Corre las cosas de un escritorio, la toma de la cintura subiéndola al mueble.

Los cachetes del orto se apoyan en el escritorio, con una mano corre la diminuta tanga hacia el costado y acerca su cara a la hermosa concha de Pinky.

Con la lengua comienza a rozar los labios vaginales. Pinky suspira de excitación.

—mmmm así papito!! Ah ahhh exclama pinky!

Chupame asiiii!! Así como sabes! Mmmm me pone loca!! Asi siiii!

Fernando comienza a chupar la concha de Pinky, subiendo y bajando una y otra vez. De a ratitos se detiene en el clítoris, poniendo la punta de la lengua dura rosando con frenesí sobre el botoncito.

Chupa y chupa esa vulva hermosa.

María estaba excitadísima. Dos cosas pasaban por su cabeza. Ver cómo Fernando le chupaba la concha a su amiga, pero más le calentaba ver a Pinky como gozaba. En el fondo ella quería saborear esa vulva caliente también.

María comenzó a frotarse sobre su ropa interior. La yema de sus dedos iban y venían por los labios de su concha. De a poco comenzó a mojar la tanga de algodón. Mete la mano dentro de la ropa interior, introduce el dedo mayor en su cueva totalmente mojada una y otra vez. Presiona su clítoris totalmente excitadísima. Trataba de contener los jadeos para que no se den cuenta que observaba la situación.

Mientras Fernando seguía chupando y saboreando la vagina de Pinky. Desabrocha su pantalón, y saca su enorme pija. Chupando y chupando la cueva de Pinky se toma su pene y comienza a masturbarse. El volumen de su miembro estaba a full.

Saliva su mano y lubrica su pija. Lentamente se incorpora, mientras seguía con los movimientos arriba y abajo masturbándose, acerca la punta del pene a la concha bien lubricada de Pinky y se la mete! Empuja suavemente la cabeza del choto, entrando y saliendo una y otra vez. Pinky suspira de placer. Gime desenfrenadamente.

—Ah ahhh asi! Asiii! Cogeme!! Ahhhh! Mmm!! Asi asii!, dice Pinky.

Los tres estaban súper calientes! De una y otra forma, estaban gozando. María masturbándose, Pinky y Fernando cogiendo a más no poder.

Por unos minutos Fernando sigue cogiendo a Pinky. La poronga entra y sale de la concha con fuerza por momentos y en forma más pausada después. Pinky de la calentura presiona y roza su clítoris con sus dedos mientras el muchacho la bombeaba. Y María se sigue masturbándose de la calentura que le despertaba el espectáculo.

Finalmente, Pinky comienza a estremecer su vientre. La respiración a entrecortarse, llegando a su máxima excitación.

—Ahhh, mmmm!! Aaah, exclama Pinky acabando violentamente!!!

Su concha estaba mojadisima, había acabado y largado todos sus jugos de tanta calentura. Mientras tanto Fernando seguía metiendo y sacando su poronga una y otra vez con más fuerza! También estaba a punto de explotar. Saca el falo, lo toma con la mano masturbándose y Pinky se incorpora acercando su boca a la poronga, chupando una y otra vez con fuerza. La cabeza de la pija latía de la presión. Fernando la saca de la boca tomándola con la mano y larga chorros de leche caliente sobre la cara y los pechos de pinky. El muchacho gime y se arquea de placer!!

—Ahhh, exclama Fernando acabando sobre ella.

Mientras tanto María, también llega al clímax, mirando la explosión de sentidos de su amiga y Fernando, ella también acaba violentamente empapando toda su tanga!!!

Termina y rápidamente se va. Su cabeza iba a mil por hora. Había vivido una experiencia tremendamente caliente en primera persona desde un lugar privilegiado!! Por primera vez sintió la excitación y el deseo de forma diferente. No lo podía creer, haber visto a su amiga teniendo sexo. Y toda esa explosión de calentura que le provocó. Desde ese momento nada seria igual…

Pasó el tiempo, la experiencia se quedó en secreto en la conciencia de María. Pero nunca pudo sacar de su mente la calentura de ver a su amiga cogiendo. Le excitaba soñar y fantasear la posibilidad de estar con Pinky, mimarse, besarse, tener sexo con ella. Tenía muchas ganas de probar sus pechos, de lamer su vulva, probar sus jugos de placer.

Ella quería encontrar el momento y el lugar para que eso sucediera.

Pinky la estaba calentando de sobre manera. Jamás había tenido nada con mujeres, pero esta vez, no podía sacarla de la cabeza. De sus pensamientos y de sus fantasías.

Por la mañana cuando Pinky llegaba, maría la saludaba con un fuerte abrazo, aprovechando sentir como rozaban los pechos por sobre los de ella.

En el trabajo, estaban organizando una salida por el cumpleaños de otro compañero. Y habían arreglado ir entre todos a una cena y luego a bailar a un boliche que estaba de moda.

Para ese día, María y Pinky habían arreglado juntarse en la casa de María para alistarse para la salida. Así que sin más Pinky llegado ese momento se juntó en la casa de su amiga. Ella había llevado para cambiarse un vestido muy finito corto negro que le quedaba increíble, unos zapatos haciendo juego. Estaba tremendamente atractiva. María se puso un pantalón blanco, y una camisa semitransparente con un corpiño de encaje que se traslucía y también estaba fatal. Las dos estaban hermosas y muy atractivas.

María estaba muy animada, pensaba que ese día podría darse el momento para acercarse a Pinky.

La noche fue tomando forma, entre todos compartieron una agradable cena de cumpleaños. Más luego se irían al boliche a seguir la celebración.

El lugar estaba a tope. Un mundo de gente. Se dirigieron a un lugar reservado previamente para el grupo.

La diversión estaba a pleno. En la mesa había champagne, algunos tragos y algunas bebidas. Durante la noche nadie dejo de bailar, de divertirse.

En un momento, María bailaba muy sensualmente, y la agarra a Pinky para que la acompañe. Con mucho jolgorio, entre risas las chicas bailaban y se rozaban los cuerpos.

Para Pinky era una gran diversión, pero para María, no era lo mismo, se estaba ratoneando con Pinky con sus roses.

Entre las dos, ponen a Fernando al medio entre ellas comenzando a bailarle sensualmente. El lugar estaba lleno, cualquier rose o toque pasaba muy desapercibido. Así que entre baile y diversión María aprovechaba a manosear a Pinky y a Fernando también.

La noche fue muy intensa, alegre y divertida. Ya eran las 5 am . Casi un final de boliche. Así que de a poco todos se fueron retirando del lugar.

Cuando salen casi estaba amaneciendo. Fernando se ofrece a llevarlas hasta la casa. Los tres estaban muy alegres, habían pasado una noche de diversión total.

Al llegar a la casa de María, ella le propone a Fernando a entrar y tomarse un café. Así se relajaban después de la noche intensa. A lo cual el muchacho acepta.

Los tres entran a la casa. Entre risas y tratando de hacer silencio por los vecinos.

—shhh ,ajaja shhh

Pinky se tira en el sillón sacándose los zapatos y Fernando también, aflojando los botones de la camisa. María se va la cocina a preparar café tirando los zapatos mientras caminaba.

Pinky estaba media cachonda y con el pie comienza rozar el bulto de Fernando por encima del pantalón. El la mira y comienza a sonreír. Mientras tanto María vuelve con tres cafés, y nota lo que estaba sucediendo.

—epa epa, los vi ehhh. Dice María

Fernando se sorprende un poco, y María le dice.

—tranquilo que se todo. Pinky más allá de todo es mi amiga, así que se lo que pasa.

—les voy a confesar algo… Hace un tiempo, por casualidad presencié como ustedes de cogían en una de las oficinas sin uso. Fui testigo y espectadora de ese acto tremendo que me calentó mucho hasta llegar a masturbarme viéndolos. Dice María.

Se sienta en el sillón entre los dos…

—me encantaría que hoy hagamos algo… Acariciando a uno y a otro.

Que nos mimemos, nos besemos, que tengamos sexo. Que hagamos un trio. Me calientan mucho y los quiero disfrutar.

Pinky la mira sorprendida. Mientras que Fernando, sin pudor alguno asiente con la cabeza.

—que locura, no se… Tengo un poco de vergüenza… Dice Pinky.

—no pasa nada amiga, esto queda acá, sólo relájate, la vamos a pasar genial. Dice María…

Ferntando, comienza el juego, y se saca la camisa. Ee pone entre medio de ellas en el sillón. Pinky acariciar el torso del muchacho. Mientras lo besa sensualmente en los labios. María se saca la camisa transparente que tenía puesta quedando en corpiño de encaje. Acerca sus labios al torso de Fernando y pasa la punta de la lengua por los pezones de las tetillas del muchacho.

Pinky hace lo mismo, baja su boca a la otra tetilla y entre las dos juguetean con los pectorales de Fernando.

María, toma de los hombros a Pinky y comienza a acariciarlos. Sus manos muy suavemente frotan la piel de Pinky. Luego lentamente le baja el cierre del vestido negro hasta sacárselo quedando los pechos hermosos al aire y en tanga. María hace lo suyo, se saca el pantalón blanco también quedando solo con su ropa interior puesta.

Las dos mujeres, sentadas una de cada lado del muchacho, desabrochan el cinto de Fernando. María baja lentamente la bragueta, y Pinky le saca el pantalón.

María con las manos comienza a amasar el bulto, que hasta ese momento estaba semi flácido. Entre cada apretujón sobre el calzón, la poronga va tomando volumen. Mientras Pinky vuelve a besar al muchacho, a mordisquear los labios y a juguetear entrelazando las lenguas.

María le baja el bóxer y de un respingón, la pija salta erecta y queda liberada.

—apa lalala!! Que pedazo de poronga que tenés!! Exclama María.

Lo toma del tronco con una mano, subiendo y bajando suavemente. El capullo queda al descubierto. Ella acerca su boca y comienza a besarlo. Saca la lengua para saborearlo como un helado. Abre la boca y empieza a chupársela, entra y sale de la boca de María. Mientras con las manos acariciaban los huevos de Fernando.

—ahhh, mmmm. Que bien que la chupas María. Dice Fernando.

Mientras Pinky se incorpora y pone las tetas a la altura de la boca del muchacho, que sin más se las chupa una y otra vez. Con las dos manos toma los pechos, jugueteando entre una y otra. Los pezones de Pinky toman una dureza de excitación.

María seguía chupando la poronga. Estaba excitadísima. Chupaba y masturbaba al muchacho.

—mmm, chup chup, mmmm. Que rica pija. Decía María.

Después de unos minutos, Pinky baja su cara a la altura de la poronga y comienza chuparla también. Las dos estaban a cada lado de Fernando en posición recostadas con sus bocas pegadas a la pija del muchacho. Sus lenguas jugueteaban entre el tronco del choto y la cabeza. Subían y bajaban chupando la pija como si fuese un chupetín o un helado, un ratito cada una, y al mismo tiempo se iban encontrando sus propios labios. Besos, lengüetazos, chupadas y más entre ellas.

Finalmente María estaba concretando tener una relación sexual con Pinky.

Mientras las hembras en celo lamían la pija del muchacho. Fernando comenzó a sobar el culo y la concha de cada una. Con movimientos en espejo, sus dedos, iban y venían en la vulva de cada una. Les corre la tangas y los dedos jugueteaban en el culo y ya concha de cada hembra.

Las dos gemían y gozaban en cada caricia, con el dedo índice de cada mano, Fernando jugueteaba en el orificio del orto de las dos.

Luego de unos instantes, las dos funden sus bocas en un profundo beso de lengua. Se incorporan hacia un costado del sillón. Mientras se terminan de sacar la ropa interior que llevaban puesta cada una.

Pinky se recuesta boca arriba en el sillón y María se sube sobre ella. Siguen besándose apasionadamente, María va bajando por su cuello lamiéndola, besándola, jugueteando con sus labios sobre la piel de Pinky, llegando hasta sus pechos, donde jugueteaba con la lengua una y otra vez en cada pezón.

Pinky estaba muy excitada. Estaba sintiendo sensaciones tremendas al sentir a María sobre ella, chupándole las tetas. Sensaciones muy diferentes que con un hombre. El rose de los pechos de María por sobre los suyos era tremendamente electrizante y sensual.

—mmmm, hay amiga como me pones!!! Me recalentas. Dice Pinky.

María va bajando de a poco besando el abdomen de Pinky hasta llegar a su pubis. Sus labios se posaban lentamente sobre la piel de Pinky, poco a poco, besaba y disfrutaba cada centímetro, llegando al comienzo de su vulva. El aroma la embriagaba. Era el elixir del placer. Beso a beso, sus labios se posaban en la concha de Pinky. Con la lengua comenzó a rozar y a degustar lo que tanto anhelaba.

María estaba feliz y muy excitada de estar comiéndose la concha de su amiga. Por mucho tiempo deseó ese momento.

Pinky sentía una explosión de sensaciones. Posó la manos sobre la cabeza de maría mientras está le comía la concha.

—ah, mmm asi. Siii María me encanta!! Cómo me haces gozar ahhh asiii chupame chupame!! Dice Pinky

Mientras María se comía a pitnky, Fernando detrás de María comienza a chupar el orto que estaba en cuatro. La lengua del muchacho iba y venía del culo a la concha. La lengua jugueteaba con los dos agujeros.

Fernando se incorpora por detrás de María, acerca la pija a la concha y mete la cabeza muy despacio. Entra despacio la punta. La saca y la vuelve a meter. Esta vez hasta el fondo.

—mmmmm ahhh. Así dice María.

Pinky y María, gimen de placer.

Un trio perfecto, Fernando cogiendo a María, y María comiendo la concha de Pinky.

Una explosión de sensaciones de todos. Por unos minutos siguen así hasta que cambian de posición.

María se incorpora, y Fernando, acerca la poronga a la concha súper lubricada de Pinky y se la mete de una vez. Entra y sale, entra y sale. María se sube haciendo un perfecto 69 sobre Pinky. La concha de María le queda justo sobre la boca de Pinky. Que sin más, comienza a chupar.

Era la primer vez que Pinky se comía una concha. Jamás había tenido la oportunidad ni se había imaginado llegar a eso.

Con las manos se agarra de la cintura de María y comienza a succionar la raya de María. La lengua iba y venía por toda la concha.

—ah, ahhh, asi, asiii siii. Que buena chupada de concha me está haciendo, gime y dice a viva vos María.

Mientras Fernando coge a Pinky, María chupa el clítoris de su amiga. Por momentos, saca la pija de la concha de Pinky para chupársela.

—que rica pija, mmmm. Y una concha tremenda como me gusta. Dice María.

Las dos hembras estaban recalientes.

Fernando se levanta del sillón. Se para de costado con la pija bien erecta. Ellas se ponen en cuatro patas, una al lado de de la otra ofreciéndose las dos al mismo tiempo al muchacho. Fernando mete la poronga en la concha de Pinky. Entra y sale varias veces, la saca y se la mete a María. Iba de una a otra, una y otra vez. Se cogía a las dos por igual. Entraba y salía de la conchas. Primero a una y después a la otra.

—ahhh. Que buenas cochas chicas. Que buena cogida. Dice Fernando.

El muchacho estaba por explotar. Los tres estaban súper calientes.

Fernando saca la pija, con movimientos de masturbación. Ellas estaban tan calientes que entrelazan sus piernas a modo de tijera, acercando las conchas una sobre la otra. Con movimientos de roces, los labios de las vaginas se masturban, súper mojadas. Mientras Fernando acerca la poronga a las caras de ellas que comienzan a chupar la pija para hacerlo acabar.

Los gemidos se vuelven intensos de los tres. Los sonidos eran estremecedores.

—aaahh si si sí mmmm siii!! Gime los tres.

Las chicas ya se les entrecortaban la respiración, los vientres se endurecen, y los cuerpos se contorsionan. Las conchas se rozan con más fuerza. Y violentamente comienzan acabar las dos.

Los cuerpos se estremecen. Acabando al mismo tiempo.

Fernando también comienza a sentir que va a explotar. Mientras las dos bocas se la chupan. El muchacho también llega a acabar largando tremendos chorros de leche que derrama por las caras de las chicas que se van chupando y degustando el semen de Fernando. Habían llegado a el placer absoluto. Los tres cuerpos empapados de sudor, de flujos y de sexo. Una mezcla de fluidos tremendos de placer.

Los tres terminan cansadísimos, agotados. Rendidos sobre el sillón, terminan una noche jamás imaginada por ninguno.

Después de esa noche, nada sería igual entre ellos tres. María había concretado coger con su amiga Pinky, saborear su concha y disfrutar de ella.

Pinky también había gozado por primera vez sin buscarlo con otra mujer.

Fernando coger al mismo momento con dos tremendas hembras en celo. Los encuentros del trio siguieron concretándose en muchas oportunidades más.

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