Recuerdo muy bien ese momento, en la oficina había tenido un día pesado, algunas cosas no me habían salido como lo esperaba. Mi día se empezó a alegrar cuando recibí la llamada de mi primo, ya habíamos tenido varios encuentros sexuales, tanto en mi dormitorio, como en el de él, habíamos tenido el debido cuidado para que ninguna de mis primas ni mucho menos mi tía sospechara de nuestros encuentros.
Después de saludarnos y platicar de cómo iba nuestro día, me comentó que iríamos al cine y que aprovecharía a presentarme a una amiga suya, “Amiga”; pero de que iba todo esto, no tenía intenciones de conocer a ninguna de sus amigas, pronto empecé a sentir celos y pasaron por mi mente muchas cosas en torno a esa tal “amiga". Acaso, se vería con una de sus amigas-novias y me la presentaría para darme celos o restregarme en la cara que no solo me coge a mí.
En fin, llegué a casa de mi tía, descansé y en mi mente solo tenía la intención de mostrarle a mi primo que yo era suficiente mujer para él, que no necesitaría a ninguna otra para su placer, con esto en mente, elegí un buen atuendo: vestido negro ceñido a mi cuerpo que me llegaba a medio muslo y dejaba ver mis piernas, que mucho le gustaba a mi primo admirar. Debajo un conjunto del mismo color con una pequeña tanga de hilo que llevaba encaje al frente, quería lucir hermosa para mi hombre (mi primo) y que me deseara más, unas zapatillas complementaron mi atuendo, me vi al espejo y me sentía muy sexy, solo en pensar que más tarde mi primo me quitaría ese vestido para cogerme me hacía mojar la diminuta tanga que llevaba, me pinte los labios con un rojo mate y maquillándome discretamente para que realzaran mis facciones.
Salimos de casa, en el auto, mi primo no paraba de piropearme:
—¡PRIMA! Que escondido tenías todo ese cuerpazo, te ves hermosa, ya quiero quitarte todo eso para disfrutarte.
En el camino no parábamos de tocarnos y besarnos, aprovechamos cada semáforo para tocarnos y besarnos, los cristales del auto de mi primo son de un polarizado bajo y sin ningún esfuerzo se podría ver los cariños que ambos nos dábamos desde la calle.
Llegamos al cine, dentro de las instalaciones ya nos esperaba una mujer joven, casi de mi edad, alta, clara de color fundada en un vestido color negro con un escote pronunciado que dejaba ver unas tetas de buen tamaño, era la mujer más hermosa que había visto, parecía modelo de pasarela, tenía una sonrisa que te hipnotizaba si te le quedabas mirando por algunos segundos.
Su nombre era Susana, era agradable, al vernos se acercó y saludo a mi primo con un beso en la mejilla y cruzando algunas palabras, enseguida mi primo nos presentó, eso dio pie a que Susi se acercara hacía mí, poniendo una mano sobre mi cintura nos saludamos con un beso en la mejilla, me sentí confundida por un instante, ese saludo fue algo cachondo, o al menos para mí lo fue, nunca había sentido atracción por las chicas, no sé si fuera porque nunca había intentado tener algo con ninguna chica o porque eso hubiera sido peor para mi familia, el hecho de intimar con una chica era muy mal visto en mi familia.
De pronto caminamos hacía la sala, seguía confundida, por más que no lo quisiera pensar, me había excitado con un simple saludo de esa chica, pero es que lo cierto es que, esta chica estaba que desbordaba sensualidad en todo su cuerpo, con su caminar, con su porte, en sí, toda ella. Era hermosa y sensual en toda la extensión de la palabra. La película que proyectaban era una de la saga de transformers, dentro de la sala, por el orden en el que entramos así nos sentamos, mi primo al lado de Susi y yo en la butaca de junto de Susi, yo me sentía nerviosa, no sé qué me pasaba, sentía que me sudaban las manos y por más que lo analizaba no había otra explicación más que el deseo que sentía por esta chica.
Dentro del cine, de vez en vez rozaban nuestros piernas o nuestras manos y cuando esto pasaba Susi solo volteaba hacía mi riendo coquetamente. Susi fue cortes conmigo en todo momento incluso me lanzo algunos piropos de lo bien que me veía en ese vestido o incluso de mi cabello, cuando esto paso, llevo su mano hacía mi melena que caía sobre mejilla y con sus dedos las hecho hacía detrás de mi oreja, rozándome el lóbulo de la oreja con una delicadeza que hacía confundirme más, ya no tenía dudas, estaba coqueteando conmigo, dijo:
—así se ve mejor, no escondas lo guapa que eres.
Al salir, Susi sugirió ir a un bar, Elías se dirigió hacía uno que según ellos, habían frecuentado hace días, no pude evitarlo y pregunte:
—¿Ustedes dos están saliendo? —dije, y de pronto rieron los dos.
Susana se dispuso a contestar.
—No, linda. Elias, tu primo, es mi amigo. Yo recién acaba de cortar con mi novia y solo salimos a divertirnos.
Espera… Dijo "mi novia”, “divertirnos”, no podía creer lo que estaba escuchando.
—¿Dijiste novia? —tuve que preguntar de nuevo, para corroborar, enseguida y con tono dulce Susi respondió:
—Si, nena. Soy bi, me gustan los niños, pero últimamente solo he tenido novias.
Mi primo solo dijo:
—Susana es bien buena onda, ya la conocerás bien, estoy seguro que también te caerá bien a ti, prima.
Llegamos al bar, había un poco de gente, la luz era de un azul tenue, escogimos una mesa en un rincón al final del lugar, me senté en medio de mi primo y de Susi. Pedimos unas cervezas y platicábamos de todo un poco. Las rondas de cervezas empezaron a crecer en la mesa, la plática era muy amena entre nosotros, noté que cuando Susi se refería a mi, llevaba su mano a mi cintura o a mi pierna, lejos de molestarme me gustaba sentir la calidez de su mano en mi pierna, no podía creerlo pero sentía atraída por esta chica, Susana es de esas mujeres que saben muy bien lo que tiene y créanme que todo lo que tenía, se veía muy bien, por ello sabía que me tenía entre sus manos y usaba cada pretexto para acercarse a mi y ponerme nerviosa con cada caricia que me daba, por más mínima que esta fuera.
En eso mi primo se fue al baño dejándonos solas, Susi pregunto que si a mi también me gustan las chicas, respondí que no lo sabía pues nunca había estado con una, ni mucho menos lo había intentado.
—Solo hay una manera de comprobarlo —me dijo, se acercó mucho más a mi y mirándome fijamente acercó sus labios a los míos, lo hizo con una lentitud y sensualidad que no necesito tocarme más que con sus labios para calentarme, cerré los ojos mientras correspondía a sus besos— no cierres los ojos, mira y disfruta cariño —me dijo, abrí los ojos y podía ver la cara de Susana pegada a la mía, besaba tan rico y sensual de una manera que jamás me habían besado, ¡Caray! como lo había disfrutado, después de eso solo tome un sorbo de la botella— Y entonces, ¿Te gustó? —me preguntó, claro que me había gustado, jamás había sentido atracción hacia una chica, pero con Susi me había atraído desde que la vi en la sala del cine, no podía exagerar diciendo que era amor a primera vista, pero lo que si es cierto es que Susi me atraía sexualmente, sus labios sabían a licor y a lujuria, moría por disfrutarlos de nuevo.
En eso llegó mi primo, el vio el espectáculo de nuestro beso que duró pocos segundos, pero para mí fue como toda una eternidad, tenía que ir al tocador, me sentía excitada y el sorbo de cerveza que tome no podía ni siquiera abanicar la calentura que sentía en mi entrepierna por el beso que me había provocado. A mi primo solo le dio gusto el habernos visto, no había ni más mínima sorpresa en su expresión, como si todo aquello hubiera sido planeado por ambos. No pude evitar ruborizarme, entonces me puse de pie y me dirigí al baño.
Casi detrás de mí, entro Susi, se acomodó el escote mirando al gran espejo del tocador y enseguida me tomó de las manos llevándome a un cubículo del baño y puso el cerrojo.
— Por Dios Urania, me encantas, eres muy guapa.
Solo dejo de decir eso y volvió a besarme, ella era un poco más alta y tuvo que inclinarse un poco, llevo sus manos a mi cuello tocándome con las yemas de sus dedos sin ninguna prisa, bajo con sus dedos hasta mis senos y puso su mano ahí acariciando mis senos con una delicadeza que solo ella sabía hacer, seguimos besándonos, yo me estaba excitando más con cada caricia que me daba, cruzo sus manos sobre mi cuello.
—Ven conmigo, vamos a mi casa, muero por hacerte mía ¿Que dices, vamos? —Solo asentí con la cabeza— Te esperamos afuera, ya pagamos la cuenta, no tardes, ¡mi amor!
Susi salió, dejándome toda alborotada, había sido mucho para mi, ni siquiera hacía analizado el beso en la mesa del bar y Susana ya me había fajado dentro del baño, me acomode el vestido, respire hondo y decidí dejarme llevar por lo que pasara.
Al salir del bar, ya me esperaban dentro del auto, con una señal Susi me pidió subirme en la parte trasera del auto dejando solo a mi primo manejando en la parte de adelante. Las cervezas habían sido suficientes para que me desinhibiera, en cuanto mi primo dio marcha al auto Susi se acercó a mi cruzando sus piernas con las mías, me acerque a ella y volvimos a besarnos, no había prisa alguna entre nosotras, los besos eran suaves y dulces, estuvimos besándonos así varios minutos mientras mi primo manejaba, hasta que la vos de mi primo nos interrumpió.
—¿Es por esta calle, Susi? —recobramos el aliento y ambas nos acomodamos en el asiento.
—Da vuelta a la derecha, justo en la casa de ahí —apuntando Susi, señalo su casa, voltee a ver a mi primo, el solo dijo:
—Ve mi amor, aquí las espero —me estire para alcanzar a mi primo, le bese en las boca y junto con Susi, bajamos del auto.
Susana me tomo de las manos y me guio hasta la entrada de su casa, en cuanto entramos Susi se quitó de inmediato las zapatillas, bajo el cierre de su vestido y lo dejó caer la piso. Susana llevaba un conjunto color rojo, se veía hermosa, tenía el cuerpo delineado como si fuera una modelo, se podían apreciar unos senos redondos de buen tamaño, con unas piernas bonitas. Se soltó el cabello y se acercó hacía mi, solo podía admirarla, estaba inmóvil, solo mirando su belleza.
Al acercarse, llevó su mano a uno de mis senos y por encima de mi vestido, usando uno de sus dedos dibujó círculos, me miró a los ojos, tomo mis manos y las llevo a su cintura, me beso el cuello dándome un mordisco con sus labios, eso me saco de mi área de confort poniéndome más cachonda, agarro mi vestido y me lo saco por completo, mientras nos besábamos hizo a un lado los tirantes de mi sujetador y los retiro dejando al aire mis bubis, llevo su lengua a uno de mis pezones y empezó a lamer uno por uno, la tenía tomada del cabello mientras de mi boca salían gemidos, sentí como su mano entro por debajo de mi tanga y empezó a estimular mi vulva de una forma que solo ella sabía hacer.
En un instante se agacho bajándome la tanga, instintivamente abrí un poco las piernas y su cara se sumergió en mi entrepierna no sin antes llevar su mano hacía mi coño y con la ayuda de sus dedos abrió los labios de mi vagina con una delicadeza que no anteponía el tiempo ni el lugar donde ella me tenía, fue la primera vez que la mano de una chica llegaba hasta mi entrepierna y me estaba gustando la sensación que esas manos me provocaban, su lengua se hizo presente mezclando su saliva con mis jugos, estaba empapada, no podía evitarlo, no controlaba las reacciones de mi cuerpo, cada movimiento que hacía no estaba premeditado, solo correspondía a las caricias y los besos de esa hermosa mujer.
Me sujeté de la perilla de la puerta, parecía que no bastaba porque en cuanto su lengua y sus labios empezaron a devorar mi coño vinieron un sin fin de espasmos musculares, no eran de tensión al contrario, mi cuerpo se había relajado completamente, la piel se me erizaba con cada lamida que me daba, sin esfuerzo sus dedos entraron en mi vagina, estaba mojadisima y mi vagina lubricada como nunca antes. No podría describir la manera con la que esta mujer me estaba comiendo el coño, pero la excitación era tan intensa que empecé a tener orgasmo tras orgasmo, antes de eso no sabía cómo era disfrutar un multi-orgasmo, ¡POR DIOS! esta mujer, era una maestra en dar sexo oral a una chica, por mi mente no pasaba otra cosa que el momento que estábamos viviendo.
Después de tantos gritos de excitación y unos cuantos orgasmos, mi amante se levantó me beso llevando sus manos a mi trasero y como si fuera suya, me apretó hacia ella, yo le correspondía, no podía hacer menos, ella me había dado el mejor orgasmo de mi vida, en otras ocasiones hubiera preferido terminar ahí, pero no era el caso de esa noche, quería agradecerle dándole el mismo placer a ella, aun besándonos.
—Quiero probarte a ti —le dije, llevando mi mano derecha hacía su entrepierna, debajo de su tanga una vulva depilada agradecía a mi mano el que estuviera ahí.
—Tengo una idea, te va a encantar, espera… —abría la cortina que estaba a un lado de nosotras y vio hacia la calle, tomo su celular e hizo una llamada— Eli, ven… te tenemos una sorpresa… —colgó y abrió la puerta, enseguida apareció mi primo, no se había ido, todo el tiempo se había quedado esperando afuera.
Mi primo entró, nos vio y al entrar Susi lo tomo de la mano y dijo:
—Vengan, vamos a mi habitación.
Subimos unas escaleras y la imagen que tenía era muy ardiente, después de haber tenido un orgasmo con la lengua de Susi, quería sentir la verga de mi primo. Al entrar a la habitación y después de darnos un beso entre los tres, entre Susi y yo nos dispusimos a desvestir a mi primo, ambas aprovechamos a disfrutar el cuerpo de mi primo, mi primo nos acariciaba, yo me puse detrás de él dándole besos en la espalda mientras acariciaba su pecho, Susi le besaba mientras lo masturbaba.
Pronto nos acercamos a la cama, mi primo se sentó mientras nosotras nos hincamos una de cada lado, empezamos a mamar la verga de mi primo, lamíamos el tronco, su glande y cuando nuestros labios se encontraban aprovechamos para besarnos, una de mis manos agarraba la verga de mi primo mientras con la otra aprovechaba para acariciar el cuerpo de mi nueva amante, tenía unas tetas de buen tamaño, no me cansaba de acariciarlas.
Susi se acostó en la cama boca arriba, moría por disfrutar su coño, me agache postrando mis labios a la altura de su vagina y me dispuse a disfrutarla mientras que por detrás y estando empinada, mi primo me tomo de las caderas, abrió de par en par mis piernas y me metió su verga que ya ardía de lo caliente que estaba.
Las embestidas que me daba mi primo, servían como movimientos para recorrer todo el coño de Susi, era la primera vez que disfrutaba de una vagina pero aun así lo estaba disfrutando tanto como ella, los gritos inundaban la habitación, ninguno de los tres paraba de disfrutarnos, se le notaba en su expresión que Susi no paraba de disfrutar de la mamada que le estaba dando, podría estar sumergida en la entrepierna de Susi todo el tiempo que ella me dejase, me encantaba el olor y el sabor de su coño, un coño rosa que estaba disfrutando, mis dedos entraron en su interior mientras mis labios recorrían desde su ano hasta el botoncito de su clítoris, me esmere por dedicarle el tiempo necesario a ese botoncito pues es lo que había hecho Susi hace un momento, con la verga de mi primo en mi coño seguía disfrutando del botoncito de mi nueva amante, pronto el cuerpo de Susi se contrajo y supe que estaba teniendo un orgasmo, mis movimientos no cesaron en lo más mínimo hasta que el cuerpo de Susi se relajó después del orgasmo.
Susi se paró, me beso y me comió las tetas, enseguida me separe de mi primo, que aún no se corría, en eso Susi se llevó la verga de Elías a su boca y empezó a mamársela, mi primo gozaba con la mamada que Susi que le estaba dando, mi primo la tomo y la giro poniéndola de perrito sobre la cama y le metió la verga, me puse debajo de Susi juntando nuestras vulvas y con las embestidas de mi primo se estimulaban nuestros coños, dándonos a las dos un placer fenomenal, nuestros labios se encontraban y nos besábamos, ambas gemíamos como perras en celo, esa noche ni siquiera me imagine terminar así, mi primo pronto se corrió llenando el interior de Susi con su semen, mi primo enseguida se tumbó a lado de nosotras y nuestros cuerpos siguieron pegados, solo bastó cruzarnos de piernas para tener una buena posición para estimular nuestras vulvas, había tenido varios orgasmos esa noche, tenía hinchado mi coño de tanto placer que nos habíamos dado, después de unos minutos más así, besándonos y restregándonos nuestras vulvas tuvimos un orgasmo más pero esta vez en simultáneo, fue mucho el tiempo que pasamos así que cuando nos dimos cuenta empezaba a amanecer.
Después de estar descansando un rato sobre la cama, nos vestimos y nos retiramos de la casa de Susi.
Nos despedimos de Susi, dejándola en su cama y por suerte al llegar a casa de mi tía aún no despertaban, pudimos entrar con sigilo y cada quien se metió a su habitación, mis manos y todo mi cuerpo olían a sexo, por la desvelada y los orgasmos que había tenido caí rendida en mi cama.
Ese fue mi primer trio con mi primo y su amiga Susi. Ella, toda una diosa en la cama…