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Una paja en el ciber
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Hola a todos. Después de algunos meses de ausencia, les presento un nuevo relato que sucedió años antes de conocer a Andrea, más específicamente en mis años de estudiante de técnico universitario.

Tendría unos veinte años, cursaba el primer año de Diseño Gráfico y me habían dejado una asignatura para presentar la siguiente semana, en ese entonces no contaba con una computadora y tenía que alquilarla en una cabina de internet o cibercafé, que en esos años estaban de moda.

Por cosas de la vida no hice la asignatura durante la semana y recién empecé a hacerla un día antes de entregarla. Recuerdo que, saliendo del instituto me dirigí a una de esas cabinas de internet que eran como cubículos cerrados y te avisaban mediante el monitor el tiempo que te quedaba o si deseaba ampliar el tiempo de alquiler, tomé un par de horas en los que redacté toda la asignatura e investigando en la red los temas afines.

Tras terminar la asignatura, veo que me quedaba casi veinte minutos de sobra por lo que los aproveché a ver algunas páginas web de fotografías variadas hasta que encuentro la foto de una chica en bikini y que la tanga se marcaban levemente los labios de su vagina. Empezó nuevamente ese hormigueo el cuerpo y se me metió la idea de buscar fotos de chicas desnudas, en bikini o lencería, pero especialmente en tanga. Busco algo desesperado en páginas web porno o de sexys playmates, hasta que al fin encuentro lo que buscaba, encuentro la galería de una modelo que en dos o tres fotos enfocaban su tanga. La chica en cuestión era una modelo en lencería roja y su tanga era transparente que dejaba ver los vellos de su vulva, tuve una incontrolable erección.

En mi cabeza rondaban el cómo buscar nuevas formas de masturbarme, pues para ese momento estaba algo aburrido con la monotonía de masturbarme y eyacular sobre revista u afiches de chicas desnudas, así que aproveché ese momento excitante como una nueva forma de encontrar placer, saqué mi pene y empecé a masturbarme mirando fijamente la foto en el monitor. Cuando ya estaba al límite y a punto de eyacular, me detuve al darme cuenta del desastre en que iba a terminar, tanto el interior de la cabina como mis pantalones iban a quedar manchados de semen, así que tuve que contenerme, quedándome con las ganas de hacer esa experiencia fuera de mi casa y ahora teniendo como estímulo principal las fotos de un sitio web porno.

Tras terminar las horas de alquiler y abandonar el local, me puse a pensar en cómo masturbarme sin ocasionar un desastre consecuente y se me ocurre la idea de comprar condones en una farmacia cercana. Es así que compro una cajita de condones en esa farmacia y con la morbosa idea de masturbarme, regreso al local de las cabinas de internet y alquilo una hora.

La encargada del local estaba por darme una cabina sin cubículo y yo apresuradamente le digo si me puede dar una cabina privada, a lo que ella accede. Ya dentro de la cabina privada y ni bien inicia en cronómetro de tiempo de alquiler, empiezo a buscar las páginas web con las sexys playmates en tangas.

Escribo en el buscador “Chicas playboy en tanga transparente” y me arroja varias páginas como resultado, buscando una por una y ya algo excitado, encuentro la galería de una modelo desnuda con una tanga blanca de encaje que como en los anteriores casos, se veía los vellos de su vulva. Descargué la foto y al abrir la foto, hice zoom en la foto de modo que la zona de la tanga abarcaba toda la pantalla del monitor, me bajé la bragueta del pantalón y saqué mi pene que estaba totalmente erecto y goteaba pre semen a montones.

Empecé a estimular mi pene de forma pausada, luego de forma rápida, otra vez pausada y así repetí el ciclo por varios minutos hasta que sentí la sensación de eyacular, así que abrí la pequeña caja de condones, saqué uno de los sobres el cual rompí, extrayendo el condón de su interior y lo coloco en mi pene, desenrollándolo desde el glande hasta la base.

Acto seguido empiezo a masturbarme con más fuerza. Sentí la necesidad de buscar más fotos similares, así que seguí buscando como loco en otras páginas web hasta encontrar una que satisfacía mi morbo, era la de una playmate de cabellos rizados sentada, con las piernas abiertas y enseñando en todo su esplendor su tanguita celeste transparente, dejando ver los labios de su vagina. Al igual que la anterior foto, la descargué, abrí la foto e hice zoom hacia su tanga, dejando que abarque toda la pantalla.

Estaba nuevamente a punto de eyacular cuando se me ocurre buscar videos similares. Tras una breve búsqueda, encuentro al fin el tan deseado video que, para variar, era el de una rubia con una tanguita blanca de encaje masturbándose con sus dedos, amplié el video a pantalla completa y continué masturbándome de forma frenética sin quitar la mirada por un segundo de esa hermosa y sensual rubia, oír sus gemidos y cómo sus dedos frotaban sobre la tanga hasta mojarla, dejando ver su vagina depilada, yo fantaseaba con eyacular sobre esa tanga y que ella limpiara mi pene con su lengua. El detonante final fue cuando la cámara enfoca totalmente la vulva de la rubia, quien aparta la tanga a un lado dejando expuesta su vagina mojada, esa sola toma bastó para eyacular como loco hasta dejar el condón casi lleno.

Tras terminar de eyacular y relajarme de tan mórbido acto, empiezo a pisar suelo y preguntarme ¿Ahora qué hago? ¿Dónde demonios voy a botar el condón lleno de semen?

Retiro el condón de mi pene muy despacio para evitar que mi semen se vierta en los pantalones ni en la silla ni en el suelo, lo envuelvo entre algunas hojas y todo ese bollo de papel lo meto dentro de una bolsa de plástico. Estaba ya metiéndolo ese bollo de papel en la bolsa cuando me avisan por el monitor que me faltaban 5 minutos para terminar ¡Había pasado casi una hora pajeándome y no me había percatado!

Cerré todas las páginas porno, borré el historial y salí de la cabina algo avergonzado, le pagué a la encargada de la cabina el monto respectivo. Pasando por una calle, vi un tacho municipal de basura y ahí arrojé la bolsa con el bollo de papel.

Hice esto muchas veces durante años, desde la cabina hasta la hacerlo en mi cuarto con mi computadora que me compré un par de años después para los trabajos profesionales. Esto además fue el salto de masturbarme con revistas o póster a ver fotos y videos de chicas desnudas en tanga en la computadora, tan solo me bastaba hacer zoom o que la cámara enfoque la tanga transparente de la chica para eyacular, fantaseando como siempre dejar esa tanga empapada con mi semen.

Y así continué con mi fetiche morboso hasta que conocí a Andrea, pero esa historia ya la conté anteriormente. Espero les haya gustado mi relato, pronto les contaré algunos relatos que tuve con Andrea, siempre relacionados de alguna u otra manera a mi fantasía sexual.

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