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Una noche mas de trabajo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Recuerdo que era una noche de invierno, pero de esas que son muy heladas que te congelan hasta los huesos…

Lo que no recuerdo es que día era, creo que era un fin de semana porque si recuerdo ver mucha gente en el bar pero bueno, en fin… una noche más, un servicio más en mi tan amado bar, que hasta hoy lo recuerdo con entusiasmo, y en el medio de la noche veo a una chica; muy producida, con maquillaje hasta casi extravagante, una cara pálida y los labios increíblemente rojos; top y falda negros y llevaba un abrigo en la mano debido a las bajas temperaturas.

Sentía ya conocerla de antes, ya haberla visto como cliente y por eso comencé a mirarla. Al observarla me di cuenta que ella también lo hacía y hasta desde antes de que yo me diera cuenta, en ese momento me di cuenta de que yo era la presa y no el cazador.

Al pasar un rato entre miradas cruzadas, ella se acerca a pedirme un trago y aprovecho para empezar con la misión de lo que sería la noche:

-Yo a vos te conozco, fue lo primero que le dije.

-Si ya vine varias veces, me contesto con mirada de provocación mientras se tomaba el shot que le di.

Con esa mirada me di cuenta de que tenía el partido ya ganado, solo tenía que meter el gol.

Entre pocas charlas y mucho trabajo quedamos en que me esperaría para irnos juntos esa noche, así que una vez terminado el servicio cerré la barra lo más rápido que pude y salí… afuera estaba ella sentada, con el abrigo puesto pero así y todo con mucho frio.

Al verme salir me dice:

-Si tardabas 5 minutos más me iba, a lo cual mi repuesta fue tomar el primer taxi que apareció.

Recién al subir al taxi le pregunte si íbamos a su casa o a la mía, a lo que me respondió que a la suya porque se quería poner ropa más comoda.

Al llegar, me doy cuenta de que no vivía sola, supuestamente vivía con el hermano, por eso tantas cosas de hombre en la casa… No quise preguntar de más y pase directamente al cuarto, ella fue al baño y yo espere sentado en los pies de la cama mientras revisaba el celular con cansancio después de un día laboral muy agitado.

Después de 5 minutos la veo llegar. con ropa de pijama pero todavía con maquillaje, me dice:

– Creí que ya te habías acostado, a lo que le contesto:

– Te estaba esperando a vos, y se acerca y me da un largo beso…

Esa fue la primera parte donde ya estábamos uno arriba del otro besándonos desenfrenadamente. Se ve que no alcanzo para sacarnos el frio que decidimos acostarnos y taparnos para estar más cómodos, ella con su pijama y yo en bóxer y una remera. todo iba a ser más cómodo así…

Ya entre besos debajo de las sábanas y frazadas empezaron los manoseos, yo primero tocándole las nalgas que estaban heladas y ella luego bajando a tocarme la erección por sobre el bóxer. Me animo un poco más y empiezo a meter la mano por debajo de la tanga que tenía como pijama y me encuentro con que ya tenía una humedad bastante marcada, eso me excito más y comencé a mojarme los dedos con sus jugos sin llegar a la penetración. A todo esto ella entre gemidos se animó y me empezó a masturbar ya por dentro del bóxer con fuerza y con buen ritmo. Ya con mi mano jugando en su clítoris y ella revolcándose de placer y gemidos muy altos dejo de masturbarme y me avisa que se va a venir, lo que hace que aumente mi ritmo y no paro hasta que tiene su primer orgasmo y me saca la mano de su clítoris.

Acto siguiente me mira a los ojos con cara de mala, se da vuelta y me dice "métemela", yo ya tenía una erección y una calentura que estaba por explotar así que la acomode y con mi mano me agarro el miembro y en posición de cucharita y tapados hasta la cabeza la voy penetrando de a poquito. Primero entra la cabeza y me dice "despacito" así que poco a poco empiezo a empujarle hasta que me suelto la erección y la agarro de la cadera para metérsela toda. Su reacción fue un leve grito de placer y dolor y un apretón a la sabanas que me subió aún más la temperatura. Ya una vez que la tuvo toda adentro me devuelve la mirada mordiéndose el labio inferior dándome el pie para empezar con las embestidas que empezaron suaves en un principio y fueron aumentando el ritmo a medida que iba escuchando sus gemidos y sus suplicas de que no pare.

El frio ya había desaparecido por completo y las sábanas quien sabe dónde estaban a esa altura así que sin darle descanso me subo sobre ella y quedando boca abajo comienzo nuevamente con las embestidas y respirándole en el oído oigo que está ahogando sus gritos con la almohada mientras sigue apretando las sábanas con sus dos manos. Esa imagen me genero mucho morbo y le pregunte si le gustaba, su respuesta fue "me encanta” y seguí dándole en esa pose por unos minutos más hasta que me agote y caí sobre ella dándole besos en la nuca y espalda mientras mi erección seguía dentro suyo.

Luego de tomar ese pequeño respiro se la saco y la levanto hasta que se pone como perrito y me pide más (mi pensamiento en ese momento fue de que insaciable que era esa mujer) a lo que respondo agarrando otra vez mi miembro con la mano y llevándolo nuevamente a su vagina para meterla de a poco, pero estaba tan dilatada y tan mojada que al sentir la cabeza entrar ella misma se tira para atrás y me devora la pija de un golpe. Me di cuenta de que quería acción ruda así que comencé a embestirla con fuerza y agregándole unas nalgadas que en combinación hacían que sus gritos, que ya no eran gemidos, no los podía ahogar ni con la almohada (todavía tengo en la cabeza esos gemidos que decían "ay por dios" constantemente) lo que daba un indicio de que su segundo orgasmo estaba latente.

Ella sabiendo que se venía su segundo orgasmo y con una actitud por demás desenfrenadas quiso tomar el mando y me ordeno a que me acostara boca arriba, obedecí gustosamente y se sentó sobre mí a cabalgar mi miembro. Fue una sensación fantástica, la veía desenfrenada saltando arriba de mi erección como si fuera la última vez que lo haría. Su cara endemoniada y su energía me decían que el momento de ese segundo orgasmo estaba llegando y fue así, aun cabalgándome se inclina hacia mi boca, me da un beso y con un gemido muy excitante comienza a temblar por la llegada de ese tan rico orgasmo que había tenido.

Toda esa situación me había puesto tan caliente que también ya estaba dispuesto a tener mi propio orgasmo y creo que ella también lo sintió. Así que me pidió si le podía acabar en las tetas a lo que me pare y después de un buen sexo oral de casi dos minutos termine con mi orgasmo como ella lo pidió.

Automáticamente terminamos los dos rendidos en la cama, con los cuerpos transpirados y sin taparnos hasta que nos volvió a dar frio y nos tapamos para dormir.

Al otro día me levanto temprano y me voy sin saber que nunca más iba a saber de ella pero hasta el día de hoy creo que fue una de las mejores noches de sexo que pude tener.

Es mi primer relato, disculpen los errores.

Espero que les guste y acepto críticas.

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