Con Sybil éramos amigas con derechos desde que se hizo mi compañera de cuarto en su segundo año de universidad, yo estaba haciendo mis prácticas en un estudio contable y la plata extra me servía para aligerar un poco mis finanzas.
Ella venía de un pueblo pequeño con la cultura religiosa muy arraigada, la primera vez que traje una mujer al departamento, creí que se iba a mudar y me tiraría agua bendita, pero para mi sorpresa se mostró interesada.
Los meses iban pasando y la química sexual entre nosotras crecía más y más. Una noche lluviosa cuando mi folle casual me cancelo y ya estaba cansada de masturbarme pensado en mi dulce y angelical rommie, salio de su cuarto llevando solamente un camisón de algodón blanco marcando su hermosa silueta.
Estaba muy caliente y necesitaba tener sexo, estaba volviéndome loca escucharla todas las noches cuando creía que dormía, géminis mientras se masturbaba.
Siguiéndola a la cocina la vi en el fregadero y me coloque detrás de ella, se enderezó un poco cuando me sintió, solo para relajarse cuando coloque mis manos en sus caderas.
-te iras a la cama?- susurre en su odio derecho
-s-si- susurro sin aliento
Apretando su cintura, subiendo mis manos por sus hermosas y turgentes tetas las apreté
-tal vez hoy pueda ayudarte a venirte, así no tienes que esperar a que me duerma.
Se congelo en su lugar y se dio vuelta lentamente.
-me escuchas…
-tocar tu coño hasta que te vienes tan fuerte con mi nombre en tus hermosos labios?, si y debo tocarme mi propio coño para evitar entrar en tu habitación para que sientas la humedad que generaste.
Sin esperar respuesta devoré su boca, su reacción fue instantánea y me beso con el mismo fervor.
Bajando mi boca por su cuello fue levantando su camisón hasta su cintura
-dime una cosa bebe, estas mojada ahora para mi?
-mmmm siii
apartando sus bragas a un costado, comencé a tocar su coño. Se encontraba mojado y cálido. Sus respiraciones eran entrecortadas, gimiendo suavemente.
-Por favor Charlie…
Sacando mu mano del cielo entre sus piernas le agarre la mano y la lleve hasta mi habitación donde la acosté lentamente, su cabeza tocó la almohada mirándome con sus grandes ojos azules.
Debía recordarme que por más que estuviera curiosa por mi y mis actividades personales, nunca había estado con nadie, así que debía tomarme mi tiempo con ella y quien sabe tener sexo seguro en mi casa cada vez que no necesitará.
Le saque sus bragas, ganandome un escalofrío de ella. Abrí lentamente sus piernas dejando expuesto su coño rosado y húmedo, se me hizo agua la boca solo de verlo.
-mierda bebe.
Sin preámbulos sumergi mi boca en su coño, besando, mordiendo, y chupando con reverencia, su sabor era exquisito y me tenía completamente embriagada
Sus gemidos se fueron intensificando, sus manos estaban en mi cabeza y empezó a retorcerse acompañando mi boca.
-por favor, por favor…
Aumente el ritmo de succión mientras introducía un dedo por su estrecho canal, su grito gemido me hizo ver que le agradaba mi intrusión, así que seguí chupando su clítoris mientras bombeada un dedo en su coño, su corrida fue maravillosamente explosiva, los espasmos duraron lo que parecieron horas. Lentamente saqué mi dedo de su coño, y con un último beso en su pubis fui subiendo sacando mi ropa.
Su cara estaba sonrojada, su frente tenía un ligero sudor, y una sonrisa satisfecha estaba en su rostro.
-eso fue mejor que en mi cabeza
-todavía falta bebe
La base, gimió cuando sintió su sabor en mi boca, baje las tiras de su camisón para liberar sus tetas, me separe y empece a succionar y masajear esos hermosos pechos, comenzó a retorcerse nuevamente, levante su pierna derecha exponiendo nuevamente su coño y posicione mi coño a la altura del suyo. Comencé con un frote lento y constante para que nuestra humedad hiciera más fácil el movimiento. Se sentía tan bien tenerla bajo mio, con su coño rozando el mio, sus ojos se ponían en blanco con cada roce, nuestras tetas se movían más y más a medida que iba aumentando la velocidad. Empezó a gemir y a gritar más alto, agarrando mis tetas y masajeandolas
-por favor bebe, por favor necesito venirme- sus palabras me tenían al borde.
-quieres venirte en mi coño bebe? Quieres que tu corrida se mezcle con la mía
-siiii, por favor, follame más fuerte
Mis movimientos se descontrolaron, sus caderas comenzaron moverse también, era perfecto
El sudor de nuestros cuerpos, nuestros gemidos y el sonido que producía el rose de nuestros coños fue demasiado.
-vente conmigo, Sybil.
Una luz blanca me cegó con un instante mientras el órganos arrasaba mi cuerpo.
Agotada me acoste al lado de ella, si aliento acomodo su cabeza en mi pecho, acurrucándose.
-dime que podemos hacer esto siempre
Riéndome le dije:
-oh bebe, no tienes que preocuparte, tu coño es adictivo.