Hola a todos, un placer volver a saludaros y encantado de poder contaros otra experiencia más con mi esposa, en primer lugar, voy a detallar un poco para poneros al día de toda esta historia, sobre todo quien haya leído algún relato más mío con mi esposa.
Esta historia empezó cuando un día por Facebook me empezó a chatear la mama de Juan, un amigo colombiano al que un día mi esposa se lo cogió conmigo, ella se llama Irene, una mamacita literalmente, a pesar de tener casi cerca de 50 años, se veía joven pero bien buena, morena de piel, pelo rizado y buen culo, típico culazo colombiano, ella se había mudado hace años a otra ciudad y aquí en la nuestra solo se quedó su hijo Juan, que ya tenía una hija pequeña, entonces hablando me comentó que ella venía a veces a nuestra ciudad, pero como no tenía donde quedarse a dormir pues venía y se marchaba en el mismo día, solo por ver a su nieta, yo inocentemente la dije que si algún día viniese no habría problema en quedarse en nuestra casa, ya que era amplia y tampoco podía negarla una cama porqué en su día Juan y yo cuando éramos jóvenes y salíamos de fiesta siempre me han dado su casa como alojamiento, ella me comentó que cuando saliera la oportunidad me avisaría para ver si podía pasar la noche en casa, y ahí quedo la cosa.
Pasado unos meses, un jueves me avisó que el sábado vendría a ver a su nieta, y que, si podríamos dejarla dormir esa noche en casa y así ella pasar más tiempo con su nieta e irse al día siguiente, yo sin pensarlo la comente a mi esposa Julia si podría ser y ella me dijo que sin problemas. Ya sábado en la tarde, fuimos a recogerla de la estación de autobuses, la presente a mí esposa y todo muy bien, fuimos a casa a que se acomodara la maleta y luego ella se fue hacia el centro de la ciudad a ver a Juan y a su nieta.
Pasado la tarde noche nos dijo que ya estaba lista, si podría acercarse a casa si no era molestia porqué estaba cansada del viaje y quería descansar, sin pensarlo dos veces le dijimos que subiera que nosotros ya estábamos en casa solos tomándonos algo y refrescarnos un poco del bochorno que hacía, como a la media hora Irene tocó al timbre, en ese momento la abrimos la puerta y al instante entro en casa,
-Hola chicos, siento mucho las molestias, con vuestro permiso si queréis me voy a la habitación y no os molesto más, dijo Irene.
-No te preocupes, puedes quedarte con nosotros sin ningún problema hasta que tú quieras, total no estamos haciendo nada y así podemos hablar un poco y pasar la noche agradable, dije yo.
-Si quieres tomate una ducha, yo te doy toalla y ropa cómoda para estar por casa, dijo mi esposa.
Irene accedió a la propuesta de la ducha y se fue con mi esposa a por las cosas y se tomó la ducha, mi esposa volvió y me preguntó que sentía lastima por ella por lo que tiene que pasar para ver a su nieta, a la media hora Irene salió de la ducha y entró en el salón con un camisón largo de mi esposa y con los pezones de sus tetas marcándoselos en el camisón, se acomodó en el sofá entre medio de mi esposa y yo y la servimos una copa de vino, al rato de estar los tres sentados y hablando de la vida Irene comenzaba a acomodarse sensualmente con el cuerpo hacía Julia y sus caderas de lado hacía mí, el camisón cada vez se le subía más y media nalga se le salía, y ahí empezó la cosa a calentarse…
-¿Chicos y vosotros qué tal lleváis la vida sexual? Imaginó que siendo tan jóvenes tenéis que tener mucho sexo… perdonadme por la pregunta, tal vez es un poco descarada, dijo Irene.
-No, para nada, pues normalmente lo hacemos poco, por temas de trabajo y los niños, pero cuando tenemos tiempo para los dos solemos hacerlo mucho, la conteste
Julia se empezó a reír y entre carcajadas soltó; ¡¡anda, ya me gustaría que follaramos más!!
-¿Y tú Irene? ¿Llevas un tiempo que estás sola, como lo haces o te has vuelto monja? La pregunté en tono de broma, ella solo nos miró y se río y dijo;
-Bueno me apaño como puedo, pero hay días que no me aguanto, y en la ciudad que estoy no hay mucho…
-Ay amor, no seas cotilla hombre, deja a Irene que ella sabrá, dijo Julia.
-Bueno si no hay machos búscate una mujer, hoy en día todo vale Irene, la comente
-Si, ¿que crees? He probado y me ha encantado, volvería a repetirlo, pero es difícil ya que también conmigo vive mí otro hijo y tengo que tener cuidado con esas cosas…
-Bueno, pero ahora no tienes a nadie, estas aquí sola sin hijos ni nada, puedes aprovechar y saciarte… dijo mi esposa.
En ese momento Julia se acomodó y relajo en el sofá tumbados hacia atrás y con su mano derecha empezó a tocar el pelo rizado a Irene, en ese instante las dos estaban muy pegadizas e Irene la devolvió el gesto con un cariño en la pierna a mí esposa y se giró mirándome preguntando qué podía hacer con esta chica…
-Yo me la comería, ¿tú me das permiso? Me pregunto Irene a mí.
-Claro, adelante, me encantaría verlo… la contesté, acto seguido yo con la verga parada y dura, me quede asombrado al ver como empezaron a besarse y escuchar los besuqueos ricos y lentos… en ese instante Irene con su otra mano libre, me empezó a tocar la verga por encima de mis pantalones y poco a poco metió su mano dentro de mi y empezo a jalarme la polla…
El momento pareció eterno, entonces no me aguante y las dije; vamos al cuarto de dormir, aquí perdemos tiempo…
Entrando los tres en la habitación empezamos mi esposa y yo a besar y tocar a Irene, yo por detrás la estaba sobando el enorme culo y besándola el cuello, y mi esposa la comía la boca y con sus manos la tocaba el culo a la vez que yo la sobaba, nos apartamos un momento, nos desvestimos los tres, Irene tumbo a mi esposa boca abajo en la cama y se puso en cuatro encima de ella y empezo a besarla…
-Ay que rica que estas Julia, que pedazo de mujeron dijo Irene, mi esposa solo hacía que gemir;
-Hummm, ayyy, uff cómeme el coño… balbuceaba y gemía Julia, yo en ese momento me agache y empecé a lamerla el ano a Irene y lentamente bajaba a su precioso coño y acto seguido, no pude contener las ganas y la penetre fuerte;
-Oh cabron, que rico se siente… Siii follame papito, follane duro y que le guste a tu esposa…. Decía Irene, yo los gemidos de ambas y los sonidos de sus besos me volvían loco, no me aguante y me corrí dentro de su coño, una cantidad de leche abundante… Irene parecía que se había corrido junto a mí y acto seguido salió de esa postura y se tumbó.
-Ven cariño y comete la leche de tu esposo que tengo dentro de mí… dijo Irene.
Julia se volteó y empezó a comerla el coño con el culo en pompa, yo sin pensarlo la empecé a lamer el trasero y enseguida se me volvió a poner dura la verga, esta vez me levanté y las dije que se pusieran de rodillas y me comieran la verga las dos, una a cada lado, empezaron lentamente a comerme la verga de lado a lado terminando en mi rosado prepucio mojado de semen y sus líquidos, en ese momento decidí tumbarme yo en la cama;
-Irene ponte tu culazo en mi cara y tu amor, cabálgame y follame rico, las comente.
Irene con su tremendo culazo se puso encima de mi cabeza y con ese coño todavía empapado de sus líquidos y ese rico olor a coño, me lo restregó por la cara, acto seguid mi esposa agarro mi verga y se la metió en su coño jugoso, solo se escuchaba gemidos y besos de ellas, mi esposa cada vez cabalgaba más y más duro…
-Ay amor, me encanta…!!! Exclamo mi esposa, mientras que poco a poco paraba el ritmo de cabalgar y sentía en mi ombligo un chorro enorme de su corrida, se bajaron las dos y empezaron a chupármela nuevamente a la vez, cuando Irene se levantó y dijo;
-Quiero follarmelo yo un rato y tú quédate mirando.
Se subió encima, se metió mi verga en su rico coño humado, y empezó a cabalgarme y besarme mientras que mi esposa empezó de lado a tocarse mirándonos, al rato siento como mi esposa se levanta y empieza a comerme la verga y el culo a Irene mientras esta seguía encima mía.
-Uff Irene me corro, como me encantas…!! Exclamé entre medias de sus gemidos.
-Si papi, dame tu leche papi, ayyy siii que rico !!!! Exclamo Irene.
En el instante sentí otra explosión de mi verga llenándole el coño a Irene de leche… se levantó y empezó a limpiarme la verga y mi esposa otra vez se fue a limpiarle el coño de Irene llena de leche…
En ese instante yo me quede tieso de la intensa y corta follada con Irene y Julia… pero ellas no pararon ahí, se levantaron a ducharse las dos juntas y otra vez gemidos de ambas…
Y así termino mi noche, y no la de Irene y Julia, que tal fueron las ganas que se tenían, que terminaron follando las dos en la otra habitación y al día siguiente al despertarme, estaban las dos desnudas y abrazaditas, con un consolador entre ellas.
Espero que os haya gustado mi relato, quiero ver vuestros comentarios y opiniones, gracias y un abrazo.