Aún tardó unos minutos en que su respiración se acompasara. Él se había ido, pero su olor aún estaba allí, flotando en el aire, aún estaba drogada por aquella oleada de intenso placer y su cabeza daba vueltas intentando asimilar lo que había pasado. Su amiga dormía profundamente, la miró y se la veía bien, le sentaría bien el sueño profundo.
Paso un buen rato y el calor del momento dejo pasar al frio. Su cabello estaba mojado y no tenía secador, ella era muy sensible al frio y si tenía mojado el pelo su cuerpo no podía entrar en calor. Intentó dormirse pero no pudo, cada vez tenía más frio y empezaba a tiritar, miro el reloj y eran las dos y cuarto, cerro los ojos y pensó que el sueño la vencería, pero no fue así. Cuando cerraba los ojos solo le venían a la mente imágenes de hace un rato en el baño…
La espuma en su pecho… la fuerza de sus manos agarrando su cintura… Intentó alejar esos pensamientos de su mente un rato y lo consiguió, pero entonces se acordaba del frio… Empezó a tiritar, las mantas no le daban calor y ella estaba muy muy incómoda. Entonces sin pensarlo salió de la cama, y de la habitación, y se dirigió hacia la de él. La puerta estaba abierta y él estaba solo. Esa noche todos estaban de fiesta y el lugar estaba desierto, solo estaban ellos tres en toda la planta. El lugar verdaderamente daba miedo, parecía un manicomio abandonado o una casa de los horrores, con esas telarañas colgando del techo del baño y esos critares rotos por donde entraba el frio, parecía increíble que allí normalmente viviera gente. Ella además de muerta de frio estaba muerta de miedo, así que su instinto fue mas fuerte que su voluntad.
Afortunadamente la puerta estaba abierta y él estaba solo en la habitación. Sus ojos tardaron un poco en ajustarse a la poca luz que había en la habitación que era la justa para poder ver la cama en la que había alguien. Él estaba de cara a la pared, ella abrió con cuidado la manta y se metió en la cama con todo el sigilo que pudo. La cama era pequeña, solo para una persona e inevitablemente su cuerpo rozo el de él, llevaba solo un fino pijama de algodón. Él estaba en ropa interior, y cuando el cuerpo de ella lo rozo el empezó a despertarse y se dio la vuelta.
Se dio la vuelta y abrió los ojos, no podía verla pero enseguida reconoció su olor, entreabrió los ojos y dijo el nombre por el que el la llamaba, ¿eres tú? ¿qué haces aquí? Ella le dijo que no podía dormir porque tenía frio y miedo y que si no entraba en calor se iba a poner enferma.
El rodeó su espalda con sus brazos y vio que tenía el pelo mojado y que el pelo le había mojado la parte de arriba del pijama. Él le dijo, tienes que quitarte la ropa mojada o no entraras en calor y seguidamente agarro su ropa y ayudo a quitársela. Le dijo ven aquí y la acurrucó en su pecho. Ella temblaba, ya no sabía si por el frio o por el contacto de su piel, él le dijo, tranquila, ya verás como enseguida entras en calor. Se quedaron callados un rato y ciertamente ella empezó a entrar en calor, el acerco su cara a la suya y le dijo, ¿estas mejor? Y ella dijo si con la cabeza.
Ella empezó a entrar en calor pero sus pecho seguían pareciendo tener frio…. Al estar cerca de él su cuerpo reaccionaba y no podía evitarlo, intentaba estar lo mas quieta posible para evitar rozar su cuerpo pero estaban demasiado cerca. Él se movió un poco para acomodarse y todo su cuerpo se pegó al suyo y pudo notar como su entrepierna estaba tontamente dura y caliente. Al sentirlo ella sintió una ola de calor y excitación que le recorría todo el cuerpo. Y noto como todo su cuerpo anhelaba sentirlo pegada a él.
Él notó como ella se estremecía y eso lo excito aún más, no sabía como iba a poder reprimir las inmensas ganas que tenía de tocarla. Metió su mano por debajo de su nuca para ver si su pelo seguía mojado, y al hacerlo su cara y acercó a la suya tanto que podía sentir su cálido aliento justo en su boca, no lo pensó, la beso y ella respondió al beso y con un leve gemido. Ella se movió y sus cuerpos empezaron a rozarse mas, ella lo apretó hacia si y lo beso con avidez, las manos los cuerpos, las bocas se entrelazaron solas sin esfuerzo, la mano de él buscó la entrepierna de ella bajo su pantalón y aparto de un lado sus bragas para tocar su húmedo y caliente interior que estaba totalmente mojado.
Ella bajo su ropa interior y se la sacó con maestría, él se acercó a ella y por ese mismo lado de sus bragas acercó su miembro que encontró rápido el sitio adecuado. La punta entro sola y los dos se quedaron muy quietos por un instante, después el empujo un poco mas y después con dos empellones más entro hasta el fondo donde los dos enloquecieron de placer, el agarro su cabeza hacia el para seguir besándola a la vez que seguía con sus envistes con frenesí, ella estaba en otro mundo, extasiada por el placer, tardaron muy poco en llegar al éxtasis pues la excitación era máxima y pronto los dos explotaron a la vez de placer intentando ahogar sus gemidos con apasionados besos.
Cuando recobraron un poco el aliento, él le agarró la cara y le dio un dulce y apasionado beso al que ella respondió con igual dulzura, y le dijo, ¿se te ha pasado el frio ya? Ella no pudo articular palabra y solo dijo si con la cabeza, entonces él le dijo, menos mal, si no repetimos otra vez, ella alzó la cabeza para mirarlo y los dos se rieron. Ella puso la cara en su hombro y el la acaricio el pelo por unos momentos antes de que los dos se quedaran dormidos.
Cuando la luz del día empezó a verse a través de la ventana, ella se despertó, estaba muy calentita entre sus brazos y su olor también la abrazaba, por unos momentos se quedó ahí mirándolo mientras dormía, y después muy despacio se escabulló de entre las sábanas, se vistió y salió de la habitación no sin antes dedicarle una última mirada y sonrojarse al ver lo bello que se veía mientras dormía.