Era un domingo en casa junto con mi esposa luego de almorzar y terminar unas que otras cosas pendientes note que ya estaba desocupada me fijé con pasión y deseo que tenía una blusa que delineaba su perfecta figura, un leggins que dejaba marcar con detalles la delicia de sus entre pierna y su hermoso y bello trasero.
Enseguida empecé a sentir un calor abrazador en mi cuerpo provocado con solo mirarla ¡Me puso tan pero, tan caliente!
Aproveche el momento en que vi se sentó a la mesa para leer y me le acerque y le dije: ¿Te parece si vamos al cuarto a ver una película?
Ella respondió: ¡Claro! Así descansamos ya que mañana el día es largo.
Si perder el tiempo me fui a la habitación y me recosté en la cama mientras ubicaba la película y le llame:
—¡Amor ven, ya empezó la peli!
Y ella respondió:
— ¡Voy enseguida!
Yo estaba súper caliente pero no quería que me viera como el típico desesperado por cogerla si no que quería calentarla al punto de que se entregará sin rodeos ni limitaciones.
Cuando por fin entro a la habitación se acostó junto a mí y pues, yo la rodeé con un suave abrazo y me recliné sobre su pecho.
A los pocos minutos ella se dio cuenta de que mi intención iba más allá de ver una peli, sabía que quería cogerla con fuerza.
Así que cuando note que estaba al tanto de lo que yo quería empecé a besarla con la mayor pasión y suavidad posible, me recosté de medio lado en su cuerpo mientras mi pene se iba erectando pegado a ella, ella me abrazaba y me apretaba cómo nunca antes.
Sin perder el tiempo empecé a besarla y acariciarla con mayor intensidad mientras que nos íbamos arrancando la ropa para que nuestros cuerpos quedarán totalmente desnudos.
Lamía sus enormes tetas las chupaba mientras que con mis manos manoseaba su culo y cuando sintió que mi pene roso su vagina, pude ver cómo se descontroló y su mirada decía "mételo". La tomé con fuerza y con mi mano tome mi pene y empecé a masturbar su clítoris y toda su vagina haciendo movimientos giratorios, se lo metía cada cierto tiempo pero estaba concentrado en masturbar su vagina como nunca antes.
Ella decía cosas a mi oído como:
—¡Que rico papi, házmelo así, me encanta, dame más, no pares, mantente ahí!… Todo para dejarme en claro que lo estaba disfrutando
Yo para prenderla aún más; la tomaba con fuerza y pasión pero sin perder la delicadeza, lamía su pecho, le decía cosas ricas al oído.
Manteniendo un fino margen entre lo perverso y lo sexy, le decía cosas como: ¡Amo tu culo! ¡Amo tus tetas! ¡Tu vagina es la mejor! ¡Eres demasiado sexy! ¡Eres mi perra! ¡Eres mía! Y ella respondía a mi estímulo físico-auditivo con gemidos y movimientos en su cadera que iban casi en perfecta sincronía con el movimiento circular que le hacía a mi pene con la mano.
La mire por un momento y le dije "hoy quiero que disfrutes y te relajes, que sientas lo que nunca has sentido" solo no interfieras y déjate llevar por lo que sienta. Asentado su cabeza me dio la aprobación que necesitaba.
Así que la tome, me recosté pegado de medio lado a su cuerpo, abrí sus piernas, tome lubricante y empecé a frotar su vagina.
La sincronía que había en los movimientos de mi mano, los gestos de su cara y como cerraba sus ojos de una manera apasiona mientras metía y sacaba mis dedos y su movimiento de cadera, cada vez me hacía sentir más y más caliente, fui subiendo la intensidad mientras me comía como un loco sus tetas ella gemía de una manera que me resulta imposible pensar que ninguno de los vecinos la escuchó.
Así que la hice tomar mi pene y le dije; ¡masturbarme y no quites mi mano de tu vagina!
Empecé a besarla cómo un desquiciado no teníamos control, sentía como su vagina se humedecía cada vez más y su tono de piel blanco y delicado se iba tornando rojo, su cuerpo emanaba un calor abrazador al que era imposible que me resistiera, su nivel de excitación era tanto que me decía:
— ¡Mi vagina está demasiado sensible, para por favor!
Pero le volví decir toma mi pene y mastúrbame la bese con un gran beso de lengua y luego le dije, "te voy a dejar mi lengua en tu boca no pares de chuparla"
A lo que ella asentó dominada por su nivel de excitación, así que subí la intensidad de la masturbación ella no dejaba de chupar mi lengua, ahogaba sus gritos de pasión en mi boca, mantuve el ritmo de intensidad por más de dos minutos seguidos ella se revolcaba pero no paraba de chupar mi lengua y yo podía sentir como se iba mojando gradualmente su vagina.
De un momento a otro se escuchaba como si corriera por un charco de agua cuando me doy cuenta. Era ella que se estaba viniendo cómo nunca antes empapó las sábanas y gritaba de placer yo estaba tan excitado que no podía parar de mastúrbala y ella tampoco a mí.
Después de que saliera todo esa hermosa agua me monté sobre ella y la penetre con todas mis fuerzas, ¡Wow! (Fue un momento tan mágico que solo recordarlo hace que me ponga caliente).
Luego de penetrar y dejar que terminara de sentir el placer con mi pene dentro de ella me coloque a un lado para verla como se masturba para mí, cómo se lamía las tetas mientras se metías los dedos, le decía "mami estás cabeza más rica" ella pasaba su lengua por sus labios para provocarme así que me acerque a su cara y tomo mi pene y empezó a chúpamelo me masturbo y me dijo mastúrbate quiero que te vengas en mis tetas y pues yo no lo pensé dos veces y me vine cómo nunca antes en sus enormes y bellas tetas mientras ella se tocaba suave y lentamente la vagina para mí.