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Un día para nosotros, no desaprovecharemos la ocasión
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Tiempo de lectura: 9 minutos

El destino es caprichoso y hay veces que juega en nuestra contra, pero otras, juega a nuestro favor, nos dejó darle esquinzo a nuestras familias para poder pasar un día de lujuria solo para nosotros.

Laura tenía un viaje planificado en el que iban a ir a visitar Francia en grupo familiar, sus padres y hermanos con sus respectivas familias cada uno. Todo estaba preparado tanto reservas como los alojamientos, trabajos, todo organizado hasta aquella llamada telefónica, una prueba que tenía pendiente desde hacía más de dos años, se la habían puesto justo en medio de los días en los que iban de viaje. Tras mucho hablarlo entre ellos, dado que cambiar la fecha era una locura y anularlo una pena por todos los demás, Laura se quedaría en casa y todos los demás se irían.

Por mi parte, me coincidía con un viaje de trabajo en el que estaría inmerso en un congreso con actividades y cursos.

-Que putada… ojalá hubieras estado aquí esos días… -Dijo Laura.

-De verdad… y encima estas cosas son a saco, todo al milímetro… -contesté yo, pero no podía escaquearme, estas cosas son así.

Pasaron los días y se aproximaba el fin de semana, pasó lo impensable.

-Laura… acaban de cancelar la actividad del martes… -mi congreso iba de lunes a jueves y su cita médica era el lunes por la mañana…

-Entonces… ¿me invitas a cenar el lunes si voy a verte? -Estaba dispuesta a recorrer 300 kilómetros por estar conmigo, yo lo hubiera hecho también.

-Cuenta con ello –seguimos hablando un poco y colgué el teléfono.

Mi coartada era fácil, los asistentes al congreso iban a preparar actividades adicionales de presentación de productos improvisados totalmente prescindibles, pero ideal para poder pasar todo el día sin tener que hacer acto de presencia.

Fueron pasando los días y llegó el congreso, estaba tranquilo, pero a la vez ansioso, nervioso, quería que llegara el final de la conferencia del lunes que por fin llegó. Quedamos en encontrarnos en las afueras, y ahí estaba ella, esperándome al lado de su coche, con un precioso vestido rojo ni muy corto ni muy largo y con una maravillosa sonrisa, mezcla de ángel y demonio, como solo ella sabía poner. Me acerque a darle dos besos como de costumbre, y en lugar de eso, metió su lengua dentro de mi boca y al salir pinzó levemente mi labio inferior con sus dientes.

-Aquí no nos conoce nadie… -y volvió a besarme a la vez que yo la agarré del culo-ahora sí, ahora si me doy por saludada.

-Pues que empiece la noche… -dije cogiéndola de la mano y llevándola a la puerta del coche y abriéndole la puerta-suba usted, señorita.

-Vaya, parece que hoy me vas a tratar como a una princesa –dijo sonriendo

Me acerque lentamente a su boca, le di un beso, y fui a su oreja, le mordí el lóbulo y le susurre:

-Como una princesa y como una puta…

Eso la hizo estremecerse y morderse el labio. Cerré la puerta dirigiéndome a la mía para empezar a conducir. Todo lo tenía más que planeado, la primera parada era en un restaurante especializado en comida Poke.

-¿Me vas a dar pescado crudo? -dijo un poco asustada

-No mujer, elige la combinación que más te llame la atención -le contesté entre risas, pedimos y puso su mano sobre la mía dejándome un pequeño mandito azul.

-¿Qué es esto? –pregunté

-Eso es el control de un pequeño vibrador que llevo dentro… -dirigió su mirada a su entrepierna–y confío que le darás buen uso… amo

-Quieres decir que si le doy aquí –dije sonriendo malévolamente a la vez que de daba al botón con el símbolo de encender y sus ojos casi se pusieron en blanco por un instante– eso empieza a vibrar dentro de ti…

-Si –dijo como acomodándose a la silla

-Y supongo que si le doy al más así –le di varias veces seguidas al botón “+” lo que hizo que Laura se apoyara contra el respaldo de su silla a la vez que ponía los brazos sobra la mesa– Es bueno saberlo –y le di al símbolo “-“ para bajarlo al máximo hasta llegar a apagarlo.

-Si, veo que has aprendido como funciona, pensaba que era menos potente al ser tan pequeño, no había querido probarlo, lo compré pensando en ti…

-Perfecto, le daré buen uso, estate tranquila –y justo en ese momento se acercaba el camarero con nuestra comida, mi boca dibujo una sonrisa un tanto pícara y Laura entendió lo que se le venía encima, pulse el botón de encendido y varias veces el símbolo “+”.

-Aquí tienen la comida –dijo inocentemente el camarero– ¿necesitan algo más?

-Si, por favor, una botella de vino –le dije al camarero para entretenerlo un poco mientras Laura intentaba contenerse- ¿Cariño, como es el vino ese que te gusta tomar?

El camarero dirigió su mirada a Laura, que abrió mucho los ojos mirándome, estaba concentrándose en no gritar ni gemir y yo la hacía pensar en vino, no sabía ni que contestar, pensé en ayudarla un poco así que volví a darle al botón “+”.

-¡Frizzante! –Grito Laura para salir del paso– Frizzante, tráiganos Frizzante…

El camarero se retiró a por la botella sin entender muy bien porque le habían gritado, y yo apague el vibrador sonriendo.

-Me lo vas a poner difícil –dijo llevando su pie a mi entrepierna y acariciando mi miembro que ya estaba guerrero…

-No, ciertamente no, cena, tengo ganas de llevarte al hotel –dije cogiendo los cubiertos y empezando a comer, sus ojos se iluminaron, quería jugar, pero queríamos tenernos.

Acabamos de cenar, nos montamos en el coche y nos dirigimos al hotel. Por el camino de vez en cuando pulsaba el botón para recordarle quien tenía el control de su entrepierna.

-Me encanta este juguetito y que seas tú quien lo controla -dijo recomponiéndose en el asiento con la voz entrecortada.

Llegamos al hotel, era uno de esos que no tienes que pasar por recepción, directamente con el coche entramos en un parking privado que daba a la habitación, una habitación pensada para disfrutar, cama gigante, jacuzzi. Abrí el maletero y saqué una bolsa de viaje que había preparado para la ocasión.

-¡Qué bonito es esto! -Fue directa a al jacuzzi y empezó a llenarlo.

-Sabía que te gustaría –y la abracé por la espalda a la vez que la besaba en el cuello y mis manos agarraban fuerte sus pechos…

Empezó a rotar su cuerpo para ponerse frente a mí y besarnos apasionadamente.

Mi mano jugaba con su culo, levanté su vestido y jugué con sus cachetes, sus manos se enredaban con mi pelo, subí mis manos por su espalda hasta encontrar el cierre del vestido, que poco a poco fui abriendo la cremallera, hasta dejarlo caer en el suelo y dejándola con una preciosa lencería roja, a la vez que Laura por su parte había desabrochado mi camisa, sin dejar de mirarme con su mirada pícara fue desabrochando mi cinturón y el botón del pantalón, a la vez que empezó a descender colocándose de rodillas, me bajo el pantalón dejando mi polla a la altura de su cara, colocó las manos en su espalda, sonrió pícaramente y dijo:

-Amo, ¿puedo chuparte la polla? –me dijo sin retirar sus ojos de los míos, asentí con la cabeza a la vez que active el vibrador, casi la hizo desaparecer dentro de su boca, empezó a hacerme una mamada lenta, jugando con su lengua por debajo de mi polla, haciendo presión, ensalivando mucho, tuve que agarrarme a la cómoda que tenía al lado para no caerme, se la saco de la boca– Creo que lo estoy haciendo bien… espero que seas capaz de darme el postre…

Y volvió con la mamada, cada vez más intensa, su boca me mata, tenerla de rodillas, con las manos a la espalda, comiéndome la polla con tanta maestría no me iba a dar mucha tregua, aquello era excitante por donde lo miraras, me abandoné al placer de sus labios, de su lengua, me dejé llevar por el placer que recorría cada milímetro de mi polla y no pude parar lo inevitable…

-Me voy a correr… -dije por instinto, cosa que aprovecho Laura para parar el movimiento y aumentar la presión, aumentar la fuerza de succión, me estaba corriendo, le estaba dando su tan ansiado postre… así estuvo unos segundos hasta que ya no quedaba ni una gota que salir, comenzó a retroceder lamiendo, como si quisiera dejar mi polla totalmente limpia para el siguiente round. Como pude dije -Madre mía… si tenías hambre…

-No podía desperdiciar esta ocasión para disfrutar de tu polla… me traes muy caliente con el juguetito…

La ayude a levantarse y la llevé a la cama, aquella lencería merecía jugar, saque de la bolsa mi cámara pequeña y empezó a posar para mí, unas bonitas fotos en lencería y semidesnudo guardo de aquel día. Poco a poco sus poses eran más sugerentes y mis planos más cercanos.

-Quítate el tanga, y el vibrador, que no salga la cuerda en las fotos -estaba tan cachonda que no me hubiera dicho que no a nada– Siéntate en la cama, a ver, así cógete los pechos, pon la cabeza en la almohada separa las piernas –Le hice una foto de primer plano enfocando a su clítoris, que sus piernas hicieran de marco y ella se viese desenfocada agarrándose los pechos, a día de hoy os confieso que me sigo haciendo alguna paja viendo esa foto- mira ahora al techo, no te muevas, un momento- y justo en ese momento que ella no me estaba mirando mi dejé la cámara a un lado para recorrer con mi lengua sus labios se le escapó un gemido y empezó a retorcerse suavemente…

-Ahora buscas tu postre… -dijo con la respiración entre cortada.

Separé mi boca de su cuerpo para que pudiera ver mi sonrisa pícara y continué con mi lengua, esta vez la metí dentro de ella, me encanta sacar sus fluidos y mezclarlos con mi saliva para repartirlos por sus labios y clítoris, mi lengua iba saltando de uno a otro labio, bajando otra vez por el centro lamiendo su vulva, atrancándose en la entrada de su sexo y bajando hasta su ano, no podía olvidarme de él, volvía a subir para pararme en su clítoris, dándole vueltas con la punta de lengua y empujándole para arriba y para abajo, para un lado y para otro, me lo metía entre los labios y succionaba.

Laura lanzaba pequeños gemidos, su respiración cada vez era más rápida, sus movimientos erráticos, aquello indicaba que estaba haciendo bien mi trabajo y que el fin estaba próximo, ver aquel espectáculo me había hecho recuperarme para otro asalto así que decidí atacar más fuerte, metí mi lengua dentro de su sexo y empecé a follarla literalmente con ella, la saque y fui directo al clítoris, succionando incluso mordiendo un poquito, no pudo aguantar más, sus piernas empezaron a temblar, sus gemidos se convirtieron en pequeños gritos, se estaba corriendo me aferre fuerte y continué pero bajando un poco la intensidad para que disfrutara de su orgasmo.

Fui ascendiendo por su cuerpo dando pequeños besitos por su ingle, ombligo, vientre, pechos, cuello, lóbulo, mejilla y me perdí en sus labios jugando con su lengua, la miré, estaba preciosa, aún con aquella bonita lencería roja puesta, con sus medias y su liguero, pero sin el tanga así que la puse a cuatro en el filo de la cama.

-Eres un espectáculo –no pude evitar decirle al ver aquel culo, al ver aquella mujer

-Pues fóllame ya –replicó

Como os podéis imaginar, después de los preliminares, mi polla entro sola dentro de su sexo, tan lubricado tan acogedor y empecé con el vaivén dentro de ella, primero un poco despacio, pero no podía parar mi instinto animal, estábamos a cientos de kilómetros de casa, donde nadie nos conocía, así que empecé a follarla más fuerte, sus gemidos eran gritos, mi dedo gordo se metió dentro de su culo como si quisiera controlar así sus movimientos…

-Me encanta -decía entre gemidos, cosa que me animaba a seguir dándole más fuerte.

Aguante un poco en esa postura pero sabía que así, aun siendo el segundo asalto y aguantando más, me iba a correr antes de tiempo, así que decidí cambiar la postura para buscar algo que retardara el orgasmo, así que salí de dentro de Laura y la tumbé boca arriba, el misionero es muy satisfactorio pero retarda el orgasmo, además, conocía bien a Laura, aproveche para cogerla con una mano fuerte del cuello mientras con la otra liberaba sus pechos del sujetador jugando con ellos y aproveche para ir con mi boca de sus pechos a su boca a la vez que la follaba.

Ella no pudo resistir tanta excitación y la noté como se corría una segunda vez, justo en ese momento empecé a morder sus pezones, a follarla más fuerte, gritaba de placer, esa postura había dado el fruto que esperaba, el orgasmo había sido bastante brutal, me tumbé boca arriba y Laura entendió lo que quería, así que rápidamente se recuperó y se subió cogiendo con su mano mi polla y metiéndosela ella sola para empezar a follarme de frente a mí.

Mis manos jugaban con sus tetas, me encanta jugar con ellas, arqueaba su cuerpo hacía delante y yo aprovechaba para llevar mi boca a sus pezones, mientras me cabalgaba, mientras mi polla entraba y salía de ella, empezó a subir el ritmo, cada vez más, me estaba follando ahora ella a mi salvajemente, aquello me volvió loco, aquello me hizo explotar dentro de ella gimiendo de placer, se quedó inmóvil, sobre mi pecho, besándonos, ensartada, notando como poco a poco iba perdiendo fuerza mi polla, hasta que ella sola se salió.

-Madre mía -dije besándola- que bien me follas

-Ídem -contestó ella sonriendo

Nos quedamos un poco tendidos en la cama, pero eran tantas las ganas que nos teníamos que no nos íbamos a conformar con tan poco, Laura miró al jacuzzi, me sonrió, se incorporó y se fue al lado, empezó a quitarse toda la ropa sensualmente y yo me senté al filo de la cama, me lanzaba lo que se iba quitando hasta quedar totalmente desnuda, se metió en el jacuzzi y me hizo un gesto para que fuera a acompañarla. Cogí una botella de vino y dos copas, a mí no me quedaba ropa que quitarme, así que me metí directamente.

Estuvimos bebiendo y hablando, besándonos, jugando con la espuma, hasta que los besos cada vez eran, más largos y la conversación más corta, nuestras manos recorrían nuestro cuerpo de lado a lado.

-¿Recuerdas que tenemos una cosa pendiente? -me dijo Laura mirándome a los ojos

-Tantas tenemos… -dije yo haciéndome el místico, pero sabía por dónde iban los tiros- especifica

-Pues –se incorporó y señaló su culo- creo que este podría ser el sitio perfecto para que me desvirgues el culo…

Si, sabía por dónde iban los tiros, pero escucharlo salir de su boca eran temas mayores, Laura tenía mucha curiosidad, pero nunca se había dado la ocasión, por una cosa u otra, lo habíamos dejado pendiente y ahora estaba en una habitación de ensueño, totalmente lubricada y con mi polla dura como una piedra solo de pensar que iba a estar dentro de aquel culo que tantas veces había deseado.

Ni me lo pensé, la puse recostada en el borde del jacuzzi, busque un lubricante que llevaba en la maleta, me unté bien dos dedos y se los metí fácilmente, entre el agua y lo relajada que estaba, tenía claro que iba a ser fácil, además cogí el vibrador y lo metí en su sexo, ya estaba todo preparado, me puse un poco de lubricante en la polla también, era su primera vez, tenía que ser la primera de muchas.

Ya habría tiempo de hacer locuras o salvajadas en otra ocasión, apoye mi glande en la entrada de su culo y poco a poco fui entrando dentro de aquel culo delicioso, sin prisa pero sin pausa, sin dejar de hacer presión, retrocediendo un poquito y volviendo a entrar más, Laura gemía, empezaba a estar un poco tensa, así que activé el vibrador cosa que la empezó a relajar, movía su pelvis para acomodar el vibrador y a la vez facilitaba la entrada de mi polla, que ya casi la tenía dentro del todo, hasta que entro del todo.

-Ya tienes mi polla dentro de tu culo -susurré a su oído

-Uff… es raro… pero me gusta… -dijo a la vez que no paraba de moverse por el vibrador-muévete despacio, me encanta sentir esa presión.

Y yo obediente empecé un movimiento lento, saliendo un poco y volviendo a entrar, cada vez salía más y entraba hasta el fondo, cada vez ella controlaba más la situación me movía despacio, no quería lastimarla, pero entre el agua y el lubricante, poco mal podía hacerle, la barrera psicológica ya la habíamos rebasado, me quitó el mando del vibrador y le dio más potencia.

-Iguala ese ritmo –dijo sonriendo

No había duda, aquello la estaba gustando ya, así que me permití el lujo de empezar a follarle el culo más rápido, tal como me estaba pidiendo, sus gemidos eran gritos, pero no gritos de dolor, gritos de placer, estaba como loca, disfrutando de su primera follada de culo, y yo como loco estar abriendo aquel culo para mí, estaba tan excitada que su cuerpo empezó a indicarme que iba a correrse en seguida.

-¡Fóllame fuerte! -gritó- ¡rómpeme el culo… es tuyo… haz con él lo que quieras!

No iba a hacerle caso, pero reconozco que en aquel momento empecé a darle más fuerte, incluso cachetadas, mientras ella gritaba de placer, mientras se corría, y yo no soy de hielo, imaginaros en mi situación, no pude evitar correrme a su par, llenar aquel deseado culo con la leche que me quedaba, saqué mi polla mirando aquel dilatado ano.

Me miró recuperando el aliento hice un gesto enseñándole tres dedos para que se hiciera una idea de lo dilatado que lo tenía, se mordió el labio sonriendo con esa sonrisa que solo sabe ponerme ella, donde un diablo se esconde detrás de un ángel, nos dejamos caer en el jacuzzi y estuvimos abrazados un buen rato, salimos del jacuzzi y fuimos directos a dormir, mañana sería otro día.

Como os digo siempre, estos relatos se alargarán en el tiempo en función de vuestros comentarios y valoraciones, cuantos más comentarios, más durará. Disfrutadlo.

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