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Un delicioso beso en el coche, se volvió algo más
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hace ya varios años, cuando trabajaba en una empresa de eventos, esto mientras estudiaba, yo era el encargado del sonido y de llevar a todas las chicas (edecanes) que trabajaban en la empresa. Cada una de ellas con diferentes personalidades, extrovertidas todas, pero también con sus demonios, finalmente chicas jóvenes. Había una de ellas en especial, que era de las animadoras, que siempre buscaba llamar la atención, saltar más, bailar más, hacerse notar pues. Y pues sinceramente, lo lograba conmigo. No era la más guapa, pero si tenía lo suyo, sobre todo algo que me gustaba mucho, un busto pronunciado y que claro, constantemente dejaba ver. Tenía una característica muy peculiar, un lunar en su pecho derecho, uno que se alcanzaba a ver desde el escote que acostumbraba usar.

Uno de esos días que me tocaba llevar a las chicas a su casa, ella me pidió un tiempo para platicar, puesto que necesitaba compartirme algunas cosas que le estaban sucediendo en su universidad, cosas triviales la verdad, pero bueno, a esa edad, pues la verdad es que los problemas nos ahogan jaja… En fin, la dejé hasta el final, una vez dejando a las demás chicas en sus casas, comenzamos a platicar, cabe mencionar que ella llevaba el vestuario del evento y tenía que entregármelo. Comenzamos a platicar, pero ella también se iba cambiando de ropa, según cuidando de que no la viera, yo dirigía mis ojos hacia el frente y los oídos a su "taaan interesante platica". Llegamos a su casa y me pidió que nos detuviéramos en la esquina, aun no quería llegar a casa. Platicamos como 30 minutos más, ella "desconsolada" me pidió un abrazo, así que obviamente se lo di, nos quedamos abrazados mientras ella se tranquilizaba, después de unos minutos, la plática se hizo más amena, bromeábamos, sonreíamos, pero aun abrazados. Ella me miró a los ojos y me dijo que si podía darme un beso, puesto que es la manera en que podría agradecerme "mi amistad", yo le dije que si, total, la chica me gustaba.

Nos besamos lentamente, pero poco a poco se puso más y más intenso, empezábamos a tocar nuestras lenguas, nuestras manos comenzaron a jugar también, yo tocaba sus piernas, ella mis brazos, después mis manos comenzaron a subir ¿pues a donde más? a sus tetas, que yo tenía una necesidad enorme de tocar, cuando le toco sus senos, ella saltó y me aventó, me dijo que me detuviera, estaba sonriendo, ansiosa, me dijo que no estaba lista para eso. Me disculpé por mi atrevimiento, pero le confesé que era algo que añoraba hacer desde hace mucho. Ella "sorprendida" e "incrédula" me pregunto: ¿en serio? ¿Qué tanto?… Yo le dije que me gustaba mucho, que no queria perder su amistad, pero que me encantaría "probarla", ella se apenó, pero me dijo, ok -Te voy a permitir que me pruebes, pero antes dime, que quieres probarme-. Yo le mire el escote y le dije "ese lunar, quiero conocer su sabor"… ella se puso muy roja, sonrió y me dijo que estaba bien.

Me acerque a su enorme pecho y comencé a besarlo suavemente, pequeños besos "tronados", pero poco pude esperar para comenzar a hacerlo más intenso, mis manos comenzaron a tocar su piernas, mientras yo lamía el canal que llevaba directo sus senos. Ella solo hacía pequeños gemidos y me tomaba de la cabeza, estaba un poco tensa, pero poco a poco me daba más libertad. Entonces sin pedírselo, ella sacó sus pechos por encima de su escote, se desabrochó su brasiere y dejó expuesto tremendo busto, eran un par de hermosos y perfectos melones, torneados, con unos pezones grandes y cafecitos, pues ella es una hermosa morenita. Viendo eso frente a mi, me lancé a uno de sus pezones y comencé a chuparlo, le daba pequeñas mordidas, mientras mi otra mano tomaba el otro seno, enorme, mi mano apenas podía alcanzar tal circunferencia. Ella mientras tomaba sus pechos para juntarlos y permitirme pasar mi boca de uno a otro.

Mi pene estaba sumamente duro, ella lo notaba, pues se alcanzaba a ver el bulto. Entonces la chica me alejó de sus senos, tomó mi pantalón y comenzó a desabotonarlo, le ayudé con el cinturón y sin más, metió su mano, y sacó de ahí mi pene, que ya estaba más que listo para hacer con ella lo que me plazca. Ella anteriormente me había dicho que nunca había hecho sexo oral, y esa ocasión no sería la primera vez, pues ella quería que eso fuera con alguien "especial", pero lo que si hizo fue masturbarme fuertemente, lamía su mano para ensalivarla y hacerla más resbalosa.

Me miró a los ojos y me dijo con una voz ya un poco más en confianza – te la voy a jalar hasta que te vengas en mi pecho – … comenzó a masturbarme de una forma tal, que no dudo que el coche estaba moviéndose intensamente, lo hacía muy rápido, me besaba, me dejaba tocarle sus pechos, yo estaba de lo más concentrado. Me pidió que no tardara mucho, pues algún vecino podría vernos, le pedí que acercara sus senos a mi pene para que esa escena mejorara mi excitación, entonces de una forma súper incomoda (jaja) se inclinó y puso mi pene entre sus senos, como pudo ella se movía para hacerme una deliciosa "paja rusa", yo estaba casi listo para terminar, le insistí por ultima ocasión que me hiciera una "mamadita", pero ella estaba resistida a eso, sin embargo, la excitación de ambos, la llevó directo a mi pene, puso mi glande en sus labios y comenzó a lamerlo de una forma espectacular, combinaba su mano con su boca, sus senos a la vista, esto era una súper escena completa.

Después de unos 5 minutos en que su felación estaba haciendo efecto, le dije que estaba a punto de correrme, ella se quitó del oral y puso nuevamente mi pene entre sus senos, continuó masturbándome hasta que le tiré toda la leche en ese lunar que me encantaba verle, fue una gran descarga, ella estaba muy excitada y también sorprendida, por la cantidad de semen que le lancé, hasta le llegó a caer un poco en su cara, de lo fuerte que ella bombeada y lo caliente que estaba yo.

Pasaron unos segundos más mientras ella me masturbaba más despacio, y buscaba con su otra mano, con que limpiarse el pecho, entonces yo le di una de mis toallas, pero antes de soltarme el pene, se agachó nuevamente y me dio un último lengüetazo, para limpiar el semen que me haya quedado rezagado. Sonrío conmigo y comenzó a limpiarse, estaba muy asombrada por la descarga que le lancé, y yo un poco apenado jaja… Se acomodó el brasiere, se su subió la blusa y me abrazó, me pidió que esta no fuera la última vez que nos viéramos de esa forma, pero que la próxima fuera en un lugar más cómodo.

Y así fue, pero les contaré en otro relato.

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