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Tú, tu amigo y yo
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Hace dos años que tengo una relación con Miguel, un hombre español, simpático, agradable, inteligente, romántico, poeta y muy buen amante. Un hombre de 58 años, divorciado, militar retirado, con estudios en enfermería y economía, debido a las diferentes funciones que ejerció en su tiempo de servicio activo. Por razones de trabajo ha estado en Venezuela en varias oportunidades y desde que ese momento quedó enamorado de las venezolanas, con el adicional de que tenemos fama de ser mujeres bonitas en muchos países, por lo que algunos hombres tienen fijación con nosotras. Fue así como se empeñó en conocer una y estando en una sala de chat, entró en la sala de Venezuela y nos conocimos.

Fue un amor a distancia con la promesa de conocernos en lo que circunstancias de su trabajo y familia se lo permitieran. Desde que conectamos por whatsapp y nos empezamos a conocer, nos hicimos una video-llamada y de inmediato quedamos enamorados uno del otro. Así que la relación se enrumbo a una relación amorosa. Sin darme cuenta me fue llevando a una relación de dependencia, de dominación, de Amo – Sumisa, que inicialmente para mí fue un juego de roles y luego se hizo más serio. Esa novedad me gustó y me enganchó con él. Desde ese momento le digo Amo.

Cuando nos encontramos por primera vez, frente a frente, mi sangre recorrió mí cuerpo hasta llegar toda a mis mejillas y ponerlas coloradas. Mi sueño hecho realidad, vino a Venezuela a conocerme y por supuesto, como era de esperar a proponerme una relación más estable y cercana.!!

Durante este año nuestra relación se ha consolidado, vivimos aquí en España, alternando con unos meses en Venezuela, de tal manera que llevamos una vida muy activa.

Hace 2 meses que vivo aquí con mí Amo y me presentó a su amigo Juan. Mí Amo me ha estado insinuando que siempre ha tenido la fantasía de hacer un trio con una mujer y su amigo Juan. Son tan amigos, casi que hermanos, que cría que era en broma.

Este miércoles sonó el teléfono de mí Amo, yo escuché que hablaba, era Juan que nos invitó a su casa este sábado en la noche.

Juan amigo y hermano de mi Amo, un hombre de 50 años, viudo, con dos hijos ya grandes e independientes, por lo que vive solo, en una hermosa casa. Jubilado luego de ejercer por años cargos en entidades bancarias, llegando hasta ser gerente. En la actualidad, por ser un hombre muy cristiano, se ha dedicado a labores dentro de la iglesia católica y es una especie de Diacono, pues asiste a las personas en su enfermedad y gravedad de muerte, dándoles santos oleos, puede leer el evangelio en la misa y hacer celebraciones de la palabra.

No obstante Juan, desea tener una pareja, una mujer que lo acompañe en su vida de jubilado y acabe con su soledad, su búsqueda no ha sido fácil por lo que tiene mucho tiempo solo.

En fin, era una invitación pendiente desde que una mañana fuimos a andar o a trotar, pues es costumbre de mí Amo y Juan hacerlo, de tal manera que me incorporé con ellos. Luego fuimos a desayunar a una cafetería y por supuesto hablamos de las famosas arepas venezolanas, entre otras comidas y costumbres nuestras. Juan por su parte hizo mención de algunos platos que prepara muy bien y quedamos que en un acto de bienvenida para mí, nos invitaría. Entre compromisos de él y de nosotros el tiempo ha pasado y no había sido posible. Pero será este sábado!!!

Me puse un vestido negro sin mangas, con la parte de arriba entre naranja y verde, unas sandalias negras, debajo solo un hilo negro, pues por lo grueso de la tela no es necesario sujetador.

Me puse crema en todo el cuerpo y combine con una rica fragancia a café de un perfume que me regaló mí Amo cuando fue a buscarme a Venezuela.

Desde hace unos meses llevo una cadena en el pie como su regalo para su esclava y evidencia para otros hombres de que tengo Amo.

Mí Amo con un Jean negro y una camisa naranja muy claro para combinar con mí vestido. Muy muy guapo. El día estuvo tan agitado que salimos de prisa, aunque lo que queríamos era quedarnos, quitarnos la ropa y amarnos hasta el cansancio, pero noo, era hora de irnos y no haríamos un desprecio a Juan.

Llegamos, era una casa bellísima, Juan nos recibió con mucha amabilidad, tomo mí bolso y lo guardo en una habitación.

Cruzamos la sala y nos llevó a un bar cerca de una gran piscina y nos ofreció un trago. Nos preguntó si ya deseábamos cenar, pero dijimos que no, así que decidimos tomar unos tragos antes.

Realmente muy muy agradable la conversación. Me sentí muy halagada entre dos hombres cuyo centro de atención era yo. Mí amo usando la información que tiene de mí como una ventaja sobre Juan y Juan preguntando cosas sobre mí y mi país. Yo haciendo muchas bromas y con éxito lograba hacerlos reír. Ciertamente la reunión no podría estar mejor.

Juan se retiró a la cocina y mí Amo aprovecho para meter su mano y tocar mí coñito, como suele llamarlo. La encontró un poco húmedo y me preguntó:

– ¿Qué te tiene así de húmeda?

Le dije que yo estaba tan feliz de estar entre ellos que eso me excitó sin saberlo. Me dio un beso y en eso Juan nos llamó para ayudarlo a traer al mesón del bar los platos y cubiertos.

Cenamos muy rico y acompañamos con vino.

Luego de cenar estábamos mucho más animados. Juan ya más desinhibido me pedía que le presentará una venezolana como yo jajaja

Tomamos un trago más y Juan ya me estaba haciendo muchos halagos y mí Amo le preguntó

– "¿Te gusta Silari?"

El sorprendido pero de forma muy valiente le dijo:

– Sí

Luego mi Amo me miró a mí y me preguntó:

– ¿te gusta?

Respondí:

– “es agradable… pero no más de lo que me gustas tú Amo querido”

Mi Amo, me tomó de la cintura y me dio un beso intenso divino, luego me vio a los ojos y me dijo:

– “Ve y sedúcelo, te lo ordeno”

Todos, con tragos de más nos reíamos también demás jajaja.

Besé a mí Amo, refute un poco su orden

– "¿Amo, estás loco? ¿Cómo me ordenas eso?”

Me respondió:

– “Hazlo, te lo ordeno y eres mí sumisa, debes obedecer”

Juan solo sonreía y me veía con cierto deseo de que obedeciera

Estábamos sentados muy cerca, en los taburetes altos cerca del bar.

Así que me baje y fui hasta él, me metí entre sus piernas y lo tomé por el cuello, puse mis labios en los de él, solo rozarlos, para ver cómo reaccionaba, pero en menos de nada sentí que me tomo por el cuello y me estampó un beso agitado, nervioso. Al principio fue como un torbellino, cómo cuando me lanzó por el tobogán y caigo en la piscina…No entendía que me pasaba. Cuando me separé de su boca inmediatamente busque los ojos de mí Amo y me miraba complacido. Eso me devolvió la felicidad, tenía su aprobación y eso era importante.

Luego mí Amo se acercó a nosotros, empezó a bajar el cierre de mí vestido en mí espalda y lo bajo, quede solo con mí hilo, ya mis pezones estaban muy duros.

Juan por su parte, casi que no podía creer pero disfrutaba, me veía toda. Me hizo sentir más desnuda su mirada que el hecho de que mí Amo me hubiese quitado el vestido.

Juan le dijo a mí Amo:

– "Amigo tu mujer es bella, me gusta y será un privilegio si me permites tocarla, besarla”

Mi Amo dijo

– “Brindemos por eso” y acerco su vaso a mi vaso y Juan también acerco el suyo.

Mi amo me dijo al oído:

– “Putita se con el primero una zorra y después con los dos a la vez. Quiero que nos folles por separado y te follemos al final en doble penetración. Tenemos toda la noche”. Me estremeció su pedido, pero estaba ya en la ruta de hacer lo prohibido, lo nunca imaginado por mi algún día.

Mí Amo tomo el whisky y me sirvió otro trago seco, corto y me lo dio a tomar

– “Nadie ni nada nos molesta”

Mí Amo me beso como nunca, un beso firmé, fuerte, intenso, largo, casi sin dejarme respirar para que sintiera su mando, su poder sobre mí.

Juan un poco acalorado, se empezó a desabrochar la camisa.

Mí amo me acercó a él de nuevo y le dijo:

– “Bésala, si te gusta hoy será nuestra, como nuestra amistad y mañana todo será como siempre, no pares por eso… anda amigo, tómala”

Todos estábamos muy excitados, esto ya no tenía retorno!!!

Juan que no paraba de ver mis tetas reía y decía que delicia poderlas besar, así que se acercó y beso muy suave una y la otra. Beso mis labios de nuevo. Este beso fue menos apresurado, fue más largo, sentí q empecé a disfrutar de esos labios nuevos, sentí el olor de una colonia diferente y me excito, me entregué al beso.

Mí Amo se había sentado de nuevo y nos observaba desde su taburete.

Juan por su parte luego de la reiterada aprobación de mi Amo, ya no disimulaba sus ganas de tocarme toda, de besarme, no sé si porque le gustaba mucho, o porque tenía curiosidad por ser una mujer extranjera, o por la excitación que le causaba que era la mujer de su amigo, o por estar sin pareja por algún tiempo, lo cierto es que encontraba en sus besos pasión, con un poco de desesperación.

Lo ayude a terminar de quitar su camisa. Luego baje a la correa de su pantalón, la quité y bajé el cierre. Estaba demasiado excitado, hubiese reventado el pantalón sino lo bajo rápidamente. Se sentó en el taburete y terminé de sacar el pantalón y de una vez saque su bóxer.

Mi jefe agrego más whisky para ver cómo lo hacía y me ordenó:

– “empieza desde sus pies”

Voltee a ver a mi amo, lo vi dar sorbos lentos a su whisky.

Yo obedecí pero solo hice un recorrido con mí lengua desde sus pies hasta llegar a su polla. Diioos, estaba muy muy dura, la metí en mí boca y Juan solo decía palabras groseras. Se había olvidado de Dios su santidad:

– "Maldita sea, que rico, que puta eres, qué bueno!!!"

Mi amo se acercó y mientras yo mamaba la polla de Juan, se bajó un poco, colocó mi hilo a un lado y metió su lengua en mi coñito y también paseo por mi culito. Gemí cuando por sorpresa mordió mi clítoris y eso me hacía chupársela más intenso a Juan.

Yo sentía un torbellino de emociones y me relaje tanto dentro de lo consciente de cada beso, cada caricia de mí Amo. Me estremecía y mamaba con más fuerza la polla de Juan.

Juan ya sin ninguna pena prensaba mí cabello o presionaba mí cabeza en su polla.

Yo por mi parte era un mar de agua, ya mis piernas temblaban. Busque la mirada de mí Amo, para que me rescatara. Ya se había retirado y fui hasta donde estaba él.

Juan quedó quieto a ver que más pasaba.

Le di un beso en los labios a mi Amo… Me dijo "Ve zorra, follatelo y que pruebe ese coño divino”"

Fui con Juan quien ya estaba ansioso, y al igual que yo, esperaba orientación de mí Amo.

Yo fui me senté en el taburete y pase mis manos por su nuca le di un beso y abrí mis piernas.

Enterró su polla en mí coño… puso sus manos en mí espalda para dar equilibrio, yo me eche hacia atrás para que llegara hasta el fondo, pase mis piernas por detrás de su espalda.

Juan me decía – “que divina eres…!” y hacia embestidas una y otra vez.

Ya el taburete pegaba con fuerza de la pared del bar. Mi Amo desde allá decía “Mmm, joder que bien te folla” Y yo gemía y gemía y entre gemidos decía:

– "Amo, ven, amo ven"

Se acercó a mí y me dijo:

– "Disfruta perra"

Ya era muy incómodo para los tres, cuando mi Amo se acercó.

Busque de bajar del taburete, vi un espacio con grama y pensé es el lugar perfecto para realizar mí fantasía erótica, correrme con alguien acostada sobre una grama jajaja.

Nos tomamos lo que queda en los vasos y camine hasta el césped y Juan y mi amo me siguen. Pero en el camino, pienso que mi Amo quiere doble penetración así que me lanzo a la piscina, ellos detrás, me sostengo del borde de la piscina. Juan se acerca presuroso a tomar puesto, me coloca sobre él, yo lo monto cual jinete y mí Amo busca mejor lugar… Mí culo.

Estoy tan excitada, agarrada de barandas al borde de la piscina, cabalgo una y otra vez, mi Amo viene a sostenerme. Apenas soy consciente de que me ha penetrado por detrás. Siento sus besos por detrás de mí oreja, estoy muy erizada!!

Llego a un orgasmo que me hace gritar de placer, escucho las palabras de Juan, sonidos de mí Amo. Todo se mezcla en mí cabeza, me entrego al placer. Siento y veo a Juan que se corre dentro de mí. Ha llegado a plenitud y mí Amo aprovecha que Juan se retira y da última estocada. Frota mí clítoris de atrás hacia adelante y me hace llegar a otro orgasmo.

Se sienta en el borde de la piscina y voy por su polla. Me la meto toda en la boca, está a reventar.

Mamo con desespero, con intensidad, ya estoy demasiado excitada. Me sostengo con fuerza de sus piernas. Su polla, es mía. Yo la poseo, como ella a mí. Siento que es mi puerto seguro. Así que la mamo con alegría, con gusto, con ganas, lo hago una y otra vez. Mi Amo me dice:

– “Sácale toda la leche, no dejes gota”

Mí Amo está muy excitado, así que ya no paro.

– "Sácala perra, sácala toda" pero no ha terminado de decirlo cuando sentí el chorro de leche en mí boca. El presiona mí cabeza contra su polla hasta que salió toda la leche. Sentí entonces que aflojó su mano, dejo de hacer presión. Se tira hacia atrás, en el piso del borde de la piscina y yo me sumerjo en el agua para despejarme.

Juan mientras terminamos, no sé en qué momento se alejó y ya venía de regreso con toallas para mí y para mí Amo. Mí Amo se para, se lanza al agua y me acompaña un rato. Juan sentado con un trago nos observa. Así disfrutamos un rato del agua. Mí Amo me dio un beso y me dijo:

– "Estoy orgulloso de ti, eres mi perra, solo mía"

Salimos de la piscina. Yo fui a la habitación donde estaba mí cartera, allí estaba mí vestido y mí hilo. Me vestí y cuando regrese al bar ya Juan y mí Amo, estaban vestidos y conversando.

Le dije a mí Amo que me quería ir y nos despedimos. Mi Amo le dijo:

– “Excelente velada. Gracias por todo”

Juan respondió:

– “No, ¿cómo me van a agradecer? Soy yo quien agradezco a ustedes. Hasta otra oportunidad”.

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