Estas ahí,
con tu sonrisa y ojos tiernos
picarones y picantes.
Tus ojos son una fusión,
que con tus labios inocentes y pervertidos
me hacen arder a muy altas temperaturas.
Mirarte y saber que te he quitado
variedad de tus blusas,
pantalones, chores,
brasieres, cacheteros y tangas de colores;
hace que mi deseo hacia a ti
cada vez aumente
y de querer quitarte todo
miles de veces más.
Pensarte y saber que tienes unos olores
en todo tu cuerpo,
que aumenta con tu sudor y humedad,
que deja tu ropa húmeda y en especial tu tanga.
Olores que se volvió en unos
de mis grandes afrodisiacos.
No dejo de observarte y de imaginar
tu cuerpo desnudo,
y las decenas de veces que lo he podido
admirar, sentir, oler, saborear y tocar.
Es que tu cuerpo,
si tu cuerpo,
cada parte de tu cuerpo.
¡Me excito de solo imaginarlo!
Soy afortunado de poder explorar tu cuerpo
con sus diferentes mapas que se enmarcan en él;
desde mis besos por tu boca, cachetes, cuello,
cintura, abdomen, piernas, espalda, tetas y vagina.
Su sabor, textura y temperatura
hacen palpitar intensamente mi cuerpo.
También por poder hacer caricias y chupones a tus tetas,
masajes, nalguear y morder a tu culo,
y que mi lengua y dedos
puedan cada vez que se encuentren
con tu vagina
no parar de jugar y disfrutar de su húmeda.
Todo esto me lleva al éxtasis.
Éxtasis que se intensifica,
cuando mi pene está dentro de tu vagina
desde las diferentes poses que hacemos,
y la siente tu vagina húmeda y caliente;
para luego sentir como tu vagina se aprieta
y aferra a mi pene,
mientas se retuercen tus ojos
te desbordas en gemidos
y estallas en un orgasmo.