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Tu madre, nuestra puta (Temporada 2 – Cap. 1)
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Habían pasado ya varios días, desde la fiesta sorpresa de Marisa. La follada que nos pegó a Pablo y a mí, aun duraba en nuestro cuerpo y por supuesto en nuestro recuerdo.

¿Que qué paso? Es una historia larga de contar. Es mejor leer Tu madre, la puta de todos, y ponerse al día.

No habíamos contado nada a Luis y Fernando, de todo lo que había pasado. Mucho menos de la fiesta. Es lo bueno del verano. La gente se va de vacaciones, entra y sale mucho, y no estás tan pendiente de lo que hacen los otros.

Por el contario, si habíamos hablado con Oscar largo y tendido. Primero de que tal el polvo con Carla. Nos contó que una pasada, que aquella tía era una autentica máquina de follar tíos. Que había conseguir que se corriera, se volviera a empalmar, y se volviera a correr. Nos preguntó también por el nuestro con Marisa, su madre, le dijimos que bien, sin entrar en grandes detalles. Le dijimos lo tonto que había sido de no haber participado el también, que, pese a que fuera su madre, no dejaba de ser una hembra y el un macho, bueno la charla que nos soltó Marisa en la cama.

Nos contestó, que sí, que eso ya lo sabía y que incluso se lo había hecho ver la madre antes de la fiesta, pero aun así tenía reparos para follarla. Pero que no obstante si había una segunda vez se lo pensaría.

Bueno, era un principio.

También habíamos hablado con Marisa, para establecer un protocolo de actuación, en caso de que tuviéramos noticias de Dompimpon, o de Manuel. De momento, sin noticias. Ahora ella se había ido unos días a la playa con su marido y Oscar. Sin duda la vendría bien, desconectar de todo.

Estábamos en casa de Pablo, esperando a Luis y Fernando, que no tardarían en llegar.

“Oye tío”, me dijo, “he estado pensando mucho en todo esto de Marisa”.

“En la follada?”, le pregunté yo.

“No”, joder me dijo él. “Bueno, sí, también, pero vamos a ver, ella nos dijo, que ahora mismo su hobby favorito era el sexo. ¿Lo recuerdas?, me contestó.

“Sí, claro no estoy senil”, le contesté

“Bien. Pongamos a Marisa, en la situación de un drogodependiente, que está enganchado a la droga, y no quiere dejarlo. ¿Qué es lo que necesita?, empezó Pablo con sus enigmas.

“Coño, pues droga, no va a querer piruletas”, le contesté.

“Exacto. Ahora mismo la adicción de Marisa, es el sexo, y necesita eso, precisamente, sexo, pero un sexo controlado, que pueda tenerlo cerca sin necesidad de tener que ir al pisito. Piensa que no la costaría nada, llamar a Carla y decirla que haga un hueco. Además, creo que, al margen del sexo físico, el que tenga la mente ocupada en otros temas, también la ayudara.

Yo, por eso, propongo que, como la dijiste tú en el coche, cuando volvíamos de la fiesta, ella, de alguna manera, participe en nuestros juegos eróticos. Creo que eso la vendría bien”, remató Pablo.

Joder cada vez era más redicho el tío este, pero tenía razón.

“Pues no sé, cuando vuelva de estas mini vacaciones, podemos hablar con ella, ofrecerle nuestros servicios de relajación, y proponerla de nuevo que juegue con nosotros”, dije riendo. Chico Erectus, volvía a la acción.

“Ja, ja, ¿en serio crees que volverá a follarnos?, preguntó.

“No sé, tío, pero se pegó dos corridazas de campeonato y esas están ahí para la historia. Todo es cuestión de recordárselo”, le dije.

“Sí pero cada vez nos será más difícil desmarcarnos de Luis y Fernando”, dijo Pablo.

“Cierto, pero tendremos que hacerlo. No podemos ahora ponerles al tanto de todo. Ya veremos la forma en que ellos también tengan su parte”, le dije yo.

“Bueno, ¿hablamos tu y yo del nuevo juego? O esperamos a estos”, me dijo Pablo.

“Vamos a esperar”, le dije.

Mientras esperamos es buen momento para presentar a las mamis. Las candidatas a Putas.

Marta, madre de Pablo, 54 años. Mediría 1, 65, pesaría 55 k. buenas caderas. Tetas proporcionadas. Agradable al trato. La hemos visto en la piscina en bikini bueno como casi a todas, y tiene un buen empujón.

Cristina, Mi madre. 52 años. Bueno ya la hemos conocido durante el anterior relato, es el oscuro deseo de todos estos. Rubia, natural, doy fe. Bueno ahora no, que esta depilada, pero antes lo tenía rubio. Tetas 95 C. nunca he entendido lo que significa la C, pero bueno. Buen culete, y una milf muy apetecible. Además, es la que más había entrado siempre al cuerpo a cuerpo con nosotros. Desde pequeños se metía al agua con nosotros haciéndonos las típicas aguadillas, los típicos juegos de agua, con el paso de los años, éramos nosotros las que le hacíamos las aguadillas a ella, y en más de una ocasión salió del agua con las tetas al aire, o con las bragas del bikini por debajo del culo, accidentes típicos de los juegos de agua, que casualmente siempre la pasaban a ella.

Alba, mi hermana, 22 años. Un pivón. Aunque no es mami, la incluyo porque estos también andan detrás de ella, bueno y yo también, claro, follarla puede ser la sexta maravilla del mundo. Pero no la dedicaremos mucho tiempo de momento.

Laura Madre de Luis. La gordita. Extremadamente simpática. Tetazas y culazo. Sin duda no la haría ascos.

Y, por último, Fátima, la madre de Fernando. Una mujer que siempre estaba cabreada, yo creo que estaba mal follada y por eso estaba así. Tendríamos que intentar arreglar eso.

Si tuviera que hacer ahora mismo un ranking de las mas follables, sería…

Cristina, Marta, Laura y Fátima

Le pregunté a Pablo su ranking, casi lo clavamos

Cristina, Laura, Marta y Fátima

Parecía que mi mami, tenía todas las papeletas, aunque se lo había ganado a pulso.

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