Capitulo VII. Conclusiones.
Con toda la movida que habíamos montado al final volvimos a casa relativamente pronto lo cual nos daba la oportunidad de poder sentarnos para intentar sacar conclusiones.
Subimos nuevamente a mi casa y nos dispusimos a visualizar las grabaciones que habíamos hecho en el hotel.
Se trataba de intentar identificar algunos de los hombres que habían salido de la habitación número cinco con los que ya teníamos recopilados de las fotos del pincho.
Además, teníamos también que intentar recuperar las conversaciones de Skype que no iba a ser tarea fácil, teníamos también que visualizar el contenido de la tarjeta que habíamos encontrado en el zapato de Marisa y teníamos que intentar ver que eran las cifras que habíamos encontrado en el Excel del ordenador.
Algunas de las tareas, como esta última, se me antojaba prácticamente imposible, era muy complicado saber a qué correspondían aquéllos importes, en los que no figuraban concepto alguno.
Empezamos por comparar las grabaciones de los hombres que habíamos visto salir de la habitación 5 con las fotos que ya teníamos sacadas.
La grabación, lógicamente, no era de muy buena calidad. pero tenía la ventaja de que al salir asustados de la habitación miraban para todos lados y pudimos conseguir unos buenos primeros planos de las caras.
"Este tío me suena", le dije a Pablo.
"A ver?, Dijo mirando las fotos del ordenador, "sí, es este, y por cierto que mierda de polla tiene".
"Coño, tío tu que miras, las caras o las pollas"
"Jaja, hay que verlo todo", me dijo.
“Mira este de la perilla y el bigote, este también está en las fotos”, me dijo.
“Joder si, parece un grupo más o menos fijo de folladores, o al menos algunos de ellos”, contesté.
Pero aquello seguía sin contestar ninguna de nuestras preguntas.
Le deje a Pablo con los reconocimientos faciales, y me dedique yo a intentar descifrar el log de Skype. Con un sqlspy, conseguí acceder a la base de datos, y de ahí al texto de los mensajes. Estaban en texto plano, es decir sin ningún tipo de formato ortográfico o gramatical. Lo cual hacía mucho más difícil su lectura.
Tampoco sabía que tenía que buscar. A través de búsquedas, localicé todos los contactos con los que había mantenido conversaciones. Me propuse leer un poco de cada uno, y si alguno me llamaba la atención ya quedarme con ese. Aunque antes pensé buscar algunas palabras claves como Hotel, hora, dinero…, euros, no sé por qué, pero tenía la impresión de que el dinero tenía algo que ver en todo este embrollo.
Empezó a darme resultados mis búsquedas. Había un tal Donpimpon, que siempre mantenía conversaciones subiditas de tono con ella, así es decidí centrar mis búsquedas en el tal Donpimpon, que por cierto vaya nombre de usuario más ridículo.
Aislé todas las frases en que aparecía el Donpimpon. Y me las saque a un Word. Por un momento llegué a pensar que el Dom, podía corresponderse con alguien que fuera dominante, pero el pimpón, no tendría mucho sentido.
Frases cada vez más fuertes, conminando a Marisa, a entregarse a él.
“Me perteneces”, “Sabes que puedo hacer contigo lo que me plazca”, “Follaras cuando, donde y con quien yo quiera, zorra, y sabes que no puedes negarte” Las contestaciones de Marisa, eran monosílabos, si, no o lo sé, o no lo sé, cosas así.
“Pablo, lee esto. A esta tía la están extorsionando sexualmente”, le dije
Pablo lo leyó.
“Joder con el Donpimpon, ¿pero que tendrá contra ella o de ella para extorsionarla?
“Mira también hay citas, escuetas, miércoles 28 hotel NH Atocha – Habitación 125 – 18,30 horas, o lunes, 2 – Motel Zouk, Alcalá de henares, código 5278 18 horas. En algunos decía “los comensales que iba a ser”, en otros le decía la ropa que tenía que llevar, Falda de vuelo por debajo del culo, sin bragas ni tanga, con un top arriba. Incluso en una le dice que fuera disfrazada de enfermera. Ella solo contesta con un OK”
“Bueno vamos a intentar colocar todo”, le dije.
Me cree, al más puro estilo de pizarra de comisaría mientras investigan algo, un fichero jpg con la imagen de un corcho pizarra, allí fui pegando, en el centro, una foto de Marisa, totalmente desnuda abierta de piernas, y por debajo de ella, fui pegando las cosas que teníamos, que no era muchas.
Las caras de los folladores, las frases del Skype, las cifras, del Excel, la lista de hoteles que habíamos identificados, ampliados ahora por las frases del Skype, la cara del tío que dejo al lado de las cuatro torres. Un nombre, DOMPIMPON sobrevolando a todos los folladores.
Nos quedaba por mirar el contenido dela tarjeta que encontramos en su casa.
“Pablo vamos a echar un vistazo a lo que había en la tarjeta”, le dije
“Ya lo tendrás tu más que visto”, dijo riendo.
“En serio que no, no he abierto nada”, le dije muy digno, entre otras cosas porque era verdad.
“Voy a enganchar la Tablet al ordenador, para verlo en grande.”
Abrimos la primera carpeta, contenía un puñado de fotos, con la misma temática que las recuperadas del pincho. Pero en estas había una ventaja teníamos el código EXIF, al ser fotos originales, el cual nos podía dar datos como la fecha, hora, el dispositivo con el que se había hecho, incluso ya rizando el rizo, la ubicación GPS.
Echamos un rápido vistazo a las carpetas. Realmente solo las dos primeras carpetas, contenían fotos. El resto videos.
“Sería interesante colocar los videos por fecha. Del más antiguo al más nuevo, quizás así podríamos saber el comienzo de esto”, me dijo Pablo.
Me puse manos a la obra. Saqué todos los videos, a una carpeta del ordenador. Tardo un rato en copiarlos, pero eso nos permitiría más rapidez en el proceso. Cuando ya estuvieron todos los ordene por fechas del más antiguo al más moderno. El más grande, era el primero, el más antiguo. Casi 18 Gb.
“Tío, son tres horas de video. ¿Traigo las palomitas?”, le dije a Pablo.
“Jaja, si, aunque será mejor llamar a Telepizza.
Empezamos a ver el video.
Era de una sucursal Bancaria. No diremos la entidad por discreción. Hay trasiego de gente, entrando y saliendo. En un momento se ve entrar a Marisa, lleva un traje de chaqueta muy formal, con camisa blanca, un pañuelo en el cuello, y un maletín.
Se dirige a una de las mesas, se sienta y habla con la empleada.
En la mesa de al lado de donde estaba Marisa hablando con la comercial que la atendía en ese momento, había un hombre también resolviendo sus asuntos.
"Para, para el vídeo. Rebobina unos segundos. Para ahí. ¿Te suena ese tipo?", Me dijo Pablo.
Coño claro que me sonaba.
"Es el que iba en el coche con Marisa, al que dejo en las cuatro torres", exclamé.
"Exacto", dijo Pablo exultante, "tío el rompecabezas empieza a encajar"
Cierto, ya teníamos lo que posiblemente fuera el primer encuentro entre Marisa y ese hombre.
Seguimos visionando el vídeo. Vemos como la empleada que atiende a Marisa la dice repetidamente con la cabeza que no. Marisa gesticula y se le nota bastante angustiada.
El tío de la mesa de al lado no pierde detalle y cuando Marisa se levanta dispuesta a irse, él también lo hace y la aborda junto a la entrada del banco.
Hablan durante un largo rato. Se ve que Marisa empieza a cambiar la cara. Llega un momento en que él le coge por los hombros y la mira cómo con aspecto paternal suponemos que diciéndole que no se preocupara.
Llega incluso a abrazarla, aunque es un abrazo cariñoso, suponemos que antes las continuas muestras de agradecimiento por parte de Marisa.
Se ve como salen juntos del banco y ahí se corta la emisión.
Vuelve un poco más tarde. Se les ve entrando en una recepción que se nos antoja podría ser la de una de las cuatro torres. Luego se les ve subir en el ascensor y por último caminar por unas oficinas hasta entrar en un despacho.
Es un despacho descomunal el tío debía de ser alguien importante. Él se sienta detrás de la mesa y Marisa enfrente de él.
Hablan Durante un buen rato. Se ve como Marisa abre su bolso saca la cartera, saca el carné de identidad y se lo da al hombre.
Este lo fotocopia rellena un pequeño impreso en el ordenador y se lo da a firmar a Marisa.
De momento no ha habido audio suponemos que las cámaras de seguridad solo reflejan la imagen y omiten el audio porque muchas veces sería inaudible.
El hombre utiliza su teléfono y al momento entra otro compañero le presenta a Marisa y se sienta con ellos.
Se aprecia como el segundo hombre está más atento a Marisa y su cuerpo que lo que realmente están hablando.
Siguen hablando un rato. Al final el segundo hombre le pide algo a Marisa. Está saca del bolso lo que entendemos podía ser una cartilla de un banco. El hombre fotografía la primera página, el número de cuenta.
"Tío ahí es donde encajan las cifras que encontraste en el Excel", dijo Pablo.
"Joder, pero es un pastón, son importes de 6 cifras", le dije sorprendido.
"A ver vamos a elucubrar un poco supongamos que Marisa necesito una importante cantidad de dinero que no solo no puede pedir al marido, sino que además seguramente tampoco podría conseguir. Acude al banco a pedir un préstamo en el banco le dicen que no, seguramente porque no tiene avales suficientes para cubrirlo y el hombre lo oye y se ofrece generoso a prestarle esa cantidad.
Un tío altruista o con una gran visión de futuro.
El segundo hombre sale del despacho se quedan otra vez Marisa y el benefactor solos charlan durante un rato.
Vuelve a entrar el segundo hombre y habla con el primero. Marisa sonríe mirando a los dos.
Se levanta cogiendo su bolso dispuesta a irse. En ese momento los dos hombres se acercan a ella y le tienden la mano. Ella, tremendamente agradecida, les da un par de besos en las mejillas a cada uno. Sale del despacho.
En ese momento se corta el vídeo vuelvo a aparecer segundos más tarde, se ve nuevamente a Marisa en el despacho de aquel tipo vestida de otra forma lo cual indica qué es otro día. Abre el bolso saca un sobre y se lo da al hombre.
Este lo abre, contiene dinero. Lo cuenta. Saca un talonario de recibos. Rellena uno, lo firma y se lo da a Marisa. Se corta nuevamente el vídeo. Vuelve a aparecer y la escena se repite. Esto ocurre hasta en 15 ocasiones.
En La dieciséis se ve como Marisa sentada enfrente del hombre saca el sobre se lo da el hombre lo abre y lo cuenta y le dice algo que entendemos sería que ahí no está todo el dinero.
Al hombre se le ve muy contrariado y a Marisa muy preocupada.
"Vamos a ver" dijo Pablo", al final todo es cuestión de una deuda económica. Llega un momento por el motivo que sea que Marisa no puede pagar y el tío decide cobrarse en carne."
"Tú crees", le dije
."No, no lo creo. Lo estamos viendo", me contestó.
"¿Pero, y qué deuda podía tener ella para necesitar una cantidad tan importante de dinero, no poder decírselo al marido y luego no poder pagarlo?”, Le dije.
"Bueno eso es algo que tendremos que averiguar sigue pasando el vídeo", me contestó.
Se ve otras ocasiones en que Marisa acude a la cita con el tipo y cumple con su compromiso sacando el sobre y dándoselo.
Llega un momento en que Marisa está enfrente del hombre hablando con él. No abre el bolso, no saca sobre, al tío se le ve bastante malhumorado. La hace gestos con la mano de cinco, que entendemos que podía ser que le debía cinco pagos.
El tipo cada vez está más malhumorado y gesticula más. Llega un momento en que se levanta va a la puerta del despacho y la cierra con llave.
Se coloca al lado de Marisa apoyado en la mesa y la habla. Ella le mira con mirada atónita y sorprendida. Él se va hacia el otro lado de la mesa, abre un cajón saca una carpetita con un papel y se lo muestra a Marisa, debía de ser el contrato que ella firmo en su día.
Vuelve a apoyarse en la mesa al lado de Marisa y la sigue hablando.
Llega un momento en que Marisa con las manos temblorosas empieza a desabrocharse los botones de la blusa que llevaba. Se la quita y la deja encima de la mesa del despacho. El hombre la hace un gesto y ella se desabrocha el sujetador se lo quita también y lo deja al lado de la camisa.
“Buff, esto huele a follada descomunal”, le dije a Pablo.
“Sigue, sigue”, me contestó.
La dice algo, ella se levanta, y comienza a desabrocharse los vaqueros. Los deja caer al suelo.
El hombre la hace señas de que los recoja, y los deje junto al resto de la ropa.
Ella lo hace, él le lleva las manos a las tetas, se las soba, la agarra de los pezones. Los mordisquea.
Marisa esta solo con el tanga. Se la nota abrumada, avergonzada, humillada.
El la hace una indicación señalando con el dedo su bragueta.
Marisa se agachó soltó el botón del pantalón del hombre, bajo la cremallera y los bajó hasta las rodillas.
Después le bajó los calzoncillos también, y le cogió la polla con una mano.
Antes de llevársela a la boca miró hacia arriba a la cara del nombre con cara suplicatoria pero el hombre le dijo que adelante.
La verdad es que el tío tenía un buen rabo.
Marisa empezó a lamerle el capullo y a metérselo lentamente en la boca.
El tío le decía algo y ella cada vez metía más su polla en la boca.
Llego un momento en que el hombre la sujeto la cabeza con las dos manos y empezó fallársela.
Cada vez le metía más la polla en su boca hasta que llegó un momento en que prácticamente la tenía toda dentro.
Marisa se echó hacia atrás y no pudo evitar vomitar en el suelo.
El hombre visiblemente enfadado la soltó un bofetón que acabo con el cuerpo de Marisa en el suelo. Supongo que la diría algo como “Puta estúpida, no sirves ni para comerte una polla como es debido”
La levanto del pelo volviendo a dejarla de rodillas y la hizo gestos de que volviera a comérsela.
Ella, estaba asustada después del bofetón, pero volvió a metérsela en la boca y el hombre comenzó de nuevo a fallársela.
Esta vez Marisa cambio el vómito por un exagerado babeo que empezó a salir de la boca cayéndola por las tetas y el cuerpo.
Cuando el hombre se cansó de follarle le la boca la levanto, la tumbó boca abajo sobre la mesa del despacho quedando su culo fuera.
De un tirón le arranco el tanga. La dio un par de azotes fuertes en las nalgas. La tocó el coño. Debía de estar mojada porque la metió un par de dedos y se los llevó a la boca para que los lamiera.
Marisa lo hizo con un cierto asco, pero le lamió los dedos al hombre.
Luego empezó a follarla a saco, como si no hubiera un mañana. la embestía con todas sus fuerzas sujetándola por la espalda contra la mesa para que no se moviera.
Cuando se cansó de follarla el coño, fue a por su culo. Eso fue dramático para Marisa que se ve que no lo tenía muy usado.
No se andaba con miramientos. Con los dedos mojados en el flujo de Marisa, se los untó y metió en el ano.
Cuando juzgo que ya estaba suficientemente lubricado, le puso la punta en el ano, y se la metió de un golpe.
Marisa pegaba botes en la mesa y golpes con los puños, porque sin duda la estaba doliendo mucho.
La enculaba, haciendo que su polla hiciera todo el recorrido, sacándosela casi del todo, alguna vez lo hizo, y luego metiéndosela otra vez de golpe.
Cuando el hombre vio que iba a correrse le sacó la polla del culo, puso a Marisa nuevamente de rodillas y se la metió en la boca corriéndose dentro.
Marisa hizo intención de escupirlo, pero el hombre la sujeto la boca con una mano y la debió decir algo así como traga puta, haciendo que luego abriera la boca del todo y se la mostrara para comprobar que efectivamente lo había tragado todo.
Después de aquello, Marisa se vistió rápidamente e intentó salir despavorida del despacho.
El hombre, la retuvo, señalándola la mancha del vomito de antes. Marisa, se puso a cuatro patas, y empezó a lamerlo. Así estuvo un buen rato hasta que consiguió quitar lo más posible la mancha.
Ahora, si, salió del despacho casi corriendo.
A Pablo y a mí aquella escenita nos había hecho sacarnos las pollas y cascárnoslas como dos monos.
"Para, para", me dijo Pablo, vamos a tomar aire.
Toda la pandilla nos habíamos visto desnudos muchísimas veces tanto en el cole cuando nos cambiábamos para la gimnasia como luego ya de mayores en el vestuario jugando al fútbol o incluso en la piscina, por eso para nosotros no era un mundo vernos así, ni cascárnoslas juntos viendo una peli porno. Eso sí cada uno a lo suyo.
La verdad es que el tema se estaba aclarando a pasos agigantados.
Ya sabíamos quién era el que explotaba sexualmente a Marisa, porque la estaba explotando, era evidente.
Sabíamos el motivo. La deuda económica. Desconocíamos otras muchas cosas, pero a este ritmo, se irían también aclarando todas.
Decidimos parar por hoy. Había sido un día de muchas emociones, muchas tensiones, y muchas excitaciones.
Mañana continuaríamos….
Capitulo VII. Conclusiones (continuación)
Me costó conciliar el sueño. Todo lo que habíamos vivido y descubierto hoy, me venía a la mente, cada vez que quería dormirme. Pero sobre todo el video de Marisa follándola el tío aquel, eso es que dominaba en mis pensamientos. Supongo que por la envidia que me daba de no haber sido yo.
Al día siguiente, Pablo se presentó a las 9 en mi casa. Yo aún estaba durmiendo. Mi madre entró en el cuarto y me dijo
“Despierta, ya perezoso, tienes visita”.
Por un instante temí lo peor. La policía. Al final nos han pillado por lo del Loob, y claro la matrícula del coche era la mía.
“¿Quién?”, la dije con voz temblorosa.
“Pablo, dice que habíais quedado”, me respondió.
“Ah, sí, sí, ya me levanto”, la dije. Se me quitó un gran peso de encima. Por un momento me había acojonado de verdad.
Salí en camiseta y gayumbos, y saludé a Pablo,
“Hola tío, me ducho y estoy contigo en 10 minutos. Dile a mi madre que me vaya preparando el desayuno y tu pídela si quieres algo también”
Me metí en la ducha y mientras me caía el agua por el cuerpo, empecé a pensar en que había dejado a Pablo solo con mi madre y mi hermana, aunque realmente no sabía si mi hermana estaba o se había ido ya al instituto o que, y mi madre estaba con la bata y debajo lo mismo hasta no llevaba nada.
Decidí aumentar el frio del agua, a ver si me despertaba del todo y dejaba de pensar en gilipolleces, toda la historia de Marisa me tenía fuera de mí.
Pero aun así nada más ducharme me puse la toalla en la cintura, y salí hacia la cocina, pensando, he tardado solo cinco minutos, ahora me encuentro a mi madre mamándosela a Pablo. No tenía arreglo. O terminábamos pronto con aquella historia de Marisa, o no sé qué iba a ser de mí.
Pablo estaba en el comedor con un café con leche y unas galletas, y otro al lado para mí.
“Tu madre es una maquina”, me dijo.
Yo pensé, ya está, se la ha mamado en cinco minutos.
“Le he dicho lo del desayuno, y ya tenía el café caliente, y lo ha puesto en un segundo. Y por cierto vaya raja que tiene en la bata, la he visto casi hasta la ingle” me dijo guiñándome un ojo.
¿Ves? Y si le doy tiempo, este me la emputece.
“Tío, no seas guarro que es mi madre, no es Marisa. ¿En serio, le has visto hasta la ingle?”
“Jaja, no tanto pero seguro que no llevaba nada debajo y me lo ha enseñado a posta”, dijo riéndose.
Hice ademan de darle un guantazo.
En fin, lo dicho había que terminar pronto con lo de Marisa, o no sé cómo íbamos a terminar.
“Tío no sé cuántas llamadas tenía de estos, y mensajes de wasap. No sé qué decirles”, le dije
“Sí, yo también, pero de momento no podemos decirles nada, y mucho menos a Oscar. Tenemos que tener las ideas muy claras antes de hablar con ellos” me dijo.
“Vale, ¿y cuál es el plan para hoy?”, le pregunté.
“Bueno continuaremos viendo el video ese y los demás, e intentaremos seguir sacando conclusiones. Yo creo que podemos ya partir de una, y es que el benefactor-follador de Marisa, es el tal Donpimpon.”
“Sí, yo anoche también lo pensé. Encaja todo con él”, le dije, ¿“y esta tarde no tenemos que ir a asaltar ningún banco o una embajada o algo así?
“Pues no lo sé, depende donde nos lleve Marisa”, me respondió.
“Ah, pero ¿qué vamos a seguirla esta tarde también?, le pregunté.
“Hombre espero que no, que lo que veamos en los videos y las conclusiones a las que lleguemos, sean suficientes para no tener que volver a hacer saltar la alarma de ningún sitio”, me contesto.
Ambos reímos. Estábamos locos, pero nos había salido bien. Vete a saber si nos colamos en el hotel, como habríamos terminado.
Acabamos el desayuno y llevamos las tazas a la cocina dejándolas en el fregadero. A Pablo se le noto cara de póker al no ver allí a la de “la raja”. Fuimos a mi habitación, mi madre estaba terminando de hacer la cama.
“Chicos, termino enseguida”, nos dijo mientras se inclinaba hacia adelante para remeter las sabanas. Yo veía a Pablo que no la quitaba ojo del culo. Le di un meneo en el hombro como diciéndole ¡ya está bien!, pero a él le hacía gracia y la miraba con más cara de cerdo. Incluso hizo ademan de levantarla la bata por detrás a ver si realmente no llevaba nada.
Me puse entre medias de él y de mi madre, para que aquello no fuera a mayores, porque, aunque parezca increíble, la situación, estaba empezando a excitarme, aunque realmente de los juegos de rol, ya la habían visto desnuda, pero no era lo mismo verla en foto que al natural.
Termino “la maquina” y salió del cuarto, aunque aún tuvo tiempo de ponerse de frente a nosotros y efectivamente la raja de la bata dejaba bastante al aire.
Nada más salir ella, Pablo me dijo,
“Tío, no veas las ganas que me han dado de empotrarla contra la cama, tiene que tener un buen polvo tu mami”, cuando terminemos con Marisa, empezamos con ella”, me dijo partiéndose el culo.
Supongo que lo normal es que me hubiera levantado, le hubiera pegado dos ostias, y le hubiera echado de mi casa, pero coño que se me había puesto el rabo duro como una piedra. No sabía si no estábamos volviendo unos enfermos sexuales, unos pervertidos, unos depravados….
“A lo nuestro, tío, deja a la de la raja en paz”, le dije cortando el tema.
Se sonrió.
Encendimos el ordenador, y actualice la pizarra, poniendo al tío del coche, como Donpimpon.
También añadí conceptos en el documento de Excel, poniendo
Deuda: 135.000 euros y luego Pagos en los 1500 euros que figuraban debajo. Había un total de 18 pagos de 1500 euros. Eso sumaban 27000 euros. Pero sabíamos por el video que tenía plazos no pagados.
Es fácil que llevara en esa situación más de dos años. Y aun le quedaban 6 años por pagar, más las deudas y los intereses. No creíamos que, con las folladas, estuviera amortizando nada, simplemente se había convertido en eso, en una esclava sexual como le decía Donpimpon en el Skype.
Nos dispusimos a continuar viendo el video
Lo bueno de esto es que podíamos comenzar el video donde lo dejamos anoche. Terminamos con Marisa saliendo del despacho de Donpimpon.
La grabación, sigue con nuevas entregas de Marisa, de dinero, sin mayores novedades, salvo que Donpimpon, ya no era el hombre afable del principio, sino que cada vez que Marisa acude a pagarle, la trata como basura, tirándole el recibo al suelo, y haciendo que lo recoja a cuatro patas con la boca, pero sin ningún tipo de actividad sexual.
La secuencia de entregas se interrumpe con unas grabaciones de la vida familiar de Marisa. Se la ve entrando en su casa, saliendo con su marido y con Oscar, entrando en su trabajo, de compras en un centro comercial, …
La habían estado siguiendo, y grabando. Hay escenas endiabladamente cercanas, y estas ya si con sonido, por lo que las realizaba alguien con móvil o cámara en mano, y que se mezclaba perfectamente con el ambiente donde estaba Marisa, por lo que evidentemente, ella no lo conocía. El vídeo terminaba con todo un informe exhaustivo sobre Marisa.
Nombre, apellidos, fecha de nacimiento, lugar, nombres de los padres y dirección. Nombre de un hermano y hermana y dirección, Nombre completo del marido los mismos datos en cuanto a parentesco, Nombre de la empresa para la que trabaja, dirección, cuadro directivo, y email de cada uno, incluso una foto de Marisa en su puesto de trabajo.
Y un mensaje final.
“LO SE TODO DE TI”
“A ver, abre el siguiente vídeo”, me dijo Pablo.
Lo abrí. Ya lo habíamos visto, este estaba entre los que encontré borrados en el pincho.
“Bueno”, dijo Pablo. “¿Porque alguien se toma tantas molestias, para follarse a una tía?
“¿Porque le debe ciento y pico mil euros?, le contesté yo.
“Si, bueno eso es una razón de peso. Pero este lo preparó antes de saber que no iba a poder devolvérselo, o al menos lo intuyo. Y además tiene que ser un tío poderoso. Pudo pedir en el banco las grabaciones de las cámaras, que luego incorporó al video. Para eso tiene que moverse a nivel de director del banco. Luego ya en su empresa, lo tuvo más fácil. Yo me atrevería a decir que es el director general, el dueño o algo así. No tuvo ningún problema para conseguir las grabaciones, y, además, diría que el dinero que le dejó a Marisa, lo cogió de la propia empresa.”
“Sigue, sigue, me tienes alucinando con tu poder de deducción, porque además casi todo encaja”, le contesté.
“Creo, que, en algún momento, Marisa debió de revelarse, y amenazarle con denunciarlo, quizás después de la follada del despacho, y el debió de decirle que lo tenía todo grabado, y que como se pusiera tonta su familia se iba a enterar de sus trapicheos con el dinero y de la follada en el despacho. Excepto la ostia por vomitar, tampoco se ve que ella este forzada a hacerlo. Y eso se puede cortar. Luego, cuando ella ya saliera acojonada, pudo implementar el resto del video. Para un tío poderoso, ponerla alguien siguiéndola y que recopile esos datos no tiene que ser problema. Se lo envía diciéndole que, igual que se lo envía a ella, se lo puede enviar a quien quiera. Creo que nuestro próximo paso tiene que ser si o si, hablar con Marisa.”
“Joder”, le dije, ¿Ya tenemos toda la información para hablar con ella?
“Creo que tenemos lo suficiente para hablar con ella. Bueno ahora lo hablamos. Voy a mear, a ver si pillo en el baño a la de la raja duchándose en pelotas, y la empotro allí mismo. Si ves que tardo es que la estoy frotando la espalda, o algo, jajajaja”, me dijo Pablo.
“Serás cabrón?, le dije
“Jajaja, si, ahora cuando venga te cuento lo que se me ha ocurrido”, me contestó.
Allí me quedé como un gilipollas esperando a que volviera el Pablito, y rogando no estuviera mi madre en la ducha y si lo estaba que hubiera cerrado la puerta con pestillo. Coño, no había pestillo. Me levanté como si tuviera un resorte en la silla, y me fui para el baño. La puerta estaba cerrada, y oí a Pablo reírse dentro. No me jodas, no me jodas, no me jodas, dije para mí.
Tenía ya el picaporte de la puerta en la mano, cuando oí ruido en la cocina. Fui para allí y allí estaba la de la raja, sana y salva. Además, ya estaba vestida.
Volví corriendo a mi cuarto para que Pablo no viera que había salido a ver qué pasaba. El volvió al momento.
Aún venía riéndose.
“Que te pasa, de que te ríes”, le pregunté.
“Que la de la raja, llevaba bragas. Bueno tanga, se lo ha dejado en el baño. Y por cierto ha debido de tener algún pensamiento obsceno, porque estaba empapado. Y por cierto tío, estaba riquísimo”, me dijo con cara de salido.
“No me jodas que es verdad todo eso”, le pregunté.
“Coño, ves y lo veras, pero no lo lamas, que ya lo h hecho yo, jajaja”, me dijo partiéndose de risa.
Fui al baño, el cabrón decía la verdad. Lo cogí y no pude evitar llevármelo a la nariz. Podía ser más cuidadosa con esas cosas habiendo tíos en casa. Bueno qué coño ella estaba en su casa, y hacia lo que quería.
“Vale tío, tenías razón”, le dije.
“Y lo has lamido, ¿eh?, traes toda la boca llena de flujo”, me dijo partiéndose de risa.
“¿Que dices?, no”, le dije como un bobo limpiándome la boca.
“Jajaja”, seguía riendo pablo, “Pues mira, a mi toda esta historia de Marisa, me ha puesto brutísimo. No ya ver las fotos y los vídeos, que también, sino la historia de ayer, de subir a su casa, entrar en su dormitorio, revolver sus cosas, su lencería, ver sus consoladores… luego seguirla, indagar sus datos… En fin, todo. Y he pensado hacer lo mismo con las madres de todos. He pensado llamar al juego “Tu madre, la puta de todos”. El objetivo último, seguro que irrealizable, es follarnos a alguna, y una condición indispensable para participar, es que el que quiera jugar tiene que comprometerse a follarse a la madre, la que sea, incluso la suya.”
“Joder, tío que fuerte. ¿Y no se te ha ocurrido un nombre un poco más light?”, le pregunté.
“Es todo morbo, ya te digo que no creo que seamos capaces de conseguir nada de ninguna. Salvo de Marisa, claro”, dijo Pablo.
“¿Tú crees que Marisa, dejara que la follemos?”, le dije
”Cuento con ello, aunque creo que realmente solo lo haremos tu y yo, seremos los que sabremos lo que hay. Pero bueno hablando de Marisa, ¿cómo hacemos para hablar con ella?”
“Chico yo creo que lo mejor es coger al toro por los cuernos. Presentarnos en su casa y decirle que queremos hablar de Donpimpon”, le dije a Pablo.
“Si, pero cuando estemos seguros de que podemos hablar con ella. Llamar a Oscar, y decirle que nos avise en cuanto sepa que su madre no sale una tarde”, dijo Pablo.
“Chicos me voy. Javier no me dejéis todo mangas por hombro”, dijo mi madre sonriéndonos.
Según salía de la habitación me dijo pablo al oído,
“Seguro que va al baño otra vez a cambiarse de tanga, se ha debido de correr entera con esa sonrisita.
“Cerdo, que eres un puto cerdo. Espera que la pregunto a qué hora vuelve”, le dije saliendo detrás de mi madre.
Cuando volví, me dijo Pablo,
“Qué, ¿se metió en el baño?”, me pregunto riendo
“No, se quitó el tanga, me lo dio y me dijo hincharos a lamer, cerdos”, le dije riendo yo también.
“Buah, ya está en el bote, jajaja”, dijo tocándose la polla.
“En serio, me ha dicho que no volverá hasta la hora de la comida, o sea que, si quieres empezar por ella, tenemos la mañana libre”, le dije.
“Tampoco te vengas arriba. Son las once. Tres horas. Pero venga tu manda un wasap a Oscar diciéndole eso, y yo empiezo a fisgar”, me dijo Pablo.
“Tu aquí, pegadito a mí”, le dije
Le mandé el wasap a Oscar, y me fui con Pablo a la habitación de mis padres.
“Esa es su mesilla, su lado de la cama”, le indique donde dormía mi madre.
“Ah pillín como se nota que le has plantado la polla en el culo ya”, me dijo abriendo el cajón de la mesilla.
“Pues sí, ya lo viste en la foto. Revuelve lo menos posible”, le dije a Pablo.
Pablo no es que revolviera poco, es que sacaba literalmente todo del cajón.
“Tío, que se va a dar cuenta”, le dije
“No creo que haya una tía, tan ataxofóbica, que recuerde como ha dejado el cajón”, me dijo Pablo.
“Ataxo, que?, le dije
“Que tenga tanta fobia con el orden, hombre”, me dijo como suponiendo que debía de conocer ese palabro.
No encontró nada en la mesilla, al margen de la cantidad de cosas inservibles que se guardan en los cajones, para no usarlas nunca.
Lo coloco lo mejor que pudo. Fuimos a la cómoda.
Abrió el cajón de la ropa interior. Empezó a juguetear con sus tangas, y bragas. Rebuscó por debajo. Nada.
Fuimos al armario miro por todos lados, también en las cajas de zapatos. Nada.
“Joder tío, la de la raja, es la madre teresa de Calcuta”
“Claro, macho, ¿qué te habías creído?, mi madre es una santa”, le dije muy convencido.
“Sí, todas lo son. Tú tienes trastero, ¿verdad?”, me preguntó.
“Sí, claro como tu casa, es la misma manzana”, le dije.
“Y qué mejor sitio que el trastero para guardar cosas privadas?
“Vale”, le dije, “pero eso lo dejaremos para cuando hagamos el juego. Ahora intentemos cerrar el tema de Marisa”
“Sí, tienes razón. Esperemos la respuesta de Oscar.”
Nos fuimos a la calle, había que intentar liberar un poco la mente de madres, coños, tangas, y demás, jajaja
Continuará.