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Trío de ninfómana
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Queridos lectores y lectoras, hoy os traigo lo que fue mi segundo trío para mí, con un amigo y la exnovia de otro amigo. Espero les guste.

Un amigo mío tenía una novia, bastante alta, no demasiado guapa, pero con unos pechos y un culo casi perfectos (y digo casi porque perfectos solos los tiene, para mí, una amiga mía). Raramente hablábamos de sexo, pero alguna vez me contó que la muchacha en cuestión, de nombre Rosa*, era un poco exigente con la frecuencia de sus relaciones sexuales. Mi amigo a veces se hartaba de tener que largarse de una fiesta con sus colegas porque a ella le entrasen las ganas de follar.

Puede sonar absurdo que un tío se harte de eso, pero es que la tal Rosa lo tenía consumido.

Una vez me contó Luis*, que es como se llama mi amigo, que prácticamente lo secuestró. Un lunes por la noche lo montó en el coche con la excusa de que tenía que tenía que ir a por unas cosas que le iba a dejar una compañera de la facultad. Cuando quiso darse cuenta estaba en un descampado de las afueras de la ciudad sin comunicación ninguna y con la loba esa encima exigiéndole los polvos que no le había echado el fin de semana.

Al siguiente día en el curro no se tenía en pie y tenía mala cara, fue cuando me lo contó. La novia le había sacado la leche a mamadas y luego le echó cuatro casi sin sacarla. Luis no se explicaba como lo hizo. Pero en vez de agradecerlo, va y ¡le deja!

Varios meses después de eso, en una tarde de calentón, me acordé de ella y de las pocas cosas que Luis me había contado de ella. Me entraron unas ganas tremendas de comprobar si aquello que me habían contado era cierto.

Aprovechando que siempre me miró algo más de lo que debería haberlo hecho para estar saliendo con mi amigo, decidí mandar un mail a Rosa proponiéndole quedar para vernos, le di mi móvil para que me llamase cuando leyese el mensaje.

Pensaba yo que para cuando viese el mensaje de correo habrían pasado unos días, pero no, lo debió leer al cabo de un par de horas y me llamó. Muy dulce, ella diciendo que fíjate cuanto tiempo, que qué tal todo y sobre todo que tenía ganas de verme. A eso yo pregunté con bastante descaro y mucha más guasa que si vestido o desnudo, a lo que ella me respondió con toda naturalidad que desnudo y con mi miembro entre sus pechos.

Ahí me dejó sin palabras, por lo que tuvo ella que preguntarme si todavía estaba al teléfono, entonces reaccioné y le dije que esa noche a las diez iba a ir a su casa a para que me viese como quería ella, a lo que ella respondió que me esperaría con lencería transparente viendo una película porno.

No cabía duda, era algo ninfómana. Al cabo de un rato me llamó un amigo (Andrés*) para ver si quedábamos para salir por ahí. En un principio le iba a decir que no podía, que tenía planes, pero en ese mismo momento me imaginé haciéndole un favor a mi amigo Andrés y otro a Rosa, que seguro le molaba montárselo con dos tíos. Quedé con Andrés en que me pasaba a buscarle y le dije que se pusiera sus mejores galas y que si no se había masturbado ese día que no lo hiciera que esa noche mojaba. Se río y colgó diciendo, "si hombre si, como siempre".

Cuando llegué le pregunté "¿te has masturbado?" Me contestó que no, que llevaba varios días liado con el trabajo y que siempre que le decía que no se masturbara que esa noche mojaba me hacía caso, aunque no sabía muy bien por qué. Total, que llevaba algo así como tres días acumulando. Yo iba cachondo perdido pensado en la ración que iba a tener Rosa, porque yo llevaba algo así como semana y media.

En el coche me preguntó Andrés que a dónde íbamos, a lo que respondí que a buscar a una amiga. Su pregunta inmediata es siempre:

-¿Está bien?

-Si

-¿Y tiene pareja?

-Ni idea

Cuando llegamos la llamé porque no sabía que piso era. Nos abrió sin decir nada. Montamos en el ascensor, llegamos al piso y nada más salir oímos gemidos. Mi colega me miró entre asustado y cachondo y yo le devolví una mirada de "tranquilo, que se lo que pasa". La puerta de la casa estaba abierta y de dentro salían los gemidos que escuchábamos.

Entramos ya más calientes que una cafetera, cerramos la puerta y cuando llegamos al salón al final de un largo pasillo la encontramos tumbada en el sofá, vestida con una camisetita suelta y semitransparente y una tanguita realmente insignificante, de esos que llevan un hilo dental por detrás.

Como yo iba delante tardó un poco en ver a Andrés, y cuando lo hizo amagó con taparse un poco, pero para ese momento yo ya estaba a su lado, cogiéndola de la cintura y susurrándole al oído

"¿Vas a hacerme el favor de desvirgar a mi amigo?

Con solo oír esto se le iluminó la cara. Supongo que se imaginó todo tipo de situaciones y manejándolo a su capricho.

-Si claro, me dijo. Si tú me hace a mí un favor con esto

Y me agarró mi miembro por encima del pantalón. Andrés flipaba y comenzó a decir que se iba. Rosa se fue a por él preguntándole si es que no le gustaba lo que veía, que si no le excitaba. En ese momento, en la película, una mujer se estaba tragando el mástil de cuidado mientras se la metían por detrás y gemía. Rosa le preguntó si no le gustaría hacer eso mismo, y mi amigo no sabía dónde meterse, pero su rabo sí que lo sabía porque estaba montándose una tienda de campaña en el vaquero bastante apreciable.

Rosa se abalanzó sobre él y le plantó un beso en los morros mientras le desabrochaba el cierre del pantalón. Yo me había desnudado y para cuando iba a sacar el miembro de Andrés de los bóxer me puse al lado para que me la meneara un poco.

Me pegó un par de chupetones rápidos para no hacer esperar al pobre muchacho, y cuando le quito los calzoncillos flipó, y yo también. ¡Qué pedazo tranca! Largo normal, pero de un grosos bastante grande.

Rosa se desentendió de mí y se abalanzó sobre semejante trasto. Se lo empezó a chupar con un ansia. Arriba y abajo, arriba y abajo. Como buenamente podía porque apenas le cabía en la boca, pero estaban los dos disfrutando de lo lindo, tanto que a Andrés le dio tiempo a decir "me corro" y a sujetar a Rosa para darle todo lo que tenía acumulado de tres días, y la puso fina. Ella se tragó una buena parte, pero aun así se le escapó buena parte que le cayó sobre sus pechos, dejándole pegada la camisetita. Tenía los pezones duros como para cortar cristal con ellos.

Le dije –Eres una niña mala, mira cómo te has puesto. ¡Quítate eso ahora mismo!

Ella se levantó la camiseta, y antes de que terminara estábamos los dos chupándole las tetas como posesos.

-¡Así, no paréis que llevo meses sin que me den lo que merezco!

Al oír eso le dije a mi amigo:

-Vamos campeón, clávasela.

Él se acercó y antes de que pudiera hacer ningún movimiento Rosa le cogió la polla y se la metió por "su sitio".

Como yo me había quedado con las ganas de una mamada me acerqué a la cabeza de ella y le arrimé mi miembro a la boca. Evidentemente se lo tragó y al tiempo que Andrés le daba lo suyo me la iba comiendo. Toda una experta hay que reconocerlo, movía la lengua de alguna manera que no logro entender pero que me aceleró de tal forma que me tuve que retirar. Sí, me retiré, pero para aprovechar lo dura que me la había puesto para clavársela por el culo, exactamente igual que le hacían en la peli porno. Fui con cuidado porque yo era nuevo en esos menesteres, pero siempre había tenido ganas de abrir un culito como ese. Cuesta, y más si hay un maromo al otro lado dándole fuerte en su sexo. Le dije a Andrés que parase un momento, y entonces me dejé de hostias y le pegué un buen empujón. Ella se retorció y al momento empezó a mover la pelvis para notarnos dentro. Y ese fue el pistoletazo de salida para darle lo que no está escrito.

Como Andrés y yo somos casi de la misma estatura la levantamos ensartada como estaba y le dimos de pie. Ella no hacía más que jadear y pedir más y más.

Como yo no me había corrido aún, acabé antes que mi amigo. Le dejé la espalda llena de leche, cosa que aprovechó mi amigo para probar. "Ya que por delante no puedo, a ver si con tu culo me corro”. Y diciendo esto le clavó de un empujón todo ese pedazo de carne.

De pie con el culo en pompa y con sus pechos bamboleándose se me puso el rabo como un garrote, así que para bajar la inflamación me tumbé delante de Rosa a que me la chupara como solo ella sabe.

Así estábamos cuando Andrés no aguantó más y sacándola de la caverna trasera de Rosa se le corrió en la espalda también.

"Me ha faltado un poquito para el tercer orgasmo de la noche" le dijo a mi amigo

Nada más oír eso dije: No, de eso nada.

Me escurrí hacia abajo y se la clave en su sexo húmedo y a fondo. La metía y sacaba casi por completo, y parece que eso le gustó porque me agarró fuerte de la espalda y comenzó a pegar ella empujones con la cadera. La tumbé boca arriba y le puse las piernas sobre mis hombros, la cogí de las caderas y comencé a darle todo lo que tenía. En esta posición me fue creciendo el miembro de forma espectacular, tanto que a ella le vinieron dos orgasmos seguidos sin yo saber muy bien que hice, el caso es que aquello se puso más duro y más grande que nunca, y justo en ese momento le solté una descarga que la llenó por completo, haciendo un ruido muy característico los últimos empujones que le di.

El resto de la noche siguió de la misma forma, follando como locos, llevé a cabo más de una fantasía y Rosa también. Andrés, por su parte, estaba reventado y solo podía mirar.

Sé que para muchas lectoras los tríos no les gustan y para otras es puro morbo, así que podéis dejar un comentario diciendo si queréis.

Muchas gracias por leerme y hasta otra.

*Nombres inventados.

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