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Tres vergas en un año (capítulo 1)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde la época del colegio siempre he sido muy estudiosa, cuando ingresé a la universidad eso no cambió, ahora debía ser más aplicada debido a la exigencia que conlleva el estudiar medicina. Uno de los principales retos fue el transporte hacia la facultad, cada día me desgastaba en el aburrido tráfico de la ciudad.

De vez en cuando tomaba un poco de tiempo para ver a Esme, lo conocí en una cafetería del centro, me trató muy amable, intercambiamos números y de vez en cuando salíamos, no pretendo ser una santa, pero nunca fui una chica fácil y suena contradictorio, pero con el pasaron cosas muy rápido, en nuestra segunda cita fuimos por unos tragos, nos besamos y terminamos la noche en un hotel. Me dejé llevar por la calentura, suelo usar bastantes vestidos y medias panty, eso a él lo volvía loco y no dejaba de mirar mis piernas y luego de besos apasionados y arrimadas mientras estábamos bailando me propuso ir a un lugar más privado, cómo no estaba acostumbrada a tomar me emborrache rápido y era lo mejor ir a un lugar más seguro

Yo: si ya estamos mareados, mejor vamos a dormir, pero oye no va pasar nada

Esme: no va pasar nada que no quieras

Yo: ok vamos

Llegamos al hotel, pedimos nuestra habitación y entramos. A mis 18 años no había entrado a este tipo de hoteles, solo había una cama, una mesa donde había una toalla, condones y jabón neutro, también tenía su baño privado y espejos por todos lados. Nos acostamos pero luego de un rato el decidió quitarse su camisa, pude ver su torso y espalda bien definidos y con algo de vello, el se acostó a mi lado y yo fui hasta su pecho, lo abrace y me acosté sobre el

Esme: me puedo quitar el pantalón

Yo: si quieres

Esme: solo no me estés mirando

Yo : jajaja tranquilo

Esme: vas a dormir así?

Yo: ni modo que me quite el vestido

Esme: puedes hacerlo, igual no pasará nada, no te ilusiones

Yo: jajaja no gracias

Se terminó de desvestir y se echó a mi lado, quería que me besara y me abrazara para sentir todo su cuerpo y su paquete, pero creo que por respeto hacia a mi él no lo hacía. Me fui al baño por un momento y estuve pensando en lo que iba a pasar después y decidí dejarme llevar, me quité toda mi ropa y salí del baño.

Él estaba acostado boca arriba y al verme su cara cambio y tuve un gesto de impresión, no tengo gran cuerpo pero no me quejo, soy bajita, tengo unos senos pequeños pero muy ricos, mi caderas con anchas, lo que hace que mi culo se vea paradito y algo grande, yo me saque mis anteojos, los puse en la mesa y fui directo hacia él, le baje su bóxer y agarre su verga que aún estaba dormida, comencé a pajearlo y chupársela, de poco a poco se fue poniendo dura en mi boca, el solo me miraba sin decir nada, luego de un rato paré, el me miró y yo no dije nada, ahora todo mi cuerpo estaba a su merced, podía usarlo como quería, yo estaba acostada boca arriba, vino hacia mi y comenzó a hacerme sexo oral, yo ya estaba muy excitada, más cuando pasaba su lengua por mi culo y mi vagina, ya estabas bien mojadita, así que solo lo tome de los brazos y lo jale.

Hacia arriba, ahora quedamos boca a boca y nos besamos apasionadamente, yo misma busqué su verga con mi mano y la metí en mi vagina, ambos soltamos un gemido bien rico y comenzó a moverse lento sobre mí, el comenzó a besar mi cuello y mis manos fueron a su espalda, de poco fue aumentando el ritmo, yo no podía evitar gemir pues la estaba pasando muy rico, mi vagina estaba muy mojada.

Luego de un rato el levanto su torso y mis piernas fueron a sus hombros, ahora me daba embestidas más fuertes, sus manos fueron a mi tetas y las apretaba fuerte, así estuvimos un rato hasta que decidió ponerme de perrito, por un rato volvió a lamer mi culo mientras estaba en esa poción y luego me penetró, me jalo del pelo y estuvimos un buen rato, me daba nalgadas y yo gemía como una zorra, al pasar unos minutos se vino, saco su verga y se vino sobre mi espalda, sentí todo su semen caliente en mi, terminamos fui a limpiarme y terminamos la noche durmiendo abrazaditos los dos.

Pasaron los días y no seguíamos viendo cada vez que tenía una escapada de la universidad y el montón de tareas, casi siempre terminaba en su casa, a veces solo pasábamos el rato viendo pelis, jugando, comiendo y claro teníamos sexo, no puedo negar que comencé a sentir cosas por él, pero pensaba que una relación quizás dañaría todo y no quería eso, nuestro pacto era que si algunos de los dos conocía a otra persona nos alejaríamos sin hacer dramas y así funcionó por un tiempo.

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