Capítulo 8. Previo al gran festival: Entre reporteras y policías.
En uno de los camarotes del lujoso ferry S.S. Marea, que viajaba con destino a Ciudad Slateport, se podía observar como dos jóvenes y hermosas chicas se encontraban, sentadas en un sofá, acariciando con gran devoción y extrema suavidad la excitada verga del chico que se encontraba desnudo en medio de ellas.
—Te gusta como lo hacemos, mi amor —preguntó Serena con cariño, la hermosa chica estaba usando un insinuante conjunto de lencería compuesto de un diminuto sujetador de encaje de color morado con bordes negros, que apenas podía contener sus desarrollados pechos, una reveladora tanga a juego y unas medias del mismo color, mientras que su mano recorría todo lo largo de la verga de su novio y Amo.
— Su verga es muy grande, mi Amo ¡Aun sigo sin saber cómo es que entra dentro de mí! ¡Pero me encanta! —exclamó Shauna, usando el mismo sexy atuendo que Serena aunque en color rosa, mientras tomaba el glande del chico con cuidado.
— Ustedes en verdad son muy buenas, mis hermosas esclavas, e imagino que ya saben que hacer ahora ¿No? —dijo Anthony con una sonrisa mientras que ellas asintieron antes de ponerse de rodillas, dejando al descubierto sus deliciosos traseros apenas cubiertos por sus prendas íntimas, y comenzaron con el tratamiento.
De forma que las hermosas performer no dudaron en acercar sus rostros al erecto y palpitante miembro del chico y sacaron sus lenguas de manera sugestiva para comenzar a lamerlo con pasión, disfrutando del sabor y alternándose para darle una atención completa a la verga de Anthony.
Ambas chicas querían darle toda la satisfacción posible a su Amo y después de unos placenteros minutos obtuvieron su recompensa al recibir el semen del chico, el cuál cubrió sus lindos rostros, dejándolas con una gran sonrisa de felicidad antes de que ellas comenzarán a limpiar la cara de la otra hasta que todo rastro de la esencia del chico desapareció de sus cuerpos.
—Lamento ser yo el que interrumpa la diversión, hermosas. Pero dentro de muy poco tiempo llegaremos a Ciudad Slateport, así que hay que alistarnos —comentó el joven de cabello negro un tanto desilusionado, ya que era claro que ninguno de los tres quería parar por su propia voluntad, pero él tenía razón.
De esa manera fue que los tres días que duró el viaje en ferry desde Ciudad Licovely hacia Ciudad Slateport llegaron a su fin; Los cuales habían sido los días más placenteros en la vida de Anthony, y como podían no serlo si el chico tenía a dos hermosas chicas como sus deseosas y obedientes esclavas, y ambas estaban totalmente dispuestas a hacer realidad todos y cada uno de sus deseos.
Una hora después, cuando todos estuvieron arreglados, fue cuando el grupo finalmente arribo a su destino: Ciudad Slateport, en donde las chicas participarían en el Gran Festival que se llevaría a cabo en unos pocos días.
Ellas se hospedarían en el exclusivo hotel que estaba reservado para todos los participantes del evento, y aunque él podía quedarse con cualquiera de las dos chicas, Anthony decidió que lo mejor sería buscar otro alojamiento en la ciudad.
Los cual fue un poco complicado, ya que el Centro Pokémon y muchos de los hoteles ya estaban abarrotados por la gran cantidad de espectadores que venían dentro y fuera de Hoenn para presenciar el evento, aunque con un poco de esfuerzo el chico fue capaz de alquilar una pequeña y acogedora casa.
Y la principal razón para que Anthony tomara esa inesperada decisión era porque el necesitaba tiempo para pensar con cuidado en cuál sería su siguiente movimiento; Ya que por más que lo quisiera él no podía darse el lujo de pasarse todos los días teniendo sexo con las chicas. Un mes, el sólo disponía de un escaso mes para encontrar la manera de vencer a Palermo y evitar que su amada Serena se convirtiera en uno más de sus juguetes.
Eso sin contar en esos momentos lo más prudente que podía hacer era mantenerse un poco alejado de Serena y Shauna, no sólo para que ambas chicas pudieran dar actuar al máximo en la competencia. Si no por que gracias a su reciente llamada con Palermo el tenía una sensación de amenaza, y esta era una medida que disminuía de forma considerable el riesgo de levantar sospechas, ya que Anthony sabía muy bien que en un evento tan concurrido como el Gran Festival nunca puedes estar seguro de quién podría estar mirando.
A pesar de todo ello, él no podía evitar la tentación de pasar un poco de tiempo junto a sus hermosas esclavas, por lo que no era raro que durante su estancia en la ciudad portuaria el dedicara una parte de sus tardes para ver los entrenamientos de Serena y Shauna; Aunque para desgracia de los tres amantes sus escasos contactos se reducían a simples halagos y palabras de aliento en público y a algunos castos besos robados con Serena acogidos por la oscuridad en algún callejón.
Sin embargo Anthony ni siquiera se imaginaba que él no era la única persona en aquella ciudad que estaba investigando a Palermo, ya que la oficial Jenny de Ciudad Mauville también se encontraba Slateport, siguiendo a su instinto, y esperando encontrar alguna pista útil durante el Gran Festival.
Por lo que en la tarde del día anterior al inicio del máximo Concurso de Hoenn, y después de que Serena le suplicara a su novio tener un cita, mientras que ambos chicos estaban cenando tranquilamente en un pequeño restaurante fue cuando una mujer desconocida se acercó a la chica de Kalos.
— ¡No puede ser! ¿Serena eres tú? —preguntó la desconocida, quien se trataba de un hermosa mujer de unos 25 años, con el cabello castaño claro y unos expresivos ojos verdes: Que vestía con una ajustada camisa de color negro con rojo y con un pantalón gris, una indumentaria que sin duda resaltaba su delineada y bien formada figura y en especial ese delicioso par de enormes pechos.
— ¡Alexa, eres tú! ¿Cómo has estado? —respondió Serena tras levantarse de su lugar para saludar a la alegre reportera que conoció en Kalos.
—Yo he estado bastante bien, pero y tú ¿Cómo has estado?, ¿Qué haces aquí en Hoenn? y ¿Quién es él? —preguntó Alexa con curiosidad al ver a la chica que acompaño a Ash en Kalos en esa región, y sobre todo muy bien acompañada.
—Yo he estado muy bien, gracias Alexa. Estoy aquí para participar en el Gran Festival y él es mi novio Anthony —contestó Serena con una gran sonrisa —Déjame presentarlos, mi amor, ella es Alexa. Es una amiga y una excelente reportera que conocí durante mi viaje por Kalos.
—Es un verdadero placer poder conocerla, señorita Alexa —comentó Anthony haciendo una ligera inclinación y tomando la mano de la reportera para besarla.
—El placer es todo mío, Anthony —contestó la reportera ligeramente sorprendida por ese saludo tan caballeroso "Ahora entiendo cómo es que logró que Serena se olvidara de Ash. Este chico no solo es muy guapo, también es todo un caballero"
— ¿Y qué haces en Hoenn, Alexa? —preguntó Serena con interés sacando a la aludida de sus pensamientos.
—Bueno vine a Hoenn para hacer una investigación sobre los pokémon más raros de la región y también sobre la Megaevolución, debido a que Hoenn y Kalos son las únicas regiones en donde sus entrenadores son capaces de acceder a ese poder —explicó ella con una sonrisa —Pero como en estos días toda la atención se está centrando en el Gran Festival, decidí tomarme un breve descanso y observar el evento con mis propios ojos.
—Vaya eso es muy interesante —contestó Anthony con sinceridad y aprovechando la oportunidad para admirar el curvilíneo cuerpo de la mujer, cosa que no pasó desapercibida para Serena, quien sonrió de forma cómplice al intuir cuáles eran los planes de su novio y Amo.
—Lo es, lo malo es que hoy llegue a Slateport y ya no pude encontrar ninguna clase de alojamiento en la ciudad, por eso tendré que acampar en las rutas cercanas o dirigirme hacia Ciudad Mauville —respondió la reportera con un tono abatido y cansado.
—Entiendo ¿Y qué te parece la idea de quedarte con nosotros? —preguntó Serena con inocencia causando sorpresa en los presentes —Como nosotros ya no encontramos lugar en el Centro Pokémon tuvimos que alquilar una pequeña casa para hospedarnos en lo que dura el evento —aclaró la chica mientras le sonreía a Anthony, quien de inmediato entendió lo que su novia pretendía.
— ¿Están seguros de que no será ninguna molestia, chicos? —preguntó Alexa ilusionada por la idea de no tener que acampar ni hacer largos viajes de una ciudad a otra, pero a su vez estaba un poco incómoda por la idea de interrumpir algo entre la pareja.
—Por supuesto que no, señorita Alexa. Cualquier amigo de Serena es amigo mío y si a mí hermosa miel no le molesta, yo no tengo ningún inconveniente —respondió el pelinegro con una sonrisa que irradiaba confianza.
—Está bien chicos, entonces acepto su oferta —contestó la reportera de Kalos tras meditarlo por algunos momentos.
De forma que después de salir del restaurante, y que Anthony se ofreciera a llevar el equipaje de Alexa, los chicos se dirigieron hacia la vivienda para dejar las pertenencias de su invitada y salir a disfrutar de las atracciones previas a la inauguración del Gran Festival, en ese tiempo los 3 hablaron sobre sus diferentes experiencias, creando un clima de confianza en el grupo.
—Oigan ¿Puedo alcanzarlos en la casa? Es que me gustaría hacer un último entrenamiento antes de la competencia de mañana —preguntó Serena de forma inocente.
—Adelante, mi amor, te esperaremos allá —comentó Anthony acercándose para abrazar y besar a su novia.
—Imagino que Alexa será tu nueva esclava ¿No es así, mi amor? —le susurró la performer al oído de forma traviesa.
—Por supuesto cariño —contestó Anthony sin dudar, antes de añadir —Pero por ahora tu única preocupación debe ser ganar el Gran Festival, si lo haces te prometo darte un delicioso premio que nunca olvidarás.
—Así será, mi amor —afirmó la chica con una hermosa sonrisa de ilusión —Con esta inspiración no hay manera en la que pueda perder —y tras esas palabras ella lo beso apasionadamente con la intención de cerrar el trato.
Después de esa despedida Serena se retiró a su hotel, ahora con una nueva motivación para ganar el evento, mientras tanto Anthony y Alexa se dirigían a la vivienda, cuando el chico vio un campo de batalla bastante cerca de su destino y se le ocurrió una idea para capturar a esa bella mujer.
—Oye Alexa ¿Y qué clase de pokémon de Hoenn son los que te interesaría conocer? —preguntó el chico de forma inocente para no despertar sospechas en su nueva presa.
—Bueno para mí sería un sueño hecho realidad el poder conocer a los pokémon legendarios, pero en Hoenn también hay otros pokémon muy interesantes y que son bastante raros en Kalos, eso sin contar a los pokémon que pueden megaevolucionar —respondió la apasionada reportera sin sospechar en lo absoluto.
— ¿Y qué te parece si tú y yo tenemos una batalla Pokémon aquí y ahora? —propuso Anthony señalando el desierto campo de batalla, causando un poco de intriga en la reportera —No tengo ningún pokémon legendario, pero algo me dice que algunos de mis pokémon te interesaran bastante.
—Muy bien, Anthony, acepto tu desafió ¿Un 3 vs 3 está bien para ti? —respondió ella con confianza y acercándose a una de las esquinas del campo de batalla antes de elegir a su fiel Noivern como su primera opción.
—Está bien para mí —comentó el joven dirigiéndose a la esquina contraria y eligiendo a su Milotic. Y a pesar de que todo parecía estar en su contra la batalla fue bastante breve, ya que el pokémon de Anthony estaba bastante bien entrenado, y no tuvo muchas dificultades para vencer a Noivern, Gogoat y Helioptale.
— ¡Vaya eso fue una gran sorpresa! ¡Cuesta un poco creer que un pokémon tan hermoso sea tan fuerte! —comentó Alexa con asombro mientras se acercaba al tipo Agua.
—Lo sé, pero las apariencias suelen ser muy engañosas. Por cierto ¿No te gustaría estudiar a Milotic? Después de todo no es una especie muy común en Kalos —comentó mientras acariciaba el lomo de su pokémon, quién volteó a verlo y de inmediato supo lo que tenía que hacer.
—Tienes razón, Milotic es uno de los pokémon más hermosos que hay, y tal y como lo dices son una especie en extremo rara, así que no puedo perder esta oportunidad, y menos si se trata de un ejemplar tan fuerte —exclamó Alexa emocionada, pero cuando estaba por sacar su cámara el pokémon comenzó a acariciar a la chica con su rostro y lamer afectuosamente sus mejillas.
—En verdad lo siento, creo que olvide decirte que el siempre hace eso cuando nos encontramos con una chica hermosa —se disculpó Anthony fingiendo pena mientras que el pokémon tierno comenzaba a poner manos a la obra.
—No hay ningún problema, en realidad es bastante… lindo… —comentó la reportera antes de mirar de frente los ojos del pokémon, los cuales eran rojos y brillantes en lugar de su usual color negro. —An-Anthony ¿Q-que sucede? —intento preguntar mientras su conciencia iba perdiéndose en la profunda e hipnótica mirada del tipo Agua, y fue después de unos breves instantes que la mente de Alexa se quedó totalmente en blanco y lista para ser controlada.
— ¿Puedes escucharme Alexa? —preguntó con seriedad y una sonrisa de triunfo.
—Sí… —respondió la hipnotizada mujer con una voz monótona, y fijando sus hermosos y vacíos ojos verdes en el chico.
—Muy bien, entonces escúchame con mucha atención. De ahora en adelante yo soy tu Amo y tú eres una obediente y sensual esclava que sólo quiere hacer todo lo yo diga. Repítelo, por favor.
—Tu eres mi Amo, y yo soy una obediente y sensual esclava que sólo quiere hacer todo lo me digas… —repitió la reportera de forma monótona y sumisa, mientras ese pensamiento se guardaba en lo más profundo de su mente y comenzaba a tomar el control de ella.
—Muchas gracias por tu trabajo, amigo, lo hiciste excelente y ahora te mereces un buen descanso —comentó el pelinegro dirigiéndose a su fiel pokémon, quien asintió feliz antes de ser devuelto a su pokébola, por lo que toda su atención de volvió a centrarse en la hermosa e indefensa reportera.
—Muy bien, ahora vayamos a casa Alexa. Aun tengo bastantes cosas que debo enseñarte —le ordenó con confianza a la hipnotizada mujer, quién aunque no le respondió con palabras, sonrió y se limitó a seguir las instrucciones que se le dieron.
Rápidamente llegaron a su destino y una vez en la sala fue cuando Anthony se disponía a programar a su nueva esclava a su gusto, y disfrutar de un hermoso espectáculo en el proceso, cuando alguien tocó la puerta. Así que maldiciendo internamente a quién fuera el que se atreviera a interrumpir su diversión, el chico no tuvo más remedio que ir a abrir la puerta y cuando vio que la persona que tocaba era la oficial Jenny, el joven se quedó de piedra.
—Muy buenas noches, Oficial Jenny ¿Que se le ofrece? —preguntó Anthony con calma, tras recuperarse de la breve sorpresa de ver la bella policía.
—Buenas noches, joven ¿Podría permitirme hablar un momento con la mujer que venía con usted? —ordenó la oficial con un tono que no era de pregunta, y sin tardanza y sin que la invitaran a hacerlo, ella entro a la casa y se dirigió de inmediato a la sala.
"Maldición. Ella debe de haber estado cerca del campo de batalla cuando hipnotice a Alexa… De forma que no tengo otra opción más que someterla a ella también" pensó Anthony mientras que con mucho cuidado presionaba una de sus pokébolas, de la cual salió una especie de gas que al tocar el suelo formó la figura de un Gengar.
—Sígueme y no dejes que te vean —le indicó Anthony en un susurro casi inaudible, pero que el tipo Fantasma entendió y sin dudarlo acató las ordenes de su entrenador, no sin antes sonreír con malicia.
"Bueno, esto no es tan malo. Después de todo siempre quise esclavizar a una Oficial Jenny" pensó el chico con una sonrisa confiada antes de dirigirse a la sala, en donde ya se encontraba la oficial, quién no tardó en darse cuenta de que Alexa estaba hipnotizada y volteó a verlo con furia.
—Imagino que estas al corriente que usar las habilidades de tus pokémon en contra de una persona es un grave delito. ¿No es así, muchacho? —inquirió la oficial con serenidad, pero para su sorpresa el chico estaba tan tranquilo como ella.
—Supongo que sí ¿Aunque no veo el problema si ella estuvo de acuerdo en que lo hiciera? —comentó Anthony con calma antes de añadir de forma desafiante —Aunque también creo recordar que primero se necesita de una orden antes de entrar en propiedad privada ¿No es así, oficial?
—No quieras pasarte de listo conmigo, chico. Aunque en el estado en que ella se encuentra ahora es muy conveniente para ti ¿No? Justo ahora podrías decirle que ella es la croupier de un casino y ella lo creería sin dudar —respondió Jenny molesta por el tono y la respuesta del chico
"¿Porque ella mencionó eso? Algo me dice que esta oficial sabe algo que yo no. Entonces esto va más allá de un simple juego y debo saber con qué me estoy metiendo" razonó el chico antes de volver a asumir una actitud desafiante.
—No tengo la más mínima idea de lo que me está hablando, Oficial Jenny. Así que si no le molesta me gustaría que fuera directamente al punto.
—Primero quiero que saques a esa chica de su trance, si ella me dice que te pidió hipnotizarla entonces me iré y te daré una sincera disculpa por interrumpirlos, pero si ese no es el caso entonces tendrás que acompañarme a la comisaría —ordenó Jenny con autoridad, ignorando los cuestionamientos del joven.
— ¿En serio? ¡Qué miedo! ¿Y qué haría si… Me niego, Oficial? —preguntó Anthony en un tono burlón que para la oficial equivalía a una confesión.
—No te hagas el valiente conmigo, muchacho. Tú ya no tienes alternativa —respondió ella triunfante y tratando de tomar la pokebola de su cinturón, pero…
—Yo no diría eso si fuera usted, oficial. Ya que la ya no tiene ninguna alternativa es usted —comentó Anthony con tranquilidad, mientras que la Oficial Jenny comenzaba a sentirse adormilada e incapaz de moverse.
"¿¡Que!? ¿¡Cuando es que caí en su trampa!? ¿Acaso él tiene poderes psíquicos?" se preguntó la oficial a sí misma, con un poco de temor e intentando escapar de aquel lugar, pero su cuerpo ya no era capaz de moverse ni un solo milímetro, fue entonces cuando vio cómo su sombra se expandía y de pronto lo entendió todo: Aquél bribón había tenido la brillante idea de usar a un tipo Fantasma para retenerla mientras él se encargarba de distraerla.
Sin perder tiempo Gengar se colocó delante de ella y comenzó a mover sus brazos, generando un tipo de siniestras ondas de color morado, y aunque Jenny cerró sus ojos con fuerza no pudo evitar abrirlos nuevamente, señal de que estaba comenzando a caer bajo el influjo de la Hipnosis y de que no podía hacer nada para evitarlo.
—Escúchame muy bien y relájate, Jenny —indicó el chico con un tono firme y una confiada sonrisa.
—No… Déjame ir —gimió ella recurriendo a todo el autocontrol que tenía para oponerse al poderoso ataque psíquico.
—Es inútil que siga resistiéndose, oficial… Justo ahora está cayendo en un trance muy profundo —dijo Anthony dejando su tono desafiante y burlón para cambiarlo por uno más profundo y tranquilizador.
—No… Muy… profundo… —la voz de la oficial era cada vez era más débil, lo que indicaba que la hipnosis comenzaba a actuar sobre ella.
—Muy bien, Jenny. A partir de ahora no puedes escuchar nada a excepción de mi voz, la voz que siempre sabe que es lo mejor para ti, la voz a la que desde ahora obedecerás.
—Solo… Tu voz… —susurró Jenny con los ojos cerrados.
—Muy bien. Entonces comienza a desvestirte —ordenó el chico al creer que tenía la situación bajo control, ya que la Oficial Jenny comenzó a obedecer la orden, pero al acercar sus manos al primer botón de su camisa ella se detuvo.
— ¡No lo haré! ¡Sal de mi cabeza! —gritó ella mientras sacudió su cabeza con fuerza y trataba de recuperar el control sobre su cuerpo.
—Tú debes de obedecerme, Jenny —ordenó Anthony con firmeza, aunque realmente estaba ligeramente emocionado por la resistencia de la mujer, ya que hacia bastante tiempo desde la última vez en que una de sus presas había logrado darle algo de pelea.
—Obedecerte…—murmuró la policía comenzando a desabrochar su camisa dejando ver un simple sostén negro, para después quitarse el cinturón y dejar caer su falda, revelando unas bragas a juego con su sostén.
Fue en ese momento cuando la mujer pareció reaccionar un poco e intentó detenerse, solo para darse que su cuerpo ya no respondía sus órdenes, así que se dio la vuelta para mostrarle su espectacular trasero al chico mientras se deshacía de sus bragas, y después quitarse el sostén y dejando libres sus magníficos pechos.
— ¡Eres un asco, muchacho! ¡Te juro por Arceus que acabaré contigo! —dijo la mujer furiosa, quién se quedó de pie al terminar de desvestirse, tratando en vano de cubrirse con sus manos.
—Eso ya lo veremos, pero por ahora abre tus piernas Jenny, imagino que debes estar excitada, muy excitada —mencionó Anthony con calma e ignorando olímpicamente las amenazas de su nueva presa.
—Claro que no… Yo no… Estoy… excitada —contestó la oficial entre ligeros gemidos mientras abría sus torneadas y bien formadas piernas y en contra de su voluntad comenzó a masturbarse con su mano derecha y a acariciar sus pechos con la izquierda.
—Se siente muy bien ¿Verdad? Sentir como tu voluntad y tus pensamientos van desapareciendo y son sustituidos por placer —continuó diciendo el chico con una voz firme y tranquilizante.
—No… claro que no… —murmuro la oficial intentando resistirse, pero su cuerpo la delataba, ella ya no podía dejar de masturbarse y la expresión de su rostro estaba cambiando gradualmente de la furia al placer.
Anthony por su parte no le quitaba la mirada de encima a su presa hasta que decidió terminar de una vez, agachándose lo necesario para sacar un vibrador de su mochila y mostrárselo a Jenny.
—Debo de felicitarla, oficial. Está es la primera vez toda mi carrera que tengo que recurrir a esto, ya que normalmente mis encantos suelen ser más que suficientes para que cualquier mujer caiga de rodillas a mis pies —dijo Anthony con orgullo antes de encender el aparato y ponerlo a una intensidad media, antes de pasarlo por el abdomen de la mujer hasta llegar a su coño, quién al instante soltó un gran gemido de placer.
—Ya no puedes engañarme Jenny, es obvio que estás muy cerca de llegar al orgasmo. Sin embargo no podrás correrte, no hasta que aceptes mis condiciones —declaró el chico alegremente mientras que un pensamiento de pánico se apoderó de la oficial, quién muy a su pesar ya había aceptado que su cuerpo haría todo lo que aquel chico deseara ignorando su voluntad.
—Te veo muy ansiosa y parece que eres una mujer muy sensible. Dime Jenny ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que alguien te llevo al orgasmo? ¿Una o dos semanas, tal vez un mes? —preguntó el pelinegro de forma burlona.
— ¡¡¡3 AÑOS, INFELIZ!!! —gritó la mujer, quién al darse cuenta de lo que dijo puso los ojos en blanco y se cubrió la boca con la mano que masajeaba sus pechos.
Al principio Anthony creyó que a Jenny aún le quedaba la suficiente voluntad para intentar burlarse de él, pero el ver su reacción comprendió que la oficial no sólo no le mentía: El la había hecho admitir algo muy íntimo.
Aunque esa declaración en verdad lo dejo muy sorprendido, ya que para nadie era un secreto que las oficiales Jenny y las enfermeras Joy eran parte de la mayor parte de las fantasías sexuales de los hombres en cualquier región. Por lo que lo natural sería pensar que ellas podían darse el lujo de tener sexo con quien quisieran y cuando quisieran.
— ¿Quién lo hubiera imaginado? Debe de ser muy triste vivir durante 3 años sin experimentar el máximo placer ¿No, Jenny? Pero yo soy una persona muy generosa, y si abandonas tu inútil resistencia y te sometes a mis órdenes te daré el orgasmo que tanto has anhelado.
—No… ¡¡¡NO LO HARÉ!!!… —gritó ella con toda la voluntad que aún le quedaba, mientras que la necesidad de correrse invadía su cuerpo.
—Jenny, ya debiste haberte dado cuenta. Tú ya estás totalmente bajo mi control y resistirte sólo te hará sufrir —Anthony siguió hablando mientras le tendía el vibrador, y aunque la mujer aún trataba de resistirse, al ver el juguete su cuerpo reaccionó por si solo y lo tomó para masajear su coño, cada vez más rápido.
—Ya sabes qué hacer si quieres llegar a tu clímax. Debes ser obediente, sumisa y dócil —insistió el chico sin dejar de sonreír, pero la testaruda mujer seguía resistiéndose.
—Puedo ver a través de ti Jenny. En el fondo tú siempre has deseado ser la esclava perfecta y lo sabes, sueñas con ya no tener voluntad ni pensamientos propios, y yo puedo ayudarte a hacer tu sueño realidad. Tú sabes que obedecer mis órdenes te dará mucho placer y por más que lo niegues los dos sabemos que estás muy cerca del orgasmo, pero no podrás correrte hasta que dejes de resistirte.
—No… Por favor… ¡Necesito correrme! —suplicó la Oficial comenzando a ceder ante todo el placer que sentía, el placer que ella misma se había encargado de contener, y que ahora se estaba convirtiendo en la más dulce y efectiva tortura.
— ¿Quieres correrte Jenny? —preguntó Anthony una vez más, sabiendo que ya tenía a su presa justo en donde la quería.
—Sí… Sí quiero… ¡NECESITO… CORRERME! —exclamó la excitada mujer, ya que cada segundo que pasaba era más insoportable que el anterior, y cada vez le era más difícil controlar su creciente excitación.
—Sí quieres correrte ya sabes lo que tienes que hacer. ¡Tienes que convertirte en mi sexy y leal esclava! —insistió Anthony con una sonrisa antes de darle el golpe final —Y te aconsejo que te decidas rápido, ya que empiezo a aburrirme.
Por su parte Jenny no podía dejar de masturbarse y comenzaba a admitir que tampoco quería hacerlo, había una sola cosa que la mujer deseaba hacer y esa era correrse —Y-yo… ¡LO HARÉ!—exclamó la excitada oficial mientras que el último atisbo de su resistencia había desaparecido por completo —ES… DEMASIADO… POR… FAVOR… DÉJAME… CORRERME… ¡¡¡HARÉ… LO… QUE… SEA!!!
—Muy bien, tomaste una sabía decisión ¡Córrete ahora! —ordenó Anthony con calma mientras la mujer llegaba al mayor orgasmo de su vida y en ese momento lo entendió: Aquél chico tenía razón, ella debía convertirse en una persona fiel y sumisa, ella tenía que obedecerlo en todo. En realidad era algo que ella misma deseaba, pero era demasiado terca y estúpida para aceptarlo.
Así que tras recuperarse del placentero esfuerzo realizado Jenny abrió sus hermosos ojos castaños, los cuales ahora brillaban de la lujuria y la emoción, además de que una provocativa sonrisa adornaba su rostro. Gracias a aquel atractivo muchacho ella finalmente había encontrado un nuevo propósito, su verdadero sueño, y la única forma que tenía para agradecerle por ello era dándole su absoluta devoción.
— ¡Amo! —exclamó una emocionada y claramente excitada Jenny al ver al chico que estaba frente a ella, ya que la alegría que sentía por estar desnuda en su presencia era indescriptible.
—Veo que finalmente estás lista para comenzar con tu entrenamiento ¿No es así, esclava Jenny? —respondió Anthony con una sonrisa de triunfo,
— ¡Sí, Amo, lo estoy! ¡¡¡POR FAVOR ENTRENEME!!! —suplico la oficial con emoción y ansiosa por recibir más ordenes, y por ende más placer, a lo que Anthony sonrió antes de sentarse tranquilamente en el sofá y lanzarle uno de los cojines al suelo.
—Imagino que ya sabes lo que debes de hacer ¿No, mi putita? —al oír la orden Jenny de inmediato se puso de rodillas sobre el cojín y con gran frenesí comenzó a desabrochar el pantalón del chico para dejar su verga en libertad, así que después de admirarla por un breve instante ella comenzó a lamerla con devoción.
De forma que la lengua de la oficial se encargó de recorrer con pasión y delicadeza hasta el último rincón del erecto miembro de su nuevo Amo, disfrutando profundamente de su sabor, antes empezar a succionarlo con fuerza y sin dejar apartar en ningún momento la mirada de aquellos ojos azules que la veían con deseo.
En aquellos momentos no había nada que la hipnotizada Jenny deseara más que recibir la leche de su dueño en su boca y deleitarse con su sabor, lo cual la impulsaba cada vez más, sin embargo cuando estaba a punto de recibir la recompensa que tanto anhelaba fue que…
—Detente, esclava. Antes de seguir quiero que me escuches muy bien —ordenó el chico de forma firme
—Sí, Amo. Lo que usted ordene —respondió la sorprendida mujer con una nota de temor en su voz, ya que temía que la causa de la interrupción fuera que ella estuviera haciendo la felación de manera incorrecta.
—Primero necesito saber ¿Si entiendes cuál es tu verdadero propósito? —pregunto Anthony con el mismo tono firme.
—Lo entiendo a la perfección, mi Amo. Yo solo soy una fiel y obediente esclava a su servicio. Mi único y verdadero propósito es complacerlo en todo —respondió ella inclinando sumisamente la cabeza.
—Muy bien, entonces cuando chasque mis dedos despertarás de tu trance. Sin embargo ya no lo harás como la aburrida Oficial Jenny que eras antes, sino como la verdadera tú, la mujer que siempre has deseado ser y la que serás por el resto de tu vida: Ya renacerás como mi eterna y leal esclava ¿Has entendido? —indicó el chico con confianza, pero antes de recibir una respuesta el chasqueo los dedos.
En ese instante los ojos castaños de la Oficial Jenny recuperaron su habitual brillo, y como si se acabara de despertar de un largo sueño, la mujer comenzó a frotarse los ojos antes de darse cuenta de la situación en la que estaba y por instinto se alejó un poco
— ¿Donde estoy? ¿Y que estoy haciendo? —preguntó Jenny un poco desorientada y tratando de recordar como había llegado a ese lugar
—Eso no importa, Jenny. Lo importante es que estabas dándome una mamada —respondió Anthony de inmediato, llamando la atención de la mujer, quien lo miraba con un poco de extrañeza y a la vez una sensación de familiaridad.
— ¿Una mamada? ¿Porque? —preguntó ella de forma adorable, sin duda tratando de asimilar y darle algún sentido a lo que sucedía, lo cual hizo sonreír al chico.
—Porque la única obligación de una esclava es encargarse de satisfacer a su Amo ¿No lo crees, Jenny? —explicó Anthony con calma, como si aquella situación se tratara de lo más normal del mundo, y en cuanto la palabra "esclava" llego a los oídos de la mujer ella de inmediato lo comprendió todo.
—Tiene razón, mi Amo. Como su fiel esclava mi única obligación es satisfacerlo, así que por favor disculpe mi torpeza y permítame continuar con mi labor —pidió Jenny con calma, recibiendo una cabezada de asentimiento de parte de Anthony, antes de volver a su tarea.
Pero a diferencia de antes ahora el trabajo de la oficial era mucho más eficiente y placentero, ya que al estar totalmente consciente de lo que hacía ahora podía usar su lengua a voluntad para proporcionarle al chico el mayor placer posible, y su recompensa fue que en muy poco tiempo el espeso semen del chico inundo su boca por completo.
—Su semen es delicioso, Amo, quiero más ¡MUCHO MÁS! —suplicó la mujer después de tragarse toda la esencia del chico y relamerse los labios con lujuria, lo cual excito bastante a Anthony, quien estaba a punto de complacerla cuando recordó que Alexa aún estaba en la habitación.
—Espera Jenny, aún tengo cosas importantes que hacer antes de seguir divertirnos —ordenó el chico dirigiendo su mirada hacia el lugar en donde se encontraba la preciosa castaña de tetas grandes, quien ajena a todo lo que había ocurrido desde la interrupción de Jenny, continuaba en una posición firme y esperando sus órdenes.
—Como usted ordené, mi Amo —contestó la mujer de cabello azul con devoción mientras veía como él se quitaba el resto de su ropa y se levantaba del sofá en dirección a donde estaba la sexy reportera de Kalos.
— ¿Puedes escucharme Alexa? —preguntó el chico de cabello negro con suavidad, mientras que su pokémon de tipo Fantasma/Veneno aparecía a su lado, ambos listos para actuar si era necesario.
—Sí, Amo. Te escucho —respondió la bella reportera con un monótono tono de voz, lo que indicaba que el altercado con Jenny no había influido para nada en el trance hipnótico en que se encontraba.
—Muy bien. Entonces quiero que me hagas un striptease muy sexy, Alexa, y quiero que sientas que con cada prenda que te quites tu excitación y tu obediencia hacia mi crecen más y más ¿Has entendido?
—Sí, Amo. Entiendo y obedezco —contestó la joven mujer con una sonrisa traviesa antes de que su manos se movieran para empezar a quitarse su riñonera y ponerla sobre un estante cercano, antes de comenzar a moverse seductoramente y pasar sus manos por encima de sus pechos y desabrochar poco a poco su ajustada camisa, y conforme dicha prenda se iba abriendo era posible ver la suave piel de porcelana de la reportera junto con el sexy sujetador rojo que la mujer usaba.
Una vez que la prenda cayó al suelo fue cuando los brazos de la reportera comenzaron a bajar lentamente por su delineada cintura y increíbles sus piernas para poder quitarse lentamente sus botas, inclinándose un poco mientras lo hacía con la intención de que sus espectadores tuvieran una privilegiada vista de su trasero, y una vez que lo logro dejar libres sus hermosos pies descalzos. Lentamente Alexa fue levantándose y sus manos llegaron de nuevo a su cintura, ahora para quitarse su pantalón, el cual fue bajando muy lentamente, dejando que el chico apreciara sus blancas y bien torneadas piernas junto con la provocativa braga de encaje rojo que usaba.
Y cuando la atractiva reportera estuvo en ropa interior ella comenzó a dar vueltas a la sala caminando de puntillas, como si de una bailarina se tratara, y lentamente se deshacía de la prenda que resguardada su ardiente coño y giro un poco para que su trasero quedara totalmente a la vista, pero en lugar de tirar al suelo su prenda íntima la levantó con su mano y la hizo girar en el aire antes de arrojarla a la cara de Jenny, quien con gran excitación tomo la prenda y se llevó a la nariz para aspirar su esencia, mientras que Alexa bajo nuevamente sus brazos para quitarse el sujetador y liberar sus enormes y suculentos pechos talla 100, con unas lindas aureolas rosadas y sus pezones totalmente erectos, una vez desnuda continuo moviendo lenta y sensualmente sus caderas para excitar aún más a sus observadores.
—Es suficiente Alexa. Ahora ven aquí, preciosa —le indicó Anthony, haciendo que la nativa de Kalos de inmediato detuviera su sensual danza y se acercara a él para fundir sus labios en un lujurioso beso en el que ambos comenzaron a recorrer el cuerpo desnudo del otro sin ningún tipo de pudor, las manos de la reportera recorrían la amplia y fuerte espalda del pelinegro, mientras que el sin ninguna vergüenza acariciaba esos preciosos melones, apenas se separaban lo suficiente para recuperar el aliento y volvían a besarse con mayor intensidad que antes.
La castaña lo empujo ligeramente haciéndolo caer en el sillón y sin dudarlo ni un segundo abrió sus piernas y se sentó sobre el chico, orientando su miembro hacia su coño, el cual gracias al baile y las caricias previas ya estaba totalmente empapado.
— ¡Métemela, Amo! ¡Meta su gran polla en mi coño y hágame tuya! —suplicó Alexa con desesperación, así que el no tardo en tomarla de la cintura y cumplió su deseo, comenzando a embestirla mientras tocaba las nalgas de la joven con sus manos y lamía las prominentes tetas de Alexa, sacándole unos deliciosos y obscenos gemidos de placer a la mujer.
— ¡Amo, eres fantástico! ¡Nunca me habían follado tan rico! ¡SU VERGA ES PERFECTA! ¡LO HE DECIDIDO SERÉ SU ESCLAVA, AMO! ¡UNA ESCLAVA DE TU GRAN VERGA! ¡VIVIRE SOLO PARA OBEDERCELO! ¡HARE LO QUE SEA POR USTED! —gritó la reportera totalmente dominada por el placer y después de unos intensos minutos ambos llegaron al orgasmo
—Se… siente tan… rico, Amo. Es un… privilegio… tener su semen… en mi coño… Tengo tanta… envidia de Serena —mencionó Alexa de forma débil, pero visiblemente excitada y deseosa de más placer.
—Me alegro que te gustará, Alexa. Y si eres una buena esclava y me obedeces fielmente en todo está será tu recompensa ¿De acuerdo?
—Por supuesto Amo. Desde ahora soy de tu propiedad y todos tus deseos serán mis órdenes. Solo existo para obedecerte —respondió ella antes de besarlo nuevamente, la reportera estaba decidida a tener un segundo round, lo cual molesto a Jenny quien también quería ser penetrada por el joven y se levantó para confrontar a la chica.
—Es suficiente esclavas. Ahora quiero que se pongan de rodillas ante su Amo y contesten a todas mis preguntas con toda la verdad —ordenó Anthony con firmeza y dispuesto a tomar el control de la situación.
—Sí, Amo. Lo que usted ordené —contestaron ambas mujeres al unísono y de inmediato se colocaron de rodillas.
—Muy bien, antes de seguir con la diversión hay algo que quiero que me digas Jenny ¿Cuál es la razón por la que me estabas siguiendo? —preguntó el chico con interés, ya que esa información era la razón por la que había esclavizado a la oficial de policía en primer lugar.
—Hace algunas semanas el famoso casino de Ciudad Mauville fue clausurado debido a la presión impuesta por Wattson, el líder de gimnasio de la ciudad, y quien se encargaba de dirigir la remodelación de la misma —explicó Jenny antes de continuar.
—Wattson argumentaba que el Casino proyectaba una mala imagen de Mauville y tras muchas discusiones se aprobó su clausura, por lo que parecía que todos los problemas finalmente habían terminado, pero pronto nos dimos cuenta de que había uno nuevo y muy grande.
— ¿Y eso que tiene que ver conmigo? —cuestionó Anthony después de escuchar con atención el relato, aunque aún sin vislumbrar la conexión que todo eso tenía con él.
—Cuando realizamos la redada final para cerrar el establecimiento me percaté de que el personal femenino del lugar no parecía tener ningún tipo de reacción ante lo que sucedía, lo cual llamo mi atención. Fue entonces que note que uno de los clientes más frecuentes del casino estaba tratando de llevarse a varias de las chicas con él, pero lo más raro de todo es que ellas no ponían ningún tipo de resistencia, sino todo lo contrario, ya que lo obedecían en todo de inmediato. Lo cual me pareció muy extraño así que logre detener a ese hombre y hacer que todas las chicas me siguieran a la comisaría y fue ahí cuando me di cuenta de que algo andaba muy mal.
—Sin importar lo que hiciera ellas parecían responder únicamente a órdenes, como si de una especie de autómatas se tratara, y cuando traté de buscarlas en la base de personas desaparecidas de la región no pude encontrar nada, por lo que solo había una conclusión posible: Esas chicas no eran de Hoenn.
—Al poco tiempo obtuve un permiso especial para llevarme a las chicas a Ciudad Modsdeep y solicitar una reunión con Tate y Liza, los líderes de gimnasio de la ciudad y quienes están especializados en el tipo Psíquico, con la esperanza de que ellos pudieran ayudarme a obtener algo de información acerca de su lugar de origen las chicas y el cómo fue que ellas llegaron a trabajar en el casino… Pero lo que ellos encontraron fue algo sencillamente aterrador —comentó ella, haciendo una pausa antes de proseguir.
—Después de un exhaustivo exámen ambos hermanos llegaron a la conclusión de que aquellas chicas habían sido sometidas a un fuerte acondicionamiento mental, que por desgracia era irreversible. Por lo que no tenía ningún sentido intentar sacar alguna información de ellas, ya que sus personalidades y recuerdos habían sido completamente aplastados. En resumen, la mente de esas pobres chicas había sido reducida a la de unas esclavas totalmente sumisas y obedientes.
—Pero antes de retirarme ambos líderes de gimnasio me dijeron que este tipo de acondicionamiento sólo era posible utilizando a un pokémon con extraordinarios poderes hipnóticos, y al cual la víctima estuviera sometida de forma continua durante un periodo de tiempo prolongado. Así que por el bien de las chicas ellas fueron internadas en el manicomio de la ciudad con la esperanza de notar algún progreso.
— ¿Aún recuerdas como era el aspecto de esas chicas? —preguntó Anthony claramente consternado por aquella revelación, tras lo que Jenny se levantó y sin tardanza se dirigió hacia donde estaban sus cosas, de donde saco una carpeta para dársela al chico y volver a arrodillarse frente a el.
—En esa carpeta encontrará las fotografías de las 25 chicas que laboraban en aquel lugar, Amo —contestó la oficial mientras que el revisaba aquella carpeta, todas aquellas chicas le eran ligeramente familiares hasta que se encontró con una fotografía que lo conmocionó, se trataba de una linda chica de cabello verde con ojos cafés que no podía olvidar, ya que el mismo fue quien capturó a aquella chica en Kalos.
"¿Que está pasando aquí? ¿Cómo es posible que ella llegará a Hoenn?" pensó el muchacho alarmado y muy confundido.
Él sabía a la perfección que Palermo disfrutaba de hipnotizar a prácticamente todas las chicas que hubieran participado en algún Performance, ya que ella lo enviaba a él y a sus compañeros a cazarlas para convencerlas de estudiar con ella, y también sabía que una mínima cantidad de aquellas chicas iban a parar a la colección privada de su tia para convertirse en sus esclavas personales.
Aunque gracias a ciertos rumores, esparcidos entre sus compañeros, él también sabia que un pequeño grupo de las presas de Palermo abandonaba por completo su sueño de aspirar a ser la Reina de Kalos. Sin embargo ellas seguían trabajando en el mundo del Performance, ya fuera como asistentes, maquillistas o presentadoras, y todas para la agencia de Palermo, en donde recibían salarios miserables.
Pero aun con esa información había algo que no cuadraba: Ya que una parte considerable de aquellas chicas no terminaba ni en su colección privada ni trabajando para ella ¿Entonces qué sucedía con ellas?
Ninguno de los cazadores de Palermo, incluyéndolo a él, tenía una idea muy clara sobre las intenciones reales de la productora y la única posible excepción eran los Royal Knights, un escuadrón de élite que estaba directamente al servicio de su tía. Aunque la nueva información que estaba recibiendo lo estaba haciendo pensar en una posibilidad que no le agradaba para nada, una que nunca había considerado y que era muy baja incluso para Palermo.
— ¿Encontraste alguna información sobre la procedencia de aquellas chicas? —preguntó el pelinegro con algo de miedo, sin embargo necesitaba comprobar o descartar aquella aterradora hipótesis lo más pronto posible,
— Sí Amo. Revisando cuidadosamente los escasos documentos que aún había en el casino logre corroborar que aquellas chicas no eran de Hoenn y que ellas habían sido traídas de otra región. Sin embargo poco antes de la clausura del casino sus dueños se dieron a la fuga y desaparecieron por completo, de forma no podíamos obtener ninguna pista de ellos. Pero sin duda ellos debieron de intuir que en algún momento nos daríamos cuenta del estado de las chicas y buscaríamos información acerca de su procedencia ya que casi todo el papeleo referente a las chicas fue destruido.
—Espera Jenny ¿Dijiste casi? —pregunto Anthony con desesperación, ya que hasta ese momento la explicación de la oficial no parecía conducir hacia ningún lado.
—Así es, Amo. En unos documentos pude hallar unas vagas referencias hacia una "Condesa" y tambien al pokémon legendario Xerneas, lo cual me llevo a pensar que el origen de todo estaba en Kalos, ya que junto con Sinnoh no solo es la única región que aún conserva los títulos nobiliarios, sino que es la única en donde puede ser hallado el pokémon de la creación.
—La hipótesis a la que llegue es que acababa de descubrir a una peligrosa red de tráfico de esclavas que tiene su base en Kalos y que a partir de ahí operaba en Hoenn, por eso es que solicite una lista de todas las personas provenientes de Kalos que hubieran llegado a nuestra región en el último año.
—En aquella lista aparecía usted, unas jóvenes chicas llamadas Serena y Shauna, esta última acompañada de sus familiares, la señorita Alexa, unos cuantos entrenadores y el Campeón Steven Stone. Es por eso que decidí vigilarlos en espera de que alguno de ustedes me llevaran a una pista —terminó de explicar la oficial.
Mientras tanto Anthony se quedó helado al escuchar eso, era cierto de que él y sus compañeros habían escuchado ciertos rumores acerca de que Palermo permitía cierto nivel de acceso a las chicas que estaban bajo su tutela a cambio de fuertes sumas de dinero, pero a él nunca se le pasó por la cabeza que aquellos rumores no sólo resultarán ser ciertos, sino que estaban a un nivel completamente diferente.
Fue entonces cuando Anthony recordó los comentarios que su tía le hizo cuando le asigno la misión de capturar a Serena: «Ella no terminará vestida de croupier en un casino, no te servirá tragos vestida de Loppuny, no terminara como una maid y ni sueñes que ella terminará como tu bailarina nudista. Ella será la sucesora de Aria como la Reina de Kalos»
En aquella ocasión el sólo le prestó atención a la última parte, ya que estaba convencido de que la intención de Palermo para decirle esas palabras era la de evitar que jugará demasiado con Serena, ya que esas justamente eran las fantasías que cualquier hombre hubiera tenido con una belleza como ella bajo su control, por lo que nunca se cruzó por su mente que Palermo estuviera diciéndolo en serio.
Palermo, su tía, la única familia que tenía. Desde que era pequeño Anthony siempre notó que ella era una persona bastante fría y despiadada, especialmente con él. Pero en esos momentos pudo darse cuenta de que la productora era mucho más despiadada de lo que él jamás creyó.
Él no era una persona muy moral, ya que al igual que ella, el había hipnotizado a varias chicas a lo largo de su vida, e incluso había llegado a tener sexo con algunas de ellas antes de someterlas. Pero a pesar de todo él nunca se atrevió a hacer algo que las lastimara o que ellas no desearan, por lo que las acciones de su tía eran imperdonables incluso para él.
Sin embargo había algo más que le preocupaba. Ya que los nombres que Jenny le mencionó le eran ligeramente conocidos, y fue después de algunos momentos cuando recordó que en el bajo mundo de Kalos existían algunos rumores acerca de una tal «Condesa de Xerneas», sin embargo todo el mundo creía que aquel era el alias de algún integrante que pertenecía al extinto Team Flare y que deseaba revivir a la organización criminal.
Pero para el eso no tenía ningún sentido… Ya que gracias a las conversaciones que tuvo con Serena acerca del incidente del Team Flare, el sabía a la perfección que aquella organización no tenía el más mínimo interés en el bienestar de las personas. Ellos solo deseaban crear un mundo mejor y fue Lysson quien decidió que la mejor manera para hacerlo era destruyendo a la humanidad. De forma que la misteriosa «Condesa de Xerneas» no podía ser una integrante del Team Flare…
De hecho el único nexo que las chicas tenían en común era ser provenientes de Kalos y haber sido performers, por lo que todo aquello era demasiado conveniente para tratarse de una simple coincidencia: El estaba casi seguro de que Palermo era la Condesa de Xerneas
—Y aparte de ti y de esos hermanos ¿Quien más sabe de esto? —preguntó el chico al terminar de reflexionar sobre la información que acababa de recibir, y aunque su idea tenía bastante sentido, por el momento solo era una idea, ya que necesitaba de pruebas que lo confirmaran.
— Nadie más, mi Amo. La investigación está clasificada como súper secreta y mis superiores esperan a que obtenga más información antes de poder tomar acciones. Además los líderes de Mosdeep me prometieron mantener cualquier información de esas chicas fuera del alcance público.
— ¿Escuchaste todo, Alexa? —preguntó el chico un poco más aliviado de que las únicas personas al tanto de sus suposiciones estuvieran en aquella habitación.
— A la perfección, mi Amo —contestó la aludida.
— Muy bien, a partir de ahora ustedes no sólo serán mis sexys y obedientes juguetes sexuales, también trabajaran para mí; Jenny necesito que te dediques a esta investigación con aún más empeño que antes y que me informes periódicamente de todos tus avances y si es necesario viajaras a otras regiones ¿De acuerdo?
—Sí, Amo. Así lo haré —respondió la oficial, quien a pesar de estar hipnotizada aún conservaba su gran espíritu de justicia.
—Alexa, tu volverás a Kalos con Serena y conmigo, y cuando estemos allá quiero que pidas una licencia en tu trabajo y te dediques a investigar a fondo la productora del Performance Palermo. Busca cualquier tipo de relación que exista entre ella y la Condesa de Xerneas y si encuentras alguna conexión quiero que se lo informes a Jenny de inmediato. Y si alguna de las dos llega a encontrar alguna prueba incriminatoria en mi contra la destruirán de inmediato ¿Entienden?
—A la perfección, Amo. Sus deseos son nuestras órdenes —recitaron ambas mujeres con convicción.
—Excelente. Y ya que ahora tendrán que trabajar juntas en esta misión es crucial que ambas se vuelvan lo más unidas posible y me parece que tener un poco de sexo lésbico para su Amo las ayudara a volverse mucho más cercanas.
—Sí, Amo. Haremos todo lo que usted ordene —respondieron ambas mujeres a la vez, sonriéndose mutuamente antes de empezar a besarse con lujuria.
Por su parte Anthony estaba feliz, no sólo por el sexy espectáculo que aquellas hermosas mujeres le estaban dando, sino porque si sus sospechas resultaban ser ciertas finalmente habría adquirido una ventaja en aquel intrincado juego. Una que no solo podría ponerle fin al cruel reinado de su tía sino que le permitiría salvar al único y verdadero amor de su vida al mismo tiempo.
Continuara…