¡Hola a todos! El nombre que usaré para la página es Alberto Galarza, obviamente ficticio. Los relatos que voy a contar son verdaderos sin embargo en ninguno usaré los nombres reales de las personas involucradas. Al ser éste es mi primer relato voy a describirme.
Soy un hombre de 29 años de la ciudad de Monterrey. Mi estatura es por arriba del promedio del país, sin llegar a ser muy alto con 1.80 m. Practique deporte en mi juventud y en los últimos años voy al gimnasio, esto hace que este fornido sin ser tener un cuerpo escultural. Soy de piel morena, ojos cafés y cabello negro algo común en México; sin embargo, desde la adolescencia me ha tocado estar en los vestidores deportivos dónde he tenido un miembro de los más grandes entre mis compañeros. Esto ha hecho que me apoden "el negro" desde los 16 años.
Desde que Inicié mi actividad sexual, a pesar de no ser el más guapo, siempre he tenido mujeres interesadas en mí. Yo asumo que es por dos cosas, tengo una personalidad extrovertida y un miembro de 21 cm.
Debido a la pandemia y por dificultades en el trabajo y al tener dinero tuve que iniciar a trabajar como chófer de Uber. Es así como he tenido diferentes experiencias sexuales que me hicieron considerar contarlas en esta página.
Esta historia en particular comienza el diciembre pasado, un viernes por la noche como cualquier otro. Inicie mi día de Uber a las 8 pm recibiendo viajes principalmente a posadas y fiestas, todo normal y sin tema. Alrededor de las 2:30 am recibí un viaje que daba inicio en Barrio Antiguo, una zona de bares y antros en Monterrey, con destino a Carretera Nacional. Para los que no conocen Monterrey el viaje ese aproximadamente de 35 – 40 miutosn a esa hora.
Al llegar al punto de encuentro vi a la chica discutiendo con un joven de la misma edad, ambos debieran tener entre 19 y 21 años. Al ver que llegue la chava se dirigió a mi auto y el joven intentó tomarla del brazo pero ella se negó y el la siguió. Ella estando cerca del auto aceleró el paso y para evitar que el la alcanzará se subió en el asiento del copiloto y me pidió que arrancará. Para evitar cualquier tema con mi auto me moví enseguida.
A pesar de que todo fue muy rápido noté que la chica llevaba puesto un vestido pegado color vino, mide aproximadamente 1.60 m, tiene piel blanca y caballo castaño claro a los hombros, delgada con piernas torneadas y nalgadas de gimnasio. Al entrar al auto note sus ojos castaño claro y unos labios gruesos, usaba poco maquillaje y brillo en los labios. También note que había tomado un poco, pero nada cómo para considerarla borracha.
Los primeros 2 minutos del viaje hubo silencio total, no quise preguntar nada sobre lo ocurrido. Ella estaba metida en su teléfono y empezó a enviar notas de voz. Al escuchar la conversación me enteré de todo lo sucedido, lo más relevante es lo siguiente:
-Ella, Daniela, estaba en el antro con su novio.
-Daniela vio cómo, a su novio Darío, le empezaron a llegar mensajes de otra chava.
-La chava resultó ser una infidelidad pasada de él, que ella había perdonado.
-Su amigo, Sofy, fue la única que le aconsejo dejarlo. Era de ese tipo de "chavos".
-Fue el primer novio que tuvo Daniela, ya no se sentía triste y solo molesta.
Se le acabo la pila a su celular, saco un cable y me pidió permiso para conectarse a lo cual accedí y le dije:
-Se ve que necesita de su amiga, adelante trataré de no meterme.
– Gracias, no se preocupe como escuchó no es secreto que mi novio… exnovio sea un imbécil.
-Seguramente… todos hemos conocido personas infieles.
– ¿A usted le han puesto el cuerno? – preguntó esperando que le dijera que no.
-Dos personas diferentes, incluso con alguien que yo consideraba mi amigo.
-A la madre, yo pensé que solo era los vatos de mi edad.
-Creo que le puede pasar a cualquiera, pero igual hay personas que valen la pena.
Me di cuenta de que ella hablaba muchísimo y básicamente me contó la relación de 3 años que tuvo con su novio, así supe que ella tiene 19 años. Después de contarme todo en unos 10 minutos íbamos a mitad de camino y me dijo que pusiera algo de música. Accedí y prendí el radio, sonaba la canción Safaera de Bad Bunny a lo cual ella venía cantando. Al llegar al verso "Si tú novio no te mama el culo…" ella dijo:
-Ni eso hizo ni serme fiel.
-Su exnovio nunca le mamo el culo? Que desperdicio…
– ¿Porque desperdicio?
-No se ofenda, pero tiene un muy bonito culo… como para mamárselo.
-Nunca me lo han hecho. Bueno una vez… creo.
– ¿Cómo que cree? Le mamaron el culo o no.
-Pues una vez el me hizo oral- Dijo rápido y con confusión.
-Oral y mamar el culo son diferentes, puede uno hacerle sexo oral a una mujer sin mamarle el culo. – Al mismo tiempo que dije eso le puse la mano en la rodilla, ella no hizo nada.
-Entonces… ¿cómo es?
-Yo normalmente las pongo en 4, ¿sabes cómo?
-Eso sí sé obvio- Contesto en tono de molestia.
-Bueno bueno, ya en cuatro y con el culo bien parado me pongo atrás y les meto la lengua para chuparles todo. Desde la vagina hasta el ano, por todo el culo chupado todo que puedo. – Mientras lo decía empezaba a acariciar un poco su pierna.
-Ah… – dijo ella con una cara un poco de sorpresa y curiosidad.
-Pero si tienes curiosidad, vamos a un motel y te enseño cómo. – Mientras iba subiendo la mano a tu entrepierna.
-No soy de ese tipo de chavas.
– ¿Del tipo que disfrutan el sexo?
-De las “fáciles”
-Bueno, no tiene nada de malo tener un orgasmo y divertirnos. – Yo no dejaba de acariciar su muslo.
– Pero yo soy una niña bien. – Dijo con voz nerviosa mientras llegaba a su entrepierna y separaba sus muslos.
– No te preocupes, no vas a dejar de serlo. Además, nadie se va a enterar. – Ya estaba acariciando su vagina por encima de su ropa interior y ella dio un suspiro de excitación.
– ¿OK, pero nadie… lo… debe… saber… ok? – Dijo jadeando y con voz entre cortada.
– Si tu no te preocupes. – Mientras le hice su ropa interior a un lado y ya estaba tocando su clítoris sin ninguna barrera.
Justo en ese momento estaba a unos minutos del motel Kyoto (famoso en Monterrey)
-Vamos a este motel para estar más cómodos.
-Aham – Dijo mientras disfrutaba de la calentada que le estaba dando.
Entramos al motel y se hizo una eternidad el tiempo entre que pague, entramos y me llevaron condones. Pensé que en cualquier momento ella se iba a arrepentir, pero al parecer estaba muy caliente también.
Al entrar al cuarto, empecé a besarla mientras le bajaba el vestido para liberar sus pechos, aún cubiertos por su bra. Ella empezó a corresponder mis besos, besando con lengua de una manera deliciosa. No perdí tiempo y en menos de 5 minutos ya tenía sus tetas al aire, recónditos con pezones grandes color rosa. No tarde en empezar a besar su cuello y masajear sus tetas mientras lo hacía, ella solo gemía y me acariciaba la verga que ya estaba dura como piedra. Note que sus pezones ya estaban duros y empecé a mamarle las tetas como becerro hambriento. Los apretaba y mamaba sin parar mientras ella solo gemía, me apretaba la cabeza contra sus pechos y me agarraba el cabello. En ese momento ella se puso de rodillas, me desabrocho el pantalón y me saco la verga. Abrió los ojos como platos – No mames aparte estas vergón. – Si me lo han dicho.
No dijo más, solo agarró mi verga con una mano y empezó a mamármela. Primero solo chupaba la cabeza y me masturbaba, pero poco a poco empezó a meterse más a la boca, pero nunca pudo meterse más de la mitad. Yo solo agarraba su cabeza y empujaba de vez en cuando para escuchar sus arcadas. Ya con la verga bien dura y lleva de su saliva, mi liquido preseminal y unas ganas temeridad de coger, la toma de los brazos y la puse de pie.
Le terminé de quitar le vestido y su panty, la puse en cuatro en la orilla de la cama. Ella sabía que venía, Empecé clavando mi lengua en su vagina, metiendo tratando de llegar con mi lengua lo más profundo. Después empecé pasando mi lengua por su clítoris hasta llegar a su vagina, para volver a meter mi lengua. Estuve dándole sexo oral y probando sus jugos mientras ella solo gemía. Cuando noté que estaba al borde el orgasmo, abrí bien sus nalgas y empecé a comerle el culo, buscando meter mi lengua en su ano lo más profundo que pude. Mientras con mi pulgar empecé a masajear su clítoris escuchando como sus gélidos inundaban todo el cuarto del motel. Empezaron a temblar sus piernas y empezó a encargar su espalda mientras movía la cintura, no deje que quitara mi pulgar de su clítoris ni mi lengua de su ano. Empezó a soltar gritos mientras tenía un orgasmo, deje de lamer el ano y vi como su vagina se contraía y relajaba mientras soltaba su delicioso néctar que me escurría por la mano.
Mientras ella aún gemía despacio, respiraba profundo y se recuperaba del orgasmo. Me puse el condón, la puse de nuevo en cuatro y coloque la punta de mi verga en la entrada de su vagina. -Despacio, la tienes mucho más grande que mi novio. – Solo la puse en la entrada y empecé a meterla despacio.
En cuanto entro la cabeza ella dio un gemido y empezó a respirar fuerte, se sentía muy apretada por lo que supe que aparte de infiel su novio era un pitochico. Sin sacarlo seguí metiendo mi verga despacito sintiendo como apretaba como guante hasta casi llegando el fondo ella puso su mano en mi pelvis para que no empujará más. De igual manera saque mi verga despacio y empecé un mete-saca suave pero constante y sin parar. Mientras me la cogía despacio disfrutaba su vagina apretando mi verga, admiraba admirando su hermoso culo abierto y sus gemiditos de un poco de dolor y placer. Me di cuenta que empezó a jadear y ella sólita se echaba hacia atrás para recibir mi verga, entonces se la dejé ir toda. Ella dio un gemido fuerte, pero antes de que reaccionara la agarre de la cintura y empecé un mete-saca al fondo, fuerte y rápido. Ella de nuevo empezó a gritar mientras yo la cogía duro y le daba nalgadas. Justo cuando sentí que mi orgasmo estaba cerca, la agarre del cabello y lo jale mientras acelere el rimo de las metidas. Ella empezó a moverse y supe que también iba a tener otro orgasmo, entonces no parece y aguante hasta que ella empezó a venirse y entonces solté mi leche mientras apretaba sus duras nalgas.
Saque mi verga de su vagina y ella se trío boca abajo. Aproveché para tirar tirar condón en la basura y llegué a acostarme a su lado.
-Coges riquísimo, al inicio pensé que me iba a doler mucho ti verga pero al final se sintió ufff.
-Gracias, tu también te mueves delicioso.
-La verdad me quede con ganas de cabalgarte.
Le di los dos condones restantes y mi tarjeta de Uber (con mi whatsapp) -ya tengo que irme, pero después nos acabamos esos condones. –
Nos vestimos, la lleve a su casa y solo veníamos platicando de lo rico que la pasamos sin entrar en detalles.
Pueden escribirme a mi correo [email protected].
Muy bueno tu relato