Ese día mis suegros invitaron a la familia a una carne asada en su casa. Ellos viven ya solos, pero tienen una casa grande donde a menudo hacen reuniones familiares cada fin de semana.
Para esta ocasión mi cuñado estaba de novio con una mujer más joven que él, en ese entonces él tenía 30 y la joven tenía 22 años. Mi esposa tenía 28 años y yo 29.
Mi cuñada y mi esposa empezaron siendo muy amigas en la universidad ya que mi esposa terminó estudiando una segunda carrera y se hizo con un grupo de amigas muy guapas, pero un poco zorras. Mi ex cuñada a la que llamaremos Liz, era la más loca del grupo, era extrovertida y hasta un poco vulgar. A Liz le encantaba levantar pasiones ya que se vestía de manera muy sexi y bailaba de una manera fenomenal, ya que desde hace varios años acude a ballet y varios grupos de baile, mi cuñado contaba qué además de moverse como diosa en la cama le pedía mucho sexo, y lo dejaba muerto. Liz es una persona que no pasa del 1.60 con tetas pequeñas, pero con unas nalgas riquísimas y duras.
Ese día del asado estábamos en el roof garden de casa de mis suegros mi cuñado, Liz, mi esposa, yo y por supuesto mis suegros. Estuvimos bebiendo desde las 3 de la tarde y la tarde transcurrió de la manera más normal, todos riendo y pasándola bien hasta que liz a eso de la medianoche ya no puede con el alcohol y decide retirarse al cuarto que antes era de mi esposa ya qué ella dormiría ahí, mi cuñado en un cuarto al lado del de mis suegros y siempre nos dejaban a mí y a mi esposa el cuarto más alejado para tener nuestra intimidad.
Mi esposa ayudó a Liz a instalarse en el cuarto y regresó hasta que Liz se durmió y seguimos con la fiesta, a los 20 minutos a mi me dan unas ganas tremendas de ir al baño y para eso el baño está al lado del cuarto donde se encontraba mi cuñada, en eso termino de orinar y veo que la puerta está abierta y que ella se encuentra solo con una pijama que mi esposa le prestó.
Todo empezó porque era un shortcito y se le veía donde empezaban las nalgas y eso en mi borrachera me prendió y entré al cuarto para verla más de cerca. Ya estando parado al lado de la cama intenté disimular que la estaba cobijando para ver si se despertaba y rozaba sus nalgas para ver si había reacción, pero no hubo ninguna, en eso me animo a agarrarle la nalga por encima del short y en eso se mueve poniéndose boca abajo y poniendo toda su cola a mi disposición, ahí empecé a sospechar que la muy zorra pudiera estar despierta y seguí con mi plan de manosearla y ver hasta dónde podía llegar.
Empiezo a sobarle la nalga y bajo un poco la pijama y veo que trae una tanga negra y decido ir por todo y empiezo a meter mi mano debajo de la tanga y paso mis dedos entremedio de sus nalgas casi rozando el ano, pero voy directo a la concha y le meto los dedos, en eso ella se abre de piernas, pero sin voltear ni nada solo se abre y me deja empezar a meterle los dedos, empecé con un dedo, luego dos y terminé casi bajándole el short, para esto ya me encontraba bien caliente y en eso la giro y veo que esta despierta, pero cierra los ojos y solo me dice “dame”, pero por el tiempo que tenía no pude hacer más ya qué sospecharían algo y solo le digo que para otra ocasión. En eso me baja mi bermuda y se mete mi pito en su boca, pero por los vinos qué traía tenía mi pene a medios chiles y solo me dice que si no le gustó o que.
En eso vuelvo a entrar en razón y le digo que la dejamos para después y solo atina a sonreír y seguir el trabajo ella sola.
Ya por la noche cuando nos fuimos a dormir en eso mi esposa y yo empezamos a tocarnos cuando me empieza a chupar los dedos y me dice “qué rico aroma a panocha tengo en la mano”, ella en su borrachera pensó que ya le había metido los dedos con esa mano, pero en realidad estaba probando la vagina de su amiga.