Lynn Loud una hermosa joven de 23 años, regresa a su casa luego de haber estado jugando al fútbol todo el día bajo un intenso sol. Está tan cansada y sudada que solo quiere dormir. Al entrar a su cuarto, se quita sus zapatillas y enseguida todo el cuarto se llena con un fuerte olor a pies apestosos y sudados. Sin darle importancia, se quita sus medias, las cuales están empapadas en sudor. Lynn coloca sus medias apestosas en sus zapatillas y se echa a dormir sin darse cuenta de que dejó la puerta de su cuarto abierta.
Lincoln Loud, un joven 21 años muy curioso entrar a su casa y sentir un fuerte olor, pero no le molesta, más bien lo encuentra muy agradable.
Lincoln sigue el rastro del aroma hasta la habitación de Lynn. La puerta está entreabierta y el olor se intensifica a cada paso.
Lincoln, sorprendido, descubre que el olor que le encanta proviene de las zapatillas viejas de Lynn. Sus zapatillas están muy desgastadas, con suelas amarillentas y marcas de sus pies.
Lincoln, temblando, no puedo resistirse a oler los zapatos apestosos.
Lincoln coloca su cara en los zapatos y los huele con fuerza. El olor es una mezcla de sudor, pies apestosos y goma.
Lincoln, emocionado, dice: "Este olor es magnífico, increíble".
Lincoln mira las medias sudadas dentro de los zapatos. Sin pensarlo, las saca y las huele con desespero.
Lincoln, susurrando, dice: "Esto es una locura. Pero me encanta".
Lynn se despierta y observa a su hermano oliendo sus viejas zapatillas apestosas.
Lynn, bostezando, pregunta: "¿Lincoln, qué estás haciendo?"
Lincoln, nervioso, responde: "Lynn, lo siento. Es solo que… tus zapatos y medias huelen increíblemente, me encanta su olor".
Lynn, riendo, pregunta: "¿Mis zapatos viejos y apestosos? ¿Te gusta el olor a pies apestosos?"
Lincoln, sonrojándose, responde: "Sí, la verdad es que me encanta el olor de los pies apestosos, me genera un gran placer ".
Lincoln, tembloroso y aún más rojo, le pregunta a su hermana: "Lynn, puedo, puedo, oler tus pies".
Lynn responde: "Claro, huele mis pies, que te garantizo que apestan más que mis medias y zapatos".
Lincoln, muy excitado, dice: "¿De verdad puedo adorar tus pies?"
Lynn responde: "Si eso te hace feliz, adelante".
Lincoln comienza a adorar los perfectos pies de su hermana, besando cada callo y chupándole sus dedos uno a uno
Lincoln nota como su pene su pone muy duro a causa de la gran excitación que le produce lamer los pies de su hermana, lleno de lujuria se desabrocha los pantalones y frota su miembro contra los pies sudados de Lynn
Lynn también disfruta mucho de la adoración de pies de su hermano y se retuerce de placer y mientras empieza a gemir
Lincoln no aguanta más y se corre sobre los pies de su hermana,
Lynn mira las plantas de sus pies cubiertas de semen y con lujuria los lame y menciona que rica lechita tienes hermanito, luego le dice
me encantaron tus masajes, fueron deliciosos. Y tu leche es muy rica, Pero eso quiero darte algo que te encantará".
Lynn se levanta de la cama y busca en su armario. Después de un momento, saca un par de calcetines viejos y usados y le dice a Lincoln: "Estos son mis calcetines de la suerte, mis compañeras de equipo y Yo los usamos siempre antes de un partido importante. Han pasado de un pie a otro y jamás han sido lavados, seguro te encantarán".
Lincoln, emocionado, toma los calcetines y los huele con entusiasmo. El intenso aroma a pies impregna su nariz y una sensación de satisfacción recorre su cuerpo.
Lincoln, exclama: "¡Esto es increíble! Gracias, Lynn. Eres la mejor hermana del mundo". Se abrazan y prometen repetir esta magnífica sesión de pies apestosos.