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Terminé en el cuarto desnudo ante mi suegra
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Tiempo de lectura: 4 minutos

El sábado por la tarde tendríamos una salida con la familia de mi esposa y la mía, estaba planeada desde hace un tiempo de tal manera que todos pudiéramos ir. Al inicio estaba emocionado porque me gusta salir y pasar tiempo con mi familia, solo que desde hace unos días algo me pasaba, sentía que algo me hacía falta y la sensación es peor, cuando ves todo a tu alrededor y ves que no te falta nada, tienes un techo donde vivir y una linda esposa, pero te sientes atrapado y cansado.

Tal vez los días largos en la oficina, había mucho trabajo y no me quedaba tiempo para nada, ni siquiera energías para estar con mi esposa y tener sexo como lo hacíamos antes y eso me tenía inquieto, al menos una vez a la semana lo hacíamos y no nos gusta hacerlo por hacerlo, siempre con preámbulo, ella con un traje sexy y yo amordazándola, eran tardes increíbles de solo sexo. La sangre me hervía, podía imaginar teniendo sexo con cualquier chica que se me cruzara por enfrente y que fuera linda, me enloquecía ver una chica con mini falda, si iba en mi carro y veía una chica sexy, subía la ventana y la observaba e imaginaba un sin fin de cosas, me daban ganas de buscar alguna puta, nunca he ido, pero esta sensación de calentura, hacía que pensara cualquier cosa y no quería serle infiel a mi esposa.

Al mediodía del sábado la casa estaba llena y todos listos para salir, no me encontraba de buen de ánimo para ir y les dije que me sentía mal, que me sentía cansado y no podía disfrutar el viaje, que iba a quedarme y más tarde los alcanzaba, nos íbamos a quedar en unas cabañas unos días, aprovechando que era festivo. Mi esposa insistió en quedarse para acompañarme, le dije que solo necesitaba dormir toda la tarde y al otro día llegaría a la cabaña.

Salieron todos y me quedé solo en la casa, más que descansar quería desahogarme masturbándome, no quería serle infiel a mi esposa, y salir a buscar a alguien no quería, así que puse unos videos en mi celular, busqué los videos más sucios posibles, donde la chica es amordazada y solo puede gemir, no puede moverse y solo espera con angustia y deseo que se la coman toda. Comencé a hacerlo, pasaron unos minutos y en mi punto más alto de excitación abrieron la puerta

-¿Quién llegó? –grité mientras me terminaba de subir el pantalón

-soy yo amor –gritó mi esposa algo agitada

-¿pasó algo? -Le dije mientras me levantaba para ir a ver qué había sucedido

-quédate en la cama mi vida, es solo que mi mamá se sintió mal y descansará en el cuarto de huéspedes, mañana la llevas por fa, ¡adiós, besos! –todo pasó tan rápido, que apenas había bajado los pies de la cama y ella ya había salido de la casa nuevamente, solo pensaba en que ya no podía seguir masturbándome, me habían jodido mi tarde.

Así que no me quedaba más que echarme a dormir toda la tarde, así que me quité el pantalón y me puse ropa más cómoda, mientras lo hacía escuché ruidos en el cuarto donde se encontraba mi suegra, así que fui a ver y ella se estaba cambiando, mi esposa le había dicho dónde encontrar unas batas viejas de ella y que se pusiera una para descansar, así que al ir, la puerta estaba semi abierta, y vi a mi suegra como nunca la había visto antes, no sé si era la calentura, siempre la veía y sabía que a pesar de su edad, se conservaba bien, pero verla solo en ropa interior, mientras se colocaba la bata, hizo que me pusiera mi verga dura como una roca, solo pasaba saliva y quedé mudo, espiándola como un ladrón o un violador.

Ella se acostó en la cama y se giró, dándole la espalda a la puerta, una de sus piernas estaba doblada, como haciendo un número cuatro con las piernas, lo que hacía que pudiera ver todas su pierna desnuda, se le podía ver su ropa interior, que era de encaje y eso como me ponía a mí de caliente.

Su pierna doblada, hacía que se le viera un gran culo, redondo y solo podía imaginar azotándolo con mi mano, castigando a mi suegra como niña mala. Me llevé la mano a mi verga y comencé a jalármela, lentamente mientras ella dormía, a veces suspiraba fuerte o se movía un poco y me asustaba, me quedaba quieto pero luego al ver que no era nada, seguía tocándome.

No aguantaba más, quería más de ella, así que entré lentamente y comencé a subir su bata y podía verle todo su precioso culo, grande y redondito, me agaché un poco y podía ver el bulto pequeño de su vagina en el calzón ¡ayy dios! Como se me puso mi verga en ese momento, ya quería lamerla desde los pies, subir por sus rodillas y que fuera abriendo poco a poco sus piernas y besar sus muslos, acercarme a su vagina y que ella comenzara a respirar más fuerte, a sacar su lengua y rodear sus labios, su espalda arqueada y sus senos hermosos levantados, mientras pone sus manos en mi cabeza y me invita a lamerle su vagina como si no hubiera fin, solo imaginando todo eso cerraba mis ojos mientras metía mi mano en mi pantaloneta y me la jalaba, ahí estaba yo, detrás de mi suegra, viendo su precioso culo y piernas mientras me masturbaba, me agitaba más, respiraba más fuerte cuando sentí que ella se movió, me asusté de tal manera que casi se me para pero el corazón, me quede quieto, apretaba mi verga para evitar la venida.

Ella se puso boca arriba y seguía durmiendo, llevó sus manos por arriba de su cabeza y siguió durmiendo, al subir sus brazos, sus senos se elevaron, era un espectáculo verle así. Tal susto podía detener a cualquiera, pero mi calentura era más y seguí, lo hacía rápido para ya por fin terminar, cada vez más rápido, aguantaba respiración para no hacer ruido, a veces suspiraba y no me daba cuenta de lo fuerte que lo hacía, cuando comencé a venirme, que delicia, de mi boca salió un suspiro tan largo, del desahogo que me provocaba venirme, en ese punto, a mitad de la venida, cuando todo se calienta más, una de mis manos se fue directo a una de sus tetas y la apreté, la apreté tan fuerte y tan delicioso que ya podía morir en paz, pero lo que hice fue despertarla y escuché decir

-¿Qué haces Andrés? -Me dijo mi suegra mientras me miraba mi pene, goteando semen en su camisa.

Continuará…

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