Antes que nada espero les guste mi relato, soy Brad y estoy en CMDX.
Exploraré tus labios con un dulce beso, que se torne excitante a la medida que se vuelven más intensos, dejaré que tú dulces labios me enseñen tu deseo y delaten tu cuerpo. Recogeré tu cabello y dejaré tu cuello al descubierto para mí, después de besar suavemente esos deliciosos labios solo sentirás mis manos y tu cuerpo sabrá decirte que estoy junto a ti por qué sentirías mi presencia. Levantaré tus manos y te despojare de ese bonito suéter rojo y dejaré al descubierto ese sujetador sexy negro que apresa esos deliciosos pechos.
Me acercaré a tu oído y te diré suavemente… Así te imagine todo esté tiempo. Y te daré una suave caricia con mi boca en tu orejita dejando entrever una suave sensación que tu cuerpo denota, ese escalofrío que podrá bajar por tu cuerpo y alimenta el deseo que en tu cuerpo reside. Veré como tú piel te delata, y tomaré de tus hombros la cinta que me llevara hasta el seguro de tu sujetador y lo desabrochare para dejar que tus pechos pueda salir a flor de piel, pero eso solo podría hacerte sentir vulnerable e indefensa mientras tus ojos no puedan ver, y tu cuerpo no pueda esconderse ante mi inquietante deseo de sentir tu piel. Y allí, justo allí donde no te lo esperas una ligera caricia a la altura de tu cuello, bajará hasta tus hombros con una mezcla de cosquilleo y extraña mezcla de deseo podrías sentir, entonces sentirás como mi boca ha bajado hasta tus hombros y como un beso se posiciona en tu espalda.
Y mientras esto sucede, sientes como en la punta de tus pechos inicia una pequeña sensibilidad que no habrías notado del todo hasta que la yema de un dedo se posa en la punta de ellos a la par de la caricia en el cuello y sin más preámbulo sientes como un dedo se desliza allí y como una mano te toma de la cintura y te junta a mi. Siento como tú respiración se agita y como tú cuerpo reacciona e inclusive como tus manos intentan tomarme de mi cabeza, mientras una de mis manos se posa delicadamente en tu pecho y lo recorre traviesamente por el contorno.
Sabes que mi otra mano liberará con excito la parte baja de tu cuerpo de aquel pantalón que protege la suavidad de la piel de tus piernas. Y mientras tú no puedes ver solo sientes caricias en tu cuerpo, comienza en lo más profundo de tu intimidad a sentir ese inquietante deseo, ese deseo que emana un ligero calor y un delicioso néctar que poco a poco impregna la delicada ropa interior que protege tu cuerpo. Y cuando al fin es liberado ese botón de seguridad y es bajado ese cerrojo de tu pantalón, sientes como cae poco a poco mientras tu pecho se encuentra muy sensible ante el tacto mientras, tu intimidad se intensifica de deseo y al instante de quedarte en ropa interior, sientes como alguien amenaza con abrir detrás de ti, con incursionar en un lugar para ti prohibido.
Y sientes miedo, un poco de inseguridad y mientras piensas que tal vez no sea buena idea continuar te volteo y sientes un profundo y delicioso beso, sientes como tú piel y la piel de aquel deseoso amante de ti, se encuentra rodeando tu cuerpo. Sientes sus manos subiendo y bajando por tu espalda y acercándote a el por tu cintura. Sientes como su mano sube lentamente por tus muslos hasta encontrarse con esa delicada prenda que te protege e incursiona debajo de ella para tocar ese trasero que se encuentra firme y con deseo de sentir una fuerte pero delicada caricia.
Y una vez más tu respiración se corta un poco más, tu deseo se incrementa y ese perverso amante que hace suyo tu cuerpo te recuesta ligeramente en la cama, sientes la frialdad de la cama y la sensación de que recorren tu cuello, y bajan a tu pecho. Sientes como pasa una lengua sobre el contorno de tu pecho, como traviesa mente ahora recorre tu aureola y toma preso tu pezón entre un par de labios quienes a su vez lo disfrutan delicadamente con la lengua. Entonces decides que es buena idea continuar, entonces tú subconsciente desea una caricia un tanto más morbosa, sientes mientras se devoran tu pecho como una mano comienza a recorrer tu pierna, la levanta ligeramente y ahora incursiona por tu muslo, pero ahora no importa, ahora el deseo te dicta que esa suave mano va por buen camino. Incluso si por ti fuera, probablemente tu mano se encontrará allí, justo en el clímax de tu deseo.
Tal vez en tu mente deseas que esa mano intrusa sea más aventurera, pienses que debería de ser más osada e incursionar debajo de tu ropa interior, y un poco de desesperación pasa por tu mente al sentir como tus pechos son devorados. Y justo al llegar al centro de tus muslos, tu intuición te dicta que debes de abrir tus piernas ligeramente para dar paso a esa inquietante mano. Pero algo no está dentro del plan, aún no sientes la caricia que debería de ser pertinente, esa mano no ha identificado lo que te gustaría, solo ha pasado por los costados, y aunque se fue de arriba hacia abajo fue muy efímero y solo sobre la tela de tu intimidad. Eso te desespera y a la vez te excita.
Te excita saber que pronto harán algo más rico, que disfrutarás pero el deseo te dicta que es necesario sentir esas caricias ya en ti. Y cierras un poco las piernas tratando de apresar esa mano para que incurra en ti, y la mano lo siente, y reacciona. Comienza a sobar lentamente ese lugar que anhelas sentir, las caricias en tus pechos cesan y sientes como la boca baja por tu cuerpo mientras una mano te toca sobre la tela
Y piensas, que tal vez un poco de ayuda sea buena idea, y con una de tus manos tomas uno de tus pechos y con otra intentas que no sea demorada esa caricia, y comienza a bajar. En tu mente, solo deseas tener esa calidez en ti, solo deseas sentir como toman esa humedad y la vuelven hacia ti. Deseas que esas caricias que sentían tus pechos hace un momento, sean intensificadas. Sientes que los besos ya están por tu vientre, ya falta poco y sientes el aliento a la altura del resorte de tu ropa interior, y relajas tu cuerpo sabes que pronto pasaría, inclusive abres más tus piernas y te acomodas para sentir esa caricia que tanto deseas. Sientes que algo no está del todo bien, sientes que las caricias se tornan ligeramente hacia un costado. Levantan tus piernas, y te sientes indefensa pero llena de deseo y de lujuria, y allí está sientes como una cálida lengua recorre toda tu zona desde lo más bajo hasta el punto exacto donde la necesitas. Sientes ese deseo de él, por qué no solo sientes su aliento, también sientes como te desea. Entonces sientes como esa lengua se torna por los costados, piensas que tal ve necesita una mano, y proactivamente con tu mano intentas hacer a un lado tu ropa interior pero ¿Que sucede? Por qué no dejo que tu mano llegara.
En ese momento notas su malvado plan, en ese momento piensas, que ganas de poderlo ver a la cara y que entienda que no aguantas y que eso NO ES LO QUE QUIERES, pero tu orgullo aún es grande y el deseo es aún mayor. Sabes que jugar un poco más sería una mejor opción.
Y entonces pasa lo que no esperabas, su lengua hábilmente, se introduce por debajo de tu ropa interior. Que deleite, sentir como al fin esa lengua recorre tu intimidad, sientes como baja un poco tu tensión y sientes como recorre tus labios ligeramente, sientes como recauda tu néctar, y te dejas llevar, inclinas tu cabeza y por tu mente solo pasa… Lo voy a disfrutar.
Y al sentir como subía, como continuaba, sientes como llega a ese punto, que tanto deseas. Se torna allí, al fin es tu momento de sentir un poco de descarga y sientes como lo toman preso y piensas que pronto estallarías de placer aunque ese momento, ese efímero momento se apaga. Te ha dejado allí y su boca se ha quitado. Y no lo entiendes, sientes como se vuelve a ir lentamente por tus labios pero ya no es a flor de piel, ya es sobre la ropa interior. Y te desespera sentir que se va entre tus muslos
Y más te desespera al no saber qué pasará, al no poder verlo. Sientes como se va de ti, esperas a que se reincorpore…
Continúa.