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Sumisa y obediente a mi marido
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Soy Alicia, tengo 50 años, al igual que mi marido. Después de la fiesta de la noche de nuestro 25 aniversario de bodas y del viaje de 12 días a la República Dominicana, donde mi marido me traía un par de machos negros todas las noches, no repitió ningún chico. Cuando llegamos a casa, volvíamos a la rutina de siempre.

Habíamos comprado una autocaravana grande, con una sola cama de 2 × 2 metros. Un baño y cocina completos y una mesa central. La cama está en la parte trasera. Los viernes a las 16.00 horas salíamos, al pueblo o ciudad que habíamos escogido. Yo subía a la autocaravana vestida, con faldas ó vestidos que escasamente tapaban mis tetas coño y culo. Mi marido era quien me los compra. Este último fin de semana, fuimos a una finca de caza a la provincia de Ciudad Real. En el trayecto de Alicante a nuestro destino, mi marido me contó, que la finca era de un fondo de inversión.

El delegado en España era quien nos había invitado, después que mi marido le contara lo puta sumisa y obediente que era yo. Mí coño se encharco solo de pensar cuantos machos me iban a follar ese finde. Me avisó que estarían las mujeres de todos los invitados y seríamos unas 6 parejas. Nosotros los más jóvenes. Llegamos a las 20 horas, nos recibió el anfitrión junto con su mujer. Él tenía 60 años y su mujer 58. Los 2 estaban muy bien, el tenía la cabeza rapada, media 1,85 unos 100 kg de peso. La mujer tenía un culo y caderas grandes, las tetas eran grandes pero proporcionadas con su cuerpo.

Entramos a la masía, que estaba recién reformada. Nos llevaron al salón donde estaban los otros 3 matrimonios. Nos fueron presentado y mi coño se humedecía con cada besó que me daban. No sabía si comerme, las pollas o los coños.

Estuve hablando con las mujeres, entre ellas se conocían. Así que las 4 me preguntaban a mí. Les dije que era funcionaria de sanidad. Me pregunto M. Luisa, anfitriona de la casa, si quería beber algo.

-Una copa de vino blanco seco si tenía.

-Por supuesto Alicia.

Ella llamó a la camarera y pidió una botella de vino y 5 copas.

Yo: M. Luisa me dices por favor donde está el baño

M. Luisa: yo te acompaño.

Ella iba delante de mí, mis ojos se posaron en su culo, abrió la puerta y entro ella delante, cuando yo cerraba ella tenía la falda por la cintura y las braguitas en los tobillos. Meo, se levantó para limpiar su coño lo tenía como yo un triángulo de pelo encima de su chocho. Ella me miró ‘te toca’, yo levanté mi vestido y como no llevaba braguitas me senté y oriné. Ella no se atrevió a preguntar, yo le dije que llevaba unas braguitas muy bonitas. No se cortó, levantó su falda y me las enseñó. Yo tampoco me corté, la bajé las braguitas y metí mi lengua en su coño. Me quito los tirantes del vestido y empezó a sonar. Mis tetas y pellizcar mis pezones. Se corrió en mi boca, salían unos jugos de su coño muy viscosos y de sabor fuerte. Me cogió de los hombros, me puso con las manos apoyadas en el lavabo. Metió su boca entre mis nalgas. Me comió cuño y coño con gran maestría hizo que me corriera en muy poco tiempo.

Se tragó todos mis fluidos y me dejó coño y culo limpios. Me giro y nos comimos la boca, luchando con nuestras lenguas. Al salir me preguntó a qué macho me iba a follar esta noche.

-A tu marido, me vuelven loca los hombres con el pelo rapado o calvos. Aparte tu marido está para comérselo. Pero yo necesito por lo menos a 2 machos a la vez, si no me dejan con más ganas que al empezar. Tu Luisa quieres participar conmigo. Yo quiero follar contigo y tu marido. A partir de las 2. Me da igual mientras tu marido me folle culo y coño. Yo te comeré el coño y culo.

Llegamos las dos riendo, nos dieron una copa de vino. Brindamos por nosotras y nos bebimos la copa de un trago. Nos llamaron para cenar, Luisa me cogió del brazo y pidió que follara primero a su marido. Y así ella podría participar en mis demás folladas. Yo le dije si a nosotros nos ha invitado porque mi marido le contó que yo hacía lo que él mandara.

-Ya lo sé, pero no sé cómo se lo tomará él viendo como me folla otra polla o comiendo tu coño. Tienes alguna de estas amigas, a la que quieras joder. A Sagrario la hija de puta de chivo a mí padre que le chupaba la polla a los hijos del casero.

Nos sentamos a cenar y Sagrario de puso enfrente de mí. Me puso el pie descalzo entre mis piernas, yo abrí mis piernas para, que llegara a mi coño. Tire a postas mi cuchillo debajo de la mesa. Me metí debajo y abrí su piernas, con el cuchillo estire las bragas y las corté. Me las llevé. Cuando la volví a mirar, ella me guiñaba el ojo. Yo me limpié la boca con sus braguitas y ella se ponía toda cachonda. M. Luisa me sobaba el coño y mi marido me miró, y me hizo señas para que viera lo que hacía. A mí izquierda estaba el marido de Luisa. Le fui a sobar la bragueta y topé con otra mano de mujer. Victoria me miró y cerró los ojos. Entre las dos sacamos la polla del anfitrión fuera del pantalón.

Yo me levanté y con la copa de vino en la mano les hice levantar a todos, ninguna de las 5 mujeres llevábamos braguitas y los hombres estaban con las pollas fuera. Voy a brindar por la orgía que vamos a montar esta noche. Me bajé los tirantes del vestido y cayó al suelo. Las mujeres fueron las que me siguieron y se quitaron los vestidos y como había dicho yo ninguna llevaba braguitas. Puse una condición ninguna podía follar con su marido.

Fue total yo llegué a estar penetrada por boca, culo y coño a la vez. Pero la primera polla fue la del anfitrión que me follo encima de la mesa.

 

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