Les contaré cómo me convertí en sumisa de un hombre maduro.
Tenía 28 años, y sentía mucha curiosidad de conversar con alguien, en ese momento yo conocí un chat español y entre los asiduos asistentes a la sala del chat había hombres mayores, que me inquietaba un poco. Sin embargo, no pasó nada. Un día por curiosidad entre a una sala de personas mayores de 50 años. A los pocos minutos se abrió una ventana privada con José, un español de 57 años, de Barcelona. Me preguntó que hacia una persona tan joven en una sala para cincuentones; solo pude responder: me da curiosidad
J: ¿te gusta el morbo?
P: un poco sí
J: ¿Que te parece si mientras charlamos cruzas las piernas?
P: sí
(Nunca antes había sentido algo como lo que empecé a sentir)
J: Yo soy Dominante, tu eres Sumisa?
P: No sé que es eso…
J: Solo tienes que seguir mis indicaciones, vamos a conocernos, y mientras nos vamos conociendo yo te indico que tienes que hacer
P: de acuerdo
J: ¿Tienes un resaltador cerca?
P: sí
J: póntelo entre las piernas y crúzalas, mantendrás las piernas cruzadas durante toda nuestra charla.
P: de acuerdo
J: de acuerdo "Señor” a partir de este momento siempre me responderás terminando la frase usando "Señor"
P: de acuerdo Señor
Yo comencé a excitarme, me mojaba recibir órdenes de un desconocido y no sabía porque. Mientras él me platicaba cómo se había convertido en Dominante y le gustaba tener a alguien a su disposición. Me dijo las reglas, acordó los horarios en qué debía de conectarme y yo solo asentía. Casa vez me daba más morbo, al mismo tiempo me daba miedo y quería parar cuando me dijo:
J: ¿ya estás mojada mi puta?
P: muy mojada Señor
J: mete el resaltador en tu vagina y vuelve a cruzar las piernas. Dejaré que sientas un poco de placer.
Me sentía totalmente fuera de mi, nunca había tenido esa sensación y necesitaba más. Me preguntó que tipo de ropa interior usaba, en ese momento yo usaba ropa interior común, sin gracia, normalmente de algodón y grande. Me dijo:
J: quiero que te compres un coordinado de tanga y bra de encaje, color negro y otro rojo. Mañana cuando te conectes, deberás ya traerlo puesto.
P: sí Señor
Cerro la ventana del chat y yo me quedé un tanto excitada, molesta, deseosa, pero al mismo tiempo furiosa, porque normalmente yo no me dejaba dar órdenes de nadie. Sin embargo me sorprendí a mi misma buscando a las pocas horas la ropa sexi con las características que me había indicado mi Señor.
Les contaré en un próximo relato, cómo esto que empezó como una simple charla en el chat me hizo viajar a España y ser la Sumisa amante de un hombre mayor.