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Sueño, despecho y calentura
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Era una noche de martes en el departamento de Andrés y teníamos muchísima tarea, estábamos Andrés, Sebastián, Jorge y yo, nos repartimos las tareas para terminar lo más pronto posible. Tenía la mente ocupadísima o eso trataba, no quería pensar en mi ex, David, hace un par de semanas habíamos terminado por el tema con Andrés que ya les había contado en relatos anteriores, por el momento me iba perfecto, las tareas y proyectos de la universidad funcionaban como una excelente distracción.

Terminamos cerca de las 2 am, Jorge se retiró a su casa ya que vivía cerca, Sebastián se dirigió a su habitación, Andrés y yo nos retiramos a la suya. Desde que terminé con David, me pasaba todo el tiempo con Andrés, pero solo como amigos, no quería volver incómodas las cosas, solo hicimos como si nada pasó, él me llevó a su habitación y me pidió que descansara en su cama que él descansaría en el mueble que tenía allí, yo le dije que no hacía falta que yo podía dormir en el sofá, luego de reírnos un poco de la situación y decidimos dormir juntos en la cama, era lo más lógico, era una cama grande y entrábamos tranquilamente.

Me senté en la orilla de la cama, me retiré las zapatillas, medias y mi abrigo, por un momento pensé dormir así, con casi toda mi ropa puesta, pero el departamento tenía un clima agradable y de hecho hacia algo de calor, por lo que decidí quitarme discretamente el pantalón y el brazier, aprovechando que Andrés ya se había acostado y me daba la espalda, entonces solo quedé en interior y mi blusa blanca con tiras, apagué las luces y me metí en las cobijas. Empecé a pensar en mi ex, y en la ironía de mi situación actual, durmiendo en la cama de la persona que causó nuestra separación, pero cómo estaba super cansada no tarde en quedarme dormida.

Cuando vivía con David, había muchas noches en las que mientras "dormíamos abrazaditos" él inconscientemente empezaba a tocarme el pecho despertándome en el acto y me prendía al 100% por lo que yo terminaba despertándolo y terminábamos cogiendo bien rico en la madrugada.

Esa noche empecé a soñar que estaba en casa con David y que ambos estábamos acostados en su cama y volví a sentir como me manoseaba, y como de costumbre yo me dejaba hasta que ya no podía soportar las ganas, pero desperté del sueño abruptamente, me sentía muy excitada, ya me había hecho a la idea y realmente me hacía falta, inicié muy lentamente a jugar con mis dedos por encima de mi interior, cuando empecé a sentir que se humedecía decidí humedecer un poco mis dedos con saliva y los introduje en mi vagina, poco a poco iba subiendo la intensidad y pequeños gemidos salían de mi boca, realmente ya no me importaba lo que sucediera y para ser sincera quería que Andrés se despertara y que me hiciera lo que le diera la gana, me quité el interior y seguí masturbándome, moviéndome y gimiendo cada vez más, a la vez que me acercaba muy lentamente hasta Andrés, para despertarlo, me volteé hacia su lado gimiendo muy cerca de su oído, hasta que conseguí que se despertara, se volteó algo asustado preguntando si todo estaba bien, no le contesté y me volteé para poner mi trasero contra su cuerpo, tomé su mano y la coloqué contra mi pecho, creo que entendió enseguida porque apretó mi seno con mucha fuerza, además de acomodar todo su enorme cuerpo justo detrás de mí.

Tomó las cobijas que teníamos encima y las hizo a un lado, continuó quitándome la blusa, acariciando mi piel con sus manos calientes, aprovechó besando mi cuello y mis hombros, mientras continuó el recorrido de su mano por mis pezones, mi cintura, cadera, hasta que metió su mano abruptamente entre mis piernas, lo cual me hizo gemir, tomó mi pierna con su mano levantándola y acomodándola sobre la suya, luego con sus dedos nuevamente recorrió desde la pierna hasta mi boca y los introdujo hasta el fondo de mi boca, los cuales chupe con muchísimas ganas, antes de sacarlos movió mi cabeza lentamente hasta que se acomodó para besarme apasionadamente, mientras con sus dedos mojados empezó a penetrarme con mucha fuerza, mientras nos besábamos yo gemía cada vez más fuerte, hasta que no pude seguir con los besos, volteé mi cabeza y empecé a morder la almohada para no hacer mucho ruido, estaba excitadísima y Andrés no paraba de masturbarme con sus dedos, se me escapó un pequeño grito de placer, y Andrés me pidió al oído que le alcanzara los condones que tenía en su mueble de noche, volteé a verlo y le dije:

-No…, no me gusta -él sonrió y continuó besando mi cuello mientras seguía jugando con sus dedos dentro de mí.

-Es por seguridad para los dos -me dijo.

Yo me quejé se puede decir que casi le rogué, pero terminé aceptando que era lo mejor, tomé la caja de condones que estaban en el cajón y se la pasé, él se hizo a un lado y mientras se lo colocaba yo continué tocándome para no perder las ganas, unos instantes después siento a Andrés acomodando la cabeza de su pene en mi vagina y lo introduce lentamente, luego con sus brazos empieza a abrazarme apretando mis senos y de a poco empieza a penetrarme mientras juega con mis pezones, empieza ese va y viene, se escucha fuertemente el choque de nuestros sexos, la respiración y los gemidos se vuelven incontrolables, él besa mi boca, cuello y espalda.

Andrés sujeta mi cuello con su mano y empieza a apretar, ambos nos miramos fijamente, comienzo a sentir que está apretando muy fuerte y volteo a mirarlo pero él esta concentradísimo penetrándome muy fuertemente, decido aguantar el dolor a costa del placer, hasta que siento como empieza a frenarse y dar sus últimas embestidas con toda su fuerza, dejando mi cuello libre al fin, Andrés se recuesta a su lado de la cama mientras yo estornudo y trato de recuperar la respiración, él me pregunta si estoy bien, le comento que todo estaba bien hasta que decidió ahorcarme, él inmediatamente se disculpó a lo que le dije que en realidad no estuvo mal, pero que si sentí algo de miedo, nos recostamos, reímos un poco y nos quedamos mirando hacía el techo y para nuestra buena o mala suerte ya había salido el sol, teníamos que salir a clases, me dirigí al baño para limpiarme muy bien mientras empecé a pensar en el ruido que habíamos hecho, y que Sebastián debió escuchar todo, me llene de vergüenza, ya que en algunos minutos debíamos salir los 3 con rumbo a la universidad.

Y bueno ese fue el inicio de mi aventura con Andrés que fue de casi dos meses, sin duda fue bastante diferente a las experiencias sexuales que había tenido, siempre usaba condón y además me enseñó a usar lubricante, otra cosa bastante interesante era que siempre se depilaba y yo también empecé a hacerlo, sexualmente todo fue increíble, pero en lo demás nunca terminamos de conectar, terminamos con una relación bastante extraña de sexo y amistad.

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