Somos J y P, y después de un tiempo nos hemos animado a escribir. Desde joven J ha disfrutado de escribir sobre sus aventuras sexuales y cómo es la vida, P a una edad similar, también gustaba de actividades similares. Es por eso que hemos decidido compartir algunas de nuestras andanzas.
Somos una pareja de abogados con 30 (P) y 33 años (J), quien nos conoce suele decirnos que no aparentamos esta edad. P siempre ha sido una chica delgada y bajita de 1,53 cm, con lindas tetas, cintura pequeña, linda cara, piel oliva y ojos miel. Por mi parte, siempre he disfrutado de cuidar mi cuerpo, por lo que tengo un buen físico, piernas y brazos musculosos, abdomen trabajado y trasero respingado y redondo, con cabello y ojos oscuros y profundos y barba cuidada.
Para no alargar más la introducción, y luego de la breve descripción, les cuento que tenemos cierta fijación por experimentar con sitios swinger, llevamos más de 5 años visitando este tipo de establecimientos en Bogotá, al punto de decir que conocemos el 90% de los sitios de la capital de Colombia.
La aventura que queremos relatar esta vez, tuvo lugar cuando teníamos cerca de 27 y 30 años, en el bar swinger al cual nos referiremos como “Lotto”. Era un sitio pequeño, de aproximadamente 250 m2, parecía una casa más en el barrio de la que seguramente los vecinos no se imaginarían que era uno de los sitios con los mejores masajes eróticos de la ciudad.
Lotto era un bar nudista, por lo tanto, al llegar debes guardar tu ropa en los casilleros dispuestos para ello y andar con una toalla, lencería o desnudo por todo el sitio.
Elegimos el sitio porque promocionaba masajes eróticos, la verdad es que nunca habíamos ido a un sitio de estos con masajes eróticos y menos, que tuviera un hombre como masajista para ella, éste último detalle, nos llamó suficientemente la atención.
En busca de este sitio, encontramos una puerta oculta tras unos árboles altos, entramos y tal cual, era una casa de familia reformada. En el primer piso tenían un espacio para bailar, otro para los casilleros y la sala de masajes, hacia el fondo encontrábamos un pequeño sauna y donde solía quedar el patio, estaba el jacuzzi. En el segundo piso, encontramos 3 habitaciones, “Cuartos de fantasías”, con camas grandes color rojo dispuestas para follar y listo! Básicamente ese era nuestro sitio.
Entramos y después de desnudarnos pedimos un par de cervezas, habíamos llegado suficientemente temprano para que el sitio estuviera casi vacío. Por lo que aprovechamos para conversar y pasar un buen momento, observar las personas, las parejas, y buscar relajarnos para lo que se venía.
Vimos que ya había gente en los masajes, así que nos animamos a ir, había 2 mujeres y 1 hombre encargados de los masajes. Ofrecían sus servicios indicándonos nuestras opciones: masaje relajante o masaje erótico. Muy caballerosa como siempre mi querida P, les indicó a las chicas que yo iba primero con un masaje erótico. El masaje empezó muy agresivo, las masajistas fueron directo por mi pene, una me masturbaba y la otra me tocaba el pecho, luego las dos fueron por mi pene, era demasiada excitación para tan temprano así que les pedí que bajaran el ritmo, no quería dejar a P desatendida. El masaje continuó pero boca abajo, una fue por mi espalda y la otra me apretaba las nalgas, en eso se acercó una pareja. La mujer tendría unos 45 años, creo que no había visto un trasero masculino nunca en su vida, al verme rápidamente le pidió permiso a P para tocar mi trasero, esta mujer se ha sabido pegar de una forma loca a mis nalgas, no sabia que hacer con mi trasero, lo apretaba, ¡nalgueaba! era impresionante como me tocaba, solo podía sentir a P mirando, es la hora que no sé su reacción, pero seguro se divirtió mucho viendo a esta mujer toda ganosa.
No habían terminado conmigo cuando P ya estaba siendo masajeada por el chico, ella ya estaba ahí, completamente desnuda y siendo tocada por todas partes por este tipo. ¡Jamás había visto a P así! La veía con sus pezones duros y completamente desnuda frente a todos los que pasaban por allí, llena de aceite y con las manos de otro encima, era una sensación de celos y al mismo tiempo muy morbosa… fue inevitable para mi tener una erección casi que instantánea.
El tipo aquel hacia mucho énfasis en sus tetas, las movía para todos los lados, las apretaba, trabajaba sus pezones y apretaba… era increíble, luego que me vio acercar, me preguntó si ella venia conmigo, a lo que contesté que si.
Debido a ello, le dio la vuelta y la puso boca abajo, ahora el trabajo fuerte se trasladó a las nalgas, abría su trasero, lo presionaba, me daba mucho morbo como abría sus nalgas y quedaba expuesto su ano, era increíble. Después de terminar, justo al lado de las camillas de masaje, había una especie de sofá. Tomé a P de la mano y descargué toda mi excitación en ella en ese momento. No podía dejar que mi pequeña zorra se dejara manosear así de descaradamente y no tuviera su castigo. Simplemente metí mi pene y su vagina estaba más que dispuesta, P, mi linda perra, ¡¡¡estaba gozando de lo lindo su masaje!!! La follé por 10 o 15 min y al entrar en razón nuevamente, teníamos público, alrededor de 8 personas mirando por todas partes como le follaba. De la nada el sitio estaba allí viendo como descargaba toda mi calentura después de ver a mi caliente novia siendo manoseada por otro.
A pesar que nos encanta ser vistos, había que guardar para después, así que nos retiramos y dimos una vuelta, fuimos a las habitaciones superiores, encontramos que una de ella, tenía unas escaleras, que llevaban a un pequeño hueco, las escaleras eran perfectas para ponerla en 4. Ahí empezamos a follar nuevamente, la habitación se fue llenando, por eso pasamos a la cama, ya teníamos público y nos dejamos ver por unas 10 personas. Debido a nuestro show se animó otra pareja y se nos acercó un hombre solo. Puse a P boca arriba, yo arrodillado la estaba follando mientras este sujeto le tocaba las tetas, P tiene una cara preciosa y cuando esta así de perra, simplemente se vuelve sexo puro, este sujeto era feliz manoseándola, además que todavía estaba algo aceitada, por lo tanto, deslizaba sus manos libremente por sus tetas. Tuve que pedir a P que nos detuviéramos, era demasiado para mi, así que fuimos al Jacuzzi.
En el jacuzzi había 3 parejas y con nosotros 4, entre las parejas estaba nuestro amigo el masajista. (P se entusiasmó al ver a su amiguito por allí). Empezamos a charlar y P empezó a comunicarse con un tono coqueto con él, y pues claro! Nuestro amigo se acercaba poco a poco, primero tocándole los hombros, luego la cintura y por último el muslo… el jueguito barato se le acabó porque la chica con la que estaba el masajista lo haló y más o menos lo violó en frente de todos.
La noche siguió, fallábamos aquí o allá hasta que nos hicimos en una mesa al lado de una pareja madura, P en su estado natural (desnuda) charlaba con esta pareja de unos sesenta y tantos, mi querida P completamente desnuda con una propiedad que te asombras, sin embargo, se le olvidó que existían sus amigos hasta que el masajista se hizo en la mesa de enfrente. Ella lo niega pero yo lo vi todo, se fue al baño, y al regresar, le hizo una sonrisa y se le sentó al lado (he de recordar que ella estaba completamente desnuda). P nuevamente en su coquetería me dejó hablando con los maduros mientras ella se divertía en lo suyo, yo miraba a lo lejos, esperaba cualquier cosa, pero todo empezó a hacerse real, cuando el tipo le mandó otra vez la mano al muslo, nuevamente fueron celos de verla tan cómoda con otro, pero al tiempo me empezaba a excitar verla así. El tipo no se qué le decía pero la miraba, le miraba las tetas descaradamente, no sé que contestaba ella, pero parecía insinuante, el tipo subió su mano por la cintura y ella señaló las tetas, el tipo puso su mano por debajo de su teta izquierda y luego la apretó suavemente, P de inmediato me miró, esperando que asintiera o algo, claramente yo asentí, ella se acercó rápidamente y me preguntó ¿tienes condones? Yo los tenía en mi mano izquierda, la abrí y se los mostré, ella me halo y fuimos rápidamente hacia arriba.
El sitio estaba cerrando, quedaba poca gente, sin embargo, ella me llevó a la habitación y empezamos a follar, estaba muy caliente, empezamos en misionero invertido, luego misionero, luego cucharita y una vez la puse en 4 irrumpió su amigo. Me miro y empezó a acariciar su pelo, suavemente, luego su espalda… se tomaba confianza y ya la manoseaba a dos manos… luego subió ambas manos y le apretó otra vez las nalgas, las abría con cada embestida mía, me hizo una señal como si cambiáramos, el tipo ya estaba listo, le pasé el condón y efectivamente cambiamos, mientras P me lo chupaba, el masajista le embestía con fortaleza, apretaba su cuerpo con vigor y se notaba que lo hacía con mucho gozo.
Ella rápidamente llegó al orgasmo, y pidió que se la follara en vaquería, el tipo se acostó y ella encima, lo cabalgaba con total confianza, con mucha propiedad, yo de pie recibía una mamada entre gemidos y quejidos, el masajista le tocaba toda, era demasiado excitante ver como gozaba.
Ella quería más, se sacó mi pene de la boca y me dijo, métemelo por el culo ¡¡por favor!! Se recostó sobre el tipo para sacar el culo, el masajista se detuvo y me permitió entrar por el ano. Ya habíamos hecho esto con consoladores, pero yo sabía que era su sueño hacerlo con un pene de verdad, me encanta darle gozo a mi adoraba P, escupí su ano, tenía mucho pre cum en mi pene y seguro ella algo de aceite todavía… no lo sé… el pene entró y se sentía muy apretado. Ella apenas gemía, empezamos a darle así y aquellos quejidos tuvieron efecto, teníamos 5 espectadores, quienes estaban atónitos al ver la imagen. Cuando P vio que tenía espectadores, gemía más duro, parecía una perra en celo, estaba muy caliente tanto que al llegar al orgasmo, rasguñó al masajista en los hombros y brazos… tuvo un súper orgasmo apretó el culo fortísimo y se veían sus pezones como piedras, sin embargo, ahí quedó mi amada P. El masajista se quitó el condón y ella sabía qué seguía. Puso sus tetas y el masajista la bañó en semen, luego seguía yo e hice lo propio, pero apunté a su cara… la gente guardó silencio, no daban crédito a la imagen.
Después de bañarnos y tomar el taxi, P iba dormida, plácidamente dormida, como decimos en Colombia, con una cara de ponqué inigualable.
Ese fue el día en que mi querida P tuvo su primera doble penetración.