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Su primer lésbico. Su sorpresa. Mi sorpresa
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Era sábado, diciembre 17 y como es nuestra costumbre, fuimos a cenar a nuestro restaurante preferido. Poco después de las 7 pm. Siempre que salimos a divertirnos estamos conscientes que cualquier cosa puede pasar, al menos que ella me observe que no está en ánimo de putear.

Nos gusta sentarnos en las mesas que están frente al bar, así podemos ver los hombres que la chequean. En esta ocasión mientras cenábamos y conversábamos noto que mientras había hombres que la miraban desde el bar ella estaba enfocada en la mesa que estaba a mi espalda. Mi esposa conversaba conmigo, pero su mirada estaba ocupada con la mesa detrás de mí.

Yo: Mami, hay como tres hombres en el bar que no te quitan la mirada

Mi esposa: Si, ya me di cuenta pero que se hagan una paja esta noche

Yo: ¿Que te tiene tan ocupada detrás de mí?

Mi esposa: (Con una amplia sonrisa y un brillo de lujuria en los ojos) Cállate, pero hay dos mujeres sentadas en esa mesa y la que está frente a mí me mira fijamente y cada vez que se toma un trago saca la lengua y se la pasa por los labios mirándome.

Yo: Mmmm. No me dijiste que estabas en mujeres esta noche

Mi esposa: Nooo, yo no estaba en eso hasta que me di cuenta como me mira y me sonríe y eso me está excitando

Mi esposa me había contado en una ocasión que una de sus mayores fantasías era probar a una mujer, pero nunca volvimos a tocar el tema y yo lo deje en el olvido. Siempre hablábamos de fantasías con hombres solamente, aunque veía como se excitaba con las mujeres cuando veíamos porno.

Yo: ¿Te gusta?

MI esposa: Me tiene bien caliente. Es bien bella, tiene una linda sonrisa y buena figura

Yo: Sóplale un beso y guíñale un ojo.

Mi esposa: Ay nooo. Aquí hay mucha gente y me pueden ver

Yo: Mami, pero tú siempre me has dicho que a ti no te importa lo que piensen los demás (bajé la cabeza y le dije) Hazlo, no mires a nadie, mírala solo a ella (Así lo hizo)

Mi esposa: ay, ay, se puso roja y como nerviosa y se sonrió

Nos estuvimos riendo y conversando de la situación. Haciendo fantasías de cuantas cosas le gustaría hacer y que le hagan.

Mi esposa: ya, ya, para con eso que me estás haciendo que me moje mas

Yo: ¿quieres probar?

Mi esposa: ojalá, pero ¿cómo?

Yo: préstame un lápiz (cojo una servilleta y escribo el número de celular de mi esposa y su nombre y más abajo escribo whatsapp). Le pregunto a mi esposa, ¿qué color esta vestida ella?

Mi esposa: Tiene un vestido rojo con un escote, así como yo. Tiene buenas tetas también y los labios carnosos.

Llamo al mesero que nos está sirviendo que es el mismo que está sirviendo la otra mesa y le digo que nos sirva más tragos y a la mesa detrás de nosotros les lleve otro servicio de lo que están bebiendo. Pero que venga a nuestra mesa primero. Así lo hizo. Cuando vino a nuestra mesa con los tragos le entregue la servilleta con la nota y le dije que se la entregara a la vestida de rojo.

Se sorprendieron del gesto y la que estaba de espalda a nosotros voltea la cara y nos da las gracias. Esta no se veía mal tampoco, pero la que estaba chequeando a mi esposa es verdad que estaba buenísima. Ahí fue cuando me entro la lujuria de verdad y se me estaba parando la verga.

Me fui al baño y cuando regreso mi esposa me enseña un texto de whatsapp que le envió.

Lilly: Hola, muchas gracias por la bebida, son ustedes muy amables. Gusto en conocerte, me llamo Lilly

Mi esposa: A tu orden. Me gustaría conocerte más de cerca si es que deseas lo mismo.

¿Qué te parece más tarde? ¿O tienes algún inconveniente?

Lilly: Claro que lo deseo y no, no tengo inconveniente alguno. ¿Pero, y tu esposo?

Mi esposa: Él no tiene inconveniente. ¿Eres casada?

Lilly: Nooo, justo esta noche estoy celebrando mi divorcio con mi amiga

Mi esposa: Pues si te animas puedes celebrar con nosotros también más tarde

Lilly: Hmmm, suena muy interesante. Mi amiga hace rato que esta porque nos vayamos y yo estoy con ganas de seguir celebrando.

Mi esposa: Pues, mantén las ganas en alto. (le envió la dirección de nuestra casa) te esperamos?

Lilly: Mmmm. Está bien

Nos fuimos a la casa. Era cerca de la medianoche creíamos que Lilly se había arrepentido de venir cuando suena el teléfono de mi esposa.

Lilly: Hola, soy Lilly, por favor discúlpame, pero es que tuve que llevar a mi amiga a su casa y ella me detuvo un poco. Ahora ya es muy tarde.

Mi esposa: No te preocupes corazón nosotros estamos aquí esperándote. Estamos solos.

Lilly: Siii, pero es que ha sido una noche bien calurosa, he sudado y necesito un baño.

Mi esposa: Aaah, pues te digo que nosotros estamos con ropa bien comoda y listos para darnos un zambullón en la piscina

Lilly: ¿Cooomo? ¿Tienen piscina? Pero no tengo bikinis, tendré que ir a casa por uno

Mi esposa: No mi amor, creo que tenemos la misma talla, yo te presto uno. O nos metemos sin ropa como hacemos mi esposo y yo

Lilly: Jajaja. Hmmm. Está bien. Voy en camino entonces. Llego como en veinte o veinticinco minutos. Estás segura que no hay ningún problema?

Mi esposa: Segura mi amor. Aquí podemos disfrutar de una larga noche. Mañana es domingo, no tenemos niños en la casa, no tenemos vecinos cerca. Podemos hablar, escuchar música, tomar tragos y… (pausa, bajando la voz en una forma insinuante) Todo lo demás.

Lilly: Jajaja, me estas asustando. Llego pronto.

Así fue, Lilly llego, nos saludamos como si fuéramos amigos ya conocidos. Les dije se fueran a la terraza y fui a preparar tragos. Nos sentamos unos minutos a conversar.

Mi esposa: Ven a mostrarte la casa y a buscarte algo que te puedas poner para que estes comoda también como nosotros.

Mi esposa estaba vestida con unos shorts bien cortos y desahogados, sin nada debajo y un camisón amarrado solo con una cinta a la cintura. Se notaba su pecho abierto y sus lindos senos. Me dejaron solo como por unos quince minutos. Veo que vienen agarraditas de mano y Lilly vestida al estilo de mi esposa, como si fueran mellizas. Mi verga empezó a dar pequeños saltitos debajo de mi short al ver esos dos monumentos de mujeres.

Conversamos brevemente, conociéndonos un poco, pero, rápidamente le puse un poco de picante al ambiente. Mi esposa estaba sentada al lado mío y mientras hablaba mecía sus piernas abriendo y cerrando. Como su short era tan corto dejaba a Lilly ver el manjar de mi esposa y creo que eso la estaba excitando. Comencé a acariciar a mi esposa suavemente por sus piernas mientras conversábamos. Lilly observaba lo que yo estaba haciendo y eso hizo que se pusiera algo nerviosa. De repente le pregunto,

Yo: ¿Lilly, alguna vez haz estado con una mujer? (Se sonrojo un poco y con una sonrisa tímida me dice)

Lilly: Nooo, nunca… Pero, debo admitir que es una curiosidad que la he tenido desde muy joven.

Yo: ¿Nunca te has tocado con una? ¿Ni siguiera un beso?

Lilly: (Mira a mi esposa) No, nunca.

Yo: Mi esposa también es curiosa y creo que esta noche es la oportunidad de ambas. Ustedes estuvieron coqueteando en el restaurante. Aquí solo estoy yo y no me opongo a que se diviertan.

Ambas solo se miraban y se sonreían tímidamente. Me levanté de mi asiento y les dije que se pusieran de pie. Las puse una frente a la otra y que cerraran los ojos. Les acerqué sus cabezas y las puse labios con labios. Empezaron a besarse con un poco de timidez. Yo las abrazaba también y mi erección crecía más al punto que ambas la sentían chocar con sus muslos. Se despegaron los labios, se miraron y empezaron a reírse. Mi esposa me mira para ver mi reacción. Me da un beso con lenguas. Ya estoy a mil con el calor de ambas.

Mi esposa: ¿Quieres besarlo?

Lilly: Si no te importa.

Mi esposa: Nooo, para nada.

Me prendo de la boca de Lilly en un beso bien rico. Acerco a mi esposa también. Nos dimos lenguas los tres. Luego me despego para verlas comiéndose sus bocas y tocándose todo lo que alcanzaran de sus cuerpos. No pude aguantar más y me quité mis shorts y me senté a pajearme mirando el espectáculo.

Fue mi esposa la que tuvo la iniciativa de quitarle el camisón a Lilly chuparle sus tetas. Aún estaban de pie frente a mí. Lilly le apretaba la cabeza a mi esposa y con la otra mano se apretaba su otra teta. A todo esto, tenía sus ojos cerrados, gemía y se saboreaba los labios. Mi esposa seguía chupando tetas y metió una mano dentro del short de Lilly y empezó a masajearle el clítoris. Lilly sintió un pequeño choque de corriente, miro hacia arriba y soltó un pequeño grito de excitación. Luego volteo la vista hacia mí y fue cuando se dio cuenta que me estaba pajeando. Abrió los ojos bien grandes y se mordió los labios. Mantuvo la mirada hacia mi verga. Me miraba a los ojos y se mordía los labios. Luego despego a mi esposa, le soltó el camisón y empezó a chuparle las tetas también. Mi esposa me miro y se sonrió al verme pajeandome. Ya ella me había visto muchas veces haciéndolo, pero esta era la primera vez que me veía mientras ella estaba con una mujer.

Luego de un rato decidieron irse a la ducha antes de continuar con la acción, pero antes, mi esposa se puso de rodillas y empezó a mamármelo. Halo a Lilly para que también se arrodillara a mamármelo con ella. Me chupaban desde la punta hasta las bolas. Sus lenguas se cruzaban y me daban una sensación que me enloquecían. Yo había tenido experiencias ya con dos mujeres antes pero nunca con mi esposa en la escena. Estuve al punto de venirme, pero las detuve.

Yo: Ya, ya, paren que no quiero venirme ahora. Váyanse a la ducha ya.

Mi esposa: (Sonriendo) Esta bien, tráenos más de beber.

Me dieron un beso. Lilly me apretó la verga y ambas se rieron.

Espere un rato antes de ir a preparar los tragos. Cuando les lleve las bebidas, estaban sus cuerpos cubiertos en jabón. Mi esposa la abrazada por la espalda, le besaba el cuello mientras con una mano le pasaba la esponja por las tetas. Lilly quedaba de frente a mí. Mi verga que estaba ya un poco flácida volvió a endurecerse cuando vi el enorme coño que tenía entre sus piernas. Un hermoso coño con unos pelitos cortos y con mucha masa como el de mi esposa. Se apartaron de la ducha para toma un trago. Mi esposa me pidió que entrara a bañarme con ellas. Me di un trago del vaso de mi esposa y luego del vaso de Lilly. Me quite el tshirt y entre a la ducha. Mi esposa seguía pegada a la espalda de Lilly mientras ella y yo nos besábamos y nos dábamos lenguas. Yo masajeaba el clítoris de Lilly con la cabeza de mi verga. Lilly gritaba y gemía de tanto placer. Con una mano me empujaba la verga y buscaba la manera de que yo la penetrara. Yo solo le metía la punta y se la sacaba (quería meterlo si, pero quería verlas a ellas dos teniendo sexo primero)

En uno de esos forcejeos en que le metía la punta, me puso las manos en mis nalgas, me halo con fuerzas y se hecho hacia adelante hasta que se la metió toda, hasta las bolas. Gritaba como una perra en calor. Gritaba de verdad, con lágrimas.

Yo: ¿Te duele?

Lilly: No, dame, por favor, dame.

Creí que mi esposa se iba a molestar porque esa parte no la hablamos, pero… ella se estaba masturbando, se acerca a mí, me besa y me dice…

Mi esposa: Dale duro papi, llénala de leche que ahorita yo se la saco y me la bebo.

En eso Lilly comienza a tener su primer orgasmo, gritaba y gemía como fiera. Las piernas les temblaban y su cuerpo entro en convulsión. Su respiración estaba super agitada y mi esposa y yo tuvimos que sujetarla fuerte para que no se nos cayera ahí. Con toda la acción, Lilly, que no quería mojarse su bella cabellera, se olvidó de todo. Mi verga estaba aún tan dura que creo ayudo a aguantarla también, jajaja. Sentí que me iba a venir y el saque rápido. Quería guardarlo para más tarde. Terminamos de limpiarnos bajo el agua y salimos de la ducha.

Mientras yo me secaba mi esposa tomo una toalla y empezó a secar el cuerpo de Lilly. Lo hacía de una manera muy suave y sensual. Dándole besos por cada centímetro y pulgada de su cuerpo donde ya había secado. Lilly cerraba los ojos y suspiraba. Yo seguía secándome ahí mismo y mirando ese espectáculo con mi verga aun erecta.

Cuando mi esposa bajo a secarle las piernas le daba besos suaves y tiernos en su coño. Lilly solo suspiraba y pasaba sus manos por la cabeza de mi esposa. Mi esposa saco su lengua y la paso por su clítoris. Lilly dio un salto de excitación, le agarro la cabeza a mi esposa y le dijo

Lilly: No, por favor, dame unos minutos por favor

Mi esposa: ¿Que paso? ¿No te gusta?

Lilly: Me gusta y quiero, pero necesito unos minutos. Por favor, no te moleste. Es que estoy muy sensible aún.

Lilly levanto a mi esposa y se envolvieron en sus brazos y se dieron un lago beso. A esto, mi esposa que estaba aún mojada comenzó a secarse y Lilly tuvo que hacer lo mismo ya mi esposa la mojo con su cuerpo.

Se fueron a la habitación. Yo me fui a la cocina a buscar más tragos. Estaba buscando algo que picar en el refrigerador. Había bastante para escoger, pero pensé que tomo mucho tiempo comiendo. Lo deje para luego. Cuando me estoy acercando a la habitación escucho los gemidos de Lilly. La emoción y excitación que sentí cuando vi a mi esposa comiéndose el coño de una mujer. Me lo había imaginado muchas veces, pero eran solo fantasías. Ahora lo veo aquí, ante mis ojos. Solo pude recostarme a una pared, con un trago en una mano y pajeandome con la otra.

Lilly apretaba la cabeza de mi esposa con sus dos manos hasta que mi esposa le provoco un gran orgasmo mientras Lilly se retorcía como una serpiente. Mi esposa fue subiendo dándole besos en todo su cuerpo hasta llegar a su boca. Se besaban y acariciaban acostadas de lado. Se acariciaban de una forma suave y sensual, mirándose a los ojos fijamente. Dándose besos y besos.

Lilly empujo a mi esposa suavemente para que su espalda quedara apoyada en el mattress. Se subió encima de ella. Empezó a besar su cuello, bajando por sus tetas las cuales lamio un buen rato. Mi esposa disfrutaba de esas caricias. Lilly siguió bajando lentamente, lamiendo el cuerpo de mi esposa con su exquisita lengua hasta llegar hasta las entrepiernas de mi esposa.

Lilly empezó a devolverle el favor a mi esposa, besaba su coño, lamia su clítoris ambas estaban gozando bastante y el calor de ambas iba subiendo. En eso Lilly levanto su culo y se apoyó en sus rodillas lo cual yo aproveche y me coloque detrás de ella a comerle su hermoso culo. Ahora estábamos disfrutando los tres. Yo iba de su culo a su vagina, su clítoris, su culo. No supe cuál de los tres estaba gritando más fuerte. Mi esposa, que había tenido los ojos cerrados, no entendía porque Lilly gemía de esa manera solo con chuparle su coño y porque yo gemía, abrió los ojos y cuando me vio comiéndole el culo a Lilly aumento sus gemidos y me dijo

Mi esposa: Papi, méteselo, méteselo coño. Hace mucho que te estaba pidiendo que quería verte dándole verga a otra.

Le agarro la cabeza a Lilly y la apretaba contra su coño.

Mi esposa: ¿Quiere que él te lo meta y te llene de leche?

Lilly: (Sin despegarse del coño de mi esposa) Unju, siii

Empecé a darle verga a Lilly en esa posición mientras mi esposa me miraba con los ojos bien abiertos

Mi esposa: Asiii papi, asiii. Dale duro, no pares. Mira cómo le gusta esa buena verga que tienes, dale. ¿Te gusta Lilly? ¿Te gusta?

Lilly: Aaaay siiii. Que buen macho tienes, que machote mami. Dame duro papi, así, asiii. Ya casi me vengo.

Mi esposa disfrutaba ver a Lilly gozar y a mi dándole verga a otra mujer. Así, delante de ella, como tantas veces la he visto cogiendo con otros hombres. Lilly empezó a tener un orgasmo y mientras se venía se pegó nuevamente del clítoris de mi esposa. Yo le daba más fuerte. Mi esposa empezó a tener un orgasmo también. Quería mantener los ojos abiertos mirándome darle verga a Lilly, pero el placer de su orgasmo la venció y los cerró bien fuerte. Las dos estaban viniéndose frenéticamente cuando sentí que Lilly me apretó la cabeza de una manera que nunca había sentido antes y empecé a bombearle mi leche. Ella me apretaba y aflojaba de una forma como si me estuviera haciendo una paja al mismo tiempo. Me vine con tantas fuerzas que hasta un pequeño dolor sentí en la uretra. Pero ese dolor duro solo unos dos o tres segundos. Después, todo era placer.

Lilly se cansó de la posición y se fue rodando hasta dejarse caer encima de mi esposa. Yo, que aún estaba duro y no quería sacárselo aun, me fui rodando junto con ella y caí en su espalda. No pasaron ni diez segundos cuando mi esposa soltó un gran respiro en busca de aire, se sacudió y nos empujo

Mi esposa: ¿Miren par de pendejos, ustedes creen que no pesan? ¿Que son de algodón?

Lilly y yo: Jajaja.

Nos sorprendió la alarma del despertador a las seis de la mañana que es la hora que me levanto los sábados y domingos para irme a correr.

Mi esposa: Tu no vas a correr ahora, ¿verdad?

Yo: Seguro que sí. En un rato, dentro de ti, jajaja

Risas. Nos levantamos, fuimos a la ducha de nuevo y luego a la cocina a preparar desayuno. ¿A qué hora se fue Lilly? Se paso casi todo el día con nosotros. Desayunamos, seguimos tomando, nos fuimos a la piscina y luego a dormir un rato. Lo hemos hecho dos veces más después de eso. La segunda me limite solo a observarlas a ellas.

Espero les haya gustado. Díganme en los comentarios.

Hasta el próximo relato.

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