Otra que quiero compartir es cuándo Octavio me dijo que tenía la fantasía de ver como me cogía otro, le dije que no entendía, él había visto desde que nos conocemos cómo otros hombres me cogen hasta el cansancio, incluso más de dos hombres al mismo tiempo. Mi esposo me aclaró que tenía una fantasía de ser cornudo, que le gustaría sólo ver mientras otro hombre me hacía suya y que le gustaría que fuera uno muy joven, de esos que se vienen y la verga sigue bien tiesa. El que fuera más joven le haría sentir más celos porque con los únicos hombres jóvenes que he tenido encuentros sexuales han sido con sus hijos, hasta donde él sabe. A esa lista le faltan un par de nombres, un par de muchachitos que me hicieron tener orgasmos muy fuertes cuándo sus vergas se metían bien adentro de mis entrañas. Yo a mi marido le cumplo todo, el me deja ser libre por completo y sólo le dije que buscaría a alguien.
Una mujer como yo rápidamente encontró un hombre que tuviera todo lo necesario para satisfacerme y cumplir con las fantasías de mi esposo. Era un chico de servicio social, acababa de cumplir 19 años. Salimos y desde la primera vez terminé en el motel con ese chavito. Me dio cuenta que me había llevado el premio mayor porque la tenía enorme, era la segunda verga más grande que me habían enseñado, sólo la superaba Simón, el negrote que me cogió cuándo era novia de Armando. En esa primera ocasión este muchacho me dio lo que mi esposo esperaba, se venía y su miembro seguía erecto, fue hasta que se iba a venir por tercera vez que lo detuve para que se cambiará el condón. Me la saco la verga y el condón estaba lleno de semen, creo que no hubiera aguantado una tercera, le quite el preservativo y me tomé toda la leche que tenía para después bajarme y mamar su verga que estaba un poco caída. Ya sólo me cogió una vez, se notaba su falta de experiencia porque me ponía en pocas posiciones y siempre me daba muy rápido, al final lo disfrute en extremo gracias a la enorme verga de este muchacho. Me sentí tan perversa por coger con alguien 9 años menor jaja. Llegué con mi esposo y le conté todo, me dijo que quería vernos teniendo coito y que le gustaría que se viniera dentro de mí vagina sin condón. Me quedé pensando sobre eso último porque a este joven no lo conocía suficiente para hacerlo sin condón, con quienes tengo sexo sin protección aparte de mi marido son hombres de nuestra plena confianza. Excepto por Armando todos son casados, hombres maduros llenos de testosterona que necesitan poseer varias mujeres para estar satisfechos, yo evito que lo hagan cumpliendo sus fantasías y siendo fornicada de manera casi animal para que no necesiten más mujeres que sus esposas y yo. Lo que digo es que fuera de su matrimonio a la única que llenan de esperma es a mi.
Hable con mi chavito (al que llamaré Máx) y le dije las cosas tal cuál, que necesitaba que para poder tener con él aceptará que mi marido nos viera, sólo así. Al principio se le hizo extraño lo que le pedía y no sentía mucha atracción por la idea, así que para lograr convencerlo le extendí la oferta a que no usará condón y mi total permiso de terminar adentro. Él aceptó con una cara de emoción que me animo a contarle que no era la primera vez que mi esposo veía como otro hombre me penetraba. Le enseñe mi tobillera y le dije que había sido un regalo de mi esposo, mi identificaba cómo una esposa caliente con permiso para copular con otros hombres dentro del matrimonio.
Qué puta eres Fanny – dijo sorprendido
No tienes idea, he hecho eyacular a muchos machos – le dije provocativa – hasta más de dos al mismo tiempo
Nos pusimos de acuerdo y rentamos una cabaña en Morelos, estaba cerca de la ciudad y la idea era regresar ese mismo día en la noche. Pasamos por Máx y durante el camino fuimos platicando los tres, al principio Máx estaba nervioso y callado, creo que era extraño para él platicar con el esposo de la mujer que se iba a estar cogiendo. Empecé a hacer chistes sexuales para ambientar y entrar en confianza.
Oye amor, ya viste que me gusta mucho el colágeno recién producido?…
Max está muy bien dotado, si grito mucho tu tranquilo eh
Max, ya pensaste en el nombre del bebé que vamos a hacer? Jaja
Ya más en confianza llegamos a la cabaña y me fui directo a una de las dos recámaras, me arreglé con el conjunto que mi esposo había elegido como la mejor opción, me puse maquillaje para levantarle la verga a cualquier hombre, hasta los gays jaja. Veinte minutos después los llame a la habitación, había jalado a unos metro de la cama un sillón para que mi marido disfrutará del espectáculo de gritos, orgasmos y fluidos de todo tipo que le ibamos a dar Max y yo. Entraron ya en boxers seguramente por indicación de mi señor marido, yo jale de la mano a Max hasta la base de la cama y por unos momentos volteé a verlos para cerrar diciendo… Disfruten mucho porque yo lo haré todo.
Baje el bóxer de Max y salto su enorme y potente verga – Ufff! Max, hoy y las veces que se te antoje seré tu perra- dije eso empezando a lamer sus huevos, succionandolos con todo y la bolsa de piel de la que cuelgan.
Mientras lamia y succionaba sus bolas llenas de leche le pregunté si había visto los videos que le mande.
Si los vi todos, pero a ver si puedo – decía el inocente Max mientras su glande empezaba a segregar líquido preseminal a gotas
Qué videos? – preguntó mi esposo que sólo se tocaba por arriba del bóxer
Son unos videos de unas posiciones que quiero intentar aprovechando que la tiene así de larga el cabron – dije eso sacudiendo el miembro de Max
Escupi en su tronco y lo masturbe desde el glande hasta la base- cogeme bien duro Max, quiero que me partas en dos, quiero que mi marido vea como otro hombre se coge a su esposa, cómo la hace gritar de placer, como le mete su verga sin condón ni ninguna protección y al final… También quiero que vea como te vienes dentro, que vea cada metida fuerte es un chorro de leche… Espero que te salga tanto semen que me dejes escurriendo – dije eso último viendo a Max directamente a los ojos estando yo de rodillas
Mira, mi amor, que enorme la tiene, es la más larga y gorda que me ha tocado- le dije a mi marido pegando el potente miembro que estaría dentro de mí las próximas horas junto a mí cara
Te va a destrozar, a ver si la aguantas – me dijo para provocarme
Claro que la aguanto, amor, ya me cogio dos veces, aunque si quieres verme bien cogida sólo pídelo – le dije metiendo ese hinchado glande a mi boca
Si, quiero que te haga venir – dijo mi esposo
Entonces dejame atenderlo para que ahorita me reviente – le dije a mi amado esposo
Se la mame un rato más hasta que la tenía bien tiesa. Su longitud y dureza estaban en su máximo nivel, ese jovencito estaba listo para destruir mi vagina.
Quiero que me la des en cuatro, como tú perra que soy – dije poniéndome en esa posición al borde de la cama con mi cara hacia mi esposo
Dale tan fuerte que ella acepte ser tu mujer, tu sumisa – le dijo Octavio a Max para mí sorpresa – quiero que ame acostarse contigo
Yo estaba viendo a Octavio sorprendida por lo que había dicho cuándo Max en un movimiento rápido me la dejó ir muy rápido hasta el fondo, su glande se metió hasta mi útero. Mi esposo después me contó que abrí la boca sin hacer ningún ruido y que mis ojos se voltearon hacia atrás con tal fuerza que termine poniéndolos en blanco.
En cuánto logró reaccionar, tengo a Max adentro, haciendo estragos en el fondo de mis entrañas con su venuda, larga y gruesa virilidad. Resbala muy rico porque mi vagina está mojada de mis fluidos y su abundante líquido preseminal, el saber que la estaba metiendo sin protección me tenía desquiciada, hundida en morbo. Ver a mi esposo ahí sentado masturbando esa gran verga que tiene, me parece obsceno, le excita ver como un jovencito me está cogiendo tan rico, cómo hunde esa enorme macana en mi cuerpo y cada vez que lo hace yo grito casi desde el fondo de mi alma. Es un cerdo, un enfermo al desear ver este espectáculo pornografico, ver a la mujer con la que se caso y juro protegerla, siendo usada como una puta, una cualquiera. Debido al placer que me daba Max, pensar en todas estas cosas me había tomado todo el tiempo que me monto este semental, fueron más de 20 minutos que estuvimos en la misma posición, yo estaba en otra parte porque perdí totalmente la noción del tiempo.
Cogetela en el potro, hazla venir otra vez, ya eres su dueño – dijo mi esposo
Se vino bien rico, qué buena mujer tiene – dijo Max
Ahora es tuya, úsala como quieras – dijo Octavio y yo lo volteé a ver con cara de incredulidad
Vamos al potro Fanny – me dijo Max
Temblando me comencé a quitar de la cama y pude sentir mis muslos escurriendo y vi la mancha de humedad en la cama.
Me vine? – Pregunté incrédula
Si – respondieron casi al mismo tiempo
Octavio después me contaría que me la pasé gritando y cuándo comencé a expulsar líquidos por la venida que me causó Max, yo grité al punto que parecía que iba a llorar. Me dijo que me retorcía como una puta sin experiencia.
Así, aún con el cuerpo y la mente inestables, me acerque al potro para seguir recibiendo a Max, mientras caminaba sentía los líquidos de mis muslos mezclándose al contacto de ambos. Me recargue en la parte alta y pare mis nalgas, volteé hacia el frente resignada a ser destrozada una vez más por aquel enorme y potente miembro. Max camino rápido hacia una mesa y mientras ponía lubricante en su pene erecto, yo pensaba en lo puta que era, era igual de cerda que mi esposo, me había dado cuenta de eso al estar aquí con este chico que al segundo encuentro ya no se ponía condón y me hacía venir frente a mi marido, con mi permiso para eyacular en mi utero hasta cansarse.
Te gusta la cogida que estás viendo, mi vida? – le pregunté a mi marido mientras Max se acomodaba detrás tomando mi carnes
Es mejor de lo que imaginé, eres su puta, su mujer – dijo Octavio mientras Max metía su caliente carne en mi, abriéndome toda con ese grosor
Ahhh! Maaax! – Grite al sentir esa enormidad partiendome en dos para abrirse paso hasta topar con mi estómago
Te gusta mi vergota, puta? – me preguntó aquel chavo 9 años menor que me tenía desquiciada
Me gusta la carne de macho! Ah! Ah! Ay! Qué un cabron me la meta sin condón y me llene de leche mientras grito como una perra! – decía todo gritando, sólo así era capaz de sobreponerme al enorme placer que sentí
Entonces Max me agarró de la cadera y comenzó a cogerme de manera brutal, dándome metidas que me llegaban hasta el útero y lo removia. Estaba empezando a sentir el orgasmo que mi macho de turno iba a tener, sentía que su pene se hinchó tanto que parecía estar más grueso. Yo gritaba cómo loca
Nalagueame!! Hazlo! – le grité desesperada a mi joven copulador
Toma! Toma! Ahhh! – gritaba mi macho sintiendo que la leche ya se le iba a salir de los huevos en cualquier momento
Más duro! Ayy! Ay! Ya vente Max! Llena de semen a tu perra! Damela hasta adentro! – le pedía desesperada volteando a ver a mi esposo
Ahhh! Ahhhh! – gritaba Max en cada chorro de espesa leche que depositaba directo en mi útero gracias a lo largo de su verga
Mientras este jovencito eyaculaba a gritos yo sostuve la mirada con mi esposo. Quería que disfrutara de ver a su mujer siendo el deposito de semen de otro hombre, sabía que a él le gusta verme gritar de placer como su espectáculo privado y por eso me ha dejado ser cogida por varios hombres. Ahora ya tenía su permiso total para tener sexo a placer estando casada con él.
Cuándo Max terminó de eyacular siguió moviendo su miembro dentro de mí vagina, yo estaba extasiada, me sentia llena por dentro, no sólo era la carne de ese joven ahora también era su leche adentro. Max no dejó de estar erecto y seguimos cogiendo, me puso en las posiciones qué quiso y eyaculo hasta el cansancio. Mi esposo desnudo en el sillón contempló esa escena de sexo que duró una hora, fue testigo de cómo su esposa gritaba presa de los orgasmos que le proporcionaba ese potente y viril mocoso. Nos veía esforzándonos por obtener todo el placer posible hasta el punto de estar bañados en sudor, no éramos más que dos animales en celo copulando viniendonos sin control ni pudor, Cuándo mi macho se había vaciado tres veces dentro de mí, mi esposo decidió unirse a la actividad y ese día me dieron verga de maneras que solo un semental consumado y experto como mi marido y un joven potente y dotado como Max podían hacelo. Le enseñamos a Max lo que es una doble penetracion, mi esposo usando mi culo y Max mi vagina repleta de su propia leche. En agradecimiento les mame la verga con toda la energía que me quedaba durante algunos minutos hasta que se vinieron, me levante con la barbilla y los senos escurriendo de su leche. Nos abrazamos, con su puta en medio y nos tomamos una foto de recuerdo. Ese fin de semana casi no descansé, me la pasé siendo recipiente del delicioso semen de estos hombres, mi marido estaba muy excitado por verme tan engolosinada con el enorme, venudo y rígido miembro de aquel muchachito caliente.