Soy mujer, mido 1.65, morena, de pechos grandes, eso siempre ha sido mi mayor atributo, sin embargo debo de confesar que desde siempre me ha encantado coger.
Siempre entro a salas de chat, aunque este teniendo sexo con alguien, en ocasiones he llegado a masturbarme varias ocasiones al día.
Un día en una de esas salas, me encontré con un hombre de 45 años, negro y con rol de Amo, en la plática me hacía llamarlo así.
Les contaré:
Le dije que soy abogada y donde trabajaba. Me dijo que si quería seguir jugando, yo le dije que si, así que él pasaría a mi oficina, después de las nueve de la noche.
Salí y lo besé, tuve que llevar falda, mientras lo basaba él me metía las manos debajo de la falda. Yo debería sacar su verga del pantalón y dejar que me la metiera, yo le pedí que no, porque podría verme algún compañero de trabajo o alguien más, sin embargo o dejaba que me la metiera o él se iría, yo debía saber que era una puta y que solo sirvo para coger.
Yo estaba tan caliente que lo dejé solo, fueron segundos, pero para mí fue eterno.
Lo pasé a la oficina, en cuanto entramos me inclinó sobre el escritorio, alzó mi falda y me dijo “quédate así puta”, escuché el ruido de su cámara del celular, supe que estaba sacando fotos de mi trasero.
Yo seguí sin moverme, él se preparó y sentí su verga dentro de mí, me tocaba súper duro los pechos mientras me decía “que rica puta, te voy a someter, este es solo el principio”.
Sacó su verga de mí, me jaló del cabello e hizo que me arrodillara, me dijo “chupa y trágate la leche”, me abofeteo y me dijo “responde zorra”, “si amo” y empecé a chupar. Terminó pronto y yo tragué su leche.
Antes de irse abrió mi blusa, sacó mis pechos por encima de mi brasier y me escribió con plumón:
“Soy una puta barata”.
Me dijo “adiós, esta es la primera, te cojo y me voy, eres una puta. Te llamo cuando tenga ganas de usarte…”.