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Soy la puta de los novios de mis hijas
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Tiempo de lectura: 15 minutos

Hola soy Veronica, 50 años, y 30 años de casada. Tenemos dos hijas Estefani de 22 años y Livia de 20 años, las dos son muy hermosas y de buen cuerpo, afortunadamente heredaron mi belleza. Ambas tienen sus novios. Los cuales son guapos, jóvenes, educados, altos y de buen cuerpo. Aquel 9 de diciembre acudí a dejar a mis hijas al aeropuerto de la ciudad de México, ya que irían a Monterrey, para pasar el fin de semana con unos familiares, mi esposo debido a su trabajo no pudo acompañarnos. Sin embargo, los novios de mis hijas si nos acompañaron, Darío, novio de Livia y Ramsés novio de Estefani. Yo acudí, vestida con un min vestido pegado de color dorado, muy sexy que resaltaba mi figura, medias color carne, tacones dorados, pelo suelto y labios color rojo, en el aeropuerto varios caballeros no me quitaban la mirada, y a mí me encantaba que me miraran con deseo. A las 19:00pm llego el momento de abordar por los que nos despedimos, observe como Darío tomaba de su diminuta cintura a Livia, le daba besos y manoseaba de forma sutil, para después darle un arrimón, abrazarla y decirle de forma sutil te amo. En cuanto abordaron. Darío y Ramsés, se despidieron de mi con un beso muy tronado cerca de mis labios, sin embargo, no le di importancia. Tomé mi auto y me dirigí a mi casa.

Aproximadamente a las 20:00pm, regrese a mi hogar, minutos después, tocaron el timbre, quien podría ser a esa hora me pregunte, cuando abrí la puerta, oh sorpresa era Darío y Ramsés. -Buenas noches señora- Buenas noches, muchachos ¿Qué se les ofrece? Dije con sorpresa. Podemos pasar, dijo Ramsés, claro respondí, intrigada. En cuanto cerré la puerta, Darío se lanzó sobre mí, llego por la espalda y me dio un arrimón sentí un tremendo miembro. – ¿Qué haces? dije molesta. – “Discúlpame Verónica, pero me encantas y ya no pude resistirme, eres un manjar- Mientras decía esto me abrazo y me seguía arrimando su miembro erecto, por favor Darío, suéltame esto no está bien. Me dio la vuelta, – “Estás preciosa Verónica” Ya no me dio tiempo de nada, tomó mi cara y me dio un beso en la mejilla, – “Estás bien chula suegra” Y fue ahí donde me beso los labios. -“Qué haces?” Alcance a decir, pero ya su lengua estaba entrando en mi boca, yo la intente cerrarla pero ya era demasiado tarde, medio abrí mis labios y buscó mi lengua, yo se la di tímidamente, me acariciaba todo mi cabello, me mordía los labios -“Ahhh Verónica…qué rico besas, mientras me agarraba las nalgas.

"No Darío! ¡yo no puedo hacer esto!" grite, suéltame o pediré ayuda. El muy cínico se rio, dijo no hay nadie solamente Ramsés jaja. Y, Livia, me ha dicho que tu marido, los viernes llega pasada la medianoche." Inmediatamente llego Ramsés, y me arrimo su miembro, entre los dos me hacían sándwich, me manoseaban, mi concha, y senos, mientras me besaban la boca, cuello. Les dije son los novios de mis hijas, por favor, esto no está bien, por favor, por qué se encaprichan conmigo. Respondió Darío: porque a tus 50 años, estas bien buena, te vistes bien provocativa, eres bonita e inteligente, te encanta la verga no lo niegues, dije, está situación está muy mal, al decir esto me metió su mano en mi entre pierna, mira que rica vagina, la empezó a frotar y fue lo que hizo despertar mi lujuria. Sabía que no me podría quitar a esos dos jóvenes cabríos, por lo que mi lujuria accedió, está bien, pero por favor, no les digan a mis hijas.

Dicho esto, se les ilumino sus caras, Ramsés, se volvió a acercar a mí y me volvió a besar, yo me dejé. Me dio la lengua y se la empecé a chupar, chupaditas de “paleta”. De vez en vez le daba mordiditas. Yo sentía mis pezones duros, tiesos, mi cuerpo sudando y mi entrepierna mojada. -“Suegra te veías tan rica en el aeropuerto” Se me replegó más y empezó a acariciar mi brazo, después subió a mi cuello y llegó a mis senos, los apretaba y amasaba. Senos pequeños pero firmes. Me acarició mis pezones encima del vestido, yo ya estaba con la lengua de fuera, dándole unos besos húmedos. Bajé la vista hacia su entrepierna y le vi el bulto inflamado, “¿Cómo la tendrá?” Pensé. “Verónica mira” Lo que vi me puso ansiosa. Se había sacado la verga del pantalón. Una vergota gruesa, morena, con la cabeza mojadísima. Se le balanceaba de un lado a otro, las venas parecían a punto de explotar. Tomó mi mano y la llevó hacia ese pedazo de carne. La rodie con mi mano, estaba esponjosa, dura, fibrosa, le pasé la mano a la cabeza y sentí sus jugos, le embarré esos jugos por todo el tronco.

-“Ay suegra que rico” -“No, no está bien, esto no puede ser”- “váyanse” les grite. Tenía la mano mojada, mientras caminaba hacia la puerta iba oliendo sus jugos. Darío me alcanzó a medio camino. -Verónica, espera, tranquila” me tomó de la cintura me cargo y me subió a la habitación de Livia, pues estaba abierta la puerta. Convencida de que no se irían sin cogerme, finalmente termine por ceder. Ahora besé frenéticamente, le introduje la lengua a lo que Darío respondió de la misma forma, tomo una mano y la llevo hasta el bulto entre sus piernas que estaba a punto de estallar -Uhmmm que dura se te ha puesto la verga – le dije -Sí suegrita usted me pone así –respondió -No me trates de usted ni me llames suegra, dime sólo Verónica -Está bien Verónica, toma la verga, es sólo tuya – Que rica y dura verga tienes, te la quiero chupar – le dije me arrodille y de una sola mamada, introduje su pene hasta la mitad, comenzando a mamármela despacio y rápido, pasando mi lengua por su glande y bajando hasta sus bolas. -Que rico lo chupa suegra, lo hace como una profesional -Dime sólo Verónica -repliqué -Disculpa, es la costumbre Verónica, sigue así métetela toda, mi verga es tuya -Sí ahora es mía sólo mía – dije.

Posteriormente, le dije ahora tu dame placer, me senté en la cama, el subió mi mini vestido, dijo no quiero quitártelo con el quiero follarte, retiro mi tanga, la olio y beso, entonces yo abrí mis largas piernas y dejé a merced de él a mi conchita, recién en la mañana me había depilado, se acercó a ella y saboreo mi vagina con locura, lamía y chupaba mis labios vaginales, por momentos introducía su lengua en mi agujero y se centraba en mi clítoris que se encontraba hinchadito de placer. -Así cómeme la panocha Darío, sí que lo haces bien, mueve más la lengua – dije. Entonces comenzó a lamerle el clítoris aún más rápido, le sujeté la cabeza y hacía que la presión contra mi vagina fuera más fuerte, ¡empecé a mover cada vez más rápido mi cadera contra su boca – me vengo!, me vengo! Darío… ah si!!! sí!!! que rico, gemía de placer; entonces él se puso sobre mi cuerpo, yo gimiendo y el aprovecho para introducir su miembro de una embestida en mi mojada y muy caliente conchita.

Darío le dijo a Ramsés, déjame cogerla y ahorita vas tú, a lo que Ramsés dijo ok. Yo solo era esclava de mis yernos, En la clásica posición de misionero, introdujo aquel falo poderoso me penetro y me hizo gemir, aaah así así, no la saques, empuja más aaa, gemía, mientras me besaba, nuestros labios se mordían, me agarraba de mi cintura y empujaba, y eso me hacía sentir el pene en lo más profundo de mi concha, inmediatamente me dijo que bonitas zapatillas para tenerlas de aretes, por lo que subió mis largar piernas a sus hombros y me penetraba, despacio y luego de un solo empujon me metía todo su miembro. Me dejaba caer todo el peso de su cuerpo, y hasta brincaba y empujaba para metérmela más, para partirme en pedazos: ¡lo sentía delicioso! Me levantaba las piernas, me las separaba, con fuerza, hasta causarme un dolor, ¡delicioso!, y luego se acomodaba y me la dejaba ir, hasta el fondo, con fuerza, con saña, con mucho ardor y placer. Me sacaba su verga; la frotaba contra de mi clítoris, me la paseaba por encima de mis labios, los recorría sin meterla y luego, de repente, ¡me la clavaba de nuevo! ¡Qué verga!, ¡que rica manera de coger! ¡Lo disfrutaba…, de a mares…!

Ramsés dijo ahora es mi turno, al estar completamente abierta de piernas y tan húmeda, su pene erecto entró muy fácil dentro de mí, hasta el fondo, el miembro de Ramsés, tenía una curva, que penetraba de una manera diferente a la de Darío y me hacía gemir muy rico. Mis largas piernas lo envolvieron dándole la más deliciosa de las bienvenidas. Ramsés comenzó a metérmelo rico… muy rico una y otra vez, haciéndome gemir de forma deliciosa: —Ahhh, ahhh, ahhhh, si, así, dame rico! Mientras me hacía suya, pensé en mis hijas, me sentí culpable pero aquellos jóvenes me hacían olvidarme de todo. Así transcurrieron varios minutos, cuando Ramsés, se levantó, su pene estaba muy erecto, Darío se puso a lado, y dijeron danos unas mamadas.

Me hinque y mire esos penes llenos de venas gruesas, intentaba meterme los dos miembros al mismo tiempo, aunque era casi imposible, posteriormente, una por una de las vergas iba haciéndoles felaciones, a lo que ellos gemían, -que rica estas- -eres una diosa-. Mientras seguía dando sexo oral, de sus miembros ya escurrían algunos líquidos y yo me los bebía, Ramsés, dijo te gusta la lluvia dorada perra. -A lo que respondí si, e inmediatamente me bañaron con sus orines, abriendo la boca sentía que me ahogaba con tanta agua de riñón. Posteriormente, Darío, ingreso todo su miembro y me tapaba la nariz, haciendo una rica sensación y a la vez dolor. No podría creer que estuviera en esa situación, con los novios de mis hijas.

Ramsés agarro una toalla, y me comenzó a limpiar, y posteriormente me mordió el cuello, y me fue desabrochando el mini vestido, solamente quede con medias y tacones, nos empezamos a besar, muy rico y a fajar, y me penetro de pie, wao, respondí, que delicioso, así siguieron varios minutos, inmediatamente me cargo y empecé a cabalgar ese gran miembro, después me bajo, y fue el turno de Darío, siguió la misma táctica que Ramsés, me beso el cuello, nos empezamos a besar, y después lo comencé a masturbar y el hacia lo mismo conmigo, que delicioso, nos acostamos en la cama e hicimos el famoso 69, posteriormente me puse en la posición de cabalgar y comencé a cabalgar a mi semental, que rico miembro.

Ambos dijeron es hora de la doble penetración, a lo que me mordí los labios en señal de placer, Darío, me puso de perrita, y metió su miembro, dijo Ramsés, ábrela con tus manos para que, entre también el mío, estiraron mi ano, sentí mucho dolor, ellos intentaban meter los dos miembros a la vez, era complicado, se salían y volvían a acomodarlos, hasta que pudieron sincronizar y me hicieron gemir de dolor y placer, aaa grite muy fuerte, debió escucharse en toda la casa, sentía que me partían en dos, ya había tenido muchas penetraciones dobles, pero era especial pues eran mis dos yernos, mi ano se extendía y vibraba, continuaron con su rimo los dos enormes machos, era un martirio y delirio al mismo tiempo, acariciaban mis piernas, de repente Dario, me puso sus enorme manos en mi cuello, jalándome y apretándome sutilmente, esto me ocasiono sentirme asfixiada, fue una sensación de miedo y placer, y sentir tremendas trancadas era un suplicio delicioso, llego mi primer squirt, aaaaa grite mientras rasguñaba la cama, mis líquidos bañaban a mis cómplices.

Que rica estas, decían, posteriormente me cargaron, Darío me daba verga por mi vagina y Ramsés, por mi ano, yo abrazaba a Darío, pues lo tenía de frente, mis manos arañaban su espalda en señal de placer y nos besábamos, mientras Ramsés, me daba muy duro por mi ano. Sentí sangrar mi ano, era muy doloroso, pero aquellos machos cabríos, seguían penetrando duro, de repente Darío, dijo cárgala tú, y quedé solamente sostenida de la verga de mi ano, y así me cargaba Ramsés, yo gemía de dolor y placer. Posteriormente me bajo y de pie me penetro de perrito, bien duro, aaa más despacio decía, pero Ramsés, no entendía y lo hacía con más fuerza. Mi celular sonaba, pero no me dejaban contestar, éramos animales en celo, y yo su perra de mis yernos. Mi cuerpo se estremeció por varios minutos. Sentí como esa descarga eléctrica por todo mi cuerpo poniéndome la piel chinita. -Verónica, estas deliciosa, estas riquísima. No sabes cuántas veces te soñé, imaginé tu cuerpo, tu olor, tu sabor… Eres mucho mejor de lo que esperaba.

Estábamos bañados en sudor, Ramsés y Darío, limpiaron sus vergas con unas camisas de mi hija Livia, -que hacen desgraciados- solamente se rieron y pusieron sus vergas calientes en mi cara, queman les dije, Ramsés me cargo y me llevo al borde de la cama, él se sentó y yo encima de él, dándole la espalda, introduciendo su miembro en mi ano, que ardía de dolor, aaa gemí muy fuerte, mientras Ramsés, introducía sus dedos en mi vagina era un placer fenomenal, después subía su manos en mis pechos, mordía mi espalda, que rico no pares mi amor. Darío dijo, levanta las piernas mi amor, y así lo hice y me penetro la vagina, dijo Ramsés, deja subirme a la cama, por lo que se acostó, y comenzaron a penetrar mi vagina y ano al mismo tiempo, ya era mucho el dolor después de varios minutos cambiaron, ahora Dario penetraba mi ano y Ramses mi vagina, ya empezaban a salir fluidos calientes de sus miembros.

Aaa, ya casi me vengo, menciono Darío, espera dijo Ramsés, mientras me cargaba y me penetraba, duro parecía un columpio y yo gemía de placer, varios minutos después dijo ya me vengo, ahora si comencé a masturbar a los dos, y salieron sus ricos semen, la leche de Dario y Ramsés, se mezcló, haciendo una leche pegajosa, caliente, olorosa, y deliciosa, un poco entro en mi ojo y me lo irrito, Ramsés, con su pene, tomaba la leche y la llevaba a mi boca, lo empecé a mamar y me gustaba, Darío dijo que rica, y con su miembro me pico un ojo, -que haces cabron le dije- mientras nos reíamos. Nos tiramos en la cama, con nuestros cuerpos sudados, llenos de fluidos, orines, que puta eres me decían, que rica. Gracias respondí, por un momento quedamos en silencio, cuando volvió a sonar mi número, eran mis hijas, pero me dio pena responder, por lo que les envié un mensaje de WhatsApp y ellas me respondieron, diciéndome que ya habían llegado a Monterrey, Ramsés y Darío, también tenían mensajes de ellas, pero se limitaron a mandar solo mensajes.

Ya casi era media noche y dije ya váyanse por favor, ya no tarda en llegar mi marido, espera decían, y yo les decía no ya váyanse, ya obtuvieron lo que deseaban. Cuando decíamos esto oh sorpresa, mi marido me marco y tuve que responder, para mi fortuna me decía que iría a Querétaro con unos socios y que llegaría hasta medio día, le colgué y sin pensarlo le dije a mis machos, por lo que sonrieron y dijeron tenemos toda la noche, -no esperen dije, estoy muy adolorida-. Saltaron de la cama, y me cargaron -que hacen-, tomaron unas toallas y me llevaron al baño.

Vamos a bañarte dijeron, abrieron la regadera y me comenzaron a enjabonar mis partes íntimas, mi ano, estaba muy adolorido pero lo masajeaban bien, -despacio por favor-, y así lo hicieron en 10 minutos me bañaron, y regresamos a la habitación, me di cuenta que ya había pasado el periodo refractario y ya tenían sus miembros duros, bendita juventud, dijo Ramsés, vamos a tu cuarto, para que te cambies, -que dices, respondí- buena idea menciono, Dario, entramos a mi cuarto, y abrieron mi closet y eligieron la ropa, dijo, Darío a mí siempre me has gustado con este mini vestido negro.

Y me empezó a vestir, ese mini vestido negro, entallado que dejaba ver mi vientre plano y mi exquisita silueta, tenía un brazo descubierto, me puso unas medias negras y la tanga y los tacones del mismo color. Que rica quedaste dijeron. Siempre te he querido coger con ese mini vestido, desde que te conocí dijo Darío, vas es toda tuya, dijo Ramses, yo estaba super adolorida, pero llena de lujuria, por lo que lo abrace y comencé a besarlo, sabía que tenía que dominarlo para que mi ano no se desgarrara, empezamos a fajarnos, me besaba despacio y luego mordidas, le acariciaba su pene, y al borde de mi tocador, quito unas cosas, y subió mi vestido hasta la cintura, hizo a un lado mi tanga y me penetro, mis largas piernas totalmente abiertas, le daban un espectáculo único. Asi continuamos varios minutos.

Vas hermano, dijo Dario, pero Ramses, contesto, dale más, gracias hermano. Dario, se sentó en una silla, y me dijo móntame, puta, como tu sabes hacerlo, y así lo hice, comencé a montarlo, mi vagina y tanga rozaban ese enorme miembro, duro, quería que la cogida fuera solamente vaginal, porque mi ano aun me ardía, yo me daba de sentones, aaa que rico, Ramses salió del cuarto y al volver traía consigo una botella de whisky, la tome del comedor, también estas galletas y fruta, solamente alcance a decir ok, pues me estaba dando una buena cogida, era tanto el frenesí, que nos caímos, de la silla, solamente nos reímos, levántate mi amor dijo Dario. Le respondí, espera y le comencé a mamar el pene, pues quería terminar pronto para dejarlos secos, le metía mi lengua en el frenillo y mordía su prepucio, aa perra que rico, decía, y me puso una cachetada espera, aun no quiero venirme.

Ramses sirvió el whisky y dijo, tomen un descanso la noche es joven, así lo hicimos, tomamos el whisky, el cual nos relajó y las galletas para que, pregunto Dario, dijo Ramses, para esto, una galleta me la introdujo en mi vagina, y la mordió, alcanzando hacerlo con mis labios vaginales, aaaaaaa grite muy duro, me dolió, tranquila perra, tú nos muerdes el prepucio, me dolió y me doble, justo en ese momento dijo Ramsés, ahora si voy, me subió mi vestido pero el sí quito la tanga, y me puso en cuatro, y me penetro analmente, muy duro, parecía un títere, una muñeca de trapo, me cogía sin piedad, a su voluntad, aaa duele, mucho dije, y senti que sangre otra vez, ahora el que salió del cuarto fue Darío, le dije piedad, por favor, pero no se apiadaba de mí, me dijo sube a tu cama quiero cogerte en la cama que duermes con tu marido, yo obedecí, quede tendida de espalda, completamente estirada, y él me penetro analmente, estirando su cuerpo, fue un momento, de clímax, se movía y era muy rico aunque doloroso.

Darío, regreso con una botella de lubricante, y unas bolas chinas, dijo espera Ramses, ya está muy adolorida, no la vayas a desgarrar, y también nuestros penes están ya muy irritados, pues solamente usamos la saliva como lubricante, -de donde sacaste eso, pregunto Ramsés-, Darío contesto del cuarto de Estefani. -Respondi cabrón, pero es buena idea-. Nos paramos de la cama y nos servimos otro whisky, se sentaron en las sillas que había en mi cuarto, y yo como si fuera una sexoservidora, me senté en sus piernas de Dario y luego en las de Ramses, estuvimos así varios minutos, bebiendo y besándonos, tuve una idea, bailarles para que mi cuerpo descansara, sobre todo mi ano, y así lo hice, les bailaba y ellos me nalgueaban, manoseaban, besaban, el alcohol fue haciendo efecto, y aquello era una gran fiesta, sexo, alcohol, pasión prohibida, un trio exquisito.

Dijeron sigamos cogiendo, ya le habíamos bajado la mitad a la botella, sacaron el lubricante, me subieron el vestido y me lo untaron en el ano, dijo Darío mira estas bolas chinas y las fueron metiendo una por una en mi ano, ya viste entra más rápido sin tanto dolor. Asi las dejaron, cuando Dario se acostó en la cama y yo lo cabalgue y Ramses de pie en la cama me daba su miembro, después cambiaron de posición, después se levantaron y quitaron las bolas chinas de mi ano, se untaron lubricante en sus miembros y se acostaron casi juntos de cuerpo, pero lo que si juntaron con sus manos fueron sus penes, siéntate puta, dijo Dario, rápido, porque se van separar y me senté, Dios Mio, analmente me entraron los dos penes rápido, gracias al lubricante, aaa que rico, me daba sentones, el lubricante sumado al alcohol me hacían gemir de placer y olvidar el dolor, parecía que el whisky me había anestesiado. Así fueron varios minutos. Hasta que sus miembros se salieron.

Ramsés se acostó en la cama lo monte vaginalmente, y Darío llego por atrás, y nuevamente doble penetración, me daban bien duro pero bien sabroso, resbalamos muy bien, por el lubricante, posteriormente Ramsés, me cargo en la posición de carretilla, analmente me daba muy duro y me paso a Darío quien hizo lo mismo, aaa gemía, por enésima vez en la noche, se pusieron de pie y me cargaron, penetrándome por ambos lados, e inmediatamente, vino otro squirt combinado con orines, por lo que moje a mis machos. Dijo Dario, sirve más whisky, y dimos otras rondas y se acabó el alcohol, entonces dijo Ramses trae tu copa puta, y empezó a orinar sobre ella para que tomara, esa orina ya olia y sabia a semen, pero lo bebi encantada, Dijo, Dario yo no te voy a orinar, me puso en cuatro en la cama y me empezó a penetrar analmente, por varios minutos, hasta que me orino en el ano, fue una sensación rara pero me gusto.

Ya me voy a venir dijo Darío, me puso el pene en la cara y se empezó a masturbar, y salió todavía buena cantidad de semen, tomo una galleta y limpio el semen me la dio y me la comí, Ramsés sentado en la cama me invito a que le diera una felación y así lo hice, pero me vengue de que había mordido los labios vaginales, y le mordí “suavemente· su glande, perra que haces quiso darme unas cachetadas pero su dolor lo doblo, estamos a mano dije, riéndome, en unos minutos se recuperó y me abofeteo, de una manera, sucia y sensual a la vez, se jalo la verga y su semen lo echo en una fresa, la cual hizo comérmela. -Dario, me desvistió y dijo, ahora tu Ramsés, vístela, claro respondió, con que vestido has fantaseado. Mientras Dario, servía otra vez el Whisky, y tomábamos un descanso, ya eran las 3am de la madrugada, Dario se dirigió a mi closet, y eligió, un vestido rosa, -respondí, no, ese apenas lo compré y es para navidad- dijeron ambos, ni modo puta, con ese te cogemos ahora.

Respondí sarcásticamente y ahora no me van a bañar, y sonrieron, me cargaron y en el baño, empezaron a enjabonarse junto conmigo, y el agua caliente nos relajaba, ahora el baño duro unos 20 minutos, supongo que querían más tiempo para tener otra erección, salimos del baño, servimos un Brandy que tenía en mi cuarto, y con las frutas y galletas comíamos, nos secamos con las toallas, y me puse aquel vestido rosa, muy pegado que resaltaba mi figura, dejaba mis hombros al descubierto, me puse una tanga rosa y tacones del mismo color. -Pensaba estrenarlo en navidad, pero se me adelantaron mis amores-

Wao, respondieron todo te queda bien, los empecé a estimular con unos besos a sus miembros, y poco a poco, se iban poniendo otra vez duros, Ramsés se levantó y empezamos a besarnos, ardientemente, y me manoseaba, me besaba mis hombros, fue bajando hasta besarme las piernas, los muslos, subió mi vestido hasta la cintura y me penetro de pie, que rico, tu miembro ya hasta otra vez duro, si mi amor, tú me pones así, después me dio la vuelta y me penetro analmente, aaa, baje mis manos y quede completamente doblada, mientras me follaba bien duro. Me llevo a la cama, y se echó encima de mi penetrándome en posición de misionero, pero analmente, se movía, empujaba aaa, saco su miembro y lo estímulo para que agarrara más firmeza, y otra vez a penetrar.

Ahora es mi turno, dijo Dario, perra móntame de vaquero, analmente, -claro respondí- empecé a darme sentones, duros y luego despacio, y asi después me puse en cuclillas mis tacones, le daban una altura, muy rica a esa posición lo que permitía entrar mejor al pene a mi ano, aaa, me daba nalgadas y se escuchaba bien rico, como nuestras carnes chocaban, empecé a besarlo y baje las piernas, me movía rico, mucho y sentí nuevamente un dolor anal, pero quería seguir montada, Dario, me mordió los pezones aaa desgraciado, y me abría el ano, mientras me penetraba, que rico.

Ábrela mas dijo Ramses, se subió a la cama, acomodo los penes y me entraron los dos en el ano, aaaaa gemí, muy fuerte, y sentí sangrar, mientras me metían los dos penes, castigaban con sus manos mis nalgas -mira cómo te caben los dos mi amor, eres una perra en celo- y lo hacían duro, dijo Ramses ahora voy yo arriba, y volvieron a juntar sus penes, y otra vez doble anal, era unas escenas sacadas del más duro porno, no podría creer, que tenía a los dos novios de mis hijas, penetrándome, luego salieron los penes, y colocaron uno en la vagina y otro en el ano, me volvieron a poner más lubricante, lo que permitía a esos penes entrar como cuchillo en mantequilla. Posteriormente sacaron sus miembros y los limpiaron con mi vestido, cabrones les dije, es nuevo.

Ramses, me empezó a besar los hombros, y metió sus dedos en mi vagina, y me puso de cucharita, para darme analmente, mientras Dario, introducía su miembro en mi boca, posteriormente se pusieron de pie y sirvieron más Brandy, tomábamos mientras teníamos un descanso, que cogida me estaban dando, ya eran casi las 5am, y me dijeron híncate te vamos a orinar otra vez jaja- abrí mi boca y recibí los orines y unas cachetas, se empezaron a masturbar y me ponían sus miembros calientes en mi cara, tomaron unos vestidos de mi closet y se empezaron a masturbarse con ellos -que hacen, les dije con cierto enfado- pero seguían masturbándose, con ellos, aproveche para descansar y secarme con una toalla, me puse de pie, pero estaba muy adolorida -ellos olían mis vestidos, también mis tangas, medias- eran unos animales que no entendían, razones, -que rico huele tu ropa, tus mini vestidos, tienen tu sabor, igual que tus medias, tangas y tacones, te amamos- decían.

Se pusieron de pie, y me acostaron de cucharita, Dario de frente y Ramses, atrás me empezaron a penetrar, suavemente y después duro, nuestro cuerpos ya estaban muy irritados, les dije úntenme más lubricante, y posteriormente, me tumbaron, quedando mi espalda y cabeza en el suelo y mis piernas arriba, me penetraron analmente uno por uno, era muy incómodo, pero una experiencia, rica, me abrían las piernas como querían, me penetraban analmente, y ya no podía más, dije ya basta, dijeron, ya casi terminamos mi amor. Ramses me la clavo y Dario, puso su miembro en mi boca. Era un frenesí de lujuria, me levantaron del suelo, y me pusieron en cuatro, -toma perra, toma, decían- mientras me penetraban, y se intercambiaban, así siguieron varios minutos.

Después se pusieron de pie, se empezaron a jalar sus miembros, e inmediatamente eyacularon en mi boca, obviamente ya no salió tanto semen, como la primera vez, sin embargo, aún me dieron mi lechita caliente, y la tome con gusto. En señal de agradecimiento, les mordí sus miembros, -que rico perra-. Ya muy cansados, sudados, llenos de nuestros jugos, me cargaron y nos acostamos, en la cama que comparto con mi marido, donde me habían cogido sus dos yernos, nos limpiamos con una toalla, me quite el vestido, quede con las puras medias, y ellos desnudos, nos tapamos, yo en medio, y me empezaron a manosear y besar, -te gusto mi amor- -me encanto respondí- -que bueno porque de hoy en adelante serás nuestra puta-, les dije ok, ya bien cogida, medio borracha, adolorida, cansada, me quede dormida, supongo que al poco tiempo ellos también.

De repente, desperté sobresaltada, me estaban orinando mis yernos, –aaa que rico-, esperen cabrones, casi me ahogo, se empezaron a masturbar, y salieron gotas de semen, dijeron ya nos vamos amor, esperen les dije, este colchón apesta a fluidos, sexo, orines, lo tengo que tirar, bájenlo, el de la basura pasa a las 10am se lo daré, pero échenle jabón, desodorante, para que no huela tanto, ok amor, así lo hicieron, lo bajaron, yo toda adolorida me dirigí a bañarme, aunque casi no podía moverme, regresaron y me bañaron, me enjabonaban deliciosamente mis partes íntimas, aun es temprano son las 8am, y tu marido llega a medio día. No podía moverme, y me cargaron al cuarto de Livia, para poderme vestir, también me ofrecieron fruta y un jugo, desayunamos sanamente, después Dario fue por un vestido a mi cuarto, pero regreso con 10, que puti vestidos tan ricos tienes, no se cual elegir, que rica estas todo te queda de lujo, dijo Ramses.

Finalmente elegí, un color morado, con unas medias transparentes, ellos muy amables me lo pusieron, mientras besaban cada una de las partes de mi cuerpo, y nuestra lujuria volvía a aumentar, que rica estas amor no queremos dejarte, después volveremos a coger, ahora es momento de que se vayan, ok Diosa, mientras me cambiaron, limpiaron, trapearon el cuarto, dieron las 10 paso la basura, y dieron el colchón, me dijeron ahora como explicaras, les dije que en el cuarto de visitas, hay 2 colchones, que fueran por uno y lo pusieran, así lo hicieron, finalmente, me cargaron a mi recamara, y me dejaron acostada, se despidieron con un tierno beso en mis labios y también en mis labios vaginales. Para mi fortuna mi marido ese dia llego a las 3pm, lo que me permitió descansar un poco más.

Nunca olvidare esta rica y prohibida experiencia con los novios de mis hijas, me penetraron analmente, vaginal, me hicieron su puta, trague su semen, me partieron literal en dos, pero me encanto, quede muy adolorida, irritada, pero satisfecha, ahora nos veremos cada que mis hijas no estén, no puedo esperar a volver a tener un sexo tan rico, con gusto puedo decir que fui la puta de mis yernos.

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