Tengo un matrimonio normal, ya 15 años de casados. Hace un tiempo se me declaro la maldita diabetes y empezó a complicarme la vida sexual. Yo 50 y mi mujer 45 sana, sin problemas. Cuando estamos en la cama casi no tengo erecciones y cuando se pone más o menos firme me cuesta infinidad eyacular, no puedo llegar al orgasmo.
Mi mujer lo noto y se lo tomo como que de repente me había vuelto impotente, me cargaba, se burlaba en cierta forma.
Un día, yo regresaba del trabajo, y cuando voy llegando a casa me manda un mensaje que decía: "espérame en la puerta, no subas que ya bajo".
Llego y la espero en la puerta, sale y se viene con un vestido de jean largo, zapatos color crema, y campera corta y cartera.
Me dice: "ven, vamos a un lugar" caminamos unas cuadras y llegamos a una cuadra oscura que no pasaba nadie. Nos quedamos en una parte, y ella me dice "no te gusta este lugar, es excitante" se empezó a desprender los botones del vestido desde abajo hacia arriba. Nos empezamos a besar intensamente a la vez que le acariciaba las piernas suaves y perfumadas con ese olor a crema para la piel, voy subiendo y llego a la bombacha, muy suave por delante con encaje y atrás en la cola también toda de lycra muy muy suave. Me decía a ver si con esta situación en la calle te funciona mejor, amor
Mi pene apenas estaba duro era muy chiquito.
Ufa, me dijo, pobrecito como cuesta que te excites, tengo un marido muy impotente. Espera tengo una idea, dame un segundo.
Miro al celular y me dijo: ven acompáñame a otro lado, tengo que ir a buscar algo a un lugar.
Recorrimos unas cuadras y llegamos a un edificio, ella llamo por el portero eléctrico y del otro lado alguien dijo" suban".
Entramos, subimos hasta el 8 piso y tocamos la puerta de un departamento. Abrió la puerta un tipo al que yo no conocía y ella llamo Mario
Entramos y luego de presentármelo como amigo, mi esposa y yo nos sentamos en un sillón amplio mientras Mario fue por unos papeles. Luego de entregarle los papeles Mario se sentó en un sillón individual frente a nosotros. Tomamos unos vasos de vino y charlamos de tonterías un rato. De pronto noto que Mario miraba a mi esposa cuando ella accidentalmente abría un poco demás las piernas y se le notaba la cara de excitación de a poco. Mi mujer capto esa situación y se desabotono un poco más el vestido, como hasta las rodillas, permitiéndole una apertura mayor de piernas.
Ella se acerca y me dice en voz baja me siento excitada, y comienza a besarme. Luego me agarra una de mis manos y se la lleva a donde empieza el vestido y desde abajo me la va llevando hacia arriba y con la otra mano me baja el cierre del pantalón y empieza a tocar mi pene como masturbándomelo, Todo bajo la mirada de Mario, que no dijo nada y que se bajó el cierre de su pantalón exhibiendo su pene súper erecto y colorado el cual se empezaba a masturbar mirando la entrepierna de mi esposa.
Se para y se sienta junto a nosotros al lado de mi esposa, ella me lleva la mano hasta su zona vaginal que estaba empapada, la bombacha de satén blanca, brillante, estaba mojada.
Mario con una mano se masturbaba ya con ganas y con la otra mano se metía por del vestido de mi esposa y acariciaba su cola por arriba de la bombacha y decía "como me gusta la bombacha suavecita que te pusiste me hace eyacular mucha leche bebe".
En ese momento mi esposa se inclina hacia mi pene mucho más chico que el de Mario y me empieza a hacer sexo oral, poniendo toda la zona de la cola hacia Mario.
Mi esposa me dice amor te amo pero necesitaba que alguien como Mario me coja me excito estar acá, perdóname.
Mario se pone atrás de mi esposa y acaricia la cola de mi esposa y le estira la bombacha haciendo sonar los elásticos, yo miraba como mi esposa gozaba haciéndome el sexo oral y como Mario corría la bombacha a un lado y metía su pene para empezar a moverse más y más rápido hasta verle la cara de placer por el orgasmo de haber eyaculado un torrente de semen dentro de ella.
Pararon unos minutos y el volvió a bombear más semen en mi esposa siempre en la misma pose, desde atrás tipo perrito, corriéndole la bombacha, sin sacársela.
Cuando descansaron Mario tenía el pene que le latía, y tenía semen en la punta y mi esposa tenia tanto, pero tanto semen que tenía toda pegajosa la parte de atrás abajo de la bombacha
Ella entre risas cómplices le dijo a Mario "te gusto como me queda esta bombacha verdad?" Mario, dijo "siiii y mucho bebe" "yo te agarro siempre de atrás, esa parte es mía" y mi esposa me dice "no te pongas mal amor, tu pitito entra por delante, sos mi esposo, y Mario por atrás es mi amante, celosito mío jaja"
A partir de ahí muchas veces le revisaba del cajón de ropa interior de mi esposa, las bombachas y casi todas tenían manchas amarillentas de semen atrás.