Era una noche, yo estaba por la parte de afuera de mi local, en la calle de junto regresando de por allí cerca, cuando te veo venir por allí, caminando en sentido contrario, vestías una falda larga como de algún uniforme, la ropa te quedaba al cuerpo, te veías "hermosa" (ella es una chica joven, de 18 años, delgada, algo alta, de cuerpo ideal para su edad y estatura, mulata de cabello rizado, usa lentes, y en fin es hermosa), y en eso nos encontramos mientras yo caminaba del centro de la calle hacia la vereda:
Bárbara: Hola vecino, lo estaba buscando para que me haga un depósito
Yo: Hola princesa que hermosa estás, pero ven para darte un abrazo.
En eso te acercas hacia a mí y nos dimos el abrazo, en eso me sorprendiste plasmándome un besote de esos buenos deliciosos y muy largos, lo sentía tan rico, que me puse cachondo inmediatamente, mientras me seguías besando empecé a acariciar tus nalgas, estaban muy firmes, típico de una chica de tu edad, nos seguimos acariciando mutuamente, en eso regresé a la realidad dándome cuenta que estábamos en un lugar público y que nos podían ver los vecinos.
Té tomé de la mano, y caminamos hasta la casa dónde yo vivía anteriormente que está por ahí cerca, aún conservo las llaves y sabía que era el lugar indicado para ese momento, un departamento pequeño y con todos sus servicios.
Llegamos y ya estábamos completamente solos en un lugar seguro y discreto en el que podíamos disfrutar de nuestros deseos generados por la Química que teníamos del uno al otro. Apenas entramos al departamento me empezaste a besar con mucha intensidad y yo gozaba de tus labios al mismo tiempo que acariciaba libremente todo tu cuerpo, y en especial tus nalgas por sobre tu falda, no quería que se nos corte la inspiración del momento por lo que así nos mantuvimos por varios minutos, hasta que tu respiración estaba muy acelerada como muestra de excitación, nuestras caricias eran cada vez más atrevidas y nuestros cuerpos muy pegados por sobre la ropa.
En eso nos detuvimos y te cargué en mis brazos y caminé hacia la cama, te recosté, pero yo quería sentirte sobre mí, así que me acosté y te di vuelta dejándote sobre mí, los besos seguían con mayor intensidad, decidí quitarte la falda y la desabroché enseguida, bajé el cierre y te la fui quitando, quedó a la vista tu prenda interior, era un cachetero de color negro, que te quedaba hermoso con el contraste de tu piel canela, de ahí tu blusa ya estaba semi-desabotonada, y te la fui quitando y seguido del sostén, quedaste sobre mi casi desnuda, la única prenda era tu cachetero, decidí no quitártelo y seguir disfrutando de tu belleza así como estabas.
En eso me miraste y me dijiste.
Bárbara – Yo ya estoy prácticamente desnuda, y tú que esperas que aún estás vestido
De inmediato me quité la ropa quedándome en bóxer y nuevamente me acosté para que te me subieras y te dije:
Yo – Por favor, quítame el bóxer
Sin dudarlo lo quitaste y era inevitable ver como saltó mi pene de lo duro que estaba, te sonrojaste un poquito al verlo y yo para que no te desconcentres te di un beso en la boca y te acosté sobre mí, los besos eran por el cuello y senos, mientras mi pene lo restregaba suavemente por tu vagina sobre la tela del cachetero, tus senos son de tamaño normal dando a pequeños pero hermosos y firmes, ya te los había chupado por todo lado, te veía contraerte y gemir de la excitación.
Decidí acostarte para ahora yo quedar sobre ti, té besé desde tu boca y fui bajando por el cuello y senos, besé tu vientre y empecé a bajar tu cachetero, dejándote completamente desnuda, tu vagina virginal es hermosa, con algo de vello púbico que la adorna de lo mejor, su olor de la excitación es delicioso y la comienzo a besar de arriba abajo por mucho tiempo, beso también la entrada de tu culito, lo aprietas al sentir mi lengua por ahí, meto despacio un dedo y a veces dos dentro de tu vagina mientras la chupo y alterno metiendo un dedo también en tu culito.
Entre ratos miro tu rostro para ver tu expresión, y veo que estás gozando, tu vagina está completamente mojada y dispuesta a ser penetrada por mi falo, no dudo en poner la cabeza de mi pene en la entrada de tu vagina y moverla hacia los lados y hacia adentro buscando penetrarla, en eso siento que le entra la cabeza de mi pene y sueltas un gemido de dolor, pero el placer es más fuerte que me dices que siga, que te lo meta, le obedezco y sigo con un mete saca despacio sin profundidad, sino a medida que tu vagina se vaya dilatando, continuamos así hasta que entró todo mi pene hasta el fondo, los movimiento cada vez eran más fuertes y rápidos, lo que estaba viviendo era una verdadera locura que no quería que se terminara jamás.
Cambiamos de posición, tú arriba, luego te puse de perrito o en cuatro, y seguimos, te pedí que me chuparas el pene, me miraste con recelo pero yo asentí con la mirada dándote confianza para que lo hicieras, y wow, que sentir tus labios en mi pene es algo indescriptible, lo hiciste por mucho tiempo, lo chupaste de arriba abajo, desde la cabeza, el palo, y hasta la bolas, se siente muy bien, sentía que quería eyacular, lo notaste y me dijiste “Métemelo” rápidamente de acostaste y te penetré hasta el fondo de tu vagina, bombee pocas veces y sentí como salían los chorros de semen caliente, quedándose dentro de tus entrañas.
Allí nos quedamos abrazados y nos habíamos dormido por un momento, luego nos bañamos juntos y te fui a dejar a tu casa porque ya era tarde.
Ya no había tiempo para hacerlo nuevamente en el baño… jajaja